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capitulo 25.

Michael

El camino era silecioso y algo incomodo, Sheila conducía mientras miraba directamente al frente. Aquellos lentes oscuros volvieron y ahora no podia verla fijamente como me gustaba hacerlo, cerré mis ojos y suspiré con pesadez, intentaba recordar aquellos momentos en los que los viajes en auto eran divertidos y estaban llenos de musica, ahora ni la musica parece tener sentido y Sheila no parece ser la misma chica que me abrazó y me agradeció por haberla protegido en aquella montaña rusa.

- Ya estamos aquí. - dijo aparcando a un lado del estacionamiento del hotel de una de mis acompañantes.

Hoy, necesitaba aire y necesitaba olvidarme un poco de lo que pasó en estos dias. Por suerte, Erica, estaba disponible para hoy y quizás sus besos o sus toques podrían hacerme olvidar de todo y relajarme, aunque con Sheila aquí no sé como será esto.

- ¿A donde luego? - preguntó mirandome por el espejo retrovisor de en frente.

- Llevame al mirador. - dije intentando mantener el mismo tono. - Ahí viene. - dije viendo por la ventanilla.

Las delgadas y tonificadas piernas de Erica se dirigían hacia mi auto, aquella elegancia que la caracterizaba era increible y sus curvas eran algo que a todos los hombres les encantaba.

Sheila

Aquella chica con pinta de zorra se acercaba al auto, Michael estaba con una sonrisa estupida en el rostro y yo preguntandome, ¿por que carajos tengo que traerlo aqui?, despúes de todo es mi trabajo.

- A todos los hombres les encantan este tipo de mujeres. - dijo Michael y yo solo lo ignoré.

¿Eso quiere decir que nadie podría fijarse en una gorda o una chica con cuerpo promedio?, el es demasiado gracioso aunque de igual forma no me interesa en lo mas minimo. Todos tenemos espectativas, y de todos modos el no sería mi tipo al igual que yo no sería el de él.

- ¡Buenas noches, Michael! - su voz chillona casí hizo estallar los vidrios de las ventanillas.

- Buenas noches, Erica, adelante. - se bajó del auto y le abrió la puerta esperando que ella entrara.

Yo solo los observé sentarse detrás del auto.

- Hmmm, ¿podrías decirle a esta mujer que nos lleve a comer sushi? - dijo acariciando el cabello de Michael.

- Claro que si.. - me miró. - Por favor. - sonrió.

Asentí seria, sé en que terminará esto.

Encendí el auto y comencé a manejar, la cuidad estaba tan hermosa.

- ¿Crees que me veo bien con este vestido?

- Si.. te ves muy sexy. - oí.

- Imagina como me vería sin él, sé que me vería ardiente.

《Que sutil, pensé》.

- No tengo dudas de eso, me encantaría tocarte suavemente.. - eché un vistazo por el espejo.

Michael besaba su cuello mientras que ella mantenía una sonrisa y sus ojos cerrados, no entiendo porqué esta escena me llamaba la atención pero a la vez me asqueaba.

- ¿Por que no lo haces? - dijo insinuandosé.

Michael levantó su mirada y sus ojos oscuros me miraron fijamente, desvié la mirada con incomodidad y encendí el stereo, quizas un poco de musica callaría un poco las cosas que se dicen. Los ojos de Michael estaban tan oscuros, jamas los habia visto de esa forma, pero a la vez sentí una sensación extraña, como un escalofrio.

Llegamos a un restaurante y ellos bajaron, mi intención era quedarme aquí pero..

- Debes bajarte y estar a nuestro lado. - dijo aquella mujer.

- Claro. - dije sonriendo hipocrita.

Me bajé y comencé a caminar detrás de ellos, y ahora estaba entrando en un restaurante que probablemente tiene los platos a mas de cien dolares. Pedí una mesa, ya que, el señor Jackson me lo ordenó y aquí estaba yo, parada frente a su mesa mirandolos hablar de tonterías que no entendía. No siento quimica entre ellos, mejor dicho "atracción", la chica es sexy y a Michael le gusta este tipo de mujeres y ella parece ser una mujer exigente.

- ¿Y que pasó con mi diamante? - preguntó ella.

