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Capítulo 37

Pasaron tres días en los que no supe nada, me esforcé por mantener la calma, distraía mi mente con música, de repente a donde iba me encontraba con mis auriculares puestos. No sabía si avisar a los chicos de esa advertencia de KyungSoo, pero si sabía que ahora no era el momento. Cruzando la calle para subir los escalones de la entrada del edificio me llevé la sorpresa de ver a tres rostros conocidos allí.

— ¡Danbi! —Jin fue el primero en abrazarme al tenerme cerca, Jimin lo siguió y luego TaeHyung. Éste último notó que buscaba algo.

— Está adentro, acabamos de despedirnos de él.

— ¿Cómo está? —los miré.

— Un poco mejor—contestó Jimin sonriendo un poco—Sigue odiándose por lo que pasó, pero estará bien.

— Sí, hablamos con él ayer todo el día y nos contó sobre sus heridas—señaló Jin. Me sorprendí sintiéndome orgullosa por eso, varias veces le pedí que lo hiciera—Todos le dijimos que estábamos para apoyarlos.

— Me alegra escuchar eso.

— No sólo a él, también a ti, ¿Cómo te sientes? —miré a Tae.

— Estoy bien, bueno...algo preocupada por Kookie, pero bien—asentí—Gracias por estar allí para él, algunas veces necesitamos de eso.

— Suga vendrá a buscarlo al salir, lo llevará con RM—regresé mi atención a Jin—No te preocupes, no es nada malo, sólo queremos mantenerlo distraído, sus padres se preocuparon cuando lo vieron ayer.

Jimin lució no muy contento.

— Al primero que avisó fue a nosotros tres—suspiró—Al llegar no dijo nada, pero Jin se alteró por los moretones, Tae le sacó las palabras y yo hice el resto. Suga se muere de ganas de golpear al idiota que inició todo.

— No—dije al instante. Miré a los estudiantes que entraban y luego a Jimin—No hagan nada, por favor.

— Mira lo que le hizo a JungKook—apuntó Tae. También lucía molesto—Y además eso de besarte es pasarse de la raya, ese chico tiene que aprender.

— Es un idiota, sí, pero no quiero más problemas, quiero enfocarme en Kookie—pedí mirándolos-Si me entero que uno de ustedes hace algo será mejor que corran porque se van a arrepentir—advertí. Por lo general no era violenta, pero si debía ser ruda podría hacerlo, Jimin y Tae asintieron. Por último, miré a Jin— ¿Todo bien con Rose?

— Cada día mejor—asintió.

— ¿Podríamos vernos por la tarde?

— ¿Por qué? —Jimin era muy curioso y aunque Tae sólo escuchara sabía que estaba igual.

— Porque...Jin suele aconsejarme o escucharme—me encogí de hombros. Ya lo había hecho una vez—Necesito hablar algo con él.

— Omma Jin, al rescate—bromeó ganándose una mirada reprobatoria que lo dejó helado. Tae intentó no reír.

— Sólo dime donde nos vemos.


La clase me había parecido eterna, Kai no había venido hoy y eso me calmaba. No tendría que luchar por no verlo y querer acabar lo que Kookie no pudo terminar. La profesora explicaba algunas técnicas de sombras, colores, luz y brillo a los dibujos, la mayoría de la clase fue más teoría que práctica, cuando la hora de receso inició, salí del salón dirigiéndome al de fotografía.

No tardé mucho en llegar y allí pude verlo, JungKook estaba sentado comiendo una manzana mientras parecía arreglar algo en su cámara. Cuando levantó la mirada y me vio se levantó acercándose. Su mejilla derecha estaba morada, había un moretón en ella, lucía inflamada aún, su labio inferior estaba roto, hasta ahora lo notaba. Bajo sus ojos se formaban unas ojeras, el chico lucía cansado. Antes de hacer cualquier cosa lo abracé escondiendo mi rostro en su pecho, JungKook me rodeó con sus brazos besando mi cabeza.

Estuvimos así unos minutos hasta que tomé su mano alejándolo del salón, me detuve en uno de los pasillos mirándolo.

— Estás...

— Lo siento.

— No debes hacerlo, no me lastimaste—sonreí un poco—Créeme, no estoy molesta contigo.

— No pensé con claridad, no pensé bien, yo...—besé su mejilla tal y como él hacía conmigo antes del primer beso, acaricié la mejilla herida con mucho cuidado, miré sus ojos sonriéndole dulcemente.

— No vine a hablar sobre esto, vine a verte, quería decirte que si necesitas más tiempo a solas...

— Iba a llamarte o escribirte, pero...

— Shh—callé con gentileza—Hablé con Jin cuando llegué, no debes decir más—deslicé mis manos por su pecho—Quería preguntarte... ¿Qué pasó con esa presentación de fotos que debías hacer?

— Cambiaron la fecha, ¿Por qué?

— Oh SeHun es amigo de Kai y Do KyungSoo también—susurré—Ten cuidado, por favor.

— Tranquila—besó mi frente—Los chicos no me dejarán solo ahora.

— Felicitaciones, por cierto—sonreí mirándolo—Estoy orgullosa de ti, hiciste lo correcto, Kookie.

— Lo sé—se sonrojó. Volví a besar sus mejillas separándome— ¿Te escribo en la noche?

— Claro.


— Lamento no haberles dicho nada, pero eso no me correspondía—me disculpé. Había venido a una heladería a verme con Jin.

— No estamos molestos contigo, tranquila, más bien, dime, ¿Qué pasó? —me miró frunciendo el ceño.

