Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El inoportuno

Narra Estarossa

La tediosa reunión que había tenido con los diez mandamientos se había alargado demasiado y yo me encontraba ya muy fastidiado. Hablar de tantos temas y asuntos relacionados con el mundo humano sólo me había causado náuseas, pues cosas de ese tipo no me importaban en lo más mínimo.

Para mi mala suerte, Zeldris se había ido demasiado rápido al término de la asamblea, justo antes de que yo pudiera decirle que prefería quedarme en el purgatorio a tener que gastar mis energías yendo a ese inmundo lugar. Y por lo tanto, me fui a mi habitación con la esperanza de descansar un rato, ya que era muy tarde y tal vez ir a ver a Caeli a altas horas de la noche no era buena idea. Así que me esperaría hasta mañana para poder hacerlo.

Después de todo, quería darle su espacio, ya que la relación entre nosotros había cambiado bastante en estas últimas semanas.
También quería hacer que ella se olvidara de Mael, cosa que probablemente resultaría muy pronto, ya que él estaba aquí encerrado y por lo que sucedió, ella no lo buscaría nunca más. Por lo tanto, él se pudriría en las catacumbas y ella jamás lo volvería a ver otra vez.

Sin duda sería lo mejor para todos. Sin ese arcángel en mi camino, yo podría hacer lo que quisiera con Caeli, aunque mi nuevo dolor de culo sería Cusack, pues el muy cínico se estaba sobrepasando demasiado últimamente. Él debía pagar por ello, aunque eso podría esperar para más adelante.

Narra Caeli

El recorrido a la habitación de Cusack duró solo unos minutos, en los cuales había visto cosas diferentes a las que conocía del castillo. La estructura era mucho más distinta a dónde yo vivía y un poco más sofisticada y el ambiente era relajante, nada comparado a la torre donde yo vivía, que más bien parecía un lugar de confinamiento.

La puerta de la habitación de Cusack era de un diseño diferente y estaba hecha de un metal oscuro, además de que tenía un hechizo de protección para asegurarla, el cual él rompió luego de proferir unas palabras extrañas en voz baja.

Al entrar allí me quedé boquiabierta al ver el inmenso tamaño de aquel lugar, pues este era casi lo triple de grande que mi habitación y estaba mejor amueblada y bien distribuida.

—¡Es hermoso! —expresé admirada y solté su mano para recorrer el lugar.

—Me alegra que te guste. Anteriormente te dije que si querías vivir aquí podías hacerlo. Sabes que estaría encantado de tenerte conmigo —afirmó el peli rosa con una amplia sonrisa.

—Oh Cusack, eres tan amable —mi voz se escuchó demasiado melosa en ese instante.

—No es nada —dijo mientras acomodaba su cabello.

—En realidad, si me gustaría vivir aquí contigo, pero mi padre...
—hice una pausa y él pareció molestarse en cuanto lo hube mencionado.

—Vamos, no le tengas miedo a ese simplón —bufó —Yo te defenderé de él si es necesario, además, ya no eres una niña para que debas hacer caso a todo lo que él diga.

—Bueno, creo que tienes razón —sonreí un poco dolida por su comentario, pues a pesar de todo lo que había pasado mi padre seguía protegiéndome y no se olvidaba en ningún momento de mí.

—Por supuesto que la tengo, ya eres una señorita... Y una muy hermosa, por cierto —el tono de su voz cambió drásticamente al decir eso último. Se acercó a mí sigilosamente, me tomó de la cintura y juntó su cuerpo con el mío, apoyando su barbilla sobre mi hombro —Me alegra que hayas decidido venir aquí —susurró de repente de una forma suave y sensual.

Tragué saliva con los nervios de punta al tenerlo así de cerca y cerré los ojos en cuanto sus húmedos labios se posaron sobre mi cuello. Conforme besaba esa zona, su barba comenzaba a raspar mi sensible piel y un ligero cosquilleo recorrió por mi nuca hasta mi espalda y parte de mis brazos.

—Iré a la cocina —espeté nerviosa, apartándome de él de inmediato al notar que mi corazón comenzaba a latir apresurado por la emoción de sentirlo de esa manera y por estar a solas con él en terreno peligroso —Supongo que está bien equipada, ¿no? —dije tratando de sonar lo más tranquila posible.

—Pues adelante —dijo Cusack, amablemente, a quien parecía no haberle afectado mi repentina acción —Y sí, tiene un poco de todo. Principalmente para complacer el paladar del amo Zeldris... Y desde ahora, el tuyo también... —dijo haciendo énfasis en eso último.

No dije nada al respecto y salí huyendo directamente a la cocina, para despejar mi mente un instante. Esta quedaba a la derecha, en una puerta próxima a donde nosotros nos encontrábamos.

<<¿Por qué diablos huí de ese modo tan tonto? >> pensé, avergonzada de mí misma mientras apoyaba mis manos sobre la gran mesa de granito de color blanco que se hallaba justo en medio de aquella sala atiborrada de alimentos y utensilios de cocina.

Era más que obvio que tenía miedo, para ser exacta de las cosas que yo pudiera llegar a hacer al estar allí con él.

No podía evitar disfrutar de su atención y sus caricias, él de algún modo llenaba ese vacío que sentía en mi corazón...

En nada se comparaba a Estarossa, no. Cusack era mucho mejor en todos sentidos y su edad no me importaba en absoluto, pero yo quería evitar a toda costa que una tragedia me sucediera nuevamente y para ser honesta, no me sentía preparada para hacer eso otra vez. No quería equivocarme y luego sentirme mal conmigo misma. Aunque sabía que eso de algún modo me haría olvidar mi tristeza y mis sentimientos por Mael, los cuales probablemente se irían más rápido... Pero no, yo debía olvidarlo con el tiempo y no al tener sexo con medio mundo.

—¿Te encuentras bien, Caeli? —me dijo de repente el peli rosa, algo preocupado, apoyado en el marco de la puerta, sacándome de mis pensamientos.

—Sí, es sólo que...

—Crees que voy a aprovecharme de ti, ¿no es cierto? —espetó de repente, cosa que me sorprendió bastante.

—¡No, no es eso! —exclamé avergonzada de que él pensara eso. En realidad tenía miedo de mí misma, no tanto de él en sí.

—Lamento que pienses eso —sonrió y agachó la mirada para después levantarla y mirarme fijamente —pero es cierto, te deseo con todo mi ser —caminó lentamente hacia mí y cuando eso pasó di un paso atrás quedando acorralada entre la pared y él.

Narra Cusack

Sus bellos ojos negros me observaron atentamente. En ese corto instante sentí que me perdería en su mirada. Esta vez Caeli no parecía querer huir o si quiera hacer algo al respecto. Entonces me incliné un poco y nuestros rostros quedaron a sólo unos centímetros de juntarse y justo cuando yo pretendía besarla, alguien tocó la puerta de mi habitación.

—¿Cusack, estás allí? ¡Te demoraste demasiado con mi cena y vine personalmente por ella! —exclamó la voz del joven Zeldris.

—¡Oh amo, perdone mi descuido! ¡En seguida le prepararé algo! —contesté algo nervioso sin saber qué hacer.

—Debo irme entonces —me dijo Caeli en voz baja, algo nerviosa al igual que yo.

—No te vayas, no aún. Por favor —mis ojos le rogaban por que se quedara y ella sonrió ante eso.

—Bien, entonces me iré a tu recámara —afirmó y caminó rápidamente hacia allá.

En cuanto le abrí la puerta al peli negro, quien se hallaba algo impaciente esperando por entrar, éste me lanzó una mirada un tanto molesta.

—No me llevaste la cena y te demoraste en abrir. ¿Qué puede ser más importante que yo? —espetó cruzado de brazos entrando a mi habitación.

—Oh lo siento mucho, es solo que me distraje un poco con la limpieza de aquí —mentí.

—Bien, supongo que es una buena razón. Pero aún así, no vuelvas a olvidarte de mí —manifestó algo... ¿Celoso?

—Por supuesto amo, no volverá a suceder —contesté avergonzado.

—Bien, pues prepárame algo para cenar mientras espero en tu habitación. Muero de cansancio, sabes —dijo el joven amo, bostezando.

—¿Y por qué mejor no descansa aquí en el sofá mientras conversamos un poco? Es decir, hace un tiempo que no hablamos —sugerí de manera torpe, ya que Caeli estaba allá encerrada.

—¿Uh? Pero si hace rato platicamos, pero si eso es lo que quieres... —pronto se acostó en el sofá y me miró.

—¿Qué sucede, joven príncipe? —le pregunté nervioso.

—Oh, no es nada —dijo con una extraña sonrisa en los labios

—Bien, entonces iré a preparar su cena —respondí y me fui apresurado a la cocina.

—De acuerdo —lo oí decir.

Media hora después y con algo de torpeza, logré terminar de preparar los alimentos del joven príncipe y sólo me quedaba realizar el emplatado. En verdad quería que él se quedara por más tiempo, pero el tenerlo aquí sin duda era algo muy peligroso y debía ser muy precavido con cada acción de mi parte.

—¡Cusack! ¿Qué significa esto? —exclamó repentinamente el joven Zeldris, sonando demasiado molesto.

<<Maldición. Todo se fue al carajo. De seguro ya se dio cuenta>> pensé nervioso, dejando en la mesa el platillo que apenas estaba sirviendo y me fui hacia donde él se encontraba.

Narra Mael

Las horas se me hacían eternas al estar encerrado en esa celda para nada acogedora. La oscuridad y el silencio reinaban en ese funesto lugar y la soledad era desesperante. Muchas preguntas pasaban por mi mente como un maldito desfile interminable. ¿Por cuánto tiempo tendría que vivir confinado allí? Probablemente por la eternidad. ¿Llegaría un punto en el que me dejarían de alimentar? Quizás. ¿Acaso vería a esa chica una última vez? Eso deseaba.

Añoraba con todas mis fuerzas que fuera así. Quería ver a esa joven demonio, al menos un instante, el suficiente como para pedirle perdón y decirle sobre mis sentimientos adecuadamente. No quería morir sin antes decirle cómo me sentía por ella.

El arcángel más poderoso del Clan de las Diosas estaba arrepentido, dolido y desesperado por redimir su horrible pecado. Lastimarla de aquel modo sólo me había dado cargos de conciencia y un incómodo malestar en el pecho.

Caeli, si estás por allí cerca... ojalá puedas escuchar mis lamentos, quizá sólo así podamos encontrarnos nuevamente.


♠️♠️♠️

¡Hola, a todos! Hoy 22 de febrero es un día muy especial para mí, pues hoy es mi cumpleaños y el de mi esposo también💛✨ y como verán, me quise autoregalar este capítulo por esa simple razón xd.

Originalmente quería que esto tuviera mucha limonada, pero me di cuenta de que eso pasaría demasiado rápido, así que metí a Zeldris xD y bueno, las cosas cambiaron bastante jsjs. Pobre Cusack, lo dejé con ganas 7w7

Hasta luego💛

An Airad

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro