capitulo 54.
Sheila
Michael llevó a los niños a la cama luego de un largo dia, los niños estaban tan emocionados conociendo su nueva casa y a Michael eso le encantaba, no los habia visto asi en un tiempo.
- ¿Ya se durmieron? - pregunté mientras destapaba una lata de sopa instantanea.
- ¿En que momento la preparaste? - preguntó Michael mirandome. - y si, los niños estan dormidos y calentitos en sus camas.
- Bien. - miré la lata. - la encontré en microondas, estaba ahí.
- A ver. - dijo acercandose. - ¿ves esos grumos? - preguntó apuntando algo que yo creí era comida.
- Ugh, creí que era carne.. - fui hacia la cocina y tiré la sopa en la basura. - tengo hambre, no encontré nada bueno.
- Tienes que tener cuidado, puede que mi cocinera haya dejado la sopa ahí olvidada por accidente. - sonrió. - ¿quieres que prepare unos huevos?
- Claro, y los quiero con cebolla. - dije aprovechandome.
- Seguro, ¿quieres soda? creo que en el refrigerador hay.
Si fuese otra persona me hubiera mandado al demonio, pero Michael me está ofreciendo mas y me dijo que preparará lo que pedí.
- Mañana tenemos que comprar mas comida en el supermercado. - dijo comenzando a picar cebolla.
- ¿Acaso caiste del cielo y llegaste a mi para salvarme? - pregunté apoyandome en la barra con mis manos debajo de mi barbilla.
- Sefuramente, ¿por que lo preguntas? - dijo con tranquilidad.
- Es que eres un hombre que no estaría en la lista de hombres.. - me miró arqueando una ceja. - quiero decir, eres distinto a ellos..
- ¿Que me hace distinto? - preguntó mientras preparaba la sartén.
- Eres muy dulce, te gustan cosas que no a todas las personas de tu edad le gustan y eres tan inocente.. - el me miró por unos segundos reprimiendo una sonrisa. - creo que lo ultimo fue exagerado.
- Lo fue, quisiera darte la razón pero ya mi mente fue corrompida. - sonrió. - ¿sabes? hace unos dias queria decirte algo, sé que no estas muy centrada en el mundo de la pareja y del sexo.. y eso.. - se sonrojó. - solo quiero decirte que me encantaría que confiaras en mi y te quieras sacar las dudas.. ya sea hablando o de cualquier forma que desees.
- ¿Sería algo asi como que tu fueras mi profesor? - sonreí. - me gusta la idea y la verdad es que tengo demasiadas dudas.
- Preguntame, te ayudaré en lo que sea, mientras yo lo sepa. - se acercó a mi y puso sus manos en mi mejilla.
- Primera pregunta, ¿las erecciones se producen por cualquier cosa? - dije mirandolo y el solo comenzó a reir.
- No. Debes tener algo que te estimule, sabes que la mente juega un papel importante en eso... al igual que las personas, un ejemplo, cuando yo solía salir con chicas me gustaba que utilizaran lenceria de Victoria's secrers o lo que sea.. eso me excitaba. - dijo y lamió su labio.
- ¿Como sé que no estas pensando en eso ahora? - susurré.
- No tengo una erección. - sonrió. - Ademas no seria capaz de pensar en ellas mientras te tengo aqui.
- ¿Y cuando yo no estoy? - pregunté acercandome a su cuello.
Le di un pequeño e inocente beso, sentí la piel de su cuello erizarse.
- Pienso en ti. - dijo y acarició lentamente mi cabello.
- ¿Piensas en mi de una forma atrevida? - pregunté algo nerviosa.
- Yo n.. - lo interrumpí al sentir que su dedo entró a mi ojo.
- ¡Mierda! - me alejé de el intentando sacar esa sensación de mi.
- ¿Que pasó? - preguntó algo alterado.
- Tenias cebolla en las manos. - le dije intentando mirarlo.
- Ven, ven. - dijo tomando mi mano. - mira para arriba voy a soplar, quizas funcione.
Le hice caso y el comenzó a soplar, jamas habia olidp un aroma tan fresco despues de varias horas sin haberse lavado los dientes.
- Ya. - dije mirandolo bien. - ¿me darias una servilleta de papel?
- Claro que si, amor. - sonrió.
El fue a revisar los huevos mientras que yo lo miraba, tiene una espalda tan linda y ancha, quisiera abrazarlo ahora mismo, el problema es que no se si seria correcto hacerlo. Me acerqué a el despacio y cuando estuve cerca lo abracé de atrás, apoyé mi cara en su espalda.
- Hey, es raro que estes demostrando cariño. - susurró.
- Es que queria ver que se sentía, tu espalda es calida y huesuda. - reí. - bromeo, es perfecta.
- Gracias, yo aveces quisiera abrazarme a tu pecho, quizas tus pechos sean calidos tambien.
- Tonto. - reí.
