capitulo 68.
Michael
Fui el primero en despertarme en la mañana, me sentía tan bien como si hubiese hecho una limpieza de toda la mala vibra que habia alrededor de mi. Toqué el hombro de Sheila mientras preparaba el desayuno para ponerlo en sus piernas y ella me miró con los ojos entrecerrados.
- Me duelen las piernas. - dijo sonriendo. - y un poco el abdomen, ni mencionar aquí.. - dijo aputando hacia abajo.
- ¿Al menos la pasaste bien?
- Claro. - acarició mi mejilla. - pero fue suficiente por hoy. - se sentó en la cama. - Owww, no sé que haría si me despertara y no tuviera tus desayunos. - dijo con una sonrisa iluminando su rostro.
- Los tendrás por muchos años mas. - besé su frente. - tengo varias marcas. - dije mostrandole mi cuello.
Sin dudas ella me habia dejado marcas que no podré esconder de mis hijos o de cualquier persona, mordí mis labios viendola sonreir y ella acarició mi mejilla.
- Queria dejar en claro que eras mio, pero se me pasó la mano. - rió. - desayunamos ahora, y luego iremos a buscar a los niños.
- Claro, y de pasó los llevamos a comer a algun lado.. hoy es el dia de contarle a Prince y a Blanket de lo nuestro. - tomé su mano y besé el torso. - te ves tan hermosa esta mañana.
Estaba siendo parte de una de las cosas mas hermosas del mundo, era verla despertar y ver sus ojitos algo hinchados y su hermoso cabello despainado, la amo y creo que no hay algo que pueda hacer para cambiar eso.
- Tu te ves muy bien tambien.. ¿quieres desayunar conmigo? - dijo haciendose a un lado.
- Claro, cariño.
Me senté a un lado de ella y compartimos el desayuno en silencio, era lindo estar tan tranquilos y en silencio pero a la vez haciendonos caras y bromeando sobre tonterias.
- Me gusta tu forma de ser porque eres un imbecíl agradable. - dijo caminando detras de mi con sus manos en mis hombros.
- No soy un imbecíl, debes decirme amor. - dije preparando las llaves para salir. - ponte el cinturón. - le dije en cuanto subió.
- Claro, papi. - rió. - ¿Sabes? cuando me levanté de la cama vi un par de manchas en las sabanas, creo que eso significa que ya no soy virgen. - dijo con seriedad.
- Eso significa que ambos hicimos el amor, ahora somos el uno del otro. - acaricié su mejilla. - aveces me siento algo mal, porque pienso en que eres muy joven para m.. - me interrumpió.
- ¡No empieces a decir estupideces!, ¡no te escucho! - dijo cubriendose los oidos y haciendo ruidos con su boca.
Es una persona tan tierna e infantil, me encanta la idea de cuidarla y cuidar a mis hijos.. me siento un hombre completo ahora aunque lo unico que me falta es un hogar, ayer hablé con Feldman y acepté el trato con AEG, solo diez fechas y será lo suficiente para cumplir mi sueño de darle un hogar a mis hijos y tener estabilidad economica.
Paz mental y una vida normal serían demasiado para mi, al igual que seria algo demasiado imposible considerando que me reconocen en todos lados.. pero espero al menos tener algo de paz en mi hogar, me encantaria estar por ahí disfrutando la vida con mis hijos sin preocupación de que alguien no ataque. Hace un par de meses he recibido amenazas, tengo miedo honestamente porque no quiero que mi vida termine asi como pasó con John Lennon o como mi amiga Diana, sé que es algo tonto o quizas no estoy en lo cierto pero apuesto que lo suyo fue un homicidio, la casualidades no existen en este mundo de codicia y fama.
- ¿Que harías si te pidiera vivir en mi nueva casa hasta que compres tu wonderland? - dijo mirandome con una sonrisa.
- No lo sé, tendria que llevar a mis hijos y son calles muy transitadas. - aclaré mi garganta. - ¿te molestaría si no puedo?
- No. - dijo sonriendo a medias y miró hacia la ventanilla.
Creo que esta decepcionada, si fuera mas joven y pudiera andar de aqui para alla como si nada aceptaría.. pero sé que ella odia la prensa y si vamos ahi probablemente estarán hasta en el techo con sus camaras y toda esa mierda.
- Es por tu bien, quiero protegerte de toda la prensa. - dije tocando su rodilla.
- ¿No que dijiste que tenia que acostumbrarme a esto?, me parece algo egoista de tu parte. - suspiró y movió su pie.
- Quiero el bien de mis hijos no el mio. - hice una mueca.
No podia simplemente darle el gusto en todo, la amo pero estoy preocupado por esto.
- Los niños estarán bien en cualquier lado, pero tu eres el que no quiere vivir en una casa pequeña. - me miró y frunció el ceño. - quiero que me lleves a mi hotel.
- No, no.. por favor.. - dije tomando su mano. - solo dejame pensarlo, entiendeme por favor..
- ¿Que quieres que entienda?, me pides que me acostumbre a toda esta locura de estar contigo y tu ni siquiera puedes venir a vivir conmigo hasta tener tu gran mansión. - dijo levantando la voz. - entiendo, eras rico y estas acostumbrado a los lujos, entiendo.
- No digas tonterias, Sheila. - dije molestandome. - ¿crees que siempre he tenido lujos?
Ella solo me ignoró y siguió con su mirada en la ventanilla, me molestaba que se comportara como una niña caprichosa.
- He pasado necesidades, ¿sabes que antes de llegar a donde estoy no tuve todo lo que un niño rico tuvo?, Sheila pasé hambre y tuve que trabajar para llegar donde estoy. - dije molesto. - no voy a estar teniendo esta conversación ridicula, estas siendo muy incompresiva.
- Dejame en mi casa. - dije de forma seca.
Suspiré frustrado y solo negué, la llevaré a su hotel y que me hable cuando se le pase, no puedo estar detras de ella explicandole tantas cosas.. no aceptaré vivir con ella, y no es por ser un altanero, solo pienso en la seguridad de mis hijos y en la suya.
-
Adiós, nos veremos cuando quieras tener una charla comprensiva y respetuosa conmigo. - le dije y ella solo bajó. - te traeré tu maleta mas tarde.
Me miró y levantó su mano sacandome su dedo de en medio, mordí mi labio y negué, es tan infantil.
Sheila
Me peinaba el cabello mientras me sentía frustrada, invité a Michael a vivir en mi nueva casa con los niños y me dijo que no. Sé que no será un palacio pero no estará tan mal, yo solo queria tenerlos mas cerca..
- Me ama pero no quiere vivir en mi casa.. - dije mientras me hacia una trenza.
Suspiré frustrada y dejé a un lado la peineta, habia pedido algo de comer hace unos minutos y solo esperaba al delivery. Me tiré en la cama boca arriba y solo acaricié mi frente, tenia un poco de dolor de cabeza y estaba de muy mal humor y tengo mis fachas mas horribles porque dejé mi ropa en la casa de Michael y supuestamente me la traería en la tarde, no quiero verlo pero a la vez si porque quiero su explicación.. quiero que me diga algo que realmente me haga entender porque no quiere estar conmigo en mi casa.
Comenzaron a tocar la puerta y con todas las esperanzas de que fuera el delivery me levanté y abrí, se bajó toda mi emoción al verlo a el y a Bill con mi maleta.
- Buenas tardes, primita, ¿como fue la semana? - dijo el idiota sonriendo.
- No te importa, gracias. - dije quitandole la maleta.
- Necesitamos hablar, por favor. - dijo Michael entrando a la habitación.
- No, no quiero hablar ahora.. - dije intentando que saliera.
- ¿Y entonces que harán? - dijo Bill divertido.
- ¡Callate! - le dije molesta. - no quiero hablar con alguien que no es capaz de hacer un esfuerzo por mi.
- ¡No seas tan dramatica! - dijo Michael y me empujó haciendo que cayera sentada en la cama. - Bill, quedate afuera, nosotros hablaremos.
Cuando el cerró la puerta lo miré con el ceño fruncido, esperaba que dijera algo y entonces crucé mis piernas mirandolo.
- Amor, necesito que por favor entiendas a lo que me refería cuando lo rechacé. - dijo y se arodilló a un lado de la cama frente a mi. - sabes que amo a mis hijos mas que a nada.
- ¿Que tienen que ver ellos en esto? sabes que estarán seguros conmigo. - dije mirandolo con algo de impaciencia.
- Eso dices, pero nunca puedes proteger lo suficiente a quienes quieres cuando estas rodeado de paparazzi. - acarició mi mejilla. - intenta entenderme, es dificil estar tan expuestos..
- Pero... estarán bien conmigo. - dije suspirando. - Podemos cuidarlos.
- Lo sé, pero se volverá dificil.. no viviremos contigo, pero prometo que te visitaremos y yo me quedaré a dormir de vez en cuando.. contigo. - dijo sonriendo.
- Pero.. yo queria que estuvieran cerca de mi.
- Lo estaremos, pero no es un lugar muy seguro tu nueva casa. - besó mis nudillos. - jamas diria que no por algo tan tonto como un lugar no tan lujoso.. sabes que cualquier lugar es hermoso si estas tu.
Sonreí como una estupida al oirlo decir eso, creo que realmente esta es una prueba de que yo jamas podria enojarme con el. Lo abracé y besé sus mejillas.
- Te amo, perdoname. - le dije sonriendo.
- Eres una pequeña caprichosa. - dijo acariciando mi mejilla.
Solo reí, no podia evitarlo.. me hacia sentir tan bien estando con el, me hacia sentir una niña mimada y amada. Bill, abrió la puerta interrumpiendonos y con las pizzas que encargué.
- Perdón por interrumpirlos, pero llegaron las pizzas. - dijo el idiota sonriendo. - ¿podemos quedarnos a comer?
- Claro que pueden, pero una pizza es para mi. - dije seria y luego reí. - bromeo, pero solo quiero las partes sin aceituna.
- Claro que las tendrás, mi bebé. - dijo Michael pellizcando mis mejillas con ternura.
Me trata como una niña, luego como una mujer y me ama como si fuera todo en su vida, es el hombre que el universo me tenia preparado.. aunque no estoy segura de merecer tal cosa, el es realmente un regalo divino.
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Espero que lo disfruten.
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