Capítulo 05
Kim SeokJin era un médico muy popular, no sólo portaba una belleza espectacular, sino también un sentido protector muy grande que le hacia cuidar a cada uno de sus pacientes con demasiado esmero.
A pesar de ser alguien vanidoso y sin contar que en algunas ocasiones se comportaba muy egocentrista, sus allegados sabían que en el fondo no era más que un tierno omega que portaba un instinto materno que iba más allá de su naturaleza.
Él mismo pensaba que se debía a su infertilidad, el anhelo del deseo no cumplido de poder tener un cachorro que portar en su vientre le hacía adoptar sin darse cuenta a todos sus pacientes.
En cuanto vio a su pareja llevar en brazos a un rubio semi-inconsciente su instinto materno se encendió en seguida y corrió en su auxilio siendo seguido por algunos enfermeros que llevaban ya una camilla para el recién llegado.
Namjoon lo dejó en la camilla y volteo a verlo con preocupación. Jin le dio una pequeña sonrisa tranquilizadora y se llevaron al rubio hacia una habitación en donde comenzó a revisarlo de manera general.
El pequeño omega se retorcía en la camilla apretando el vientre con sus manitas. Se encontraba sudando y sus ojos eran de un color miel intenso, Jin le pidió a los enfermeros un par de supresores y liberó un poco de su aroma, esperando que el rubio lo aceptara.
-Doc, uno de los hombres que lo trajeron dijo que ya le habían dado supresores y tal parece que no le hizo ningún efecto -notificó el enfermero a su mayor.
Jin frunció el entrecejo con preocupación, tal vez fuese un problema hormonal. Asintió hacia su compañero y los enfermeros restantes comenzaron a desvestir al chico con cuidado para ponerle una bata, Jin observaba en silencio mientras le sacaban la ligera ropa blanca (que se encontraba sucia por la tierra y el sudor), con rapidez se acercó al notar marcas en la piel del pequeño omega.
Muñecas y tobillos se encontraban morados, señal de haber sido sostenido fuertemente de ellos. Hematomas por todo su pecho y nalgas, el doctor Kim fue tomando nota mental de cada lesión encontrada en el frágil y delgado cuerpo del joven quien seguía soltando quejidos de dolor.
Una vez puesta la bata, los enfermeros salieron y Jin dobló la ropa del chico dentro de una bolsa transparente para mandarla a la lavandería, sin embargo la chaqueta con la que llegó el muchacho le hizo olfatear curioso. Era un olor familiar.
El repentino silencio le hizo voltear a ver a su paciente quien se encontraba con los ojos curiosos fijos en la prenda que sostenía.
-Alfa - susurró con un puchero.
Jin miró al rubio y después la chaqueta, aun algo confundido se la tendió al rubio quien la tomó enseguida y se recostó de lado abrazándola con fuerza.
El olor del omega se intensificó de nuevo pero esta vez no sintió tanto dolor, simplemente olfateaba la prenda entre sus manos sintiendo la tranquilidad que esta le causaba mientras poco a poco fue quedándose dormido.
El doctor Kim había observado todo en silencio, tomó la sábana al pie de la camilla y tapó al rubio, salió en silencio de la habitación junto la bolsa transparente que dejó en la recepción de enfermería.
-Esto es del paciente que acaba de llegar, es un omega y está en celo, no quiero ningún alfa cerca -demandó mientras tomaba la carpeta que le pasaban y anotaba cada uno de los detalles que había observado en el rubio y escribiendo la orden de estudios que necesitaba le hicieran al chico- necesito que me llamen en cuanto despierte.
Los enfermeros asintieron comenzando a seguir las indicaciones que Jin había dejado mientras éste se dirigía con su pareja y amigos a la sala de espera.
-¿cómo está? -preguntó el Moreno levantándose preocupado.
-Bien -respondió mirando un poco confuso a su pareja- ¿de dónde sacaron a ese pobre omega?
Namjoon les explicó a Jin y a Yoongi (quién tampoco había entendido muy bien todo lo sucedido pues se había despertado cuando Nam conducía en dirección al hospital detrás de Hoseok), ellos escuchaban pacientemente, al concluir todos estuvieron de acuerdo para llamar a su amigo detective y ver qué podría descubrir acerca del rubio.
-Bien, entonces sólo nos queda esperar -todos asintieron en respuesta- por cierto, la chaqueta que tenía el chico, ¿de casualidad es tuya, Yoongi?
-Si, es de él -respondió Namjoon ante la mirada confusa del pálido y sonrió en disculpa- lo siento, estaba haciendo frio y el chico no llevaba mucha ropa encima, tu chaqueta fue lo primero que tomé.
-No te preocupes Nam, no me importa, pero, ¿por qué preguntas? - cuestionó dirigiéndose al mayor.
-Curiosidad -contestó con simpleza, no quería decir nada hasta asegurarse del comportamiento del rubio para con el aroma del alfa.
Pasada una hora, Yoongi y Hoseok se despidieron con la promesa de parte de su amigo médico de mantenerlos al tanto de la situación del pequeño omega. Namjoon se fue casi por la madrugada, su instinto protector estaba alerta y no fue hasta que su esposo le insistió que fuera a descansar que se retiró del hospital.
Condujo con precaución, era la madrugada de un fin de semana, por lo que la carretera podría ser peligrosa culpa de los conductores ebrios regresando de una noche de fiesta.
Iba llegando a su casa, mientras esperaba que el portón eléctrico se abriera, una llamada de su esposo le hizo contestar en seguida.
-¿Cielo? ¿Olvidé al...
-¡¿Ya estás en casa?! -preguntó el omega con desesperación- ¡¿Ahí está Tae?!
