Capítulo 35
— Recuérdame agradecerle a Jimin.
— ¿Por qué? —JungKook me miró sin entender, caminaba sobre un muro delgado y bajo, tenía mis brazos extendidos intentando no caerme.
— Por haberlo hecho oficial—me reí al recordarlo sonrojándome de nuevo. Un pequeño grito salió de mí cuando Kookie rodeó mi cintura cargándome por unos minutos, al dejarme en el suelo no dudó en besarme, dejé mis manos en su cintura mientras las suyas tomaban mi rostro, jamás me cansaría de besarlo.
— Hablemos ahora de tu flequillo—dijo al separarse unos centímetros—Y tu ropa, es primera vez que veo tanta piel—golpeé su pecho en forma de broma.
— No me has dicho nada.
— Con los chicos no podía, pero estás hermosa, demasiado hermosa—me cubrió con mi suéter haciéndome reír. Negué con la cabeza mirándolo de nuevo un poco más seria.
— ¿Debo preocuparme por ti?
— ¿A qué te refieres?
— Ya sabes, tú y tu ex se llevan muy bien al parecer...
— Danbi.
— Sólo quiero saber si regresarás con ella—eso lo tomó como algo amargo ya que su rostro hizo una mueca de disgusto—No parece tan mala, no me agrada, pero...—me encogí de hombros—Me pareció verte celoso cuando Kai apareció.
— Me molestó que apareciera incluso el día de hoy—explicó—Obviamente sigue sin agradarme, desconfío de él, no me gusta cómo te mira.
— Imagina si me vistiera como Jennie o Jisoo—levanté una de mis cejas.
— Si te vistieras así para mí no me quejaría—me sonrojé sin evitarlo. Me gustaba que JungKook tuviera esos momentos pícaros, pero no era capaz de decirlo.
— Me gustó salir con los chicos—volví a caminar a su lado, rodeó mis hombros con su brazo y pasé mi brazo alrededor de su cintura—Espero que Jin y Rose terminen juntos, se ven bien.
— Pienso lo mismo, hemos hablado con Jin para que se declare de una vez, siempre dice que lo hará, pero cuando ella aparece es otra persona.
— Deberíamos darles un empujón.
— Siempre que lo intentamos ambos terminan más alejados—miró al suelo— ¿Cómo sigue tu madre?
— Un poco mejor, se levantó de la cama, pero sigue con dolores en los huesos.
— Debería guardar reposo y abrigarse bien.
— Le diré—asentí—Oye, ¿Cuándo iremos a ese estudio?
Sonrió de lado deteniéndose.
— ¿Quieres que te lleve?
— Me gusta estar allí—asentí sonriendo. Tomó mi mano compartiendo mi emoción.
La última vez que estuve aquí fue hace semanas, el silencio volvía intensa nuestras voces, todavía era temprano para volver a casa y además afuera hacía mucho frío como para seguir caminando. Subí las mangas de mi suéter hasta mis codos, JungKook hizo lo mismo, pero con las mangas de su camisa.
— ¿No tienes nada nuevo? —miré la pequeña habitación donde esperaban los micrófonos y los audífonos.
— No hemos grabado nada más, Jimin vino hace poco para entregarle una canción a Jennie por su aniversario...
— ¿Enserio? Qué lindo de su parte.
— Estaba como loco ese día—se acercó tocando algunos botones. Mordí mi labio mirándolo, su cabello caía un poco más debajo de sus cejas, tendría que cortárselo en poco tiempo, al notar que lo veía se sonrojó— ¿Qué?
— Quiero escucharte cantar sólo para mí, que seas sólo tú—susurré avergonzada por pedírselo—Sé que no tienes nada escrito, pero puede ser una canción que te guste o lo que sea, sólo quiero escucharte en vivo.
Asintió con lentitud mirando al frente, entrecerró sus ojos pensando en algo. Tomó mi mano llevándome a esa habitación donde él con los chicos cantaban, sentí algo parecido a una presión en mis oídos, JungKook me hizo tomar asiento en una de las sillas, acomodó esos grandes auriculares en mis orejas guiñándome un ojo, cuando se dio la vuelta y salió cerrando la puerta observé por la ventana que daba a donde hace minutos había estado. Sonreí de lado sintiéndome como una de esas artistas cuando grababan sus discos, supongo que así se sentía Kookie al cantar aquí.
—¿Me escuchas bien? —Una voz masculina pero dulce se escuchó perfectamente en los auriculares. Escucharlo tan cerca me hizo removerme un poco frunciendo el ceño—Puedes hablar por el micrófono frente a ti, Danbi.
— ¿Cómo puedo escucharte?
— Estoy presionando un botón que me permite hablarte—explicó tomando asiento en la silla que tenía cerca— ¿Cómo se escucha? —levanté mis pulgares viéndolo sonreír—Cierra tus ojos—obedecí relajándome.
Una voz dulce invadió mis oídos, sólo era una voz, no había música, instrumentos, nada, era sólo él. Tal como le pedí, sonreí sin evitarlo presionando los audífonos para escucharlo mejor, JungKook tenía una voz preciosa, escucharlo a solas era otra cosa, su voz lograba calmarme aún más, me olvidé del mundo unos minutos que me parecieron horas.
No supe en qué momento cerré mis ojos, pero al abrirlos la imagen que encontré me encantó, JungKook cantaba con sus ojos cerrados muy concentrado, escuchar su respiración tan cerca me causó escalofríos, pero al mismo tiempo sólo me daban ganas de ir corriendo a él a besarlo.
Era interesante como el destino unía a dos personas con problemas similares, recordé como lo odié en un inicio por ser tan feliz, tan sonriente y tan seguro, dejé que intentara contagiarme sabiendo que lo lograría, pero fui tan terca que creí que yo misma lo haría. Aquí estábamos, JungKook y yo somos novios, seguimos luchando con los problemas, pero supongo que eso siempre pasará. Las relaciones no son sencillas todo el tiempo. Así como he aprendido de él, él ha aprendido de mí.
Ese chico que estaba allá sentado cantando con una voz angelical era mío y yo era suya.
El domingo fue más de estar en familia, con mamá mejorando aún preferimos quedarnos en casa y pedir comida a domicilio viendo películas o jugando juegos de mesa. JungKook también había salido con sus padres así que no hablamos mucho en todo el día.
El lunes lo esperé en recepción algo curiosa, había dicho que quería comentarme algo, quería saber mi opinión y no dejaba de preguntarme qué.
— ¿No deberías subir directo a clase? —me giré encontrando a Kai. Levantó una de sus cejas señalando mi flequillo—Que lindo, ¿Te lo hizo tu novio?
Sonreí con algo de falsedad cruzándome de brazos, no, hoy no me amargaría el día, no después de mi increíble fin de semana.
— ¿Disfrutaste la película con tu novia? —contesté con otra pregunta—Ahora entiendo porque tanto capricho con hacer molestar a JungKook.
Se acercó peligrosamente con su bolso en el hombro. Me mantuve firme alzando la cabeza sin apartar la vista de esos ojos azules electrizantes. Uno de sus mechones rebeldes caía ante su mirada dándole un aire intimidante pero aun así no me puse nerviosa.
— ¿Quién dijo que era mi novia?
— Lo supuse—me encogí de hombros—Ten cuidado, Kai.
— No, ya no.
Jaló de mí apoderándose de mis labios en segundos, intenté alejarlo sintiendo sus brazos tensarse a mi alrededor empeorando las cosas. Sentí algo parecido a desesperación recorrerme entera, Kai era más grande y fuerte que yo, no me soltaría con facilidad, un quejido salió de mi boca cuando no pude mover mis brazos complicándome el escaparme.
En minutos retrocedió no por decisión propia, alguien lo había alejado de mí golpeándolo justo en el rostro y ese alguien había sido JungKook. Su bolso estaba en el suelo junto al de Kai, el chico tenía la nariz rota, esto no me gustaba.
JungKook arrojó otro puño al rostro de Kai volviendo a golpearlo, se abalanzó sobre él golpeándolo sin descanso, para mi susto, Kai también devolvió puñetazos y cuando algunos intentaron alejarlos ambos muchachos cayeron al suelo. Kookie estaba irreconocible, su rostro estaba tenso y su cuerpo también, algo me decía que su fuerza era superior a la de Kai incluso siendo menor. Me acerqué tocando su hombro, pero me empujó haciéndome caer. Dos hombres de seguridad habían intervenido separándolos así, los amigos de Kai estaban entre la multitud, pero los dos nunca intervinieron.
— Danbi...—JungKook al verme en el suelo se dio cuenta de lo que había hecho. Tenía un moretón en su mejilla mientras que Kai sangraba de su nariz y parte de su labio.
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