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19.

Sheila

- ¡Amelia, sal ya del baño! - dije intentando no orinarme en los pantalones.

Hoy teníamos una reunión importante en el trabajo o algo asi, mi madre tenia una cita y simplemente es como si se hubiese comprado el baño. Suspiré hondo y miré mi almanaque, estaba algo perdida ya que practicamente vamos en seis de enero y creo que los reyes magos se olvidaron de mi, ayer no trabajé y estuvo genial ya que pude tener un tiempo para mi misma. La relación con el jefe va muy bien, de hecho, estuvimos saliendo a la cuidad seguido y realmente siento que tengo un amigo.

- Ya está, la proxima vez no me llames Amelia, me llamo Helena. - me dijo molesta y fue hacia su habitación.

- Tambien te llamas Amelia. - sonreí y me metí al cuarto de baño.

Entré a darme una ducha lo mas rapido que pude y mi telefono comenzó a sonar, suspiré con frustración y acepté la llamada sin ver quien era, intentando quitar el jabón de mis ojos.

- ¿Hola?

- ¡Oh, Sven! - dije algo avergonzada. - Lo siento, estoy tomando una ducha y no podia contestar mas tarde.

- No te preocupes, esta bien.. solo llamaba para ver como va tu lunes.

- Muy bien, de hecho no he desayunado aun y mi psicologa no me ha vuelto a llamar y practicamente es como si no existiera.

- ¿Por qué lo dices? yo creo que ella ha notado cambios en ti.

- No lo creo, de hecho creo que estoy peor.. pero me encantaria decirle a mi jefe acerca de ella, ¿usted sabia que ella es linda? quizás y mi jefe consigue una buena mujer.

- ¿Tu... jefe.. ? - dijo en un tono agudo.

- Bueno, mi psicologa tiene como cuarenta años pero esta muy bien mantenida y el es practicamente un pequeño en su interior, creo que a cualquier mujer le gustaria alguien como el.

- Oh, creo que eres muy buena con el.

- Supongo, ¿Como va su dia?


Un silencio incomodo se hizo presente y yo simplemente continue con la ducha.

- Muy bueno, estoy esperando a alguien.. pero todo bien..

- Eso no sonó tan bien, pero me alegro.

- Gracias, em.. creo que debo irme.

- Bien, llamaré despues sino le molesta. - sonreí.

- Claro que no, mariposita.

- Bye bye, abuelito.

Me gustaba llamarlo asi aunque sinceramente no sentía como si fuera mi abuelo, siento algo especial cuando hablo con el y apesar de que no lo quiero aceptar creo que tiene que ver con las mariposas en el estomago, no lo he vuelto a ver y apesar de todo el está siempre atento y llamandome, incluso me da las buenas noches cuando no trabajo y me hace sentir especial.

- Te ha estado llamando Bill, me dijo que te dijera que te apuraras.

Suspiré y fui directo a mi habitación, me cambié como pude y ni siquiera me preocupé por mi cabello, me han visto peor y ahora prefiero que se seque al natural aunque eso me cueste una gripe horrible. Salí de la casa y al rato ya estaba camino a casa de Jackson, estaba de buen humor hoy y nada podría arruinar eso.

- Buenas tardes, nena, creo que has llegado algo tarde. - me quité el casco como pude y lo miré.

- ¿Que haces aquí? - le pregunté algo confundida. - ¿Y Bill?

- Nena, vengo por trabajo, Bill me hablo del jefe. - sonrió.

Javon Beard, el idiota que ha estado enamorado toda su vida de mi o al menos eso me ha hecho saber.

- ¿Con esa pinta? - pregunté con gracia.

Llevaba un traje rosa o salmon, no se bien pero lo hacia ver algo afeminado.

- ¿Te gusta?, mi madre me lo regaló en navidad y aqui lo estreno con Michael Jackson. - dijo sonriendo como tonto.

- Creo que aqui hay un fan, solo te falfa gritar. - sonreí - ¿Te gustaría entrar de una vez?¿Y Bill?

- Creo que me dijo que se tardará un poco, ¿sabes? te ves muy linda hoy y ese cabello. - sonrió coqueto.

- Este cabello esta mas duro que el vello de tus axilas. - reí. - Entremos, supongo que Michael está adentro.

Entramos y el comenzó con los nervios, nos paramos frente a las escaleras donde por primera vez pude conocer a Michael de frente.

- ¿Cuando viene?, ¡Estoy temblando! - dijo tocando mi hombro.

- Quedate quieto, payaso. - sonreí - Creo que debería bajar en unos minutos.

Nos quedamos mirando como estupidos y yo miré a un lado, Michael venia caminando con una bolsa de cereales por detras de Javon, yo sonreí ya que sabia que le queria dar una sorpresa.

- Hola, Javon. - dijo sonriendo.

El hombre se quedó estatico y lentamente comenzó a darse vuelta para mirarlo, creo que en ese momento todas sus hormonas saltaron o algo asi, pero ni siquiera reaccionó.

- Bill me ha hablado mucho de ti, me dijo que puedo confiar en ti. - sonrió - ¿Cereal? - dijo ofreciendole.

- No, gracias.. si.. puede confiar en mi.. - titubeó.

- Bien. - me miró y luego a el. - Lindo traje. - me miró de reojo y sonrió.

Pude sentir el sarcasmo, lo sentí, claro que si.

- ¡No puedo creerlo! - dijo y me abrazó.

- Wowowo, alejate o juro que te quedaras sin vida. - reí. - Espero que no vuelvas con ese traje, esta del asco, bueno no realmente pero dejalo para la iglesia. - encogí los hombros.

- Lo haré.. - sonrió y luego me abrazó nuevamente. - ¡Es Michael Jackson! - dijo emocionado.

Yo solo reí, estaba algo acostumbrada a todas estas reacciones pero aun sigo creyendo que los fans son los peores, por mas que Michael los ame, yo los odio muchisimo.

Michael

La miré caminar a traves del jardín, vigilando y riendose sola, no puedo creer este sentimiento extraño que estoy sintiendo. Continuo con mi juego, sigo siendo Sven y aunque ella no lo sabe no puedo evitar sentir culpa y arrepentimiento porque claramente podriamos ser amigos personalmente.

- Señor Jackson, me han dicho que entraré los domingos a las seis de la tarde. - levanté la mirada y vi a Bill.

- Dejaselo para Sheila, creo que tu podrias venir los viernes y ella los fines de semana, tal vez. - encogí mis hombros.

La quiero ver, ¿está bien? quiero tener mas cercanía con la chica, pero no se como hacer aunque hemos tenido nuestras charlas motivacionales muy seguido, he encontrado un raro parecido entre nosotros y aunque suene tonto creo que me estoy enamorando de aquella jovencita.

- ¡Señor Jackson, hay un problema! - gritó Sheila desde el garaje.

Me puse de pie y me miré al espejo, no estaba tan mal como creía pero tampoco era un galan. Suspiré y bajé, no entendia que pasaba hasta que.

- ¡¿Que mierd.. - miré el suelo.

Habia pisado popo de perro, no puede ser. Prince, se ha olvidado de limpiar los desperdicios de Kenya.

- De mierda queria hablarle justamente. - dijo sonriendo frente a mi. - Creo que a Prince se le han acomulado un par de tareas, entre ellas lavar mis tenis blancos. - miró sus pies.

- ¡Como lo siento, She! - dije avergonzado. - ¿Desde hace cuanto esta pasando esto?

- Practicamente desde que esta aqui, Prince viene todos los dias y pasa por encima de toda esta mierda, le da de comer, le da cariño y luego pasa otra vez por sobre todo esto. - golpeó mi hombro. - ¡Deberia limpiar, usted!

- ¿Yo?

- Usted fue quien decidió comprarle una mascota. - se cruzó de brazos.

- Creí que era lo adecuado. - suspiré. - Hablaré con Prince y el limpiara.

- Bien, ahora le queria preguntar acerca de algo... - puso sus manos en su espalda. - ¿Estaria interesado en una mujer de cuarenta años, un metro sesenta y castaña? - sonrió de lado.

Esto no era lo que yo esperaba, no quiero conocer a otras mujeres.. no estoy enamorado aun de Sheila, pero no quiero que intente presentarme otras chicas.

- No, cariño. - bajé la mirada. - Tengo suficiente con mis mujeres.

Caminé hacia adentro y sabia que me seguia, sonreí al verla pararse frente a mi con ese tierno ceño fruncido.

- Esas no son mujeres, o bueno, lo son biologicamente. - hizo una mueca. - Pero usted necesita a alguien que lo ame, usted necesita amar a alguien y que como usted me dijo una vez "Le de ganas de entregarse". - se cubrió la boca. - Creo que estoy diciendo groserias.

- Claro que no, si alguna vez hay alguna mujer a la que realmente quiera entregarme te lo diré. - toqué su hombro. - ¿Quieres ir a ver las estrellas al mirador del parque?

- ¿Y los niños?

- No puedo ir con ellos.. no quiero que los papara.. - lo interrumpí.

- Nadie se dará cuenta de la presencia de ellos, de hecho ni siquiera se daran cuenta de usted, si lleva a max.

- ¿En serio le pusiste un nombre a mi casco? - reí y asintió. - Creo que es una mala idea, pero siempre estas tan optimista.

- Será divertido, podrá mostrarle a sus hijos lo que es vivir como una familia normal. - tomó mi mano. - Necesitaba tomar su mano para saber si ya no tiene frio. - sonrió.

Sonreí de lado, estaba algo avergonzado y me sentía intimidado ante su mirada.. y pensar que a ella le daba algo de temor mirarme a los ojos, pero parece que sabe como dominarme y ya no me teme.

- No tengo frio.. - "cuando estas cerca", pensé. - Bien, hablaré con los niños y con Bill, ellos irán en el auto con Bill y yo iré contigo.

- ¿Alguna vez me dejará viajar sola? - preguntó con una ceja arqueada.

- No sabia que te molest... - me interrumpió.

- Olvidelo, estoy bromeando y me gusta tener la compañía de un buen amigo como usted. - mordió su labio y yo tragué saliva de forma pesada.

- Bien. - sonreí.

Fui hacia la habitación de Prince y luego con Paris, hasta llegar a Blanket, quiero que todo salga bien y que mis niños tengan la noche de sus vidas.. al menos como la que yo pasé cuando salí con Sheila, por primera vez.

- ¿Por qué irás con Sheila en su motocicleta? - preguntó mi pequeña mirandome con los brazos cruzados.

- Porqué me gusta viajar en moto.. - le dije sonriendo y al parecer ella no estaba contenta. - ¿Que pasa? - le pregunté algo confundido.

- Papi, no quiero que seas su amigo, siento como si ella estuviera enamorandote. - suspiró. - Yo no quiero tener una madrastra.

Mordí mi labio y me hinqué frente a ella, para estar a su altura.

- No tendrás una madrastra, solo somos jefe y empleada, ¿si? - acaricié su cabello.

- ¿No te gusta? - preguntó con una sonrisa.

- No. - contesté inseguro y cuando me levanté vi a Sheila mirarme con una media sonrisa.

- Mm.. venía a decirles que el auto está listo. - miró a Paris y luego a mi. - Lo espero abajo.

Me sentí un completo idiota, siento como si la hubiera hecho sentir mal de alguna forma. Miré a Paris y ella a mi, ambos pareciamos haber visto y pensado lo mismo pero decidimos quedarnos callados.

- Gracias. - le dije a Sheila cuando me dió el casco.

- De nada, pongaselo y preparece. - suspiró.

Me quedé callado y le hice caso, espero que no este molesta por lo que oyó, miré a un lado y Bill ya estaba llevando el auto fuera de la mansión.

El viaje fue silencioso y sinceramente no lo disfruté del todo, sentí como si Sheila ya no tuviera aquel buen humor que tenia cuando llegó y sentía que era culpa de lo que le dije.

- ¡Papi, mira toda la gente! - gritó Blanket.

- Lo sé, toma de la mano a tus hermanos y ten cuidado no digas tu nombre real o el mio, ¿si? - el asintió.

Todas las atracciones del parque estaban aqui, toda la gente redeaba a aquel imitador mio que hacia un excelente baile y luego vi a mi pequeño entrar a bailar.

- ¡Mira eso! - dijo Bill riendo y aplaudiendo.

- ¡Uy, lo tienes pequeño! - gritó Sheila y bailaba de forma graciosa.

Sonreí al verla y luego me concentré en mi hijo, sus pasos eran graciosos y en cierta forma me sentia orgulloso porqué yo le enseñé como moverse a mi manera.

- ¡Eso estuvo increible! - dijo Prince riendo.

- ¡Miren algodón de azucar! - dijo Paris con una sonrisa y con los ojos iluminados.

Sonreí y le hice una seña a Bill para que los llevara a comprar, me hacia feliz verlos felices, pero noté que alguien no estaba disfrutandolo del todo.

- ¿Te pasa algo? - le pregunté mientras caminaba a su lado.

- No, ¿por qué? - preguntó sin levantar la mirada.

- Te noto algo distraida.. She, sobre lo que oiste hoy cuando hablaba con Paris bueno yo.. - me interrumpió.

- Estoy molesta con mi padre, eso es todo. No tiene nada que ver con usted. - me miró. - Todo está bien.

- Bien. - contesté.

Me sentí tan avergonzado, claro que a ella no le afectaría lo que dije si ni siquiera se fijaría en alguien como yo. Por otra parte, me sentia feliz de ver la sonrisa grande en la cara de mis hijos y de ver como disfrutaban de la hermosa viste de las estrellas.. creo que esta siendo la mejor noche de mi vida, aunque necesitaba a mi compañera de salidas nocturnas que ahora se encontraba algo apagada.

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Espero que lo disfruten.

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