- En serio. - sonrió y se dió la vuelta. - siempre me has gustado, me gusta mucho la forma de tu cuerpo..
- La de ahora. - dije y bajé la mirada.
Aveces quisiera que alguien se hubiera enamorado de mi cuando era gorda, tal vez eso si sería algo mas verdadero.
- Claro que no, no quise comentar nada pero eras demasiado preciosa cuando eras mas joven.. te veías tierna y aun seguias siendo tú. - acarició mi mejilla. - ya esta la comida.
- Bien. - sonreí.
Haber oido eso de su boca me hizo sentir tan bien, no creí que el pensara algo asi de mi yo del pasado. Me senté a un lado de el mientras comíamos en silencio, de la nada se me vino algo a la cabeza y no dudé en preguntarla.
- ¿A que edad perdiste tu virginidad? - pregunté mirandolo.
- Es vergonzoso contestar esto. - sonrió. - Creo que a los dieciocho.
- Espera, ¿ni siquiera lo recuerdas? - fruncí el ceño y el encogió los hombros. - yo cuando tenga mi primera vez creo que la recordaría hasta el ultimo dia de mi vida, es un momento especial y creo que eso es lo que se graba en la memoria.
- Es todo un mito, eso depende de la persona con la que estes.. se le llama "hacer el amor", pero yo no hice el amor.. creo que ella estuvo conmigo para hacerme sentir mas seguro de mi, pero no me amaba. - suspiró y bajó la mirada.
- Lo siento, creo que si mi primera vez fuera contigo sería algo inolvidable. - aclaré mi garganta. - ¿Crees que te gustará verme sin ropa?
Tenia muchas dudas en mi cabeza y ni hablar de mis inseguridades, no quiero que Michael tenga altas expectativas de mi y al final termine desilucionandolo.
- Ya te he visto desnuda una vez, y me gustó lo que vi.. - mordió su labio. - Me siento mal al recordar eso y sentirme como ahora, creo que porque estabas llorando desesperada.
- Ya lo recuerdo. - mis mejillas se enrojecieron. - pero el baño estaba lleno de vapor y no viste bien mi cuerpo.. - dije pensativa.
- No importa, igual me gustó.. Sheila mejor comamos, no quiero que esto termine en algo que no quiero aun.
- ¿Que harías si te digo que quiero que hagamos el amor ahora? - dije para ponerlo a prueba.
Definitivamente estaba bromeando, no era el momento aun.. ni siquiera llevamos uno o dos meses, no quiero que nuestra relación se base en eso.
- Te diría que te lo haré, pero solo si tu me dejas hacer lo que tengo en mente.. y mientras tu me guies, y me digas que te gusta. - sonrió. - ¿Alguna vez te has masturbado?, no contestes si no quieres.
- No lo he hecho, aun no. - reí. - no lo sé, cuando era mas joven supongo... - aclaré mi garganta y me sentía sonrojada.
- Entonces segun lo que te haga gustado hacer esa noche me guiaras y me diras donde te gusta que te toque. - se puso de pie. - ¿Te gustaría que vayamos a mi habitación a mirar por el balcón?
- No. Tengo que vigilar, tal vez cuando termine de revisar el perimetro.. no quiero que entre cualquier loco. - sonreí y me limpié la boca.
- Está bien, si llegas a ir a mi habitación solo entra dejaré la puerta sin llave.
- Bien. - besé su boca haciendo puntillas de pie. - ¿Me prometes que no te dormirás?
- No solo te lo prometo, es algo imposible. - sonrió. - estaré en la cama, solo despiertame si me duermo, ¿si?.
Asentí y salí, prendí la linterna y comencé a recorrer la casa, la entrada las salidas traseras e incluso alumbré el techo, no se sabe cuando podria haber un loco ahí trepado. Suspiré y me senté un rato, se sentía bien hablar con Michael, no me incomodaba del todo ya que pareciamos dos personas hablando tranquilamente de cosas normales. Me hace sentir comoda, animada y querida.. creo que me estoy enamorando demasiado rapido, pero me encanta sentirme asi.
Entré a la casa luego de unos minutos, queria pasar la noche con Michael hablando y bromeando.
- ¿Michael? - dije abriendo la puerta.
Estaba recostado boca abajo y estaba dormido, me acerqué para tocarlo asi se despertaba.. pero a mi mente llegaron sus palabras de "no puedo descansar bien", por mas que queria pasar una noche divertida con el no sería capaz de despertarlo despues de tantas noches de no poder descansar de forma correcta.
- Te ves tan lindo.. - susurré y acaricié su rostro tranquilo y rodé su mejilla con las yemas de mis dedos.
Era perfecto, sus facciones son tan finas y no puedo creer aun que alguien como el puede estar interesado en una mari macha de los suburbios, me encanta estar con el todo el tiempo y eso es bueno, pero tambien tengo que concentrarme en mi trabajo que es cuidar de el y sus hijos.
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Espero que lo disfruten.
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