capitulo 27.
Michael
- No entiendo como pudo pasar todo ese tiempo lejos de su familia, yo sin mi madre me moriría. - dijo ella comiendo de su hamburguesa de pollo.
- Amo a mamá, pero necesitaba alejarme de estados unidos y de la prensa, tu sabes lo dificil que es intentar tener una vida normal hoy en dia. - suspiré y metí un ala de pollo a mi boca.
- Y mas siendo conocido mundialmente, aunque bueno no mundialmente porque yo nunca supe de usted y su vida privada. - me miró. - Uno de mis tios me dijo que tu te bañabas con leche, y le dije "Oh, viejo debes dejar de ver las noticias, solo quieren hacer publicidad", el simplemente se molestó y se fue de la casa. - encogió los hombros. - Creo que estoy llena, pero no puedo dejar mi hamburguesa a medio comer.
Sonreí al oirla y al verla mirar la hamburguesa como si fuese lo mas importante en su vida, Sheila está volviendo a ser mas ella conmigo.. eso me hace muy feliz.
- Tu puedes, ademas debes alimentarte. - toqué su cabeza. - ¿Y que pasó con tu madre?
- ¿Que pasó de qué? - dijo mordiendo una papa frita. - ¿Habla de la llamada? - asentí. - Oh, nada no estaba hablando con ella solo hablaba con otra persona no tan agradable.
- ¿Por que no te agrada?
- Abuso de mi mentalmente, es decir, me hizo culpable de cosas que yo nunca habia hecho y me hizo sentir un monstruo desde pequeña. - mordió su labio. - Ya sabe lo que dicen, es mejor alejarse de la gente que no te aporta nada bueno, pero parece que esas personas no se quieren ir tan facil. - se puso de pie.
Todo su pantalón estaba lleno de tierra y su camisa estaba arrugada, hacia mucho calor y apuesto que se esta cocinando ahora mismo en esas ropas.
- ¿Tragiste algo para ponerte? - le pregunté poniendome de pie.
- No. No quise ir a mi casa, pero esta todo bien, puedo sobrevivir con dos neglijes y un brasier. - rió y yo me puse algo rojo.
- Creo que deberias comprarte algo de ropa, aprovechate y usa el dinero en mi billetera. - dije entregandosela.
- Claro que no, no voy a permitir que me de su dinero como si fuese una obligación.. si yo consigo el dinero es por medio de trabajo y aqui practicamente no estoy trabajando. - me la dió. - Solo me conformaría con un pijama fresco, por favor.
- ¿Te gusta la ropa grande? - pregunté arqueando una ceja.
- Me gusta la ropa de hombre. - sonrió.
Asentí sonriendo, ella me hace sentir incomodo pero a la vez tan calmado, temo que esta vez el sentimiento es mas fuerte y me hace sentir confundido acerca de todo lo que siento o lo que llegué a sentir por ella cuando fingía ser Sven.
- ¿Que fue lo que mas te gustó de Sven? - pregunté y la miré esperando una mala reacción.
- Que era un hombre divertido y que me trataba como a una niña pequeña.. pero usted es casi lo contrario, no puedo cree que hayan sido la misma persona. - sonrió de lado. - ¿Y que fue lo que a Sven le gustó de mi? - cruzó sus brazos a mitad del camino.
- Que eras adorable y siempre tenias algo de que hablar con el.. aveces desearía ser el para que tengas ese afecto especial. - miré el suelo y hubo un silencio.
Comencé a caminar hacia la motocicleta, nuestra salida se habia acabado tristemente y debiamos volver a casa de Frank. Venir a su casa siempre me hace sentir querido y especial, el y su esposa siempre estan ahí cuando necesito escapar de mi realidad y me hacen sentir normal.
- ¿Puedo hacer otra pregunta? - asentí. - ¿Por que duerme en un sotáno?, ¿es algo asi como un cientifico loco que está creando una especie de chip para controlar la mente bajo tierra? - rió.
- ¡Chica, que cosas dices! - comencé a reir. - No, no estoy ahi por eso.. es que estar solo ahí abajo me ayuda a pensar.
- Usted esta solo casi siempre, no entiendo la diferencia.. es decir, en casa esta solo en su habitación o va de la cocina al baño y del baño a la sala.. aveces me pregunto como es que una persona como usted puede estar tan sola. - se sentó en la motocicleta.
- Hay muchas razones por las que lo estoy, la gente logró de no confiara en ellos como antes solía.. duele mucho cuando abres tu corazon con alguien y termina mintiendole a la prensa o haciendo denuncias absurdas en tu contra. - mordí mi labio. - Pero sé que con los unicos con los que puedo contar es contigo y Bill, y Javon que está locamente enamorado de ti. - reí.
- Es un idiota. - sonreí. - Creo que tiene razon, aunque en mi caso me terminé quedando sola por pensar en mi misma durante mucho tiempo.. pero creo que eso fue como una prueba para todos, ya que si ellos hubiesen sido mas reales hasta ahora estarian conmigo. - lamió su labio. - pero decidieron dejarme sola cuando elegí hacer un cambio.
Me veía reflejado en ella de alguna forma, cuando decidí no llamar a mi amigos para ver si les importaba me di cuenta de que yo era el que siempre buscaba una forma de hablar y desahogarme con ellos.. pero ese dolor ya no existía, podia sentir que tenia una amiga de verdad, amigos de verdad.
Sheila
Enceraba el auto mientras escuchaba musica en mis audifonos en pijamas del hombre araña que Michael me habia prestado, habiamos vuelto a su casa en Las Vegas ayer en la tarde, pero yo no quise ir a casa.
- Tu uniforme esta limpio,y puedes ir a prepararte cuando quieras. - Michael apareció de la nada. - Y te voy a regalar ese pijama, aunque sea mi favorito. - sonrió.
- Se me ve mejor a mi. - hice una mueca. - ¿Irá a casa conmigo? es que no quiero estar callada en el camino.
- Claro que iré, luego me tengo que reunir con Erica. - miró el suelo. - Te me abriste los ojos, y creo que es tiempo de echar raices.
¿Y eso que tiene que ver con Erica?, ¿Acaso quiere algo serio con ella?.
- No sé que hice pero mientras le haga bien. - encogí los hombros. - Entonces me voy a cambiar, por favor digale a Bill que saque el otro auto, acabo de limpiar este.
- Que saque este, okay. - lo miré y el rió. - Entiendo, ve a cambiarte.
Negué varias riendome, pero creo que las buenas energias e experiencias se acaban apartir de ahora. Apenas vi el auto alejarse de la entrada empecé a pensar en lo que seria volver a casa y tener una conversación seria con mi madre, no me imagino viviendo bajo el mismo techo que Fernanda y por mas que ame a mi madre me rehuso a aceptarlo.
- ¿Por que estas tan nerviosa? - lo miré por el espejo retrovisor.
- Es que en casa hay algo a lo que no me quiero enfrentar, Bill. - suspiré. - Creo que te llevarás una sorpresa igual que yo.
- ¿Que puede ser tan desagradable como para que no quieras volver? - preguntó Jackson.
- Creo que lo que le preocupa es que ya no nos verá por unos dias. - miré a Javon y reí.
- Ya verán. - negué riendo. - Javon, hace unos meses oí que uno de tus tias alquilaba departamentos por aquí, ¿podrias darme su numero?.
- ¡No puede ser, Sheila quiere independizarse!, ¿acaso ya quieres salir debajo de la ala de mami? - golpeé el brazo de Bill.
- Claro que no, solo callense ya verán.
- No puedo con tanta curiosidad. - miré a Jackson con una sonrisa. - Solo dime, ¿es hombre o mujer?
- Mujer.
Doblamos la esquina mientras que yo iba pensando en como iba a hacer que se vayan sin ver a Fernanda, aunque probablemente no esté.. le gustaba estar en las calles con vagos.
- Mierda, no me digas que esa es.. - miré al frente. - ¿Que hace en tu casa?
- Espera, espera.. es igual a ti. - miré a Michael.
