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capitulo 85.

Sheila

- ¿Por que te tardaste tanto? - dijo Leo mirandome con algo de enojo.

- Es que.. Michael y yo estabamos hablando, solucionamos todo. - sonreí algo nerviosa.

- Sí, hablando. - dijo ironico. - estoy algo incomodo aqui, nadie se acerca a saludar y la niñera me observa como si estuviese viendo a una presa.

- Uy, es que eres muy sexy. - reí. - ven, voy a presentarte a Michael de una mejor forma.. esta vez no será grosero.

Estiré mi mano y el me miró extraño, como con asco.

- ¿Te lavaste las manos antes de venir? - preguntó mirandome.

- ¡Ay, asqueroso! - golpeé su brazo. - no le toqué el pene. - sonreí y el me tomó la mano. - nomas su semen.

- ¡Iugh! - dijo soltando mi mano y yo comencé a reir.

Michael, me contó que habia sido muy grosero con Leonardo cuando el intentó presentarse, y creo que no hay mejor forma de volver a presentarlos que hacerlo frente a los chicos, tal vez ellos le tomen tanto cariño como yo.

- Michael, amor.. el es Leonardo Simons, mi amigo y cliente en el gimnasio. - dije sonriendo.

- Oh, Es un placer conocerte.. disculpa por lo anterior, yo solo creí que bueno, ya sabes. - tomó su mano. - lo siento, y espero caerte bien, soy Michael como ella dijo. - sonrió.

Leonardo, estaba algo asi como hipnotizado por la sonrisa de Michael ¿y quien no? si es una hermosura de hombre.

- Yo ta.. tambien lo espero. - dijo embobado.

- Hmm, bueno.. - dije alejando sus manos. - ¿quien tiene hambre?, ¿cortaron el pastel? - le pregunté a Michael y el negó sonriendo.

- Creo que fue bueno no hacerlo, ahora estaremos con todos ustedes. - tomó mi mano. - ¡Niños a cortar el pastel!

- Espera, voy a buscar los gorros para todos. - dijo Bill.

- ¿Y yo deberia tomar fotos? - dijo Javon con la camara en el cuello.

- Sí. - contestó Michael.

- Y yo deberia ser la animadora, claro si Leonardo me hace los honores. - reí.

El asintió y me ayudó a reunir a todos mis sobrinos, los trajimos en dos autos distintos ya que eran demasiados y ahora no me puedo imaginar lo que será llevarlos de vuelta. Paris, estaba tan feliz y llenó tanto de satisfacción. Cuando hablé con ella en su habitación me contó lo frustrada que se sentía, porque una vez mas Michael le dijo que no volverían a Neverland.. pero lo bueno era que no le afectó en nada el hecho de que no haya venido ningun niño, bueno hasta que traje a mi manada.

- ¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz! - comenzamos a cantar.

Leonardo y yo, haciamos un bailecito gracioso para hacer reir a los niños y Michael estaba tan atento a Paris, tenia una sonrisa en el rostro que me llenaba de amor al ver el aprecio en su mirada. Era su hija, el amor de su vida y una de las personas que mas ama en todo este universo..

- ¡Paris, pide un deseo! - le dije viendola. - por favor, que sea algo para mi. - bromeé.

Me miró y sonrió.

- ¿Que pediste? - dije curiosa.

- No se puede decir, sino no se hará realidad y lo quiero con todo mi corazón. - rió.

Mordí mi labio y negué varias veces, odio tener que quedarme con la intriga pero sé que ella decide si lo dice o no. Aunque me encantaría saberlo de todos modos.

- ¡El primer pedazo de pastel para mi! - dije otra vez.

- ¿Por que no te callas de una vez? - dijo Bill riendo. - el primero será para el hombre que la ha protegido y a su padre, ¿no?

- Seguro. - dije ironica burlandome.

- Papi. - dijo Paris dandole el pedazo de pastel a Michael.

- Es la bebé de papá, chicos. - dijo Michael sonriendo. - te amo, gracias. - besó su frente.

Paris les dió pastel a todos y continuamos entre charlas y bromas, los niños fueron otra vez a jugar al patio y los mayores estabamos adentro charlando acerca de tonterias, los chicos le tomaron mucha confianza a Leonardo y comenzaron a molestarlo, pero yo siempre sabia como dejarlos callados y no se sobrepasaron tanto. Y el estaba al lado mio, tomando mi mano fuerte como si no quisiera que nunca me fuera de su lado, me hacia tan bien saber que despues de tantos dias nos tomabamos las manos otra vez, se sienten tan calidas que no puedo evitar sentirme en casa, en mi hogar que son sus manos.