El vello de sus brazos se erizó ante la pregunta y con el teléfono en mano bajó del coche a medio estacionar y corrió hasta su casa, abrió la puerta y con rapidez subió las escaleras.
Con el pulso acelerado tocó la puerta de la habitación de su hijo con fuerza, después de tres golpes giró la perilla y entró a la solitaria habitación.
-¡¿Namjoon?! ¡Por favor dime que esta ahí! -decía su esposo alterado.
-Tranquilizante un momento, Jin, dime que esta sucediendo.
-Es que... -un hipido lo interrumpió- Lisa acaba de entrar a urgencias -la voz se le entrecortaba con el llanto- estaba en medio de una sobredosis, y no es la única que llegó en un estado parecido, Nam, los paramédicos dicen que los encontraron en una fiesta clandestina.
-Tranquilo amor, ¿si?, ¿te dijeron en dónde fue la fiesta? Puedo ir a buscarlo.
-Ahora mismo pregunto, por favor, encuentra a nuestro cachorro -pidió llorando más fuerte.
-Lo haré, ahora tranquilizante, ve por esa dirección y también revisa cómo sigue Lisa, necesitamos saber si Tae estaba con ella en esa fiesta.
Después de que el omega le diera la dirección, Namjoon colgó y se dirigió de nuevo a su coche, antes de encenderlo comenzó a llamar a los conocidos de su hijo.
Taehyung tenía muchos amigos, era un niño muy social, sin embargo, los amigos que siempre habían estado con él en todos los momentos importantes de su vida se resumía a tres: Lisa, Woo Shik y Sung Hwan.
Llamó a los últimos dos, estos preocupados le respondieron casi lo mismo: sabían de la fiesta, pero no habían podido ir porque Shik estaba castigado y Hwan tenía clases de natación por la mañana, agradeció y les prometió mantenerlos al tanto.
Después pensó en Jungkook, el menor de los Min también asistía a la escuela de Taehyung y, aunque esos dos no se llevarán muy bien últimamente, sabía que el pequeño peli negro era igual de fiestero que su hermano cuando joven.
Le marcó dos veces, sin embargo, la llamada iba directo a buzón.
Más preocupado comenzó a llamarle a su amigo, temiendo también por el bienestar del otro menor.
-¿Hola? -preguntó con voz ronca, señal de que seguía dormido.
-De verdad lo siento por despertarte Yoongi, pero estoy muriendo de preocupación -dijo alterado- ¿esta Jungkook en casa?
-Si, vi su coche en la entrada, ¿que pasó?
Namjoon comenzó a explicarle todo con rapidez, los nervios lo estaban matando.
-Espera, iré a preguntarle si no lo vio en la fiesta.
Yoongi se levantó casi corriendo de la cama y se dirigió hacia la habitación de su hermano, sin tocar, abrió sintiendo así el golpe de feromonas que había en el espacio.
Se tapó la nariz con el antebrazo y miró en dirección a la cama, la cual se encontraba hecha girones, dos cuerpos desnudos se encontraban en medio, abrazados y roncando de lo más a gusto. En otra situación, el mayor no hubiera dudado en despertarlos para burlarse de ambos.
Salió del destruido cuarto de su hermano, cerró despacio y pegó el celular a su oreja.
-Tranquilo amigo, Taehyung está con Kookie, están dormidos, más tarde que despierte lo llevaré yo mismo a tu casa.
El aire regresó a los pulmones del moreno y masajeó su cabeza con la mano libre.
-Muchas gracias, Yoongi, y de verdad, disculpa las molestias.
-No hay problema Nam, nos vemos al rato.
Ambos colgaron y Kim se dirigió al hospital, después de todo, faltaba poco para la hora de salida de su esposo.
El delgado cuerpo del omega se removió incómodo, se sentía abochornado y con dolor, abrió los ojos con dificultad y se sentó de golpe al no reconocer el lugar, el brusco movimiento lo mareó y soltó un suave gemido cuando su ropa rozó su entrepierna.
Avergonzado miró hacia ese lugar, levantó la sábana y la bata (que tampoco recordaba haberse puesto) y con sorpresa miró su miembro totalmente erecto.
Volvió a taparse con vergüenza y comenzó a mirar curioso toda la habitación, en el dorso de su mano izquierda se encontraba una vía intravenosa que conectaba a una bolsita transparente colgada a un lado de él. Entre las sábanas encontró la chaqueta que lo había acompañado casi toda la noche, entonces recordó al omega y al alfa que se había encontrado en el bosque.
¿En dónde estaban ellos?
Se acostó de nuevo al sentirse mareado otra vez, acercó la chaqueta a su nariz y aspiró el olor a menta y café, un escalofrío recorrió su espalda hasta su entrada de la cual sintió brotar de nueva cuenta algo viscoso, también sintió como sus pezones se ponían erectos y su miembro punzaba.
Guiándose más por placer que por experiencia (la cual era nula), dirigió su mano izquierda hacia su miembro, el primer toque fue sensacional, la piel de sus brazos, espalda y piernas se erizaron en respuesta ante el estímulo, comenzó así un vaivén de arriba a hacia abajo de forma lenta.
-Alfa -susurró bajito entre gemidos, apretando los ojos con fuerza mientras su mano subía y bajaba más rápido.
Un calor en su vientre le hizo gemir con un poco más de fuerza y enterrando su rostro entre la chaqueta terminó por venirse en su mano.
Respiraba agitadamente, se sentía cansado, disfrutando el olor a menta y café, comenzó a cerrar sus ojitos hasta quedarse profundamente dormido.
¡Muy buenas noches!
Muchas gracias por las lecturas y las estrellitas♥
♥♥♥♥Nos leemos pronto♥♥♥♥
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