Especial: Seven Deadly Sins
Narra Zeldris
Pasé largos minutos junto al cuerpo de Caeli, ella ya estaba muy fría y mis lágrimas no dejaban de caer porque ni siquiera podía dejar de mirarla y lamentarme por lo que yo mismo le había ocasionado. Estaba demasiado devastado como para siquiera moverme de lugar o hacer algo al respecto. No sabía ni cómo darle la terrible noticia a mi hermano, tenía miedo de que perdiera la cordura por esto y que él cayera en su propio mandamiento o que provocara algún desastre...
La culpa me estaba consumiendo y el irremediable deseo de morir junto a Caeli no me dejaba en paz. En verdad quería suicidarme, ya que alguien tan malo como yo no merecía seguir con vida, sin embargo, era tan cobarde como para hacerlo, aunque no estaba de más intentarlo.
Había pasado largo rato tratando de localizar a mi hermano telepáticamente, pero nunca respondió a mis llamados.
Probablemente él estaba ocupado y no quería ser interrumpido.
Suspiré hondo y devolví la mirada a la infortunada chica cuyo cuerpo inerte seguía en el mismo lugar, a diferencia de la posición de sus brazos y piernas, ya que yo mismo los había acomodado de otra manera, un poco más... Normal.
—Caeli, en verdad lo siento mucho. Yo no quería que terminaras de esta forma —mis ojos seguían mirándola con pesar, repasando lentamente su inexpresivo y sereno rostro —Espero que puedas perdonarme dondequiera que estés ahora —sollocé, mientras sostenía una de sus manos con fuerza.
No quería separarme de ella, pero sabía que no me pasaría toda la vida así. Debía hacer algo cuanto antes. Estaba tratando de pensar en la mejor forma para enterrar su cuerpo en un lugar adecuado. Miré a mi alrededor por un momento, pero no vi ningún sitio digno para hacerlo. Ella no debía quedarse en Britannia, no merecía permanecer aquí.
Entonces me levanté, sin más remedio que llevarla de vuelta al purgatorio, donde mi maestro quedaría impactado y con el corazón roto. Sé que él se enfadaría, me odiaría, me regañaría y trataría de matarme al verme llegar con el cuerpo de la mujer que él probablemente amaba con todo su ser. Eso sucedería, estaba seguro de ello.
Una fría lágrima resbaló por una de mis mejillas y comencé a sollozar de nuevo. Pero entonces, un fuerte estruendo se escuchó de repente, tomándome por sorpresa y dejándome inmóvil por un instante. ¿Qué demonios había sido eso? ¿Era posible que fuera un ataque dirigido a mí o solo una simple coincidencia? No estaba seguro, y por ello debía ir a investigar antes de irme. Quizá era algo que trataba de interferir en mi camino y eso de ninguna manera lo iba a permitir.
Narra Meliodas
La fuerte lluvia estacional al fin había cesado, esta a su vez había dejado bastantes charcos donde podía ver mi imagen reflejada por todas partes y también un acogedor y agradable ambiente fresco. Sin duda era el momento adecuado para que los chicos y yo saliéramos en busca de los ingredientes para la cena. Era realmente divertido ir juntos a buscarlos y para esto, a cada uno se le habían asignado distintos elementos importantes, tales como: carnes, frutas y bayas silvestres, de acuerdo a lo que Ban nos había pedido, ya que él era un excelente chef.
—King y Diane irán por allá —señalé a mi derecha.
—¡Entendido capitán! —contestaron ambos, igual de entusiasmados y se marcharon rápidamente.
—Escanor y Merlín a la izquierda —ellos asintieron y de inmediato se fueron también.
—Gowther, tú y yo iremos hacia en frente —indiqué y pronto comencé a correr sin siquiera esperar a que él hiciera lo mismo .
—¡Capitán! —dijo el peli rosa en voz alta, corriendo tras de mí —¿No podría ir un poco más lento?
—¿Bromeas? ¡Es más divertido ir a prisa! —reí.
—Lo sé, pero si usted da un paso más va a...
—¡Ay! —exclamé, cayendo de repente.