- ¿Como te sientes ahora? - dijo besando mis nudillos.

- Muy bien, la verdad que venia con la intención de romperte la boca.. pero bueno creo que casi rompimos el escritorio. - comencé a reirme en voz baja para no llamar la atención.

- Lo siento, fue mi culpa por no haberte sostenido bien. - cubrió su rostro. - pero yo la pase bien, se sintió bien tener tu cuerpo otra vez.

- Igual, pero debemos dar una entrevista. - dije seria. - necesito hablar y que sepan que no soy mi hermana, Fernanda no existe ya y esta soy yo, Sheila.

- Todos saben que eres tu. - encogió los hombros. - pero si decides esta bien.

- Es que quiero que el mundo sepa que estamos juntos, y tambien quiero que tus chicas se enteren.. - crucé los brazos. - todavia no olvidó cuando esa estupida de tu amiga me llamó "marimacha".

- Ay, olvidalo es que estan tan acostumbradas a pretender que son las duquezas de Jacksonville que se les olvida que hay mujeres que consiguen todo por su propia cuenta, ademas me conquistaste siendo una marimacha. - me abrazó y apoyó su cabeza en mi hombro. - creo que necesitaba a alguien que me dijera la verdad en la cara.

- Lo sé, creí que me echarías la primera vez que te traté mal. - hice una mueca. - pero creo que te lo merecías, yo nunca fui grosero contigo, solo cuando lo necesitaste.

- Me encanta que seas tú, pocas personas se dan cuenta de la importancia de eso. - acarició mi mejilla. - ¿tienes frio?

- Un poco pero no importa, yo puedo aguantar. - besé su mejilla.

- Hmmm, ¿Sheila? - dijo Michael y yo miré hacia los chicos.

Grace, Bill, Javon, Leo y Maria estaban mirandonos como si fuesemos un dulce o algo asi.

- Es tan lindo verlos juntos de nuevo. - dijo Maria.

- Lo sé, hasta me dan ganas de llorar. - dijo Bill ironico. - ya, dejen de amarse frente a los solteros.

- Claro, Bill creo que deberias invitarme a una cita. - dijo Grace riendo.

- Yo puedo hacerlo, pero tendriamos que salir con mi mujer y mi bebé. - Javon como siempre siendo un tarado.

- ¡Eres un.. - golpeé su brazo y reí. - todos encuentran a su alma gemela algun dia, solo tengan paciencia.. he pasado veinticinco años sola y al fin llegó.

- Yo pasé cuarenta y nueve años. - dijo Michael levantando la mano y yo lo miré entrecerrando los ojos. - teniendo parejas que creia que serian mi para siempre. - aclaró. - hasta que llegó. - llenó de besos mi mejilla.

- Eres un tonto, pero creo que tiene razón. - me puse de pie y miré la hora de mi reloj. - es hora de llevar a la manada, nos vemos luego. - le dije a Michael.

- ¿No quieres quedarte? podemos hacer que los lleven Leo, Bill y Javon en los autos. - dijo Michael mirandome con ojos tiernos.

- Pero.. - Grace me interrumpió. - iremos todos a llevarlos, ustedes quedensé. - guiñó su ojo.

- Ajam. - dijo Bill sonriendo picaro.

- Sus mentes estan tan influenciadas por el diablo. - dijo Michael haciendo una Cruz con sus dedos. - esta bien, nos dará tiene para limpiar y acomodar todo.

- Si, limpiar. - dijo Javon con sarcasmo. - espero que no dejen manchas en el suelo.

- ¡Esto se esta yendo al carajo! - dije sonrojada. - entonces, iré a decirle a los niños que iran con ustedes.. prometanme que llamaran cuando los lleven.

- Lo haremos, creo que tu sobrino no se querrá ir, esta mirando mucho a la Princesita de la casa. - dijo Bill y yo miré a mi sobrino.

- Oh, los hombres de la familia tienen muy buenos gustos. - dije sonriendo de lado.

- Ajam. - dijo Michael.

- Y las mujeres tambien, obvio. - aclaré riendo. - ¿Crees que sea algo correcto presentarlos o...

