JungKook no vino a casa por la mañana como usualmente hacía y por la tarde tampoco apareció. Cuando lo llamaba no contestaba, dejé algunos mensajes un poco preocupada y temiendo que algo le pasara. No era normal que tratándose de él no hubiera respuesta. ¿Dónde estaba metido? ¿Qué estaba haciendo?

Por la tarde había ayudado a mi madre a decorar la casa, sentí mi humor mejorar un poco con tantos adornos y con mamá cantando algunas canciones navideñas. Le había mostrado la que JungKook había compuesto y se sorprendió del talento del chico, dijo que sus padres confiaban en él y que su madre era una apasionada por la música también, aquello era hereditario.

— Pero dime, no me has contado sobre anoche—sonrió colocando una cinta en el barandal de las escaleras.

— Oh, bueno...—fui sosteniéndole la cinta siguiéndola—Estuvo bien—aquello no le agradó ya que frunció el ceño.

— ¿Sólo bien? ¿Estuvo mal entonces?

— ¿Esperabas que algo pasara?

— Esperaba una cita que fuera buena.

— ¿Ahora JungKook es mi cita? —sonreí divertida—Mamá, ¿Quieres que tenga novio?

— Hacen una pareja linda, siento que de cierta forma ese chico te hace bien y es lo que tu padre y yo queremos—me miró—Queremos verte bien, Danbi.

— Estoy bien.

— ¿Por cuánto tiempo? —levantó una de sus cejas y ahí lo comprendí. Ella temía que si me alejaba de JungKook volvería a lo mismo, con sólo una semana tanto ella como mi padre habían visto un cambio, pero yo no lo veía así. El muchacho lograba darme paz y tranquilidad, mi mente se alejaba de todo, pero entonces algunas veces cuando estaba sola todo me daba vueltas.

— No se quedará para siempre, está ayudándome por eso. En algún momento se irá...

— ¿Te dijo que lo haría?

— No, pero...

— Sólo prométeme que aprovecharás este tiempo con él, no por tu padre o por mí, sino por ti, cielo.

Mi padre llegó cuando justo terminaba de limpiar los platos, miré la hora consiguiendo que eran las ocho de la noche, aclaré mi garganta abriendo la boca para decir algo, pero mi madre habló primero.

— ¿Cómo te fue?

— Un poco bien, creo que desde mañana tendré nuevo horario.

— ¿Por qué? —pregunté.

— Tengo nuevo jefe ahora, es todo—se encogió de hombros.

— Te serviré algo de com...

— No es necesario, comí algo antes de venir, no te preocupes—sus ojos oscuros fueron a mi luego— ¿Qué tal tu día? ¿JungKook vino hoy?

— No—contesté y no pude evitar pensar en él algo preocupada. Esperaba que nada malo le hubiera pasado, anoche había estado un poco pensativo cuando veníamos de regreso. Todo desde esa llamada...

— ¿Pasó algo anoche, Danbi? —quiso saber.

— No, todo bien, sólo creo que quizás...perdió su celular, no lo sé—tomé el pañuelo de la cocina secando mis manos. Mamá acomodó algunos vasos en el estante guardando silencio.

— Hablé con su padre hoy, nos invitó a una cena navideña en su casa—explicó un poco incómodo—Estarán algunos amigos suyos y bueno, su madre quiere conocerte, JungKook le ha hablado mucho de ti.

Me sonrojé un poco. El chico no me había dicho eso, mamá sonrió de lado antes de dar su opinión.

— Me parece una buena idea, no creo que haya problema con eso-nos miró.

— Será el martes por la noche...

— No tengo nada que ponerme...

— Iremos de comprar a por algo, no te preocupes-sonrió mamá.

— ¿Cómo ha resultado las...? —un tono de llamada interrumpió lo que iba a decir. Tardé dos minutos en darme cuenta que aquel sonido era de mi celular, corrí a la mesa recogiéndolo consiguiendo su nombre, contesté sin pensar.

— Hola, me tenías muy preocupada—decidí alejarme de mis padres caminando a la sala— ¿Dónde estabas? ¿Te pasó algo?

— Tranquila, estoy bien, sólo no estuve cerca de mi celular en todo el día.

Esa palabra de "estoy bien" no me convenció. ¿Cuántas veces la había usado con mis padres? ¿Y cuántas veces no las he dicho? Además, el tono de JungKook era cansado, lento y parecía arrastrar las palabras. Se escuchaba casi...triste o quizás era mi imaginación.

— ¿Qué hiciste?

— Estuve arreglando unos papeles en mi universidad, el director me llamó pidiéndome que fuera hoy para algo importante y resultó siendo un error de información—explicó. Mordí mi labio sentándome en el sofá escuchándolo con mucha atención—Luego Jin y yo nos encontramos, comimos algo...

— Kookie, no debes decirme realmente lo que hiciste—lo interrumpí con gentileza.

— Pero preguntaste...

— Lo sé.

— ¿Kookie?

— Así te dicen.

— Lo sé, pero lo tuyo es más JungKook, no Kookie—noté una mínima broma en su tono. Algo le pasaba, lo sabía—Lo siento, tuve un día ocupado y no pude estar contigo...

— Oh, no—sonreí de lado—Tranquilo, no hay problema, pero si me preocupé, ¿Algo te pasa? Te escucho un poco...decaído...

— Estoy cansado, es todo—respondió al instante con un poco de brusquedad, como si no quisiera hablar de ello. Asentí recordando que no podía verme.

— ¿Sabes algo de una cena en tu casa?

— Mi madre me comentó algo de eso.

— Bueno, resulta que nos invitaron el martes...

— Y vendrás, por supuesto.

— Habrá mucha gente...

— Para nada, por lo general vienen pocos o los que son cercanos a mis padres, Jin vendrá, le gustará verte de nuevo.

— ¿Te veré mañana? —no quise sonar desesperada ni ilusionada, pero...no lo logré muy bien. JungKook rio por lo bajo y me pareció una risa amarga.

— No creí que quisieras que fuera—guardé silencio. El tono triste del chico regresó—No lo creo, no lo sé.

— JungKook, ¿Qué...?

— Debo irme, te escribo mañana.

Mi madre había comenzado sus vacaciones desde el viernes. Estuve parte de la mañana y la tarde en mi habitación cuando me terminé convenciendo que JungKook no vendría y así fue, pero esta vez no lo llamé ni lo molesté enviando mensajes, algo le pasaba y no quería decirme, no era tonta.

Mi madre quiso que fuéramos a comprar algo para mañana, estaba muy animada con la ropa nueva y no dejaba de preguntarme cuando fue la última vez que vinimos de compras. Mientras ella veía una blusa, estudiaba unos Jeans rasgados en las rodillas.

— ¿Por qué nunca nos conocimos? JungKook y yo—miré a mi madre—Su padre y el mío son amigos...

— Pero siempre estaban ocupados, nunca concordaban—explicó—Sus padres te conocieron cuando tenías meses, JungKook recién había nacido también y habíamos ido a verlos para conocerlos, te llevamos...

— Entonces si nos conocimos, pero no lo recordamos—imaginé una tierna imagen de un bebé con ojos café y mejillas rosadas. JungKook debió haber sido adorable.

— Se podría decir—continuó mirando las prendas diciéndome lo que podía o no quedarme bien.