capitulo 32.
Michael
- Solo intenta no parecer asustado, Gabriel es algo pesado con sus bromas. - me sonrió mientras dejaba su casco a un lado.
- ¿Me golpeará?
- Claro que no, probablemente querrá que te ayude.. pero yo no utilizo la fuerza en estos casos. - ajustó la venda en su mano. - ¡Hey, Gabriel!
Dirigí mi mirada al famoso Gabriel y quedé algo sorprendido, este si parecía la roca de los cuatro fantasticos.. era muy alto y tenia unos musculos gigantes, soy hombre muerto si el practica conmigo.
- Sheila. - la abrazó y cerró los ojos.
¿Por que cerrar los ojos en un abrazo?, los brazos de Sheila estaban alrededor de su cuello y el tenia sus brazos alrededor del torso desnudo de ella, ¿no está tocando mucha piel? me pone nervioso.
- Mira, el es Michael. - se separaron y el me miró.
- Es un placer conocerte, amigo, me sorprendí cuando Sheila me dijo que un hombre como tu vendría a mi gimnasio. - sonrió. - ¿Sheila haz calentado?
- Recíen llegamos y la psicopata de la cinta esta ocupando.. - susurró. - Iré a calentar con las pesas, cuida de Michael, por favor.
- Lo haré. - dijo el sonriendo y mirandome de arriba abajo. - Al suelo, necesito que hagas treinta lagartijas y abdominales, cuando termines vienes conmigo.
Me quedé quieto, ¿acaso me van a matar con los ejercicios esto ayuda con el estres?.
- ¿Que esperas? - preguntó serio.
Asentí y me recosté, no hago ejercicio desde practicamente nunca.. solo tengo una cinta de correr en casa pero, ¿abdominales? ni siquiera sé como hacerlo y ni siquiera puedo soportar mi cuerpo en las lagartijas ¿donde está Sheila cuando la necesito?.
- Hola, ¿quieres ayuda? - levanté mi mirada y una rubia con buen cuerpo se encontraba frente a mi.
- Bueno.. yo no estoy acostumbrado a estas cosas, pero necesito una pequeña instrucción. - sonreí nervioso.
- Oh claro yo... - la interrumpieron.
- Becky, ve a otro lado, yo me encargó de el. - miré a Sheila.
Ella estaba sudando ya y sus shorts estaban ajustados a sus piernas tonificadas, a simple vista se veian suaves y su abdomen estaba plano, no puedo creer que una chica como ella dice ser gorda o lo que sea.
- Esta bien. - dijo la rubia entre dientes.
Cuando ella se fue Sheila se recostó frente a mi.
- ¿Por que no la dejaste enseñarme?, yo queria con ella. - dije bromeando.
- Te traje para que dejes de ser un depresivo no para que coquetees, esto no es un rio donde puedes pescar, aqui te romperemos las costillas si no pones esmero. - dijo seria.
Tragué saliva pesado, sabe como intimidarme y no puedo contra ella porque sinceramente la he visto hacer ejercicio y creo que me cortaria a la mitad con solo un dedo.
- Debes intentar poner su peso sobre tus brazos y esforzarte para levantarte. - ella hablaba y yo no oía.
Miraba el escote de su brasier de ejercicio, no es mi culpa que me haya puesto esa vista tan cerca.
- Deja de mirarme. - dije poniendose de rodillas. - Vamos, intentalo.
- No.. esto no es lo que quiero.. me habias hablado del saco, quiero probarlo. - dije cruzando mis brazos y poniendome de pie.
- Genial. - se puso de pie. - Sigueme.
Caminó hacia un salón donde habia un poco de mas especio y en el centro habia un saco de boxeo, tenia ganas de golpearlo y sentirme como Silvestre Stallone en Rocky.
- Primero que nada quiero que juntes todas las cosas que te hacen sentir molesto, las personas que te acosan, los que quieren controlar tu vida, los que te lastimaron en tu vida pasada y los que hoy en dia te estan presionando.
Cerré los ojos y pensé en mucho en Joseph golpeandome, en Randy pidiendome el dinero que me prestó, en Raymond insistiendo con los contratos, en John, en Chandler y en los Arvizo, en Bashir con su estupida entrevista, en los MTV burlandose de mi, todas esas personas que me hicieron sentir infeliz durante un largo tiempo y ahora mismo. Sentía tanto enojo al traer eso de vuelta a mi mente.
- Abre las manos. - me ordenó y yo las abrí sin abrir mis ojos.
Puso los guantes en ellas.
- Ahora preparate y abre los ojos, golpea con todas tus fuerzas, imagina el rostro de todas esas personas y las cosas que te hicieron. - me miró a los ojos y sentí fuerza. - Vamos, yo sé que puedes hacerlo.
Dí el primer golpe y sentí un poco de alivio y adrenalina.
- ¡Vamos, sigue sé que tienes mucho! - dijo alentandome.
Comencé a darle varios golpes seguidos al saco, no podia parar y recordaba todas las mentiras y las cosas horribles que dijeron sobre mi, golpeé con todas mis fuerzas.
- ¡Mierda! - me quejé cuando un dolor en mi mano.
- ¿Que pasa? - preguntó Sheila preocupada.
- Creo que me doblé la muñeca.. - dije sacandome el guante.
- Dejame ver. - tomó mi mano suavemente y comenzó a acariciarla, su piel era suave y hacia erizar la mia. - ¿Te duele aquí? - negué. - ¿aquí?
- Si... - dije intentando no parecer un cobarde. - pero no es nada ya pasará.. - sonreí.
- Espero que si, es normal desgarrarse la mano cuando estas haciendo estas actividades.. al menos dime, ¿te ha servido?, ¿te sientes tranquilo?
- Claro que si, me siento mas relajado y sentí tanta adrenalina. - sonreí - Gracias.
- Ajam, el señor Jackson se fue a otro lado y no me hizo caso. - levanté la mirada y era ese hombre del gimnasio.
- No. Decidí entrenarlo un poco con el saco. - pasó su mano por sobre los hombros de el. - ¿Recuerdas que era mi gran psicologo cuando empecé?
- Claro que si, te encantaba venir y desquitarte con el saco.. ahora estas hecha una mujer, ya no tienes inseguridad y eres decidida. - me miró - Nunca intentes mentirle porque vale muchisimo. - sonrió.
Habia algo en su mirada que me hacia creer que habian segundas intenciones en el, no creo que solo sean cosas mias pero la forma en la que la mira detalladamente como si la estuviese estudiando para tragarsela o algo por el estilo.
Por otra parte eso lo que me dijo me resonó en la cabeza, no sé en que me estoy metiendo volviendo a ocultarle cosas a Sheila.. pero se lo diré cuando llegue el momento, aun no estoy seguro con lo que hago pero cuando este completamente listo se lo diré.
- ¿Quieres ir al granero abandonado? - preguntó con su mochila a un lado.
- Ni siquiera sé donde está pero llevame. - sonreí.
He conocido tantas cosas especiales con ella que honestamente me encantaria que fuese mi guia en todos los proximos pasos de mi vida, pero se que no será mi guardaespaldas por siempre y en algun momento conseguirá a un chico y se casará, tendrá una familia y yo no voy a estar en su vida.. eso me aterra aveces, casi todas las personas que he querido demasiado han hecho sus propias vidas y me han alejado de ellos.
Sheila
- No creo que esto sea seguro. - dijo guardando distancia. - Ni siquiera sé si voy a disparar bien.
- Oh, deja de ser tan inseguro y concentrate en el blanco.. bueno aunque es dificil porque ambos somos negros. - reí. - Tu sabes a lo que me refiero.
- Ay, eres.. - comenzó a reir.
El oyuelo se marcaba en su sonrisa y la forma de manzana de su rostro era encantadora, no puedo creer que me lo estoy comiendo con la mirada.
- Deja de reirte, debes mirar la lata y dispararle. - le quité el arma. - así. - sin pensarlo dos veces halé el gatillo y le dí a la lata.
- Tu sabes como hacerlo, yo no..
- Deja de pensar asi, nunca lograrás nada si piensas que no lo harás. - me puse frente a el y ubiqué el arma en su mano. - tomala y yo halo el gatillo.
- Sheila.. estas muy cerca. - dijo en mi oido y me corrió un escalofrio.
- Shh. - dije algo nerviosa. - ¿listo? - el asintió.
Presioné el gatillo con su dedo debajo del mio y el impacto dió directo a una de las latas.
- ¡Lo hicimos! - dijo como un niño. - ¿puedo intentar solo?
- Adelante, recuerda canalizar tus emociones ahí y pensar en liberarlas. - suspiré.
El asintió y se puso en posición, el viento fresco movia su pelo largo y la luz de la luna hacia que su piel se viera algo distinta pero interesante. Se contraba y disparaba, estaba emocionado y eso me agradaba mas que verlo llorar como un cobarde por cosas que puede sobrellevar, solo que no ha encontrado a las personas adecuadas para liberarse, pero estoy aqui para salvarlo como el me dijo.. intentaré lo que sea para lograr verlo feliz y animado para sus hijos o sin ellos, es parte de dejar de lado las cosas que nos hacen mal y el tiene demasiadas cargas en sus hombros.
- En un par de dias es el cumpleaños de Prince, no sé que haré.. sus amigos no tienen contacto con el y no quiero que pase otro cumpleaños solo. - su preocupación era la de un padre real.
- Quizas pueda hablar con Javon acerca de un parque de diversiones del cual su primo es parte, una noche ahi y luego una cena y pastel en la casa creo que le agradaría. - sonreí de lado. - ¿te parece?
- Eres maravillosa. - dijo acercandose a mi para abrazarme.
- Usted es un saco de huesos, pero aun asi me hace sentir protegida. - susurré.
- Te sorprenderías que las cosas que este saco huesos puede hacer. - dijo en mi oido y me separé de el.
- ¿Por que siento que esta hablando con el doble sentido?
- No.. lo siento, no lo es.. yo me referia a otras cosas, como cocinar o jugar guerras de bombas de agua. - sus mejillas estaban rojas.
- Hmm, voy a creerle pero recuerde que no debe hablar asi cerca de alguien menor. - reí. - aunque este alguien menor estaba malinterpretando todo.
- ¿Crees que soy guapo? - puso sus manos en sus caderas.
No sabia que decir y perdí las palabras, no queria parecer una tonta diciendole lo que pensaba de el y que luego piense que me gusta o alto por el estilo.
- Lo es, es guapo.. - dije timida. - pero eso no es lo mas importante, sino su forma de ser con los demas y a mi, en lo personal me ha demostrado ser hermoso en su interior.
No podia decir nada mas que me pusiera en vergüenza porque esto rebasó los limites.
- Me alegra que pienses eso... tu.. tu eres preciosa, lo digo en serio.
¿Por que suena como un coqueteo?
- Gracias.. aunque no se que mas decir, creo que podriamos volver a casa o seguir disparando.
- Si te incomodo dilo, no te preocupes que no me molestaré. - sonrió.
- No es eso.. es que.. - me miró. - solo un poco. - reí.
El negó varias veces con una sonrisa.
Lo que me dicho me ha dado algo asi como esperanzas, quizas el puede llegar a sentir algo por mi o quizas yo tambien puedo sentir alto por el y ser pareja.. no lo sé, aveces es tonto pensar en estas cosas pero lo que dijo se oyó como una señal y no se si deba hacerle caso a mi corazón y demostrar mas interes y conocerlo mejor para estar segura acerca de mis sentimientos.
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Espero que lo disfruten.
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