Capítulo 32
Estaba realmente preocupada, jugaba con mis manos con nerviosismo, JungKook no me dejaba llamar por un doctor, decía que no se comparaba con lo que debía pasar junto a su madre. Por eso estaba tranquilo, al regresar a casa de nuevo descubrimos que mamá estaba ardiendo en fiebre, estaba inconsciente, el chico intentaba bajarle la temperatura colocándole el pañuelo de agua fría en la frente. Mi madre tenía las mejillas encendidas en rojo intenso, papá no respondía el celular y por eso Kookie me pidió que no insistiera.
— ¿Y si no mejora?
— Va a mejorar—JungKook cambió el pañuelo dejándolo a un lado, se levantó tomando mi mano sacándome del cuarto cerrando con cuidado—Esperaré unos minutos para hacer lo mismo.
— Deberíamos llamar a un doctor...
— Danbi, tu madre sólo tiene un virus, muchas veces pasa...
— ¿Eres doctor acaso?
— No, pero el padre de Jin si lo es y estos casos pasan—indicó callándome. Sonrió dulcemente bajando las escaleras junto a mí—Tu madre no se enferma mucho, ¿Cierto?
— No. Por lo general ella es quien me cuida...
— Imagina cuando debía cuidarte en tus momentos—lo dijo sin darse cuenta de su significado. Me sentí estúpida, ella tenía un virus y yo estuve cerca de morir desangrada cortándome las venas o intentándolo. Esto no era nada para todo lo que yo había hecho, JungKook al notarme tan callada me abrazó con fuerza—Perdón, no me refería a eso.
— Lamento ser exagerada.
— No te disculpes, es tu madre al fin de todo—acarició mis mejillas besando mi frente—Estará bien, ¿Quieres seguir intentando llamar a tu padre?
— Sí, tal vez ahora responda.
Papá llegó a la hora después, su celular se había descargado, le agradeció a JungKook por acompañarme y ayudarme. Cuando fue a ver a mi madre ya la fiebre había disminuido bastante, el sonrojo de sus mejillas también, pero ella seguía inconsciente perdida en sus sueños. Hasta ahora que veía a papá notaba las ojeras bajo sus ojos, lucía más delgado además de pálido. Eso no me gustó, por eso cuando me ofrecí a preparar algo de té pregunté a Kookie:
— ¿De qué trabaja tu padre?
— En construcción, es ingeniero—contestó al instante mientras sacaba cuatro tazas del estante. A diferencia de mí, él no necesitaba colocarse de puntitas para alcanzarlas.
— ¿Es bueno?
— Diría que sí, en casa tiene una oficina algo pequeña pero llena de planos, datos, estadísticas, etc.—se encogió de hombros. Al parecer no le interesaba, sus ojos oscuros fueron a mí— ¿Por qué?
— Mi padre no está en una edad adecuada para trabajar en construcción—frunció el ceño sin entender. Serví el agua caliente en las tazas teniendo cuidado de quemarme—Lo veo más cansado que antes, camina un poco inclinado y pareciera que le costara.
— Noté su rostro cansado—asintió.
— Quisiera que tu padre cambiara su horario de trabajo, lamentablemente conseguir un empleo ahora es complicado y sé que no soy nadie para decirle cómo debe trabajar, pero me preocupa la salud de papá—al servir las cuatro tazas proseguí con los pequeños sobres de té. JungKook escuchaba con atención, mordía su labio de una forma tentadora. Hasta ese momento me daba cuenta que ya no lo encontraba tan dulce como antes—Quiero que hables con él, ayúdame con eso.
— Lo haré—asintió mirándome fijamente—Ahora quisiera preguntarte algo, ¿Has hablado con Kai?
— Por favor, no quiero discutir ahora.
— No, no voy a discutir—se apresuró a decir—Sólo quiero saber porque te molesta tanto.
Si le dijera que me llamó anoche enloquecería así que no.
— No lo sé—suspiré—Una vez dijo que en la primera clase lo miré por mucho tiempo, creo que malinterpretó eso.
— ¿Lo miraste? —levantó una de sus cejas burlándose.
— Sí, bueno, me parecía algo interesante, resaltaba entre los demás—sentí el calor en mis mejillas terminando con el té. Le ofrecí una taza tomando las otras dos colocándolas en una bandeja pequeña para subirla.