Me removí un poco en mi asiento aclarando mi garganta. Abría y cerraba los labios buscando la forma de explicarme sin sonar tan ruda o directa. Quería decírselo poco a poco.

— ¿Qué tanto sabes sobre Rose?

— ¿Hablaremos de Rose? —arrugó la nariz— ¿Pasó algo, Danbi?

— Hay dos amigos de Kai en el curso de JungKook, como ya sabes—señalé mirando mi helado—Uno de ellos tuvo un encuentro conmigo hace dos días, no pasó nada, pero me enteré sobre algo...

— ¿De Rose?

— Sí—el chico esperaba que siguiera hablando— ¿Cuándo la conociste tenía novio o estaba soltera?

Jin iba a responder, pero cerró la boca analizándolo. Su rostro fue serio de repente, se inclinó hacia adelante.

— ¿Su ex está en el salón de JungKook? ¿Es una broma? —ahora lucía molesto— ¿Cómo supiste eso?

— Él tenía su...foto de fondo de...pantalla.

— Esto es insólito.

— ¿Lo conoces siquiera?

— Rose decía que el chico era posesivo con ella, sus padres querían que su relación terminara, por mí Rose lo dejó, le dije que no debía tener miedo—suspiró llevando sus manos a su rostro—Revisaba sus mensajes, su celular, sus llamadas y llegó a un punto que Rose se alejó de las chicas.

— KyungSoo no dijo nada de eso.

— Obviamente, no ganaría nada diciéndolo—bufó. Tomé sus manos sonriéndole un poco.

— No quería decírtelo para preocuparte, quería decírtelo porque sé que esos chicos son peligrosos, he estado pensando en pedirle a JungKook que salga de ese curso, pero sé que no lo hará.

— ¿Cuánto tiempo duran esos cursos?

— Cinco meses—contesté—Kookie me había dicho que cuando las clases de la universidad iniciaran acomodaría su horario. Sólo lo veré en el curso.

— ¿Y tú no entrarás a una universidad? Tienes tiempo de inscribirte.

— Lo pensaré luego, ahora quisiera no dejar a Kookie solo.

— Oye, JungKookie estará bien, me encargaré de eso—me guiñó un ojo—Hablaré con Suga.


— ¿Hola? —contesté dejando la llamada en alta voz. Mamá secaba los platos mientras yo los limpiaba.

Hola, ¿Estás ocupada?

— No—respondí notando la sonrisa de mi madre—Estoy limpiando lo de la cena, estás en alta voz, mamá te está escuchando.

Buenas noches, señora Yoon. ¿Ya se recuperó por completo?

Sonreí para mis adentros. JungKook se escuchaba mejor, supongo que salir con Suga y RM no fue tan malo.

— Digamos que sí, todavía estoy tomando algunas medicinas para los dolores restantes—explicó— ¿Cómo estás tú? ¿Y tus padres?

Todos bien—se limitó a decir.

— Que bueno, te dejo con Danbi—tomó el celular quitando el alta voz y colocándolo en mi oreja, con el hombro lo sostuve terminando de limpiar.

— Ahora sí, dime, ¿Qué tal te fue con los chicos?

Creo que bien, es extraño ver a Suga tan contento por algo, en todo el rato me sacaba una sonrisa de una u otra forma—reí sin evitarlo. Más que nada por imaginarlo de esa forma—No te burles, tendré pesadillas con él.

— Lo siento, sólo no puedo evitarlo.

Te tengo una sorpresa.

— ¿Enserio? —levanté mis cejas— ¿Qué es?

Si te digo no es sorpresa.

— Por favor, no se vale decirme que es sorpresa, es como tentarme a preguntar—me quejé secando mis manos.

Mañana lo verás—pude casi imaginar su sonrisa— ¿Te parece si paso a recogerte?

— ¿Me darás mi sorpresa?

Claro. Ansío ver tu rostro cuando veas de que trata.

— ¿Te estás burlando, Jeon JungKook?

No—rio un poco. Prefería escucharlo así que verlo triste y sintiéndose culpable—Bueno, tal vez. Mañana te veo, descansa.

— Tú igual.

— ¡Espera! -dijo antes de que colgara.

— ¿Qué?

No olvides que te quiero.

El sonrojo vino en segundos, mis mejillas ardieron y una sonrisa tonta apareció en mis labios. Sentí mi corazón saltar un poco.

— Yo también...y mucho.


Desperté unos minutos antes del despertador, tomé una ducha con agua caliente saliendo a los minutos con la toalla en mi cuerpo. Abrí el armario echando un vistazo a la ventana, la nieve había disminuido en cantidad, el frío no era tan fuerte, pero seguía presente. Escogí unas mallas negras, un vestido fresco con puntos negros, Converse grises, suéter blanco y mi cabello suelto con un gorro de lana. Tomé mi bolso saliendo del cuarto, mis padres se habían ido ya, preparé dos sándwiches simples guardando algo de fruta para comer en la hora libre del curso.

No pasó mucho en el que tocaron a la puerta, recogí mi bolso cerrando las ventanas y con el celular en la mano, al tomar mis audífonos abrí la puerta encontrando a JungKook de pie con sus brazos cruzados. Llevaba una sudadera, Jeans y botas, pero cuando noté lo que había cambiado en su cabeza borré la sonrisa.

JungKook ya no tenía ese cabello castaño oscuro ahora había una melena igual de adorable, pero de un castaño muy claro, demasiado claro.

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