Vi como mi sobrino mayor se acercaba a Paris con una sonrisa, es impresionante como es que los hombres de la familia son tan sin vergüenzas.

- Sheila, mas te vale hablar con ese chico o ahora mismo iré a alejarlo de mi hija. - dijo Michael como el padre controlador y celoso que es.

- Ya, tranquilizate, viejo tonto. - dije tomando su mano. - es tan lindo ver como los adolescentes se enamoran.

Me encanta hacer enojar a Michael, y sé como adora a su hija pequeña y que no quiere saber nada de chicos por ahora.

- Callate, Shei. - dije en voz baja. - Niños, ¿quieren ir por un jugo?

Reí cuando lo veía intentando alejarlos.

- Niños, deberian prepararse, se irán en unos minutos. - les dije sonriendo. - Jeff, dile adios a Paris. - dije mordiendo mi labio para ocultar mis ganas de reir.

Michael estaba mirandome como si quisiera matarme ahora mismo, yo solo me reí y le hice una mueca y el sonrió igual dandosé cuenta de mis intenciones.

- Eres un muchacho sobreprotector. - le di un pequeño beso en los labios.

- Solo cuido a mi pequeña, ¿es eso malo para ti? - cruzó los brazos.

- No lo sé. - crucé los brazos tambien. - pero de igual forma mi sobrino Jeff no esta dispuesto a hacerse el tonto con Paris, son niños apesar de que el tenga dos años mas.

- Eso espero o tu serás la que recibirá un castigo. - besó mi mejilla.

- Intentalo. - dije mordiendo mi labio.

Creo que haber estado mucho tiempo separada de Michael me ha hecho sentirme como una adolescente que necesita sexo a todas horas, no es algo que me hace quedar muy bien pero el tampoco se contiene, creo que es un uno a uno.

Luego de un rato los chicos me saludaron y saludaron a Michael, todos ellos fueron en los autos de Michael hacia sus casas, y yo hoy me quedaria en la casa de Michael. No habia absolutamente nadie en la casa y Michael me ayudaba a limpiar el patio de la casa, mientras Maria dejaba su turno por hoy.

- Creo que estoy vieja, me duele la espalda. - dije quejandome.

- Falta solo un poco. - rió. - yo me siento muy bien, he hablado con Feldman sobre irme a otro lado.

- ¿De que hablas? - pregunté levantandome vasos descartables del suelo.

- Ir a vivir a otro lado, temporalmente.

- ¿Otro lado como a donde? - fruncí el ceño.

- Los Angeles, podria ser. - encogió los hombros.

- Bueno, creo que es mejor al aire de las vegas y esta mas cerca del mirador.. pero estoy lejos. - mordí mi labio algo pensativa. - ¿por que quieres irte?

- No me gusta aqui, no creo que sea el mejor lugar. - sonrió. - ademas falta como un año para que nos vayamos a Wonderland.

- Aun ni siquiera has llegado a la gira, eres muy optimista. - me acerqué a el y deposité basura en la bolsa que traia en sus manos.

- Sé que podré, solo diez fechas y serán las mejores. - sonrió y yo igual. - te aseguro que tendremos mucho dinero para la mansión, incluso podras dejar de trabajar.. solo dejaremos todo en manos de dios.

- Si tu lo dices. - hice una mueca de desinterés. - me duelen mucho los hombros, necesito masajes y que me pises la espalda.

- ¿Que te pise la espalda? eso es algo loco.

- No lo es, verás Bill solía subirse a mi espalda cuando tenia estos dolores.. solo camina por ella y ya. - encogí los hombros.

- Puedo ayudarte, pero de otra forma. - acarició mi mejilla.

- Michael, eres un pillo. - dije sonrojada. - pero si tienes algo afectivo tal vez acepte.

- Lo tengo, pero debemos ir a mi habitación. - dijo dejando la bolsa de basura a un lado.

- Hmmm.. - dije riendo. - esta bien.

Tomé su mano y subimos corriendo como niños las escaleras, llegamos a su habitación y el me hizo recostar en la cama de espaldas, el, literalmente me hizo masajes esa noche y yo que pensaba que seria algo mas.. ya saben, pero en realidad el fue muy obvio y me hizo masajes. No esta tan mal, ya que despues de eso terminamos durmiendo juntos y calentitos.

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Espero que les guste.

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