Un dia más, es lo que penso Felix al  entrar a la sala de urgencias donde su turno empezaba, ser doctor era muy pesado tanto mentalmente como físicamente.

Estiró sus brazo mientras se paciaba entre el lugar, mirando a cada paciente, la mayoria ya estaba y listos para ser dados de alta o para moverlos del luga. Unos felices de sobrevivir y otros con la salud mental dañada.

No estaba en la sala de urgencias cuando su turno apenas empezaba por nada, tenia que ver a ese chico. Camino hasta la camilla de aquel chico que le habia movido el corazón y no gustaba aceptar eso.

Llegó y se puso a su lado, tambien dio un veloz vistado al monitor, ya estaba estabilizado y con suero, sólo tenia la fractura de la pierna y nada más, era increíble, pudo ver que mantenía los ojos cerrados ¿Estaba durmiendo?

— ¿Que trae a tan precioso doctor por aqui? – Vaya susto que Felix tuvo, tanto que solto un grito al oir la voz de aquel tatuado.

— Eres mi paciente, tenia que ver cómo estabas. – Su voz ers firme, pero su corazón no.

— Umm que mal, crei que si ibas a darme tu numero, pero estoy bien solo por estos incómodos yesos. – Hablo mirando sus yesos, le molestaban mucho.

— Bien eso seria todo. – Se dio la vuelta dispuesto a irse pero la voz del chico lo detuvo.

— ¿No me lo daras? – Pregunto con una sonrisa juguetóna.

— Por si no lo has visto, esta en el yeso de tu brazo. Advierto soy difícil de conquistar. – Sin decir más salio de la vista del paciente.

Con un gran revoltijo en su corazón.