—Se lo dije —espetó el muñeco, llegando unos segundos después a donde me había caído.
Mis manos tantearon rápidamente la superficie de aquello que se encontraba debajo mío, la cual era más o menos blanda y muy helada.
<<¿Qué cosa pudo haber interferido mi camino?>> pensé.
Me tomó solo un instante averiguarlo, pues cuando observé con atención me di cuenta de que aquello no era cualquier cosa, se trataba del cuerpo de una persona, para ser más exacto el de una chica.
—Vaya, vaya, vaya —dije mientras me incorporaba del suelo y miraba a detalle su figura.
—Que interesante —expresó Gowther acomodando sus anteojos —No parece estar dormida —aseguró.
—Ni tampoco viva —agregué luego de apretar uno de sus pechos.
—Se equivoca, su corazón aun sigue palpitando. Aunque es probable que pronto deje de hacerlo si no se hace algo al respecto —comentó el muñeco después de tocarla también.
—¡Entonces la llevaremos con nosotros al Sombrero de Jabalí! —afirmé sonriente.
—De acuerdo —respondió.
—Quizá Merlín pueda hacer algo para ayudarla —me incliné un poco para poder sostenerla entre mis brazos y así poder trasladarla hasta la taberna —Andando —indiqué, dejando de lado que debíamos recolectar alimentos. Seguramente Ban se molestaría, pero la vida de esa chica era más importante que la cena.
Luego de un rato de tanto caminar, ambos volvimos al Sombrero de Jabalí, donde ya todos nos estaban esperando con impaciencia.
—¡Tardaron mucho, capitán! —dijo Diane haciendo un puchero.
—Y yo estoy muriendo de hambre —murmuró King apoyando su cabeza contra la mesa donde se encontraba junto a la gigante. Desde donde yo estaba podía escuchar que sus tripas rugían como feroces bestiecillas. Eso me hizo reír un poco.
—Y además de eso vienen con las manos vacías —agregó Ban molesto de brazos cruzados, quien pronto abrió los ojos con sorpresa al ver a la joven entre mis brazos —¿Y esa quién es? —preguntó con asombro.
—No lo sé, la encontramos dormida en el bosque —respondí.
—La verdad es que el capitán se cayó encima de ella —espetó Gowther usando un tono de voz gracioso.
—Oye no tenías que decir eso—murmuré avergonzado.
—¡Señor Meliodas! ¡señor Meliodas! —escuché la melodiosa voz de Elizabeth mientras bajaba las escaleras a prisa —Me alegra tanto que ya haya... —la peli gris no terminó de decir cuando me miró y observó que mis brazos sostenían a otra mujer.
—¿Quién es ella? —preguntó curiosa mientras se acercaba a mí —¿Se encuentra bien?
—No lo sé, pero sea quien sea no lo está —afirmé —Merlín, ¿puedes hacer algo para ayudarla? —miré a la mujer, quien esbozó una leve sonrisa al escuchar su nombre, esta se encontraba sentada al fondo del lugar bebiendo junto a Escanor.
—Por supuesto, capitán —contestó, se levantó de su asiento para aproximarse a mí y pronto comenzó a inspeccionarla —Que interesante —murmuró para sí después de unos segundos.
—¿Qué sucede señorita Merlín? —preguntó Escanor interesado aún sentado al fondo de la taberna.
—Oh, no es nada —le contestó, mientras me miraba con una expresión severa en el rostro —llévala a mi habitación, veré la manera de reanimarla —espetó, mientras se encaminaba hacia las escaleras conmigo detrás de ella —Elizabeth, ¿podrías traer algunas toallas y agua tibia, por favor? —preguntó antes de desaparecer por el pasillo.
—¡Entendido! —contestó la peli plata.
Después de entrar a la habitación de Merlín, cerré la puerta tras de mí y esta pronto me indicó que pusiera a la chica sobre la cama.
—Dime, Meliodas ¿de casualidad no conoces a esta mujer? —espetó de repente la maga, mientras buscaba algunos libros en un pequeño estante.
—¿Por qué lo preguntas? —la cuestioné en vez de responder.
