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capitulo 22.

Michael

- Señor Jackson, con todo respeto, eso no se hace hombre, ¿cree que ella lo va a querer escuchar? - dijo Bill con los brazos cruzados.

- No puedo creer que le haya mentido a ese primor, la chica nunca me hizo caso. - miré a Javon.

- Lo siento, sé que me comporté como un idiota. - golpeé mi frente. - ¿Creen que me echara si voy?

- No solo eso, es capaz de tirarle con lo que tenga a mano. - Bill tocó mi hombro. - Ella, es un desafío.

Me senté en el sofá y los miré, queria ir a su casa y hablarle e intentar convencerla que nunca tuve malas intenciones, pero estaba entre temerle a lo que pueda llegar a hacerme por enojo o el rechazo y su ida por siempre de mi vida.. no puedo perderla, por primera vez sentía que tenia una amiga.

- La chica siempre me decía que odiaba las mentiras y me decía que yo era un don Juan, y lo soy, pero jamas le mentiría a una belleza asi.

- Javon, deja de hablar de esa forma. - dije algo molesto. - Creo que iré, no quiero que deje de trabajar por esto.

- Bueno, vamos que lo llevo. - dijo Bill tomando las llaves.

Salimos de la casa, yo como siempre con tantas cosas en la cabeza. Esperaba algo bueno, pero viniendo de alguien como ella creo que me va a desfigurar el rostro, al menos lo habré intentado.

- Sea sincero conmigo, ¿por que quiere que ella se quede? - miré a Bill por el espejo retrovisor.

- Porqué es buena haciendo su trabajo, ademas ella necesita el trabajo. - dije con toda la seguridad del mundo. - Ademas, es una buena chica y no creo encontrar algo asi en las proximas, si es que tendré otra.

- Entiendo.

La mirada de curiosidad de Bill, era algo que me hacia dudar de lo que habia dicho hace rato. Llegamos a la casa rapido, todas las luces estaban encedidas y habian unos cuantos niñas en la entrada, no sabia bien de que se trataba esto pero estaba interesado es quitarme la duda.

- Hey, Choco, ¿donde está Shei? - preguntó Bill.

- Está adentro con Daniell, creo que ha venido a recuperarla. - contestó un adolescente.

¿A recuperarla?.

- Oh, de hecho me encantaria visitar a tu madre per.. - me topé con Sheila o mejor dicho ella lo hizo.

Un muchacho alto, blanco y con una pinta agradable estaba a su lado.

- ¿Que hace usted aqui? - preguntó frunciendo el ceño.

- Oh, hemos venido a la junta familiar. - dijo Bill nervioso. - Me avisó Choco, ¿o no primo?

- Si, claro. - dijo el otro riendose.

- Bueno. - contestó ella. - Como te decía Daniell, me encantaría ir a tu casa y ver como esta tu madre.

Me ignoró, pasó a mi lado con indiferencia y ni siquiera me saludó.

- ¿Que hago? esta con ese chico, no me querrá escuchar. - dije rascando mi nuca.

- Ya veremos, igualmente creo que ya se va, igual nos quedaremos a cenar. - rió. - Mi madre debe estar por aquí, entre.

- ¿Crees que pueda? es decir, es una junta familiar. - dije nervioso y miré hacia atras.

Sheila, se estaba despidiendo del chico y cambié de oponión, tendría la oportunidad de hablar con ella.

- Bueno, solo dejame avisarle a Grace que llegaré tarde. - el asintió.

Me fui a un lado donde no hubiera nadie e hice la llamada, mis hijos estaban dormidos y eso era una ventaja. Volví otra vez donde estaba, en la entrada, solo porque Bill ni siquiera se veía.

- Entra si vas a quedarte a cenar. - dijo Sheila y sentí algo de emoción.

- Claro. - dije al instante.

Entré al lugar y todos me miraban, me sentí nervioso.

- ¡Trajeron a Michael Jackson! - gritó un chico del otro lado de la habitación.

- Michael, soy tu gran fan, oh por dios.. - dijo una de las mujeres que estaban por ahí.

Era algo parecida a Sheila, pero mas rellena y parecía estar loco ante mis ojos.

- Muchas gracias. - dije timido.

- Vivi, dejalo, todos merecemos algo de privacidad. - miré a Sheila. - Toma asiento.

Asentí. Aunque su actitud es seca y molesta, me siento feliz por el hecho de que está hablando conmigo.

- Sientate a mi lado. - dijo un pequeño niño.

- Claro. - dije sonriendo y tomando asiento.

Me sentía incomodo aquí, todos me miraban extraño pero habia alguien mas que me miraba con enojo.

- ¿Por que trajeron al hombre? - la miré.

Era la madre de Sheila, y creo que no me queria antes y dudo que lo haga ahora.

- Yo fuí, es mi amigo y queria que conociera a mi gente. - al fin Bill apareció.

- Bueno, espero que te gusten las albomdigas y los hot dogs y la carne de cerdo. - dijo con su ceño fruncido.

- Gracias. - dije mirando mis manos debajo de la mesa.

- No le tengas miedo, ella siempre tiene esa cara es como una versión recargada de Sheila. - rió.

Miré al niño de mi lado y le sonreí.

- Me llamo Michael, ¿y tú?

- Ya lo sé, me encanta thriller y sé hacer el moonwalk. - dijo emocionado. - Mi nombre es Carl, pero me llaman Tambor, como el conejito de Bambi. - rió.

- Es un gusto conocerte, ¿eres primo de Sheila?

- Si lo soy, de hecho, es una de mis favoritas.

- ¿Por que?

- Siempre juega conmigo a las peleas o lo hacia, porque ya no la vemos casi.

- Eso es muy lindo, ¿crees que ella me odia?

El niño la miró, debía creer en su punto de vista es un niño y no hay palabra mas vendadera que la suya.

- No creo, solo esta algo triste. - me miró. - ¿Tienes hermanos o hijos?

- Tengo cinco hermanos y tres hermanas, y tres hijos. - sonreí.

- Wow, yo solo tengo una hermanita pequeña que esta en la barriga de mi mami, ¿alguna vez traeras a tus hijos a jugar?

- Creo que deberia arreglarlo con Sheila, es que es peligroso salir para nosotros.. hay mucha gente mala que quiere tomarles fotos. - sonreí.

- Tienen que decirles que no lo hagan, está mal ser malo con gente que no conocen.

- Estoy de acuerdo contigo.

La pureza en un niño es lo que mas admiro de ellos, ojala los adultos fuesemos mas como ellos.

- ¡Tambor, ven a ayudar a tu madre! - gritó un mujer mayor.

- Tengo que irme, prueba las costillas, son las favoritas de Shei. - se levantó y salió.

Sonreí y asentí, me alegró la noche hablar con el y definitivamente me gustaría llevarlo a casa con los niños, a ellos les gustara tener un amigo.

- ¿Pudiste hablar con ella? - Bill se sentó a mi lado.

- No, es que aun no ha terminado de comer y a mi me da vergüenza hacerlo. - susurré con timidez.

- Miralos, debes ser como ellos, debes tener vergüenza de robar y no llevar nada a tu casa, eso decia mi padre. - golpeó mi hombro. - Traiganle una costillas a Michael.

- Voy. - dijo uno de los chicos.

Una gran pieza de costillas de cerdo estaba en mi plato, le eché un vistazo a Sheila y estaba luchando con una igual, si ella puede comer esto yo tambien.

- Hey. - una chica parecida a Bill se sentó a mi lado. - ¿Eres novio de Sheila o de Bill? - Rió.

- De ninguno, ¿que hay de ti? - intentaba adentrarme.

- Oh bueno, este cuerpo no es solo para un hombre. - dijo meneandosé. - Sabe, creo que podría ayudarte a comer las costillas, pero arrodillada.

Todos comenzaron a reir y yo no entendí, es raro, creo que es algo desubicado pero a la vez no se si se referia a lo que yo creía.

- No lo sé.. - dije nervioso.

- He visto que solo salias con esqueleticas, hay una tal Lisa y era muy flaca, ¿Como es que hacian el amor? un negro como tu merece una mujer grande como yo o como Sheila.

- ¡Margaret, cierra la puta boca! - dijo Sheila y yo tragué saliva pesado. - Levantate y dejalo comer en paz maldita sea, busca vagos en las calles no en mi casa.

Creo que alguien se ha enojado.

- ¿Tu me vas a decir que hacer monjita? - se puso de pie y fue hacia Sheila.

- Claro que si, ¿algun problema con eso o quieres que te pateé el trasero? - preguntó con el ceño fruncido.

No sabia que hacer, queria separarlas pero temía que fuera imprudente de mi parte.

- A mi no vas a tratar asi, maldita idiota. - la chica tiró un manotazo y Sheila lo esquivó.

- Vamos, hazlo, maldita zorra. - estaba por lanzarse sobre ella hasta que Bill la detuvo cargandola. - ¡Dejame, quiere faltarle el respeto a las personas en mi casa!

Estaba como loca, queria que Bill la soltará y golpear a la otra chica.

- Al demonio, siempre serás la oveja negra de la familia y por eso nadie te quiere. - dijo la otra chica.

- ¡Vete ahora mismo de mi casa! - dijo la madre de Sheila.

Demonios.

- ¿Que te pasa, Amelia echarás a la familia y no al desconocido? - dijo otra mujer mirandome.

- El no hizo nada y no me interesa que sean familia, en mi casa nadie va a estar haciendo sentir incomodos a los demas. - la mujer se fue hacia la puerta. - Todos se van al demonio, se terminó la fiesta.

Todos hicieron "Buuu" y yo comencé a sentirme culpable, quizás si yo no estuviera aqui la chica no se hubiera puesto de esa forma o tal vez si le hubiera parado el carro Sheila no se hubiera molestado.

Todos se fueron, los unicos que quedaron fuimos Bill, yo y Sheila, ya que su madre se metió a su habitación. Me siento culpable.

- Yo lo siento, en serio. - dije mordiendo mi labio.

- No es su culpa, Margaret siempre ha sido la zorra de la familia. - dijo Sheila. - Iré a dormir, espero que tengan buenas noches.

- No, por favor.. quiero hablar contigo. - dije poniendome de pie antes de que ella lo hiciera.

- Vamos, Sheila, escucha al jefe. - dijo Bill intentando ayudarme.

- El ya no es mi jefe, asi que no tengo porque hacerlo. - se puso de pie.

- Solo escucha mi versión, ¿si? y si decides alejarte lo aceptaré.. - toqué su hombro y ella miró mi mano, lentamente la retiré.

- Solo serán unos minutos, di que si. - insistió Bill.

Ella nos miró pensativa, sabia que sería dificil decidir ya que ambos estabamos rogandole porque me escuche.

- Solo diez minutos, estoy cansada y solos, no quiero tener un testigo. - Dijo mirando a Bill.

- Okay, entendí a la primera.  - levantó sus manos en forma de rendición.

El se fue y yo me quedé a solas con ella, me miraba de brazos cruzados y yo no sabia por donde empezar.

- Primero que nada quiero pedir disculpas una vez mas.. - suspiré. - Sé que no estuvo bien lo que hice pero todo fue porque realmente sentí que podria encontrar a una amiga en ti, sabes lo dificil que es para conseguir amigos o incluso comunicarme con la gente.. tomé la cobarde decisión de mentir cuando me di cuenta que me estabas tratando como a tu jefe y eso no habia cambiado hasta navidad, sé que estuve mal pero noté que trataste muy  bien a Sven y no pude evitarlo.

- Podria haber empezado por la parte en la que quería tener amigos, usted tampoco me demostró mucha simpatía que digamos y aun asi no tuve la necesidad de mentir. Es mas, me alejé porque sabia que estaba mal formar un vinculo en el trabajo y mas con el jefe, esto era algo serio para mi. - miró hacia arriba. - Realmente crei que habia conseguido a un amigo.

- Y lo tienes, no quiero que dejes de trabajar.. por favor, perdoname y juro que no volverá a pasar algo asi... solo necesito que estes en casa con nosotros. - mordí mi labio. - Si me dices que no me iré y no me verás mas, pero si aceptas juro que vas a ser alguien especial en mi vida y trataré de ser un buen amigo para ti.

- ¿Por qué me quiere allí? si conmigo o sin mí es lo mismo.

No sabia que responder, sé que hay una explicación para eso pero aun no la encuentro.

- Es que confio en ti, eres muy buena en lo que haces... ademas necesitas el dinero, por favor.. - dije mirandola a los ojos.

- Iré el sabado, olvidaré todo pero solo iré a trabajar no ha conseguir amistad.

Me conformo, me conformo con cualquier cosa con tal de que se quede en casa conmigo y con los niños.

- Bien, espero verte ahí. - dije sonriendo. - Adios, que tengas dulces sueños.. gracias.

- Como sea, buenas noches. - dijo abriendome la puerta para que me vaya.

- Te aprecio mucho, nos vemos.

Cerró la puerta en mi cara, no me sentia tan mal despues de todo. Con tal de verla vagar por la casa o en el jardin me sentia feliz, ella es super importante para mi.

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Espero que lo disfruten.

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