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Capítulo 30

Esto tenía que ser una broma, realmente tenía que serlo. Llamé a su celular mientras todos salían por la puerta despidiéndose hasta mañana, caminé de un lado a otro en el pequeño salón de recepción terminando por sentarme, moví mi pierna con inquietud. JungKook no contestaba su celular, sabía que no quería contestarme, pero allí estaba como tonta, insistiendo sin obtener respuesta. Se había ido sin mí, se había ido molesto y furioso, no quería que estuviéramos así pero tampoco permitiría que fuera tan posesivo. Dejé un mensaje breve pidiéndole que me llamara en cuanto viera el texto, suspiré frustrada pasando mis manos por el cabello despeinándome sin importarme nada.

— ¿Qué haces aquí?

Maldije para mis adentros. ¿Este chico no se cansaba? Por su culpa Kookie cree algo que no es.

— Déjame en paz.

— ¿Así como tu novio lo hizo? —preguntó burlonamente. Respiré profundo acomodando mi cabello dispuesta a reclamarle, pero me detuve al ver dos chicos más acompañarlo, claro, eran los que había visto el otro día. Eran tan altos como él, al ver una pequeña sonrisa estúpida en el rostro de Kai recordé el enojo de JungKook, no iba a hacer una escena allí. No le daría el gusto.

— Ya me voy—intenté evitarlo, pero tomó mi brazo. Mordí mi lengua para no gritarle, ¿Todos acostumbraban a tomarme así ahora? — ¿Qué? —me giré.

— Oye, tranquila, sólo bromeaba—jaló de mi muñeca al bajar su mano allí—Danbi ellos son Do KyungSoo y Oh SeHun-presentó.

— Dime D.O—sonrió el de cabello cobrizo—Gusto conocerte.

— ¿Por qué estás molesta? —preguntó el otro aparentemente preocupado. ¿Qué hago con ellos de todos modos? Mi problema es con Kai, es un idiota e imbécil que parece disfrutar hacerme enojar.

— Lo siento, chicos, debo irme, gusto conocerlos—me apresuré a salir de allí. Me abrigué bien con mi chaqueta deteniendo un taxi, subí al auto teniendo una idea. Revisé mi celular marcando su número, me parecía que era la persona correcta para esto, aunque me apenaba decírselo.

— ¿Hola?

— ¡Hola! —él debía saber algo. Una imagen de JungKook en un charco de sangre apareció de repente y negué con la cabeza, él no podía repetirlo de nuevo—Jin, disculpa, sé que debes estar ocupado y de verdad lo lamento, pero necesito saber si sabes algo de JungKook.

¿De JungKook? ¿Lo perdiste?

— Algo así—suspiré mirando por la ventana. La nieve había dejado de caer—Sólo quería saber si lo viste.

¿Discutieron, cierto? Ese JungKook...—lo imaginé respirando profundo— ¿Te hizo algo? ¿Quieres que le dé un sermón por ti?

— No, no—no quería que se molestara más—No discutimos, fue...—no supe explicarlo. No sabía hacerlo. ¿Qué le diría? Pude ver a Kai burlándose de mí de nuevo, quise golpearme, creí que sería un buen chico, pero obviamente no lo era— ¿Puedo ser honesta contigo? No le cuentes a nadie.

Me estás asustando, Danbi.

— Hay un chico en mi clase llamado Kai, creí que sería un buen...

Oh, sí, lo sé—guardé silencio ante eso. Fruncí el ceño, ¿Quién...? —Kookie me escribió esta mañana, luego me llamó en el almuerzo, dijo que se sentía inseguro, se escuchaba nervioso.

— Supongo que fue antes de ir a verme.

Dime que sucedió exactamente—pidió.

— Él fue a verme en el tiempo libre que teníamos, te juro que no hice nada malo, Kai conversaba conmigo y bueno, sí, lo admito, él me estaba coqueteando, pero le he dejado en claro que quiero a JungKook—hubo silencio de su parte—Él se dejó llevar por lo que vio y fui a buscarlo, pero...no terminamos bien, salí, pero se había ido...

¡Un momento, querida! —alzó la voz sorprendiéndome— ¿Jeon JungKook te dejó en el edificio? ¿Sola? ¿Con este frío? ¿Con este clima?