—Porque ella no luce como una simple humana —sus ojos se clavaron en mí y luego se acercó al cuerpo de la joven para después indicarme con su dedo índice una visible marca en su abdomen descubierto —¿Ves esto? —enseguida eché un vistazo y mis ojos se abrieron de la impresión. ¿Cómo pude no haberlo notado antes?
—Caeli —murmuré —¿Cómo es posible que esté aquí? —dije para mí mismo.
—Sabía que la conocías —sonrió la mujer de cabellera azabache volviendo al estante, esta vez tomando un libro.
—Es la hija de mi hermano Estarossa —afirmé —ya tenía muchos años sin verla, es por esa razón que la desconocí... —hice una pausa —Sabes, hay algo en todo esto que no comprendo... No entiendo porqué terminó en este lugar y de este modo.
—Ya veo, quizá eso pueda explicárnoslo en cuanto despierte, ¿no lo crees? —espetó, mirando el
viejo y desgastado libro que sostenía entre sus manos, cuya portada decía algo sobre demonios.
—Siempre estás un paso adelante, eh Merlín —sonreí al verla entusiasmada leyendo aquello.
—No puedo evitarlo —dijo con una risita —Por cierto, me pasaré el rato tratando de averiguar qué es lo que está mal en ella. Me sorprende que siendo demonio esté así. Tendré que suministrarle alguna pócima para que los latidos de su corazón se estabilicen.
—Haz lo que consideres necesario —aseguré —Por favor, salva a mi sobrina, Merlín —sonreí y pronto entró Elizabeth con las cosas que ella le había pedido.
—Perdón por la demora, es que no encontraba algunas cosas —se excusó avergonzada, mientras acomodaba todo al lado de la cama donde Caeli estaba —Me encargaré de limpiar su cuerpo lleno de fango
—sonrió.
—Bien —dijo Merlín ensimismada aún con el libro entre sus manos.
—Bueno, yo me retiro —afirmé y le di un beso rápido a Elizabeth antes de salir de allí. Mi mente se hallaba saturada de recuerdos pasados, principalmente de mis hermanos. ¿Qué estarían haciendo ellos? ¿Acaso estarían buscando a Caeli? Quizá luego lo averiguaría.
Narra Zeldris
Luego de darme cuenta de que aquel estruendo no era más que un ataque directo hacia una bestia que se encontraba por esos rumbos, decidí regresar cautelosamente por el cuerpo de Caeli para así llevarlo al purgatorio cuanto antes, pero grande fue mi sorpresa cuando llegué y no la encontré por ningún lado. ¿Quién demonios se la habría llevado y con qué intención? Eso me hizo hecho enfurecer demasiado. Ya me había metido en un problema enorme y ahora las cosas se me habían complicado más de lo que ya estaban.
Solo fue cuestión de segundos para que yo cayera en cuenta de que era más que obvio quién o mejor dicho, quiénes tenían a Caeli. Nadie se la hubiese llevado más que ellos.
—Esos malditos pecados capitales volvieron a meter sus narices en mis asuntos —bufé, aprentando con fuerza mis puños —Si Estarossa se entera de eso se volverá loco y desatará un caos... Fue un gran error de ellos el habérsela llevado, aunque eso a mí me favoreció demasiado, ya que de ese modo mi hermano nunca sabrá que todo fue mi culpa y yo los haré responsables de todo esto —murmuré —Zeldris, después de todo tienes las cosas para a tu favor —suspiré.
Narra Estarossa
Mi hermano menor estuvo tratando de contactarme hacia algunas horas, pero debido a lo ocupado que yo me hallaba no pude responder a ninguno de sus llamados. ¿Qué habría pasado? Era más que extraño que él quisiera comunicarse conmigo justo cuando tenía el día libre. Usualmente se la pasaba descansando y durmiendo en todo ese tiempo... O probablemente quería felicitarme por mi cumpleaños o quizá planeaba obsequiarme algo y quería preguntarme primero antes de comprarlo. Sonreí feliz de solo pensar en ello. De algún modo me emocionaba saber lo que Zeldris tenía que contarme. Seguramente era algo emocionante.
Narra Merlín
Las horas pasaron sin darme cuenta y la chica apenas había respondido positivamente a la poción que le había dado. Los latidos de su corazón comenzaron a ser un poco más regulares y la calidez en su piel apareció poco a poco. Sin duda, el capitán se pondría muy contento al saberlo.
—Eres muy fuerte a pesar de todo —le susurré mientras observaba su pecho subir y bajar en cada respiración, la cual era lenta y apenas perceptible.
Meliodas había entrado un par de veces para ver el estado en el que ella se encontraba. La verdad él se notaba bastante preocupado. Nunca lo había visto estar así por alguien que no fuera Elizabeth, pero por lo poco que me había contado, esta chica era su preciada sobrina, alguien muy querida por todos en el purgatorio.
Mi vista volvió a enfocarse en aquel antiguo y extenso libro que llevaba horas leyendo. Luego de un rato sin encontrar nada interesante, llegué a una página que explicaba sobre una clase especial de demonios femeninos. Esto hizo que mi corazón latiera más a prisa por la emoción que aquello me provocaba. Continúe leyendo y me encontré con algo interesante: la especie de demonios a los que ella pertenecía se habían extinguido casi por completo a causa de una de tantas guerras que habían tenido con el clan de las Diosas.
Esos demonios aparentemente eran débiles y poco estables en todos sentidos, ya que para permanecer fuertes y saludables necesitaban de muestras de afecto y de mucho... Mis ojos se abrieron de sorpresa al leer aquella palabra. ¿Qué mierda era esto? ¿Acaso era posible? ¿En serio algo tan mundano como eso la haría salvarse de morir? Simplemente no podía creerlo.
No perdí más el tiempo y seguí leyendo más sobre aquello que parecía ser solo un disparate sacado de un cuento. La verdad es que cada dato que aparecía era mucho más interesante e intrigante que el anterior. Ahora comprendía porqué ella estaba en tan mal estado. Todo lo que necesitaba era hacer eso.
Pronto el sonido de la perilla de la puerta girando me sacó de mis pensamientos y el rubio de baja estatura y con el rostro serio se adentró en mi habitación.
—Capitán... —dije, en cuanto lo vi llegar.
—Perdón por interrumpir. Supuse que debía venir de inmediato —aseveró y me miró a los ojos —Dime lo que descubriste.
—Por supuesto —sonreí.
Narra Zeldris
Al no poder hacer contacto con mi hermano, me vi obligado a buscarlo personalmente. Pasé largas horas tratando de localizar su poder mágico sin éxito y me dirijí hacia el borde de un acantilado con la intención de lanzarme para que mi mi cuerpo se hiciera mierda con el impacto. Extendí mis brazos y suspiré hondo mirando hacia abajo, donde un desfiladero de rocas puntiagudas me estaban esperando impacientes y justo cuando iba a dar un paso adelante, alguien apareció de repente frente a mí.
—¿Me buscabas? —dijo mi hermano con esa voz varonil que le caracterizaba.
—Así es —aseveré tratando de controlar mi nerviosismo ante la incómoda situación.
—¿Qué demonios estabas haciendo? ¿Acaso planeabas saltar? —mi hermano soltó una risita burlona —Sabes muy bien que no sucederá nada si lo intentas. El poder de nuestro padre siempre te protege.
—Lo sé, eso es algo que me decepciona un poco justo ahora —contesté, cabizbajo.
—Sí, bueno. ¿Qué importa? Sabes... —hizo una pausa y eso me hizo estremecer de inmediato —creí que estarías en el purgatorio —arqueó una ceja enseguida —No me digas que mi hija se quedó con ese bastardo de Cusack —masculló con desagrado.
¡Demonios! Ni siquiera había dicho nada con respecto a eso y ya se estaba enfadando.
—No, de ninguna manera —tartamudeé.
—¿Entonces donde está? —me miró con una expresión de pocos amigos.
—Caeli está... Ella ya no...
—¿Qué le sucedió a mi pequeña? —dijo, sobresaltado.
—Estarossa yo... —hice una pausa para aclarar mi mente un poco y pensar en la forma adecuada para decirle —Hermano escucha —respiré hondo para agarrar el valor que me hacía falta —Caeli fue secuestrada —espeté con una expresión severa en el rostro.
