II. Capítulo 30
Jeon JungKook
Desperté con un fuerte dolor de cabeza y muchas maldiciones además de gruñidos, me levanté somnoliento dirigiéndome al baño tambaleándome, me sostuve de las paredes haciendo mis necesidades y luego mirándome al espejo donde fruncí el ceño al tener sólo mis bóxer puesto, lavé mis manos mojando mi rostro intentando despertarme del todo recordando que anoche había quedado en verme con Danbi en el bar, estaba muy molesto conmigo mismo y decepcionado de lo que estaba pasando, estuve bebiendo al igual que ella pero...
"Tenías en mente emborracharte, JungKook, ¿Lo olvidas?"
Mientras cepillaba mis dientes miré mis ojos en el espejo, la puerta del baño estaba abierta y daba vista a la cama, casi me atraganto al distinguir una cabellera castaña en mi cama. Me apresuré en quitar la pasta de dientes de mi boca y secándome giré sobre mis talones encontrando a Danbi profundamente dormida, estaba cubierta con las sábanas y la ropa de ambos estaba en el suelo.
"Joder, ¿Qué...?"
Pequeños flashes vinieron a mi mente, me había quebrado delante de ella y no quería eso porque significaba preocuparla. Si bien no me arrepiento de lo que sucedió anoche, pero...no es justo, no recuerdo claramente por culpa del licor. Respiré profundo inclinando mi cabeza hacia atrás mirando al techo mordiendo mi labio, me acerqué a la cama admirando su rostro sereno, su pecho subía y bajaba sin prisa, me preguntaba que estaba soñando. Me senté con cuidado de no despertarla y me fue imposible no acariciar su mejilla.
Las palabras de anoche vinieron a mi mente.
"Así que yo te salvé, si fui tu salvador deberías casarte conmigo, ¿Verdad?"
Suspiré apoyando mi espalda del respaldar de la cama. Miré mi pantalón en el suelo y me estiré alcanzándolo sacando mi celular, no tenía mensajes ni llamadas. Lo dejé en la mesa de noche escuchando un leve quejido a mi espalda, Danbi estaba despertando y no lucía contenta. Llevó sus manos a su cabeza jadeando.
— ¿Danbi? —susurré—Oye, tranquila...
— Las pastillas.
— ¿Qué?
— Las pastillas están en mi pantalón, es para la cabeza—jadeó.
Me levanté rápidamente buscando lo que decía, me acerqué a la mesa junto al sofá sirviendo algo de agua en el vaso. Danbi se había levantado quedando sentada con las sábanas cubriendo su pecho, al entregarle el vaso de agua con la pastilla no dudó en beberla, me senté a su lado acariciando su espalda, ella ni siquiera abrió los ojos en ningún momento, tomé el vaso dejándolo en la mesa de noche, recostó su cabeza de mi hombro relajando su expresión.
— ¿Danbi?
— Confío en ti ciegamente—susurró arrastrando las palabras.
— ¿Qué dijiste? —la miré sorprendido—Danbi, oye, despierta—la sostuve en mis brazos dando suaves palmaditas a su mejilla—Danbi.
— Confío en ti ciegamente—repitió bajando aún más el tono de voz, sentí una corriente eléctrica recorrerme entero. Esas palabras las habíamos dicho por primera vez en el auto de mi padre, el día de su cumpleaños exactamente.
Quise preguntarle más, pero ella volvió a caer inconsciente.
♥♥♥
No sé en qué momento me quedé dormido de nuevo, pero cuando desperté escuché a Danbi hablando con alguien, la chica tenía una bata blanca y su cabello mojado, empujaba un carrito con el desayuno. Al verme despierto sonrió dulcemente, tomó una taza acercándose a mí con ella, me incorporé encontrando el televisor encendido.
— Buenos días, trajeron el desayuno a la habitación, espero que no te haya molestado que lo haya pedido...
— No, está bien—acepté la taza de café, ella lucía muy tranquila— ¿Te sientes bien?
— Estoy bien, espero que no te haya molestado que decidí tomar un baño...—la abracé interrumpiéndola al dejar la taza en la mesa de noche—Tranquilo—dio algunas palmaditas a mi espalda— ¿JungKook?
— ¿Sigues sin recordar nada? —murmuré sin soltarla.
— No, nada, ¿Estás bien?
Si ella no recordaba lo que había dicho estando con los dolores de cabeza... ¿Significaba que sus recuerdos estaban a punto de regresar? No lo sabía, no era médico, pero tenerla allí era más importante, tomé su rostro entre mis manos besando sus labios, posó sus manos en mis muñecas sonriendo un poco en lo que retrocedía.
— ¿No estás molesta conmigo?
— ¿Por qué? —frunció el ceño.
— Por haberme emborrachado y haberme aprovechado de ti...
— No te aprovechaste de mí—rio por lo bajo acomodando algunos mechones de mi cabello—Pero no vuelvas a llorar por mí—aquello me apenó.
— Lo siento.
— No lo sientas, creí que lo habías disfrutado tanto como yo—aquello me tomó desprevenido porque esperaba lo contrario. Danbi sonrió depositando un corto beso a mis labios—Iré a vestirme, será mejor que comas un poco.
Miré la taza de café notando que a su lado estaban las pastillas que le di hace unas horas, la miré caminar al baño decidiendo preguntar...
— Danbi.
Se giró mirándome.
— ¿Mmm?
— ¿Esas son las únicas pastillas que te quedan? —señalé.
— Sí, en cuanto se acabe ese frasco pequeño compraré otro—siguió su camino al baño y desde allí preguntó— ¿Por qué?
"No me fío de esa medicina"
— Por nada—mentí. Tomé el frasco levantándome de la cama, fui al armario ocultándolo en los bolsillos de mi chaqueta.
"¿Y si por culpa de esa medicina ella sigue sin recordar?"
Sería mejor esperar a que ella vuelva a tener otro dolor de cabeza y así lo descubriré. Espero que funcione.
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