capitulo 48.
Sheila
Los ruidos de la puerta hicieron que abra mis ojos, suspiré y me senté en la cama esperando a que sea quien sea se fuera y no me molestara.
- ¿Quien es? - pregunté levantandome de la cama y sintiendo un dolor en mis ovarios. - no puede ser que se le ocurra venir ahora.. - dije algo molesta.
No me contestó, no iba a abrir si no me decía quien era y no dejaba de golpear la puerta. Estaba irritandome demasiado, no puedo ni siquiera soportar algo cuando estoy en mis dias.
- ¡¿Que no escuchaste que te.. Michael.. - dije mirandolo.
- Buenos dias, perdoname por no decirte quien era.. es que creí que tu no-
- ¿Que es lo que quieres? - pregunté con una mano en mi estomago.
- Solo quiero hablarte de lo que te dije ayer.. ¿podria pasar, tal vez? - dijo algo timido.
- Adelante. - dije haciendome a un lado. - solo disculpame unos segundos..
- Claro. - aclaró su garganta. - ¿te sientes bien? - preguntó mientras yo sacaba mis cosas cuidado personal.
- Si, es solo que.. - le mostré la toalla femenina. - ya sabes.
- Lo lamento, tomate tu tiempo. - sonrió. - ¿sabes?, he estado pensando en que en algún momento tendré que hablar con Paris sobre este tema.
Lo miré y sonreí, creo que me dió algo de ternura la imagen de Michael hablando con su hija y explicandole acerca de los cambios de su cuerpo.
- Será facíl, y si no lo es puedes llamarme y ahí estaré. - mordí mi labio reprimiendo una sonrisa. - ahora regreso. - el asintió y se sentó en la cama.
Fui al baño e hice mis cosas, a los minutos salí y lo ví recostado en mi cama con un brazo en su estomago y el otro a un lado, ¿quien diría que alguien como el me hizo llorar anoche?.
- Aquí estoy. - dije tomando asiento en el sillón que habia a la esquina de la habitación.
- Queria decirte que lo sentía por hacerte sentir mal.. - me miró con algo de culpa.
- No es eso, es que.. bien, seré sincera.. - dije acomodandome mejor en el sillón.
Siempre he sido sincera con el y le voy a decir acerca de lo que siento, el me comprenderá, siempre lo hace.
- Me molestó que me hayas dicho que te gustaba y me hayas robado un beso, y ahora simplemente estas saliendo con una mujer que ha sido un demonio toda su vida. - suspiré. - perdoname por mi actitud infantil, pero no me gusta que jueguen con mis sentimientos.
El me miró con ternura y luego sonrió ampliamente, ¿le da gracia mi honestidad?, no lo entiendo.
- Era mentira, era una broma. - mordió su labio. - solo queriamos molestarte..
- ¿Que? - dije poniendome de pie y tomando una almohada. - ¡Son tan crueles! - le di un golpe con la almohada.
- ¡No! - rió. - es que solo queriamos hacerte enojar, pero no creiamos que te enojarías tanto.
- ¡Eres un tonto!, ¡malo!, ¡malo! - dije golpeandolo con la almohada.
- Hey, no.. - rió y se incorporó tomando la otra almohada que estaba debajo de su cabeza. - ¿Lucha de almohadas y el que gana lleva a una cita al otro?
Sonreí negando varias veces, disfrutaré esto por todo lo que me hizo llorar anoche.
- ¡Eres un chiquilin! - dije comenzando a golpearlo.
- ¡Y tu eres tan irritable! - dijo devolviendomelo.
¿Quien pensaría que me esta pegando con todas sus fuerzas?.
- ¡Y tu eres un viejo! - sonreí y le di tres golpes seguidos en la cabeza.
- ¡Y tu eres un jovencita hermosa!.
¿Escuché bien?, sonreí sintiendo que las mariposas de mi interior volaban y entonces su almohada golpeó mi cara haciendo que cayera sobre el suelo.
- ¡Lo siento! - dijo agachandosé a mi altura.
- Está bien, eres un tramposo. - sonreí y me senté sobre el suelo.
- Creo que gané. - dijo sonriendo y apunto de pararse.
Tomé la almohada lo mas rapido que pude y comencé a pegarle haciendo que cayera sobre la cama, comenzó a gritar entre risas y me pedía que parara.
- ¡Ganaste tu, ganaste tu! - dijo riendo.
- Bien, en el mirador de estrellas a las ocho de la noche, mañana. - dije dejando a un lado mi almohada.
- Eres muy controladora. - sonrió. - ¿Que quieres comer?