- Hmm.. estuve averiguando, llegará en un par de dias.. solo es cuestión de tiempo.. - rascó su nuca con nerviosismo.

¿De donde sacará el dinero para un diamante si practicamente está en quiebra?.

Por otro lado, ¿para que quiere un diamante esa mujer?, jamas entendí el porqué de esas cosas.

- Está bien, confio en ti. - sonrió y acarició su mejilla. - ¿despues vamos a un club?

- Amm.. yo pensaba en ir al mirador, el cielo está estrellado y tal vez te encantaría la vista.

El no mentía, el cielo se ve tan malditamente bien esta noche.

- Será mas divertido el club. - sonrió.

Veo que a la chica no parece interesarle.

- Pero no puedo exponerme de esa forma.. - dijo y me miró de reojo. - Es peligroso.

- Confia en mi, solo por esta noche. - tocó la mano de Michael por encima de la mesa.

En ese momento practicamente accedió, dijo que si pero aun asi estaba preocupado. En realidad, creo que sería algo super arriesgado estar frente a toda la gente sin disfraz, al menos cuando salia conmigo llevaba un casco de seguridad que escondía su identidad. Salimos del lugar una hora despues, creo que la parejita de tortolos estaba mas melosa que nunca, me sentí tan incomoda que simplemente me adelanté y subí la radio lo suficiente para no presenciar algo mas.

- Estoy feliz de saber que saldremos como una pareja normal.

¿Una pareja normal?, miré de reojo hacia atras y hubo un silencio.

- No creo que sea buena idea.. - dijo sonriendo y besandola.

Aparté mi mirada y me concentré  en el camino, probablemente esa mujer quiere que el este expuesto y la prensa los vea juntos, eso es como una retroalimentación para los paparazzi.

- Disculpa, ¿podrías bajar un poco la musica? - me giré y la miré.

- Sí. - fue lo unico que dije.

¿Que les costaba hablarse al oido o estar mas cerca?.

- Estaciona aquí. - dijo Michael mirandome.

Asentí y lo hice, ahora presenciaba el nerviosismo en los ojos de Michael y las insistencias de parte de la chica, al parecer, su chica.

- Ahora somos una pareja normal. - dijo sonriendo.

- Creo que si.. - estabamos comenzando a caminar.

Toda la gente estaba mirando, algunos estaban algo shockeados.

- ¡Ten cuidado, fenomeno! - levanté mi vista.

Un hombre al parecer habia tropezado con Michael, pero este fue muy grosero.

- Yo lo siento.. - dijo Michael.

- ¡Callate, pedo.. - lo tomé del cuello de la camisa.

- ¡Vete, sigue caminando! - le ordené y lo solté haciendo que se agarrara el cuello con algo de asombro.

El hombre se alejó de ellos, pero toda la gente de los alrededores nos miraban y digo "nos", porqué al parecer conseguí la atención de todos ellos.

- ¿Ves por que no quiero salir? - dijo el algo afligido.

- Bebé, por favor.. solo dejalo.. - dijo ella intentando convencerlo.

¿Tan dificíl es entender que no se siente comodo con esto?.

- No, subete. - dijo el abriendo la puerta. - te llevaremos a casa.

Yo subí y miré a Michael por el espejo retrovisor, miraba hacia la ventanilla con algo de tristeza.. ojala hubiera podido disfrutar de la noche un poco mas. Entiendo un poco lo que el siente, cuando estas acostumbrado a que la gente te insulte o te ataque constantemente es un poco dificil salir y fingir que podemos con todo, tengo un poco de ansiedad social asi que es casi lo mismo, aunque las personas hablan de el aun sabiendo que el los escucha.

Llevamos a la chica al hotel y nos dirigiamos a la casa en Las Vegas, lo sentía tan triste que juro que deseaba hacerle una broma sin sentido hasta hacerlo sonreir, pero no podia fallarme a mi misma o faltarle a mi promesa de nunca mas volver a dejar que el tenga una relación amistosa conmigo.

- Buenas noches. - dijo apenas llegamos al garaje.

- Adiós. - contesté en el mismo tono.

Comenzó a caminar alejandose, con la cabeza agacha y apuesto que habian lagrimas en sus ojos.

- Necesito que prepares el auto, nos vamos a casa de Cascio. - asentí.

¿Donde queda la casa de ese hombre? ni siquiera recuerdo haber visto su nombre en la lista de lugares que Jackson visita regularmente.

- ¿Ahora o mañana? - pregunté algo confundida.

- En la madrugada.

- Pero... Bill y Javon entran a ese horario. - dije intentando no parecer molesta.

- Entonces diles a ellos. - contestó seco.

Se fue del garaje y yo solo me senté apoyando mi cabeza en la camilla del trailer, tenia un poco de hambre pero no queria entrar a la casa de Michael, la distancia entre nosotros es algo que no me agrada demasiado, pero tengo que hacerlo para que no vuelva a jugar conmigo. Debo mostrarme seria  y nunca volver a buscar amistad con el, aunque supongo que ahora se vendrán dias peores ya que se va a casa de su amigo y apuesto que cuando vuelva volverá a tener esa cara larga que tanto odio en alguien tan divertido y lleno de vida como el. Aveces, me pregunto si realmente tiene cuarenta y nueve años, es que sinceramente con las cosas que hace no parece real.

- ¡Sheila! - Blanket corrió hacia a mi con una caja de pizza en sus manos.

- ¿Que pasa? - pregunté mirandolo.

- Esto es para ti, lo pedimos solamente para ti y espero que te guste. - sonrió poniendo sus brazos en su espalda.

- ¿En serio? - asintió. - gracias.. - abrí la caja y ví una pizza algo rara como para ser pedida.

- En realidad la preparamos y la metimos a la caja, para parecer profesionales. - rió.

- Oh, creo que estara mas deliciosa que la comprada. - saqué una porción y le di una mordida.

Siendo sincera no estaba mal, el sabor de la salsa esta un poco picante, pero me encantaba asi y el queso era lo mejor del mundo.

- Son unos genios, en serio, ¿quien preparó esto? - dije algo asombrada.

- Lo hicimos nosotros.. Paris, Prince y yo. - dijo sonriendo. - Me tengo que ir a ver que quiere papi, por favor no dejes ni una porción.

- De eso puedes estar seguro. - sonreí. - Nos veremos quizas el lunes o el martes.

- Nos vemos, cuidate. - saludo con su mano.

Logré el respeto del pequeño demonio, creo que tengo todo y Paris ha estado portandose muy bien conmigo asi que creo que ya he logrado mi cometido, y Prince... bueno, creo que lo tengo desde el dia uno.

- Delicia. - susurré sonriendo.

Mi telefono comenzó a sonar y lo atendí, estaba hambrienta pero era el numero de casa.

- ¿Si? -

- Hola, hermanita.

Sentí mi estomago encogerse al oirla decir eso, solo me recordó a lo que me tengo que enfrentar cuando vuelva a la casa. Salí muy temprano en la mañana, no quiera verla, ni tampoco a mi madre aunque aun me debe una explicación del porque esa loca está ahí.

- ¿Que quieres?

- Solo queria saber como estabas, a que hora volvias.

- No volveré hoy, ni mañana, tengo trabajo.

- ¿Y mamá?, ¿no quieres verla?

- Adiós.

Corté la llamada, el solo hecho de oirla hablar me provocaba impotencia y algo de miedo, aunque realmente tengo muchas ganas de utilizar todo lo que aprendí en mis entrenamientos de boxeo.

- Señor Jackson, queria solicitar el dia de mañana y pasado mañana... y los que sean necesarios.. - susurré.

- ¿Por qué?, ¿que no se terminaba tu turno en la madrugada? - frunció el ceño.

- Solo digame si me lo permite o si no.

- Te lo permito, pero, ¿que es ese cambio? - arqueó una ceja. - estarás con Bill y Javon.

- Nada, solo estoy pensanso en alquilar un departamento.. - mentí.

Aunque parte de eso es un poco cierto, no pienso vivir bajo el mismo techo que Fernanda.

- Oh, bueno.. entonces, está bien - sonrió.

- Gracias.

Me di la vuelta y salí de ahí, me salvé estos dias pero igualmente no sé como haré con la ropa, no tengo intenciones de ir a casa pero tampoco tengo ropa aqui para estos dias. Ya encontraré la forma, pero a casa no volvería.

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Espero que lo disfruten.

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