Jungkook

Entre mas conocía a las castas mas me asqueaba de todos, estaba algo harto de todo esto y había decido parar por un tiempo, me había llamado para ofrecerme un nuevo trabajo, decepcionados de mi negativa pero sabiendo que no es bueno molestarme, me invitaron a quedarme a su subasta.

 Malditos enfermos.

Solo terminaría mi cerveza y me largaria no quería ver como un montón de alfas ricos compraba omegas como si fueran dulces solo para hacer sus cosas depravadas lejos de la vista de los demás, muchos de los que estaban en las subasta lo hacían por el dinero, otros para pagar deudas de sus familiares, y uno pocos los llevaban a la fuerza.

— Bien comenzando con nuestra subasta mensual, tenemos el día de hoy una preciada pieza, la puja comenzara con medio millón, ¿les parece demasiado?, yo diría que no, es un bombón muy dulce, y además es el hijo de nuestro amado Heechul, el policía favorito de todos, pero no solo por eso es valioso, es un Omega puro de muy pocos que hay , es un espécimen hermoso, tiene un cuerpo hecho a mano, y sus ojos de un hermoso color gris, cabello rosa ,   y trasero redondo, nada mas de describirlo la tengo durísima, sin mencionar su peculiar aroma a jazmines y lirios.

Tras la cortina aparece la primera víctima de los depravados, salió vestido con un pequeño vestido blanco algo transparente dejando ver su maravilloso cuerpo, lo reconocí de inmediato, él era dj en una discoteca local, ¿Jimin? Creo que así se llama, no sabia que era hijo de ese malnacido, no parecía estar metido en este mundo de depravados, me acerque a quien quería emplearme.

—Cómpralo para mi, y hare el trabajo.

—Vaya creí que no querías ver mi cara.

—Hazlo antes de que me arrepienta.

Vi como empezaron a pujar por el omega, llego la suma a cinco millones los cuales Seokjin ofreció sin dudar, el sabía que eso era un precio bajo para mis servicios.

—Vendido a nuestro señor Kim Seokjin.

Los aplausos y ovaciones de los demás enfermos no se hicieron esperar, tenia ganas de partirle la cara a todos.

—Te mandare los detalles en la mañana ahora ve y recoge a tu muñeco, que te diviertas querido.

Fui tras el escenario, él estaba sentado en un sillón con la mirada perdida, claramente drogado, uno de los guardias le acariciaba el muslo, él solo se estremecía, me acerque y de un golpe le rompí la nariz al hijo de puta.

—No le vuelvas a poner un dedo encima.

—Perdone señor Jk, no sabia que era suyo— dijo ahogándose con la sangre que brotaba de su nariz.

—Largo de aquí, antes de que te asesine.

Salió corriendo como la vil rata que es, me acerque al, sus hermosos ojos grises estaban vidriosos y lágrimas brotaban lentas de los mismos, despegue mechones de su cabello de la cara empapada de sudor, al tocarlo este se removía en su asiento, aparte de drogarlo le dieron un estimulante, era lo que hacían para que pudieran disfrutar de sus presas sin tanto drama, las hacían entrar en celo para el deleite de los alfas, y su aroma estaba haciendo aguar la boca de todos aquí incluida la mía.

—P…por f…favor no.

Arrastraba las palabras y no podía mover bien sus lindos labios, lo tome entre brazos y lo saque de ese lugar, su cuerpo era muy liviano Jimin se aferro de mi cuello, sentía como se metía en mi cuello aspirando mi aroma para calmarse, trague grueso al escucharlo decirme alfa. Lo metí a la parte trasera de mi coche.

Llegando a mi departamento lo recosté en la cama, note como tenia algunas marcas en sus muslos, levante el vestido y en pequeño vientre se veía un moretón, su labio estaba un poco inflamado, todas eran señales de resistencia, les dio bastante guerra el pequeño, fui a poner a llenar la bañera, al regresar a la cama, él estaba sentado sosteniéndose el vientre con una mano y cubriéndose la boca con la otra, lo cargue hasta el baño y en cuanto toco la taza comenzó a vomitar violentamente, me hinque sosteniéndolo de la cintura y sobando su espalda.

—Es mejor que salga todo, tu cuerpo esta rechazando las drogas.

El color de su piel era demasiado pálido a este punto, creo que había vomitado lo de toda la semana, aunque algo débil trato de resistirse a que le quitara la ropa, temblaba por los dolores del celo pero al mismo tiempo no se movía no un milímetro.

—Tranquilo no me ponen duro los omegas  drogados e indefensos, estuvieras en tus cinco sentidos, seria diferente.

Lo termine de desvestir y lo metí a la bañera, su mirada estaba perdida mientras le tallaba la espalda, tenia algunos tatuajes interesantes, por su espalda estaban tatuadas las fases de la luna, en su costilla la palabra nevermind, y en sus muñecas algunos números, cuando la termine de bañar, lo vestí con un jersey negro y un short del mismo color, no tenia mucha variedad de colores en mi guardarropa, era sumamente pequeño porque las dos cosas le quedaban enormes, vi como comenzaba a cerrar sus ojos.

—Estaré afuera en la sala si necesitas algo, trata de descansar, el efecto pasara rápido— si me quedaba en la habitación con su aroma tan fuerte no me contendría.

Cerré la puerta del cuarto y logre escuchar su llanto, ¿En qué me metí?, no soy el indicado en ayudarlo.

Aquí les pregunto, ¿Quieren otro capítulo? Se viene algo candente.