Estarossa abrió los ojos desconcertado y su boca se quedó ligeramente entreabierta.
—¿Qué mierda has dicho? —exclamó aún sin poder procesarlo.
—Lo que acabas de escuchar —contesté nervioso —Lo peor de todo es que no percibo el poder mágico de ella y tampoco puedo contactarla telepáticamente. Pareciera que se la tragó la tierra, o que... ya está muerta —agregué, angustiado.
—¡Mierda! ¡Eso no puede ser posible! —vociferó, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y luego me miró con el ceño fruncido —¿Cómo demonios fue que mi hija llegó aquí? ¡Dime! —exclamó y me tomó de la ropa con fuerza —¡Se suponía que tú la cuidarías! —gruñó.
—Meliodas... Meliodas fue al purgatorio y... la tomó como rehén —dije apenas, pues el fuerte agarre que me tenía me imposibilitaba hablar bien.
—¿Por qué diantres él haría eso? ¡No tiene sentido, hemos vivido apartados por tres mil años y nunca se había atrevido a hacer semejante estupidez! —dijo con su arisca voz intimidante.
—Quizá porque ya descubrió la clase de demonio a la que Caeli pertenece —carraspeé y el enseguida me soltó.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntó, secando sus lágrimas.
—Escucha, Caeli no es lo que tú piensas —expresé —Ella no solo pertenece a los demonios azules...—hice una pausa mientras mi hermano trataba de comprenderme. Se notaba bastante confundido, triste y enfadado.
—¿De qué estás hablando, Zel? —dijo intrigado.
—¡Caeli es un súcubo! —respondí sin más.
—¿Qué? Eso es... Imposible. ¿No se supone que se habían extinguido? —me miró perplejo.
—Al parecer ella es una especie de híbrido. Probablemente nació de la unión de ambas especies —afirmé.
—Increíble —dijo, con la mirada sobre la nada como si estuviera pensando en algo sucio. Maldito cerdo pervertido, incluso en momentos serios se atrevía a pensar en cosas obscenas.
—A mí también me tomó por sorpresa, pero no dije nada por temor a que se sobrepasaran con ella—expliqué y Estarossa frunció el ceño —De alguna manera, hiciste bien al protegerla celosamente de medio mundo —sonreí.
—Quizá —contestó —Bien, entonces iré por ella ahora mismo. Meliodas y sus amigos deben pagar por lo que le hicieron —gruñó y yo tragué saliva —¡Vaya forma de celebrar mi cumpleaños! —murmuró molesto.
—Lo lamento —susurré recordando que hoy era una fecha especial, la cual yo había olvidado por completo. Si tan solo lo hubiese recordado, nada de esto habría pasado, pues le hubiese cedido el descanso que me tocaba a mí y él hubiera estado con ella celebrando ahora mismo —Llamaré a los demás para que vengan con nosotros —aseguré y él asintió.
Luego de un rato nos reunimos con los demás. Mi hermano y yo les explicamos sobre la situación actual y rápidamente accedieron a ayudarnos.
En menos de lo que esperé, ya nos encontrábamos en camino, guiados por la intensidad de poder mágico de nuestro hermano mayor. Yo estaba un poco nervioso por saber lo que sucedería. No quería ni siquiera imaginar las cosas que se vendrían en cuanto encontráramos a los siete pecados capitales. En cierta forma me parecía injusto que pagaran por algo que yo mismo había ocasionado, pero no tenía el valor para enfrentarme a Estarossa, ya que él veces me aterraba demasiado.
Continuará...
♠️♠️♠️
Hola a todo mundo, hoy 14 de enero cumple años Estarossa, mi esposo hermoso😍♥️ y estoy tan feliz por ello que extendí un poco más el capítulo😌♥️
Dejenme contarles que cuando el especial termine, volveremos al arco verdadero de la historia y con ello vendrá delicioso lemon de nueva cuenta 7w7 y también después de eso publicaré el apartado de las preguntas que le hicieron a los personajes💛
Sin más que decir, bye, bye!😘
An Airad
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