capitulo 52.
Sheila
Era extraño caminar de su mano por el parque, era la primera vez que sentía lo que era el amor. El me miraba por segundos y yo lo mirada a el de reojo, me daba algo de vergüenza todo esto y es que realmente no estaba acostumbrada a andar de la mano con alguien y mucho menos a andar por ahi dando cariño.
- ¿Entonces la proxima semana regresarás a trabajar? - preguntó dando pasos grandes como un niño.
- Si, necesito el dinero para arreglar la casa. Esta mañana fui a llevar unos papeles y a darle el dinero, creo que tuve mucha suerte. - miré hacia el cielo. - ¿que hora crees que sea?
- No lo sé, pero no quiero que me sueltes la mano. - sonrió y se puso frente a mi dando pasos hacia atras. - No puedo creer que hayas elegido esa casa.
- ¿Por que no? - pregunté con ceño fruncido.
- Esta practicamente desgastada, ademas el jardin tiene flores marchitas y maleza. - se dió la vuelta y se agachó un poco. - subete a mi espalda.
- Te voy a partir en dos. - reí mirandolo.
- Confia en mi, soy mas que huesos y poca carne. - sonrió.
Con algo de inseguridad me subí a su espalda, temía que le doliera la espalda luego de bajarme pero si el insistia.
- Perfecto, no eres nada pesada. - dijo poniendo sus manos para agarrar mis piernas.
- ¿No? agradezco que no haya nadie a estas horas, se me ve todo con este vestido. - reí.
- Espera. - estiró un poco mas su mano y tomó la parte trasera de mi vestido cubriendome. - tu piel es calida.
- No sé si decir gracias o quedarme en silencio. - sonreí.
- ¿Y en que estabamos? - preguntó mientras caminaba conmigo encima.
- Lo de la casa.. verás, he aprendido que puedes cambiar las cosas, tu ves esa casa como algo que no tiene arreglo pero creeme que con pintura y adornos va a ser una casa genial. - sonreí. - Y lo de las flores y la maleza no hay que preocuparse, yo con mis propias manos voy a convertir eso en un hermoso jardín.
- Confio en ti, espero que me invites a tu casa cuando termines de arreglarla. - rió. - ¿te gustaría tener hijos?
- Claro, pero en un futuro... - dije algo pensativa. - ¿crees que podrias embarazarme?
No fue algo de mala educación o algo asi, yo solo queria saber si eso podia ser posible. Michael es un adulto, mayor de cincuenta años y bueno yo no sé si mis ovarios estan sanos, de todo puede pasar.
- Si quieres. - dijo con algo de curiosidad. - no se si soy lo suficientemente joven.
- No se trata de lo que yo diga, se trata de querer y estar seguros de que podria ser posible. - me estiré un poco. - bajame, me duelen las piernas.
- Lo siento, ¿no es demasiado pronto para pensar en algo asi? - dijo dejandome el piso.
- Si... creo que si, mejor ocupemos nuestro tiempo en conocernos mas. - mordí mi labio. - Esta semana empezaban los torneos de boxeo.
- ¿Y que pasó? tu no puedes pelear asi. - dijo tomandome la mano.
- Lo sé, Gabriel me llamó y le dije que no iba a hacerlo.. me preparé para esto todo este tiempo. - suspiré con desilusión. - pero supongo que por algo pasó todo esto.
- Si, lo lamento y yo sé que te encanta eso.. pero mucho mas importante es tu salud, haz mejorado muy rapido. - acarició mi cabello. - ¿Y como terminaron las cosas con ese señor?
- ¿Quien?, ¿Gabriel? - el asintió. - me pidió disculpas, yo no me tenía que disculpar porque el fue el grosero. Supongo que no podia decirle que me gustaba cuando no era lo que sentia.
- Y gané yo. - dijo sonriendo ampliamente.
- No soy un premio, y mejor dicho yo te gané a ti. - golpeé su pecho despacio. - creo que ya deberiamos irnos.
- ¿Crees que podemos ir a mi casa? - lo miré por unos segundos.
- ¿Por que a tu casa? - pregunté algo curiosa.
- Creí que podriamos ver una pelicula o no lo sé, los niños no estan y.. - se calló unos segundos. - no voy a obligarte a nada y no es porque quiero llevarte a la cama o algo asi, eso será tu decisión.
- Bueno, me siento un poco mas segura. - sonreí nerviosa. - vamos, pero no me quedaré a dormir.
- Puedes quedarte si lo deseas, de igual manera te llevaré al otro dia. - paró en seco y me atrajo a su cuerpo.
Me abrazó despacio y me tuvo contra su pecho, podia sentir sus latidos y sus huesos al tocarlo. Aveces me preocupada el verlo tan delgado, no es que me quiera meter en sus asuntos pero creo que su salud tambien es importante.
- ¿Comes en casa? - le pregunté algo asustada.
- Claro que si, ¿por que lo preguntas? - me soltó y comenzó a caminar.
- Por nada.
No queria darle vueltas al asunto, no me importa como el se vea.. aun asi me encanta, pero no quiero que tenga problemas de alimentación. Seguimos caminando hasta llegar al auto, seguimos el camino en silencio y al llegar a su casa fuimos directo a la sala.
- ¿Cheetos o papitas? - preguntó levantando los paquetes.
- Ambos, trae todo lo que tengas. - dije viendo entre sus peliculas. - me gusta mucho la pelicula "la vida es bella".
- A mi tambien, es muy emotiva.. - dijo acercandose a mi con frituras y sodas. - Aunque mi pelicula favorita es Peter Pan, aunque me encantan muchas mas peliculas animadas.
- A mi me gusta el suspenso, aunque las peliculas de los ochenta no eran tan escalofriantes, creo que contenían mas sexo que miedo. - coloqué el cd.
- No era sexo, creo que era un poco de sensualidad.. no sé que tipo de peliculas veías. - sonrió.
- No me gusta ver esas cosas en la televisión, Bill tenia posters de mujeres desnudas bajo su cama y cuando me las mostraba siempre terminaba vomitando. - lo miré y el parecía estar algo imcomodo. - ¿tambien tienes esas cosas?
- Claro que no, ¿como crees? - dijo nervioso. - Ya empieza la pelicula.
Yo solo me quedé en silencio, apuesto a que tiene esas cosas pero le da vergüenza decirlo. Aunque era algo normal, aunque pensandolo bien ahora mismo recuerdo las fotos de la chica rubia.
- ¿Aun conservas las fotos de la chica? - pregunté poniendo pausa a la pelicula.
- ¿De cual?
- Vamos, no te hagas el tonto. - dije cruzando los brazos. - a la que le vi la.. - apunté abajo y el miró mi mano. - ¡no me mires! - dije con vergüenza.
- Lo siento y ahora sé a que te refieres, y no las tengo.. las tiré cuando comenzaste a gustarme. - sonrió y luego levantó la mirada. - ¿te da vergüenza tu cuerpo?
- Un poco, pero no me gustaría tomarme fotos desnuda. - me abracé a mi misma.
- ¿Por que?
- Creo que estas un poco preguntón. - dije nerviosa. - solo no me gusta, mi cuerpo es algo de lo que me avergüenzo muy seguido..
- No deberias, te ves hermosa y todo tu cuerpo es muy.. no lo sé, mejor seguimos viendo la pelicula. - rió nervioso.
- Iré al baño ahora regreso. - dije poniendome de pie.
Al entrar al baño me apoyé en la pared, me ha dado algo de vergüenza hablar de mi cuerpo con Michael y sé que soy muy infantil pero no me acostumbro aun a esto. Salí del baño un rato despues y al volver a la sala vi a Michael viendo la pelicula con Lagrimas en los ojos.. ni siquiera llegó la parte mas triste, no lo entiendo.
- No me veas, me haces tener vergüenza de ser tan sensible. - dijo cubriendose el rostro.
- A mi me encanta que seas sensible, eso me parece perfecto. - besó su frente. - mirate, me das ternura. - sequé sus lagrimas.
El se sonrojó y solo acarició mi mano.
- Acuestate sobre mi. - dijo poniendo sus manos alrededor de mis hombros.
Con algo de timidez lentamente recosté mi espalda en su pecho y el me rodeó mejor, me sentía como una niña conociendo sensaciones nuevas y sintiendo este tipo de amor distinto al que solía conocer.
- Tu mano es tan pequeña. - dijo poniendola a comparación con la mia.
- No entiendo como es que puedes tener una mano tan grande, creo que son para abrazar. - sonreí y levanté mi cabeza para mirarlo. - ¿si?
- No lo sé, utilizaba mis dedos para otras cosas. - dijo con una sonrisa picara.
- ¿Para que? - fruncí el ceño.
- No te voy a contestar eso, solo te dejaré con esa mente tan sana he inocente. - apoyó su barbilla en mi cabeza.
Yo solo negué.
Se sentía bien estar así, pensaba en como sería decirle a sus hijos sobre nuestra relación.. incoscientemente tambien pensaba en nuestro futuro, ni siquiera sabia si lo nuestro iba a durar demasiado pero me veía a su lado. Era algo nuevo, pero de lo que no me arrepentía apesar de lo rapido que estabamos tomando las cosas.
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Espero que lo disfruten.
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