— Jin...

¿Te dejó sola con ese chico? Voy a llamarlo ahora mismo, me va a escuchar...

— ¡No! Oye, escucha, no quiero que lo regañes, quiero que hables con él, sé que no me escuchará porque está molesto, pero por eso te llamo—miré mi bolso— ¿Podrías ayudarme, Jin?

Eso no lo preguntes.

Pasé toda la tarde con el celular cerca, tomé un baño, me cambié guardando la ropa que la madre de JungKook me había dado, la lavaría para devolvérsela. Tomé el almuerzo, realicé el dibujo de una imagen que nos había dado la profesora, comencé a colocarle color y sombra guiándome de los conceptos en mi cuaderno.

No había escuchado siquiera cuando mi madre llegó.

— ¿Todo bien en tu día? —sonrió un poco acercándose—Esta nieve es un caos. ¿Cómo te trató la madre de JungKook?

— Bien—asentí.

— Tu padre quiere que vayamos a comer algo este domingo...

— ¿Este domingo? —la interrumpí—Voy a salir, no creo que pueda.

— Entonces el sábado, iremos a comer, podemos ir al parque, al cine, lo que quieras—sonrió acariciando mi mejilla—Desde que tu padre trabaja allí hemos tenido menos tiempo juntos. Creí que vendrías con JungKook.

— Tuvo que hacer unas cosas—mentí.

— Bueno, iré a preparar la cena, dejaré que termines...

— Quiero ayudarte—me levanté siguiéndola.

Al día siguiente no supe nada de JungKook o Jin, me decidí a dejarle un mensaje a este último, la profesora todavía no llegaba. Comenzaba a considerar la opción de ir a su salón, asegurarme de que vino, sí, eso haré. Me levanté dispuesta a salir, pero justo en el marco de la puerta apareció la persona más agradable del mundo.

— ¿A dónde vas? —quiso saber. Tuve que levantar la cabeza para verlo mejor.

— Algo que no te incumbe—intenté salir, pero no se movió.

— Sigues de mal humor, eso significa que tu novio no te ha hablado—lo miré molesta y él sonrió complacido. Sus ojos brillaron con malicia, Kai realmente disfrutaba esto—Para que veas que no soy tan malo como crees, acabo de verlo abajo, vino en el auto de una chica.

— Es mentira—me crucé de brazos. JungKook no haría eso y si fuera así podría ser Jisoo o Jennie.

— Cumplo con decírtelo, pero piensa, no te ha hablado porque ha estado ocupado—lo empujé fuera de la puerta, su sonrisa volvió a aparecer.

— Escucha, no sé cuál sea tu problema, pero aléjate de nosotros—advertí.

— Ese chico necesita madurar, Danbi, lo sabes.

— No, no lo sé—fui cortante—Tú necesitas madurar y no arruinar relaciones.

— Lo que digas—pasó junto a mí pellizcando mi mejilla. Rodeé los ojos corriendo al salón de Kookie, tardé unos minutos en encontrarlo, pero pude verlo allí en uno de los primeros puestos. Su profesor no había llegado tampoco, moví mi mano indicándole que saliera, se deshizo de su chaqueta dejándola en su asiento, detrás de él noté a los dos amigos de Kai, conversaban entre sí.

— ¿Sabes lo preocupada que me tenías? —inconscientemente miré sus muñecas. Tenía una camisa blanca con las mangas hasta sus codos, me miró serio sin decir nada—Te llamé ayer, creí que hablaríamos o que al menos nos iríamos juntos-de nuevo silencio—Por favor, dime algo.

Miró alrededor mordiéndose el labio jugando con su lengua en su mejilla. Sé que podría alejarme, pero lo abracé suspirando, sentirlo allí me calmó. Realmente estaba adicta a él. Sus brazos me rodearon a los minutos y sonreí de lado.

— Lo siento—susurré—No me enojé contigo, me enojé de las tonterías de las personas para darnos problemas—levanté mi rostro mirándolo, sus ojos oscuros lucían más compresivos—JungKook, yo...

— Shh—colocó su frente con la mía—No digas nada, por favor—y para evitar que dijera algo más besó mis labios.

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