- Somos gemelas, pero literalmente no tenemos nada mas en comun. - suspiré. - Solo dejenme aqui, no quiero que los salude.
- ¿Por que no?, vamos debemos conocer a tu hermana, quizas tenga oportunidad con ella. - le di una bofetada a Javon.
- ¡No digan tonterias, me bajo aquí! - abrí la puerta y saqué la bolsa con el pijama de Michael. - Nos veremos pasado mañana.
- Está bien, suerte. - el me sonrió.
Asentí y cuando me di la vuelta, tenia a Fernanda a dos pasos de mi.
- Hey, hermanita.. ¿quienes son ellos?, ¡Primo Bill! - dijo acercandose a la ventana.
- Alejate de ellos, entra a la casa. - dije agarrandola del brazo.
- Dejame, entra tu.. ¿que tenemos aquí? - miró a Michael.
Su rostro estaba inexpresivo y luego llevó sus ojos hacia a mi, probablemente Michael esta sorprendido por el parecido que tenemos ella y yo.
- Hola soy Fernanda hermana de Sheila, tu eres el guapo Michael Jackson.. - estiró su mano.
Algo en mi interior me estaba advirtiendo que me alejara, porque probablemente iba a alejarla de Michael a la fuerza. Me di la vuelta y entré a la casa, era hora de aprovechar para entrar a mi cuarto y ponerme mas comoda, necesitaba hablar con mi madre.
- ¿Ya has visto a tu hermana? ella estaba hablando con tu jefe. - sonrió.
- Callate, y quiero ahora mismo una explicación de porque está aquí una persona como ella. - me puse seria.
- Le dieron el alta, ya no tiene problemas mentales.. entiende que ya no es la misma persona que era hace unos años. - tocó mi hombro. - Debemos hacer que se una a nosotros, debemos hacerla sentir como en casa otra vez... es tu hermana, Sheila. - sonrió.
- No me importa que lo sea, sabes todo el daño que me causó y le causó a alguien importante para mi.
- Eso fue un accidente, ella no lo hizo a proposito.
- ¡No digas cosas que no sabes, yo estuve ahí y la vi hacerlo con todas las malas intenciones del mundo, no puedes poner tus manos en el fuego por ella! - me asomé a la ventana.
- Es mi hija, intenta entenderlo.. he perdido a tu padre y he dedicado mi vida a ti.. ella merece volver a nuestras vidas.
- Ella no puede vivir con nosotros. - negué varias veces.
- Pero si lo hará porque esta es mi casa, quieras o no aceptarlo vivirá con nosotras. - su seriedad me dió a entender que no le importaba lo que yo pensaba. - Por favor, solo intenta olvidar lo pasado.
Es facil decirte algo asi cuando ni siquiera sabes acerca de lo que fue el dolor de una persona.
- No, no voy a vivir bajo el mismo techo que ella.
- Si lo harás, esta es mi casa y no me importa si no quieres aceptarla.
- Bien. - dije asintiendo varias veces y subí a mi habitación.
Tomé una mochila y comencé a guardar mi ropa, esta misma noche me voy de esta casa, no voy a permitir esto y no me importa cuantas personas se pongan en mi camino. Lamentablemente tendré que ir a un lugar que no deseo, pero sera lo mejor para estar lejos de mi madre y esa desquiciada.
- ¡¿Que estas haciendo?! - gritó mi madre viendome guardar todas mis cosas. - ¡No te vayas, por favor!
- ¡Lo haré y no me importa lo que digas porqué si se trata de tenernos en cuenta tu nunca lo hiciste! - guardé silencio y salí de mi casa.
- ¿Sheila?, ¡Sheila! - gritó Bill detras de mi.
Me di la vuelta y estaba aun el auto frente a mi casa y Fernanda estaba hablando con Michael, no puede ser. Me di la vuelta y fui al garaje por mi moto, hace un par de dias le pedí a uno de los guardias que por favor la trajeran a mi casa y me sentiría mas segura. Me subí en ella y no esperé ni un segundo, tomé la primera calle camino a la casa de Richard, mi padre.
●●●●●●●●●●●
Espero que lo disfruten.
Comenten y voten
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro