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9.

Sheila

Escuchaba y miraba atentamente a la señora Jackson mientras me contaba de su matrimonio, estaba nerviosa para ser honesta, no sabia que decir o como reaccionar a lo que me contaba. Me invitó a comer en su habitación y me hizo sentir tan tranquila cuando estaba esperando a que alguien me ayudara por mi estupido periodo, ella es como mi madre, tan buena.

- ¿Y como ha sido la vida de Michael? - le pregunté y su semblante cambió un poco.

- Mi hijo ha sufrido mucho.. - dijo con una sonrisa llena de nostalgia. - Era un pequeño tan brillante y talentoso, su padre lo descubrió a la edad de tan solo cinco años, ¿has conocido algun niño que a esa edad cante? - sonrió. - Supe que habia algo especial en el cuando lo vi parado en ese escenario escolar por primera vez, su voz era todo lo que necesitaba oír para darme cuenta de que el era diferente al resto.

Sonreí oyendola, ver su sonrisa y el orgullo en su mirada me hacia sentir bien. Necesitaba saber acerca de Jackson, ya que solo se puras estupideces. Quería estar dentro de esto para poder comprender mas de él.

- Creo que cuando comenzó a crecer sus problemas fueron algo leves, ya lo sabes, la adolescencia.

- Ya lo creo, he pasado esa etapa de una manera terrible. - sonreí.

- Claro, mi hijo estaba acomplejado por su apariencia gracias a algunos de sus primos e incluso sus hermanos y a mi esposo. - borró su sonrisa. - El me decía "Mamá, no quiero que me vean, soy horrible" y yo recuerdo que le decía que el era lo mas hermoso de este mundo, el lo era realmente.

Se levantó de la cama y fue hacia una de las maletas que habia traido, parecía estar buscando algo en ellas. Vi que sacó un album y se acercó, otra vez.

- Mira, este era el. - dijo mostrandome la primera foto.

Un chico negro de cabello afro y una sonrisa linda estaba ahí, honestamente me quedé boquiabierta ya que el Jackson de ahora no se parece en nada, y no me refiero a lo fisico. Esa felicidad que su sonrisa de adolescente tenia ni siquiera se parece a la de un adulto de casi cincuenta años que está casi en las ruinas, pero esta intentando de todo para mantenerse por sus hijos.

- El era muy lindo. - comenté.

- Lo era, y lo sigue siendo apesar de los años. - sonrió de lado. - Mi hijo se hizo una operación en la nariz que ahora puedes notar.. el me dijo que no quería parecerse a Joe.

- ¿Quien es Joe? - pregunté curiosa.

- Su padre.

En lo personal creo que siento lo mismo que Michael, cuando me dijeron que tenia la misma sonrisa que mi padre deseé quitarme todos los dientes, no queria parecerme al hombre que hizo sufrir a mi madre, pero dadas las circunstancias no pude lograrlo.

- Joe, fue muy cruel con el y lo hizo sentirse mal con su aspecto. - suspiró. - Luego de eso vienen las acusaciones falsas.

- No quiero que me cuente de eso, por favor.

- No lo haré, pero creeme que es algo que lo sigue lastimando hasta el dia de hoy aunque haya salido inocente ante la corte. - tocó mi mano - ¿Lo protegeras de los medios?

- Lo haré, creo que ellos son molestos y sinceramente quiero hacer bien mi trabajo. - ella asintió. - ¿Podría contarme acerca de las relaciones de Michael?

- ¿Te refieres a sus esposas o a sus novias?

- A sus esposas.

- Bueno, la primera fue Lisa Marie Presley.

- ¿La hija de Elvis? - pregunté algo sorprendida.

- Claro que si, el la amó demasiado y se casaron.. pero el cuento de hadas les duró poco, Michael queria hijos pero Lisa no se los quiso dar. - sonrió - Mi hijo aveces suele ser dificil cuando realmente quiere algo.

- ¿Y entonces que pasó?

- Se divorciaron y Michael luego nos dió la noticia de que estaba esperando un hijo, pero no era de Lisa.. era de Deborah Rowe. - cerró el album. - Ella se ofreció de forma voluntaria para darle hijos, y Michael aceptó.. entonces se casó con ella.

- ¿No hubo amor? - pregunté mirandola con curiosidad.

- No, el solo queria a sus hijos como fuese. Entonces embarazó a Debbie dos veces, pero su corazón aun seguia con Lisa. - miró hacia la ventana. - Creo que el unico error de mi hijo fue ser tan adelantado y casarse con alguien a quien no terminó de conocer.

- Y el error de ella fue jurar que le daría absolutamente todo. - ella asintió. - ¿No tuvo mas esposas?