- No suele ser muy exigente pero quisiera comer pizza. - dije poniendo mis manos detras de mi espalda. - ¿esta bien?
- Claro que está bien, al menos tu no me pides comer en un restaurante elegante o diamantes. - rió.
- Nunca te pediré eso. - suspiré. - ¿debes irte ahora o saldremos a desayunar?
- Vamos a desayunar a casa con mis hijos, ellos te extrañan. - dijo poniendose de pie. - ¿podria darte un beso?
- No. Esperará hasta mañana. - sonreí. - es un castigo por haberme hecho sentir tan mal ayer.
- Lo siento, por favor. - dijo acariciando mis mejillas.
Creo que vamos demasiado rapido con todo esto.
- No, sé un buen hombre. - me alejé. - iré a prepararme y en cinco minutos salgo.
- Esta bien, te esperaré en el auto.
Asentí y me metí al baño, tenia que cepillarme los dientes.. ahora que me doy cuenta estuve hablando con Michael teniendo este aliento, que vergüenza.
Michael
- Gané una cita con ella. - dije sonriendo.
- Tiene mucha suerte, espero que les vaya muy bien, ¿ella no estaba muy molesta? - preguntó mientras comía de su yogurt.
- No, la verdad que no.. - miré hacia la entrada del hotel. - ¿Ese no es el padre de Sheila? - pregunté viendo al hombre entrar.
- Si, iré a ver si todo está bien. - dijo Bill tomando su arma.
- Espera, ya salió. - dije viendolo.
El hombre es peligroso, y lo sé por lo que intentó hacerle a Sheila. Lo vimos irse del lugar como si nada, y a los segundos salió Sheila como si nada.
- Perdón por la tardanza. - dijo sonriendo y se sentó a un lado de mi.
Era la primera vez que la veía usar una camiseta con tanto escote.
- Vaya, creo que alguien se ha levantado con ganas de brillar. - dijo Bill riendose.
- Eres un idiota, a todas nos gusta vestirnos asi al menos una vez.
- Creo que si.. - dije algo confundido.
Algo me dice que esta Sheila no es la misma con la que estuve jugando hace unos minutos.
- ¿A donde iremos? - preguntó colocandose una gafas marrones.
- Te dije que a la casa a desayunar con los niños. - dije arqueando una ceja. - ¿que es lo que tienes ahí? - pregunté viendo un lunar raro en su cuello.
- ¿No lo viste antes? es de nacimiento. - corrió un poco su cabello. - ya quiero ver a los pequeños.
- Oh, bien, Paris me ha dicho que te extraña mucho y Blanket no ha parado de decir lo cool que eres.. y Prince sigue en su enamoramiento. - reí.
- ¿Enamoramiento? esta loco. - dije cierto tono que no me pareció para nada apropiado.
- Señor Jackson, llegamos. - dijo Bill mirandome por el espejo retrovisor.
Creo que ambos estabamos teniendo la misma sospecha ahora mismo, esta no es Sheila... no puede ser porque el simple hecho de que ella no es asi.
- Puedes entrar. - le dije. - hablaré con Bill unos minutos, ¿si?
- Claro. - sonrió y caminó hacia la casa.
Cuando ella estuvo adentro yo me acerqué a Bill.
- Esta no es ella, Bill. - dije muy seguro. - ¿No viste como se comporta? jamas he visto ese lunar.
- Creo que tiene razón, estaré vigilandola. - dijo quitandose los lentes. - ¿Le gustaría que llame a Javon para que vea si hay alguien en su departamento? podria ser Fernanda.
- Me parece buena idea. - dije algo nervioso.
Entré a la casa y la vi sentada a un lado del sofa, los niños estaban hablando con ella pero ella ni siquiera los mirada, solo mirada sus uñas.. eso me desconcertaba e intentaba no ser muy obvio, creo que ya me di cuenta de que realmente esta no es Sheila.
- Niños, vayan a sus habitaciones unos minutos, tengo que hablar con She. - dije sonriendo.
Ellos me hicieron caso y subieron, cuando ellos lo hicieron me senté a un lado de ella.
- Quieres que estemos a solas, ¿verdad? - dijo acariciando mi pecho.
- Claro que si. - dije siguiendole el juego.
Mi Sheila nunca se hubiera incinuado de esa forma y si lo hiciera ahora mismo estaría sonrojada, muy nerviosa.
- Creo que deberiamos ir a tu habitación.
¡Eureka!, definitivamente no es ella.
- ¿Por que estas haciendo esto? - le pregunté mirandola.
- ¿Haciendo que? - preguntó sonriendo.
- Fingir ser ella, no me parece justo de tu parte. - me puse de pie. - sé que no eres ella, no tienes que seguir fingiendo.. eso no te sale.
Ella se puso de pie y sonrió.
- ¿Como es que no pudiste creerme? por dios, tenemos el mismo cuerpo y cara. - dijo negando.
- Ella no es como tú, solo diré eso.
- ¿Como yo?, claro que no.. ella es fea y virgen, y es obvio que jamas tomaría la inciativa porque no es una mujer. - se acercó a mi.
- Tu no sabes lo que es ser una mujer. - le dije alejandola. - ¿que hiciste con ella?
- Nada. - acarició mi mejilla. - solo quise venir en su lugar, creí que solo asi podria tenerte.. y ahora lo confirmo, te gusta ella.
- Claro que me gusta. - dije haciendole frente. - y por eso deberias irte y dejarnos en paz.
- No los dejaré en paz, tu sabes que eres mi chico y yo jam.. - oí la puerta se golpeada fuertemente.
- ¡Ahora no te vas a salvar de mi! - gritó ella detrás de mi.
Al darme la vuelta vi a Sheila, corrió hacía Fernanda y la derrivó tirandosé sobre ella, comenzó a golpearla mientras la otra chica gritaba como si nada.
- ¡No debiste hacer eso, juro que quedarás irreconocible! - dijo entre los golpes.
- Ya basta, Sheila. - dije intentando quitarla de encima.
- Michael, esta jugando sucio y no se lo voy a permitir. - dijo mirandome con enojo.
- ¡No debes ser como ella, dejala! - dijo Bill tomando de los brazos a Sheila.
- ¡Ya dejame! - decía fernanda llorando y cubriendose.
No me gustaba para nada esto, pero Sheila estaba dandole su merecido.
- ¡No vuelvas a acercarte a el! - gritó Sheila y volteó a las escaleras.
Al voltear hacia allá cambió su expresión y lentamente fue calmandosé, al voltear me di cuenta de que mis hijos estaban allí mirandola con miedo.
- Niños.. - dije algo nervioso. - vamos a sus habitaciones. - dije intentando que no vieran esto.
- ¡Niños, esta loca esta golpeandome! - gritó Fernanda en el suelo.
- ¡No, Sheila! - dijo Prince corriendo hacia ella.
- ¡Prince, ella no es Sheila! - dijo Blanket mirandola con miedo.
- ¿De que hablas? tiene su rostro. - Prince miró hacia arriba topandose con Sheila. - ¿Que?
- Prince, yo soy Sheila... - dijo con lagrimas en los ojos. - ella es mi hermana.
Prince se alejó lentamente de ambas y corrió hacia a mi, me abrazaron los tres y miraron a Sheila.
- ¡Vete, ahora mismo! - le gritó Sheila a su hermana. - No quiero volver a verte aquí, juro que si te acercas otra vez voy a matarte y a tu padre. - dijo con odio.
Fernanda se levantó y me miró con enojo, su cara estaba llena de sangre y apuesto que no la veremos en un buen tiempo. Cuando ella se fue de la casa Sheila se tiró al suelo a llorar, me sentí tan mal por ella y a la vez no entendía el porqué de su reacción.
Solo entendía que definitivamente su hermana no era la persona dulce que fingía ser cuando la conocí, no puedo imaginar lo mal que la hace sentir toda esta situación de que su hermana finja ser ella. Me incliné y la abracé levantandola del suelo, se aferró tanto a mi que pude sentir los latidos de su corazón como si fuesen los mios.
- Todo estará bien, ya no nos molestará.. - susurré en su oido.
- No puedo entender porque se quiere meter con nosotros, no quiero que esto vuelva a pasar.. - miró a los niños. - lo siento mucho, no quise que me vieran de esa forma.
- Está bien, no es tu culpa.. vi a esa chica antes de ayer, me dijo que si decía algo de esto iba a lastimar a papi. - dijo Blanket y yo lo miré algo sorprendido.
- Hijo, no debiste callarte. - dije sintiendome mal.
- Perdón, no queria que ella te lastimará... - dijo y comenzó a llorar.
Los abracé a ambos y apoyé mi barbilla en sus cabezas.
- Prometo que los cuidaré a todos. - dije y besé la cabeza de ambos.
Paris y Prince, tambien se unieron al abrazo y yo me sentí responsable por todo.. debía ponerle mas atención a mis hijos y mas atención a Sheila, no quiero que vuelva a sufrir este tipo de cosas.
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Espero que lo disfruten.
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