— ¿Has pensado alguna vez en resaltar, Danbi? —al mirarlo noté un brillo de picardía en sus ojos. ¿En qué estaba pensando? —Ser un poco más...ya sabes.
— ¿Qué?
— Me encanta como eres, pero a veces me gustaría verte siendo un poco más...segura.
— ¿Segura? —al preguntarlo se acercó a mí soltando la trenza de mi cabello, despeinó la melena sacudiéndola un poco haciéndome sonreír tontamente, al colocar los mechones detrás de mis orejas detuvo mis manos.
— No hagas eso.
— Pero...
— No, sólo recoge tu cabello de nuevo.
— Pero...
— Hazlo—volvió a interrumpirme. Sin entender lo recogí en una coleta alta, alejó mis manos apretándola un poco más, dejó que algunos mechones cayeran sueltos por mis mejillas mostrándome luego con la cámara frontal de su celular como me veía, seguía teniendo un aspecto dulce pero la coleta no estaba tan arreglada como usualmente la llevaba, la parte que caía atrás iba salvajemente bien y esos mechones en mis mejillas no me quedaban tan mal—Creo que Rose te ayudará mucho.
— ¿Rose? —lo miré confuso— ¿Quieres que cambie mi forma de ser, JungKook?
— No, sólo te muestro que te ves bien en todo y eso es difícil de ver en una persona—besó mi mejilla dándole un suave mordisco.
Mi madre había mejorado un poco, la fiebre se había ido de su cuerpo, pero sus huesos dolían aún. Papá se quedaría con ella, había hablado con el padre de JungKook para avisar que no iría al trabajo y éste comprendió avisándole de su nuevo horario. Sonreí para mis adentros agradeciendo a Kookie por mensaje un millón de veces.
— ¿Sabes que usarás hoy? —preguntó mi madre tomándome desprevenida. Estaba desayunando con ella en la cama, papá se estaba duchando mientras.
— Lo primero que encuentre—contesté con la boca llena y me miró en forma de reproche.
— Saldrás con los amigos de JungKook y si vas con ese chico debes vestirte mejor.
— ¿Qué tiene mi ropa? —me sentí ofendida. Todos parecían estar en contra de mi aspecto, me vestía bien, me gustaba lo sencillo.
— Aprovecha los rayos de sol el día de hoy, Danbi, llévate algo fresco pero abrigador por si el frío regresa—aconsejó—Deberías arreglarte ahora. Quiero intentar algo con tu cabello, ve a ducharte.
— Estoy desayunando.
— Después lo harás, ve—me quitó el plato. Mastiqué con lentitud lo que tenía en la boca incorporándome. A mi celular llegaron dos mensajes mientras buscaba algo en el armario, Jennie y Jisoo me escribían por primera vez saludándome. Se disculpaban por escribirme temprano, pero querían que nos viéramos antes de encontrarnos con los chicos.
Acepté sin problemas escogiendo unos pantalones cortos con unas mallas negras debajo de éste, no me gustaba enseñar mis piernas pálidas, dejé las Converse azules junto a la cama, tomé una blusa blanca con una estrella gris en medio y un suéter de tela fina completamente negro, al notar lo que iba a ponerme arrugué la nariz, el invierno era mi favorito porque era la perfecta ocasión para esconder todo el cuerpo, pero cuando debía usar estas cosas...
"Sólo te muestro que te ves bien en todo y eso es difícil de ver en una persona"
Escuché decir a JungKook en mi mente. Bufé dándome por vencida entrando al baño.
Mamá estaba adolorida por sus huesos, pero ella insistió en acomodar mi cabello. Lo desenredó por completo con cuidado, lo alisó también una hora iniciando su trabajo, hizo dos trenzas que se unían por detrás, tomó unas tijeras de su peinadora colocándome nerviosa, acomodó un mechón algo grande frente a mis ojos, no entendí lo que hacía hasta que me miré al espejo. Ahora tenía un flequillo sobre las cejas, caía parejo sobre ellas, sonreí para mis adentros, JungKook estará decepcionado cuando me vea tan dulce.
Mi celular volvió a vibrar, Jisoo me envió la dirección de dónde nos veríamos. Cuando le pregunté qué haríamos no quiso decirme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro