capitulo 34.
Sheila
Llegué a mi casa y me tiré a la cama a llorar, creo que estuve mal en involucrar mi corazón en esto porque se siente horrible tener que saber que el hombre al que estabas conociendo mas y te estaba conquistando está saliendo con tu hermana, creí que Michael se estaba fijando en mi, creí que el se estaba enamorando de mi pero no fue asi.. miré a un lado de mi habitación donde tenia la foto de mi abuela, ella estaba sonriendo y estaria necesitando sus abrazos y sus "es parte de la vida" necesitaba consuelo y poder superar esto pero es dificil porque el me hizo conocer sus lados mas tiernos y eso hizo que mi corazón entrara en juego, yo no soy tan debíl como antes.. o al menos eso pensaba.
- Solo quiero entender porque me hizo sentir especial.. - me senté en la cama. - juro que en sus ojos vi una chispa especial siempre que hablabamos.. ¿por qué? - dije mirando el retrato de mi abuela.
Estoy segura de que me haría sentir mejor, me diría que valgo mas que eso y que el no deberia importarme.. pero es dificil, porqué ¡Joder!, el es distinto a los hombres que he conocido ultimamente. Me levanté de la cama y fui directo a la ducha, me sentía triste porque creí que yo podria ser mejor que Fernanda, es decir ella no se hace valer tanto pero eso les atrae a los hombres o realmente no lo entiendo, pero no puedo ser ese tipo de mujer que enamora hombres pordoquier.
Michael
- Espera, me siento mal.. - dije intentando que Fernanda parara con sus besos. - Hey, hablo en serio.
- ¿Por que te importa lo que ella piense? - preguntó con el ceño fruncido. - solo esta celosa porque ella no tiene un novio, aveces nos ponemos bipolares si no tenemos a alguien que nos de lo que necesitamos. - se sentó sobre mi. - ahora quiero sentir que me correspondes.
La miré a los ojos y sonreí, el rostro similar al de Sheila y su sonrisa picara que apuesto tambien tendrá Sheila.. no sé porque no puedo dejar de pensar en lo que pasó hoy, me siento mal y siento que Sheila esta molesta conmigo. Acaricié las piernas de ella y cerré los ojos sintiendo como besaba mi cuello, mordí mis labios al sentir que se movia sobre mi con lentitud pero haciendo presión sobre mi.
- Señor Jackson, quiero que me haga el amor.. - susurró en mi oido.
Ella era Fernanda, pero en mi mente repetía el nombre de Sheila, ellas sin iguales fisicamente o al menos eso creo pero Sheila es algo distinto... la siento mas timida, mas inocente y su hermana es una cosa distinta. Pensaba en la sonrisa de Sheila mientras sus manos acariciaban los botones de mi camisa.
- Espera... no puedo, necesito que hablemos. - dije tomando sus manos.
- ¿Que demonios hay que hablar?
- Sheila merece una explicación, le dije que estabamos saliendo pero no que eramos pareja, debe creer que lo somos y no es asi.. sabes que quiero conocerte mejor antes de llevarte a mi casa y que mis hijos te conozcan. - ella miró hacia el frente y luego a mi.
- Es obvio que seremos novios, veras que soy lo que necesitas. - me tomó la muñeca. - Y seremos felices. - apretó un poco mi mano. - no importará ni lo que diga Sheila, no lo que diga nadie.
Miré su mano que estaba apretando la mia, sus nudillos estaban blancos y en su voz habia un tono amenazante.
- Pero.. - me soltó y sonrió. - Aceptaré lo que sea con tal de que estes seguro acerca de mi.
Tragué saliva algo pensativa, su actitud es algo que aveces me hacd dudar si esta bien psicologicamente o no, aunque creo que es normal.. igualmente siento que es una chica linda y que tal vez podria llegar a ser mi esposa, aunque creo que tambien hay otra chica que podria serlo. Sheila, está decepcionada por mi porque le oculté lo de su hermana, pero aun asi no me ignoró ni nada por el estilo.. me ha tratado bien pero en su voz sentia esas ganas de llorar que aveces a todos sentimos, estoy intentando ordenar mis ideas, conocer mas a su hermana y saber que es lo me conviene aunque tambien tengo curiosidad acerca de sus vidas antes pero creo que el pasado no nos define tanto.
- Bueno.. - dije mirando hacia otro lado. - Quiero ir al mirador.
- ¿Al mirador? no podemos tener sexo allá.
- No todo en la vida es el sexo, Fernanda. - dije inclinandome para tocar la ventanilla de Bill.
Hoy estabamos en una camioneta dividida para que podamos tener mas privacidad, pero no me siento comodo de esta forma.
- Llevanos al mirador. - dije mirandolo.
- Bien.
Me acomodé en mi asiento y ella me miraba con los brazos cruzados.
- Deja de mirarme asi, sabes que me encanta hacerlo contigo pero hoy no tengo animos... debes entender que no soy un jovencito bastante activo, no siempre querré. - dije sonriendo y acariciando su mejilla. - pero sabes que cuando quiero te doy lo que necesitas.
- Esto es injusto, cuando quiero tu no y cuando tu quieres yo lo hago.
- Jamas te has quejado y debes decirme sino quieres. - miré hacia la ventanilla.
No queria hablar sobre el tema porque es algo que sinceramente no me importa, creo que deberia entender que ya no tengo veinte años y no quiero estar teniendo sexo las veinticuatro horas.
Sheila
Comenzar otro dia en el gimnasio, Gabriel me ha estado dando animos e intentando que deje un poco los ejercicios y hable con el pero no puedo, utlizando mi fuerza es la unica forma en la que puedo dejar de sentirme aturdida por las cosas de mi vida.
- Sheila, por favor. - me tomó la mano y me quitó la pesa de cinco kilos. - Hey, mirame.. tus ojos estan hinchados. - dijo acariciando mi mejilla.
- Gabriel, dejame hacerlo y me sentire mejor.. - dije entre dientes. - no me siento bien.
- Abrazame. - dijo tomandome entre sus fuertes y musculosos brazos.
- No sé que es lo que pasa conmigo, solía ser invencible. - susurré cerrando mis ojos.
- Lo eres, solo que estas dejando un poco que tus pensamientos te hagan pensar lo contrario. - acarició mi cabello.
- Me haces sentir tan protegida, como un padre. - dije sonriendo.
Estuvimos hace por unos minutos, me sentia bien entre sus brazos y ni siquiera me importaba el sudor.
- Creo que alguien ha vuelto. - dijo soltandome un poco.
Mis ojos se encontraron con los de Michael, estaba con una playera de gimnasio y traia las manos vendadas, me olvidé de ir por el a su casa.. pero no me sentía con animos, aunque igual vino y al parecer acompañado.
- ¿Estoy viendo bien o ella es igu...
- Es mi hermana. - dije suspirando profundo. - No me sueltes, no quiero estar cerca de ellos. - volví a abrazarlo.
- Debo ir a ver que es lo que quieren trabajar hoy, puedes ayudarme si lo deseas. - dijo sonriendome. - son muy parecidas.
- Por el cariño que me tienes no repitas eso cerca de ellos. - dije sonriendo.
- Bien. - sonrió de lado. - Buenos dias, soy Gabriel, ¿en que les puedo ayudar?
- Venimos a hacer ejercicio. - Fernanda me miró a mi. - Hola, hermanita.
- Gabriel, iré al baño.. - dije tocando su hombro e ignorando a mi hermana.
No puedo cerca de ellos y verlos asi, esto es algo a lo que no me puedo acostumbrar aun, es demasiado para mi. Entré en los vestidores y me quité lo que traía puesto, el espejo de cuerpo completo estaba frente a mi y me miré en el. Mi cuerpo habia cambiado y apesar de que tenia esas marcas que para algunas mujeres son horribles a mi me parecían una evidencia de todo el esfuerzo que he hecho para llegar hacia aquí, mi trasero estaba lleno de ellas y tambien mi busto y ni hablar de mis muslos, pero estaba orgullosa de esto. Estaba observandome en el espejo hasta que oí un ruido en la puerta y entonces se abrió dejando a Michael tirado en el suelo.
- Lo siento.. yo acabo de llegar, no te estaba observando.. - dijo poniendose de pie frente a mi.
Me quedé inmovíl y pensativa, no le creo absolutamente nada y me parece algo incomodo aunque a la vez me interesa el porque de su espionaje poco discreto. Me miró de arriba a abajo y luego miró hacia otro lado.
- ¿Si ira ahora o me tengo que vestir frente a usted? - arqueé una ceja.
- Necesito usar el vestidor. - dejando a un lado su bolso con ropa.
Suspiré y comencé a vestirme sintiendo su mirada sobre mi.
- No me agrada que me miren. - le dije levantando la mirada.
- Lo siento. - bajó la mirada y abrió su mochila.
Terminé de cambiarme y salí de ahí, habia sido demasiado para mi y debia comenzar mi dia. Salí de los vestidores y estaba Fernanda esperando a Michael, aunque apenas me vió alzó ambas cejas.
- ¿Mi novio está ahi?
- Claro. - contesté sonriendo.
- Oh, bien. - dijo sonriendo y dirigiendose al vestidor.
Cerré mis ojos e ignoré todo tipo de pensamientos que se venían a mi cabeza, apuesto a que ahora mismo Fernanda está haciendo el amor con Michael ahí adentro y no puedo creer que me lo estaba imaginando, la piel muy clara de Michael desnuda y su espalda arqueandose mientras hacia movimientos con sus caderas.
- Estas loca de la cabeza. - me dije haciendo cara de asco y dirigiendome a la salida. - Te veré pasado mañana.
- No habrá gimnasio por dos semanas, tengo que desinfectar porque al parecer hay un nido de cucarachas. - Rió. - pero podemos salir a algun lado si lo deseas.
- Me parece genial, tal vez ir por un delicioso sushi. - el me miró extraño. - Si, ya probé el sushi. - sonreí.
- Iba a decirte que de donde y recordé que trabajas para un millonario. - rió.
- Algo asi, nos veremos. - asentí.
Salí de ahí con rumbo a mi casa, y luego iría al parque, sola y meditaria un poco ya que mi compañero de meditación está ahora en el gimnasio con su "novia".
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Espero que lo disfruten.
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