— ¿Galletas o caramelos? —preguntó mi madre sosteniendo ambos paquetes en sus manos. SuHye estaba en el carrito de compras mientras yo era la encargada de moverlo, habíamos venido al supermercado y era casi costumbre que mi madre me acompañara.

— ¡Alleta! —SuHye estiró sus bracitos a su abuela.

— Es galleta, cielo—besé su mejilla corrigiéndola. Mamá le dio el paquete de galletas y ella sonrió enterneciéndome, su cabello castaño iba recogido en una trenza.

— Podemos llevar...

— ¡No! Alleta—se aferró al paquete sin dejar hablar a su abuela.

— JungKook suele comprarle galletas todo el tiempo—expliqué avanzando con el carrito. Salimos del pasillo de las golosinas entrando al de productos de limpieza (mayormente para el baño o la cocina)

— En pocos meses será el cumpleaños de SuHye—comentó mamá— ¿Quieren hacer alguna fiesta para la niña?

— Hemos hablado sobre eso, sólo queremos pasar el día con ella, quería comprarle un regalo, pero...—suspiré borrando mi buen humor—no tengo dinero.

— ¿Y tu libro?

— Anoche subí el quinto capítulo, pero sé que no tendré mucho en un comienzo, el mundo no les brinda muchas oportunidades a los escritores novatos...

— No pierdas la esperanza—me animó sonriéndome de lado—Además, sabes que puedes contar conmigo y con tu padre.

— Lo sé—miré los estantes llenos de productos tomando ciertas cosas que necesitábamos en el departamento—A veces pienso que de no ser por mi jodida cabeza JungKook no tendría que tomar doble turno en la cafetería, es injusto.

— Todos hacemos sacrificios por nuestras familias, Danbi, el chico quiere darles lo mejor a ti y a la niña...

— Pero llegará un momento donde colapsará, yo también quiero dar lo mejor, es nuestra familia—la miré—Nadie dijo que sería fácil, pero es inevitable sentirme culpable, es inevitable no odiarme cuando tengo esos dolores de cabeza—mi madre no dijo nada. No tenía nada para decir—Estoy enferma, mamá, cada día morimos, pero en mi caso estoy muriendo el doble.

— No digas eso—reprochó—No vas a morir, saca eso de tu cabeza y siempre que lo pienses recuerda que no sólo tienes un chico que te ama sino una hija que espera por ti y vive por ti.

Miré a SuHye, ésta se distraída con el paquete de galletas, ella era tan inocente y pura...todos pasamos por esa etapa, crecemos y nos volvemos mierda por el mundo. No quiero eso para mi hija.

Quiero que crezca, pero no así.

♥♥♥

JungKook me contaba con entusiasmo lo que había hecho en el día, más que nada lo que había pasado en su trabajo, eran exactamente las doce de la noche y él había llegado hace poco, le serví su cena sentándome justo a su lado fingiendo escucharle. SuHye tenía horas durmiendo, siempre que su padre llegaba ella se encontraba dormida.

Hubo un momento de silencio en el que pareció notar algo.

— ¿Te sientes bien? —preguntó al masticar y tragar. Tenía el uniforme de su trabajo, una camisa blanca de botones con mangas dobladas hasta los codos, pantalones de vestir negro y zapatos negros.

— Estoy bien—forcé una sonrisa—Estoy algo cansada.

— Sabes que no debes esperarme despierta—sonrió de lado tomando mi mano, dejó los palillos junto al plato levantándose—Tengo una sorpresa.

— ¿Una sorpresa? —fruncí el ceño mirándole alejarse al soltarme, fue al sofá donde su chaqueta estaba, buscó algo en los bolsillos sin dejarme ver exactamente que era—Dime que no gastaste dinero innecesariamente porque voy a enojarme—apoyé mis codos en la mesa y mi cabeza en mis manos.

— No, nada de eso—lo escuché acercarse, se detuvo justo detrás de mí y se inclinó dejándome sentir su respiración en mi cuello, había colocado frente a mí una cajita negra—Ábrelo—besó mi mejilla apretando mis hombros con suavidad.

— JungKook, esto es...

— Sólo ábrelo, no puedes rechazarme—pidió.

Suspiré enderezándome en la silla obedeciendo sin esperar en lo absoluto encontrarme con algo así. Dentro de esa cajita negra había un anillo plateado muy bonito y pequeño, tardé unos segundos en comprender que en medio había la forma de una rosa pequeña con ligeros diamantes. Miré a JungKook estando en shock, se agachó junto a mí sonriendo de una forma dulce, sus ojos brillaban atentos de mí.

— Yoon Danbi, ¿Aceptarías casarte con este idiota finalmente?

Me hubiera reído de no ser porque...

— Pero tú...

— Firmé el divorcio hoy—comentó sorprendiéndome aún más—IU tenía casi dos meses ayudándome con el papeleo y el abogado, hoy por fin firmé el divorcio y Yuna también—se notaba lo emocionado que estaba y como se esforzaba por controlarse para no gritar al fin—Estoy libre, Danbi, te prometí casarnos y eso haré.

Y aunque siguiera sin recordar la primera vez que lo prometió admito que sentí un nudo en la garganta.

— ¿Por qué...? —miré el anillo y luego a él— ¿Por qué...no me lo dijiste?

— Quería que fuera una sorpresa—besó mis manos— ¿Qué dices entonces? ¿Aceptas?

Asentí sin ser capaz de decir algo, tomó aquel pequeño anillo de la caja y con mucho cuidado lo colocó en uno de mis dedos, exactamente ese donde debía estar, sin aguantar mucho sollocé por culpa de la emoción, JungKook no se molestó en ocultarlo, se levantó y yo me incorporé abrazándolo fuertemente.

— Vamos a casarnos.

— Vamos a casarnos al fin—me cargó dándome vueltas en el aire sacando algunas risas de ambos. Cuando me dejó en el suelo tomó mi rostro entre sus manos besándome suave y lento, sentí el sabor de algunas lágrimas que caían por sus mejillas.

Esto realmente estaba pasando.

Lo que debió pasar hace un año finalmente estaba pasando y claro, JungKookie al fin cumpliría la promesa que tantos problemas nos ha causado.

Este es el anillo que JungKook le dio a Danbi 😳

¡Por fin el momento que tanto se ha esperado! Dios, hasta yo me emocioné 😭💙