Sheila

- Juro que fue mi intención, usted se cruzó en mi camino y yo solo quise frenar.. - dijo tocando su tobillo.

Choqué a Michael sin querer y me siento mal, se dobló el tobillo o algo por el estilo, el dice que no pasa nada pero sé que le dolió. Creo que no debí jugar tan bruzco con el, pero creí que se haría a un lado con solo verme ir corriendo hacia su lugar.

- No te preocupes, tal vez si me levanto y.. - intentó ponerse de pie pero se tambaleó un poco y me alarmé.

- ¡Quedese en el suelo! - le dije poniendo una mano en su pecho y haciendo que tomara haciendo otra vez. - ¿Alguien vió a Bill? iré a ver donde está y regreso en unos segundos. - dije palmeando el hombro de Michael.

- Está bien. - contestó.

Me levanté y fui corriendo hacia las tribunas, donde Bill estaba sentado solo y llorando.. cuando deberia estar llamando a una ambulancia o yendo por un doctor. Sé la razón de su disgusto y me parte el corazón verlo asi pero aveces es mejor dejarlos relajarse y sanarse a sus maneras.. aunque este grandulon es mas parecido a Michael de lo que cree.

- Hey. - dije poniendome a un lado de el.

- Amm.. Sheila, ahora mismo estaba en camino.. es que se me metió algo en el ojo y.. - lo interrumpí.

- No necesitas usar esa tonta excusa conmigo, tranquilo. - acaricié su nuca. - todo estará mejor mañana o tal vez pasado o pasado o quizas algún dia. - lo abracé.

- Ella me ha dicho que no cuidará de nuestra hija, ya no le importa y me dejará solo con una niña de casi diez años... - sollozó en mi hombro. - ¿como haré? tengo miedo.

- Está bien tenerlo, pero trata de recordar todo lo que te enseñó tu madre.. ¿acaso crees que es facil para aquellas personas que tienen que hacerse cargo de sus familias por si solas? - palmeé su hombro. - Hombre, debes ser fuerte y darte el valor necesario para salir adelante con tu niña, ademas tienes a una prima que tal vez en otra vida hubiera sido un guapo primo. - reí y el sonrió. - Debes sonreír siempre, eso me lo dijo el señor Jackson.

- ¿El señor Jackson?, ¡Cierto, la ambulancia! - dijo tomando su telefono de su bolsillo.

- Llama y cuando termines ven con nosotros, es que no se como comportarme por los nervios.. ya he dicho "Lo siento" unas cuarenta veces. - mordi mi labio con vergüenza.

- Casí le quiebras el pie, tienes razones para hacerlo. - comenzó a reir. - El voló por los aires.

- ¡Ya callate! - reí. - Te esperamos allá, intenta que la ambulancia llegue rapido porque creo que los pandilleros nos atacaran en cualquier momento.

- No les tienes miedo, pero si tienes miedo de que toquen a tu amado "jefecito" - remarcó la palabra y me hizo sonrojar.

Solo negué y corrí hacia donde Michael estaba, el hablaba con Javon mientras que intentaba ponerse de pie otra vez. Al parecer ha hecho amigos nuevos, Buddy, el gradulon le ha pedido un autografo en la calva y Lance el ex- convicto le ha hablado acerca de las cosas que la policia les hace en la carcel, ellos le agradan milagrosamente y estoy segura de que la ha pasado de maravilla pero solo el puede confirmarme eso.

- Y Sheila es tan sexy. - oí cuando estaba mas cerca.

Pude reconocer su voz de inmediato, los chicos me miraron y yo me quedé con la vista de la espalda de Michael.

- ¿Está detrás de mi verdad? - dijo el y lentamente se dió la vuelta. - Oh... Sheila, ¿encontraste a Bill?, ¿llamó a una ambulancia? - dijo nervioso.

No sabia quien estaba mas nervioso aqui, yo sentía un calor en las mejillas y mariposas en el estomago... escucharlo decir eso es como si me dijeran que me gané el premio novel de la paz o algo asi, no crei que el me viera de esa forma pero a la vez me siento algo rara porque no me acostumbro a ser clasificada con la palabra "sexy".

- Amm.. ¿si? el estaba...

- Vienen en camino. - dijo Bill salvandome de mi horrible e innentendible frase.

- Bien, ya me duele el trasero de tanto estar sentado aqui. - suspiró y me sonrió.

Sonreí de lado y miré hacia otro lado, su mirada me hace sentir nerviosa y eso es mas notable. Nos sentamos a hacerle compañía mientras que llegaba la ambulancia, cuando al fin llegó los chicos lo ayudaron a subir y me mandaron a mi con el, en aquella ambulancia. El ambiente estaba silencioso y solo sentía su mirada aveces, pero cuando nuestros ojos se conectaban el miraba hacia otro lado haciendome sentir rara e incomoda, como si el se sintiera avergonzado o algo asi.. al menos eso presentia.

- ¿Que fue lo que le pasó? - preguntó el paramedico sentado a un lado de nosotros.

- Yo... bueno, lo choqué de frente e hice que se golpeara. - hice una mueca. - no fue mi intención.

- Fue mi culpa, no debí hacerme el valiente cuando hace tiempo no juego al futbol. - rió.

- ¿No que no te gustaba?

- Dije que no estaba acostumbrado, pero en algun momento de mi vida hasta formaba parte de un equipo. - sonrió.

- Recuerdo cuando lo vi por primera vez en la tv. - dijo el paramedico. - Habian muchas luces y en el centro del escenario estaba el, fue lo mas hermoso del mundo para mi.. imagina, era un niño y sabes como reaccionan todos ante el..

- Bueno, he tenido la suerte por asi decir de saber como actuan todos cerca de el. - bajé la mirada. - pero nunca he visto alguno de sus conciertos completo.

- ¿En serio?, ¿acaso vives en marte?

- Si. - dije seria.

El se quedó en silencio mirandome y Michael soltó una carcajada.

- No es cierto, pero no es tan aficionada. - me miró. - ella es una de las pocas personas a las que no le importa mi existencia.

- Eso es mentira. - dije arqueando una ceja. - sabes que te aprecio mucho, pero no me atrae lo que haces.

- Lo sé y por eso te considero especial, eres distinta.

- ¿Y por eso son novios?

Ambos miramos al paramedico.

- Bueno, es decir ¿no eres la chica del diario? - preguntó nervioso.

- Si... pero es una entrevista falsa. - dije intentando no hablar de lo que paso y de quien se trataba realmente.

- ¿O sea que?

- Solo buenos amigos. - dijo Michael mirando sus manos.

Asentí mordiendo mi labio, me gustaría que eso cambiara pero tristemente seria imposible...

Llegamos al hospital luego de un rato, me dijeron que tendria que hacerlo reposar por un dia y que luego de eso habia que hacerlo caminar, pero como sentia dolor le dieron unos cuantos analgesicos. Cuando llegamos a la casa lo dejé en su habitación, y ahora mismo estaba preparandole un té para llevarle como merienda ya que ultimamente no come casi nada y eso le ayudará bastante en su recuperación.

- No quiero tomar o comer nada. - dijo mirando hacia la ventana.

- ¿Por que? en algun momento el viento va a llevarte. - dije poniendo la bandeja sobre sus piernas.

- Pero tu estarás ahí como una piedra y me sontendrás en el suelo. - sonrió. - En serio, no quiero.
 
- ¿Tienes problemas de almentación?

- No.. - dije nervioso. - No tengo hambre.

- Michael, la comida es esencial y si tienes algun complejo o lo que sea dimelo. - puse mis manos en mis costados.

Suspiró pesado y mordió su labio inferior, eso demuestra que en realidad hay algo.

- Yo.. he tenido problemas de anorexia antes y creo que estan volviendo. - me confesó.

- ¿Por que? - pregunté confundida.

- No me veo bien.

- Michael, te ves muy bien.. de hecho ahora que lo dices me preocupa, no debes dejar que tu mente te engañe.

- ¿No ves que estoy mas relleno?

- Por dios, Michael, la anorexia no es sana y eso es lo que te hace creer. - me senté a un lado de el en la cama. - Estuve en el terreno de la bulimia durante muchos años, fue lo peor para mi ya que desarrollé cosas horribles en mi cuerpo. - tomé su mano. - Me dijiste que querias que te salvara y eso es lo que haré, no quiero que pases por algo asi..

- ¿Lo harás? - dijo con un brillo en los ojos.

- Claro que si, te lo prometí.. ademas me haz salvado la vida ¿como no hacer algo por ti? - me arrodillé en la cama frente a el. - Quiero que comas y que pienses que eres hermoro, por dentro y por fuera... verás que funcionara si lo haces cada vez que vayas a cenar. - crucé mis piernas y el me miró con el ceño fruncido.

- Lo siento, pero no puedo tomarte en serio si estas sentada en mi cama y vestida asi.. - dijo mirando hacia otro lado.

Miré mis piernas y estaba con un short algo corto, probablemente ya ha visto mi ropa interior, ¡que vergüenza!. Cerré las piernas y me acomodé la camiseta de tiras.

- No tienes porque mirarme a otros lados que no sean mis ojos. - me puso sobre el poniendo mis piernas a los costados de su cuerpo dejando en medio su té. - concentrate aqui. - apunté a mis ojos.

- Sheila, eres demasiado inocente si crees que no provocas nada estando sentada asi frente a un hombre como yo. - lamió su labio.

- ¿Que provoco? vamos, no me he quitado la ropa o algo. - fruncí el ceño confundida.

- ¿Sabes acerca del poder de la imaginación?

Al instante sentí mas vergüenza de la que ya sentía, lentamente me levanté de su cama y me puse de pie a un lado. ¿Acaso esta diciendo que puede imaginarme sin ropa y en esa posición si el lo desea? eso es vergonzoso.

- Seamos serios, por favor.

- Sheila, lo soy. - dijo poniendose serio. - pero no puedo evitar mirarte.

- Vamos, me hace sonrojar. - suspiré. - solo le diré que quiero que tome su té y luego lo llevaré a tomar una ducha.

- ¿Tu me darás la ducha?

- Si, ¿por que? - dije arqueando una ceja.

- Hay cosas que aun no debes ver de mi cuerpo, al menos no debes si estas acostumbrada a ver cosas mas.. pequeñas.

- Por dios, ni que tuviera una anaconda o algo asi. - rodé los ojos. - le diré a Bill que venga a ayudarlo, entonces.

- Si quieres hacerlo tu no tengo problemas. - sonrió.

- ¿Me está coqueteando? - pregunté riendo.

- No. Pero si quieres.. - lamió su labio.

- No. - reí - iré por Bill, tome su té.

El asintió y comenzó a tomarlo, me sentía tan rara en la misma habitación con el.. sus palabras, parece que esa timidez que antes tenia no se sentia tanto ahora, creo que el golpe le afectó un poco o tal vez solo quiere hacerme sentir intimidada aunque si fuese asi no me voy a quedar atras, debo hacerle la contraria y seguirle la corriente.

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