- No. Mi hijo no tiene una novia desde hace diez o nueve años, está centrado en la vida familiar y en criar a sus hijos de la mejor manera posible.

- Claro que si.. ¿puedo hacerle una pregunta?

- Claro que si, Sheila. - dijo tomando una taza de café.

- ¿Es cierto que Blanket no tiene una madre?

Ella lo dudó al principio y luego sonrió.

- Al menos nosotros no la conocemos, Michael dice que fue una de sus parejas y ella le pidió que mantuviera en silencio su identidad. 

Creo que entiendo todo mejor ahora, no quiere hablar de eso porque simplemente no es algo que tenga que contar.

- Ahora lo entiendo. - me puse de pie. - Me encantó pasar este rato con usted, pero tengo que volver al trabajo.

- Claro, no te preocupes. - se puso de pie y me acompañó hasta la puerta de su habitación. - Espero que te sientas mejor y si no es asi, dime y le diré a Michael que te mande a casa.

- Muchas gracias, señora Jackson.

- Solo dime Katherine, ahora somos amigas. - sonrió y yo le devolví la sonrisa.

- Bien, Katherine.. muchas gracias, y que descanse.

Bajé las escaleras mirando hacia el suelo, me pareció algo interesante saber acerca de la vida de Michael. Ahora entendía el porque no tenia una esposa y entendía el porqué Blanket dice que no tiene una mamá. La historia en si, parece algo loca pero va cobrando un poco de sentido para mi.

- Hola, ¿que haces? - me di la vuelta y el hombre estaba en un pijama de niños literalmente.

Tenia ositos pequeños por todos lados y se veía tan irreal, no puedo creer lo que estoy viendo.

- Wow, que atuendo. - reí. - ¿Pedirá dulces o algo asi?

- Que graciosa. - dijo acercandose a mi. - De hecho estaba pensando en algo.. ¿De que hablaban tú y mi madre?

- Eso es información confidencial, y tendría que utilizar una de esas cosas para borrar la mente si le cuento, señor. - dije seria y poniendome mis lentes. - No me veo para nada bien, vestida asi.

Apunté los pantalones de franela que el me habia prestado, ya que se creyó que yo era talle cero.

- ¡Vamos, dime! - dijo algo curioso.

- Señor Jackson, dejeme hacer mi trabajo. - dije pasando a su lado sonriendo.

- ¿Por qué no quieres decirme? - dijo tomandome del brazo.

- Señor Jackson, si no suelta mi brazo juro que lo va a lamentar. - dije lo mas sería que pude.

Me mataba el hecho de saber que la curiosidad estaba invadiendolo, lentamente me soltó y se alejó de mi mirando el suelo. Creo que si le doy miedo ahora.

- Está bien. - dijo y levantó la vista. - Me iré a dormir.

Subió las escaleras cabizbajo, es un hombre bastante grande como para estarse comportando como un niño pequeño. Fui hacia el garaje y me encontré con un Bill dormido con una porción de pizza en su mano, por mi cabeza pasaban mil cosas, pero obviamente lo despertaría de la peor forma posible.

- ¡¡ Bill, levantate, el señor Jackson está en problemas!! - grité.

El dió un salto y se golpeó la cabeza con el techo del trailer, yo comencé a reirme como loca.

- Lo siento, no pude evitarlo. - dije viendo su cara de molestia.

- ¿No podrias haberme despertado de forma tranquila? eres una tonta.

- Señor Whitfield, no puede quedarse dormido cuando quiera, esta en el trabajo.

- Señorita Whitfield, no puede ir a tomar el té con la madre del jefe, está en el trabajo.

Ambos comenzamos a reír, Bill es el unico primo con el cual he pasado la mayoria de mi juventud, el me ayudó a salir de tantas cosas y aun lo sigue haciendo solo que ya no le doy tantos problemas como cuando era una adolescente rebelde y acomplejada. Revisé el perimetro toda la noche, no tenia sueño, pero el dolor me estaba matando y no queria decir nada porque me tomarían como una exagerada. Me senté en las escaleras y miré mi telefono, le marqué a mi madre, sé que es muy tarde pero necesito saber si está bien.

- ¿Hola?

- Mami, creí que estabas durmiendo.

- Oh no, cariño. Estaba hablando por telefono con tu tia, justo me preparaba para dormir ¿tu que haces?

- Eso esta muy bien, yo estaba vigilando el perimetro y los aldedores de la casa, he estado un poco aturdida por el dolor de ovarios.

- ¿Llevaste lo necesario?

- El señor Jackson compró lo necesario para mi, su madre me invitó a cenar y hablamos.

Levanté mi vista y vi como aquel hombre delgado y solitario caminaba por el jardín, con las manos en su espalda y la mirada clavada en el suelo. Juro que puedo sentir lo que el ahora mismo, siento soledad, angustia y cansancio por todas las cosas que pasaron en mi vida.

- ¿Hija?

- Lo siento, mamá.. estoy bien ¿puedo llamarte luego?

- Está bien, mejor nos vemos mañana.. ya casi es madrugada.

- Oh, tienes razon. Adios, mamá.

Colgué el telefono y tan solo lo observé, al parecer el no me ha visto aun ya que está actuando de forma rara y peinando su cabello con sus manos de forma seguida. Recordé aquella vez que me enteré que mi padre tenia otra familia, me sentí tan mal y me preguntaba a cada rato el porqué de todo eso. Tarde me di cuenta de que todas las cosas pasaban por algo, y ese algo fue que mi padre simplemente ya no nos queria como antes. Los dias nublados estaban lejos, pero mi cabeza aveces necesita una tormenta momentanea para recordar el porqué me hice fuerte desde tan pequeña.

- ¿Que es lo que tienes? - preguntó una voz a mi lado.

Estaba tan distraida que no me habia dado cuenta de que Jackson se habia acercado a mi.

- Solo estoy pensando, recordando cosas del pasado y sintiendome algo orgullosa de como logré superar algunos de esos obstaculos. - lo miré. - ¿Y usted que tiene?

- Estaba pensando en mi vida, en lo aburrida que es y en cuan asfixiado me siento, siento que necesito un cambio en mi vida.. pero no se que es eso, he vivido de esta forma practicamente toda mi vida.

- ¿En la fama?

- En la soledad. - dijo firme. - Aveces siento que necesito que alguien este ahí para contarle que tal ha estado mi vida, incluso para decirle que ya fui al baño. - rió. - Pero no tengo a nadie.

- Claro que si. Tiene a sus hijos, a su madre y... - guardé silencio.

- ¿Y?

- Y creo que eso es todo lo que necesita para ser feliz, esos niños lo aman y su mamá igual. - toqué su hombro. - Hubiera visto sus ojos cuando hablaba de usted, sentí su orgullo en cada palabra.

- ¿En serio?

- Claro que si. - me puse de pie. - Jackson no todos los dias serán faciles, por mas que seas un artista famoso o una persona normal igualmente tienes problemas, la vida está hecha de esos. - me di la vuelta. - ¿Cree que es facíl ser Sheila?

- ¿Y tú crees que es facil ser Michael? - lo miré.

- Claro que no, creo que nuestras vidas son distintos pero muy iguales en algo.. - suspiré. - Ambos nos sentimos abandonados y despreciados por un mundo que juraba hacernos sentir parte.

- ¿Te sientes sola?

Lo miré unos segundos. No quiero responder eso, será mejor callarme de una vez, no quiero seguir diciendo lo que siento en mi interior.. no quiero desnudar mis heridas frente a el, no quiero que nadie mas sienta lastima por mi.

- Todos estamos solos. - contesté.

- Nadie lo está.

- No has vivido en mi piel, ni yo en la tuya asi que creo que no podría opinar sobre ti, ni tu de mi. - lo miré. - Creo que ya es hora de ir a ver a Bill.

- Ve. - dijo serio. - Pero no olvides que si necesitas hablar, aqui estoy.

- Para nada, Jefe. - dije resonando la ultima palabra.

Bajé la mirada y fui directo al trailer, no quiero hablar con nadie acerca de las cosas que me han pasado. Mi vida, mis problemas y yo puedo con todos ellos.

- ¿Que estabas haciendo? - preguntó Bill tirado en el pequeño sofa del trailer.

- Solo estaba vigilando, y esperando a que las horas se pasen rapido. - suspiré y me senté a su lado. - ¿Cuando podré olvidar mi pasado?

- Aveces el pasado es bueno, te recuerda que aunque la pasaste mal tu aun sigues de pie. - tocó mi hombro. - ¿No puedes dejar de pensar en ella?

- Cada dia es peor, siento culpa por lo que le pasó. - me cubrí el rostro. - Pero no importa.

- ¿No importa? Sheila, estas culpandote de algo que no fue tu culpa ¿alguna vez te has puesto a pensar en que tal ella lo quiso asi? - lo miré seria.

- ¿Como una niña de doce años va a querer suicidarse? yo estaba ahí, todo fue mi culpa. - me puse de pie. - Aveces es mejor aceptar la verdad, yo lo acepté.. fue mi culpa y por mas que intente encontrar otra explicación para todo esto no la hay.

El solo  guardó silencio, el sabe que hablar conmigo es como una perdida de tiempo. Los fantasmas del  pasado  me persiguen y con ellos todas las personas que solían hacerme sentir una inutil, una cerca y por sobre todo, una asesina.

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Espero que lo disfruten

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