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12.

Sheila

Veía a mi madre contar el dinero, una y otra vez, aún no lo podía creer. Jamás creí conseguir un trabajo en el que me dieran un sueldo de la CIA, esto es de locos y definitivamente me compraré una moto antes de Noche buena.

- ¡Cincuenta mil, Jesús! - exclamó mi madre con una sonrisa. - ¿Ese hombre vende drogas o que?

- Mami, el es un artista.. muy reconocido. - sonreí - ¿Que te gustaría que te regale?

- ¿Regalo? amor, esto es tuyo, trabajaste duro. - dejó el dinero sobre la mesa.

Me acerqué a ella y me arrodillé para estar a su altura.

- Te mereces lo que me pidas y mas, jamas te olvides de eso. - besé su frente. - Primero que nada quiero que salgamos a cenar, esta noche.

- ¿No tienes que trabajar?

- No, Bill se quedará hoy. - dije con algo de indiferencia.

- ¿Estás molesta con alguien?

- No, claro que no ¿por que lo dices? - sonreí y me senté nuevamente.

- Te noto molesta, quizás estoy loca.

- No, quizás lo crees por mi rostro, estoy muerta de sueño. - reí. - Subiré a ducharme y a dormir un rato, ¿prometes que estarás lista para las ocho?

- Lo prometo, mi vida. - sonrió.

Le devolví la sonrisa y fui directo a mi habitación, me quité el maldito traje y entré al baño a los segundos. El agua se sentia tan bien, tengo tanto sueño que lo unico en lo que puedo pensar es mi cama. Salí de la ducha y automaticamente, despues de cambiarme caí rendida en mi cama.

Michael

- Me hubiera gustado que ella viniera esta noche, es una chica muy dulce y decidida. - dijo mi madre mientras comía.

- No sé de quien hablas, esa definitivamente no es Sheila. - suspiré hondo. - Creo que está enojada conmigo, Feldman me dijo que rechazó la propuesta del cambio de vestuario.

- ¿Para que quieres que cambie su ropa? ella viene a cuidarte no a ser la cara de tus negocios. - ella puso su mano en mi hombro. - No todas las mujeres desean joyas o cosas así, y creeme, ella es alguien bueno pero no quiere pretender ser algo mas.

Ella tenía razón, pero mi intención no es mala. Solo quería que se sintiera comoda y que pudiera ser mas femenina, pero hablando con mi madre me di cuenta que es cierto, ella no necesita de tacos o minifaldas para sentirse toda una mujer y comoda consigo misma.

- Lo sé, me siento un idiota ahora. - toqué mi frente.

- ¿Pasó algo mas en el transcurso de la noche de anoche? - preguntó mi madre alzando una ceja.

Me sentía niño regañado, aunque ni siquiera le haya contado lo que pasó. Sonreí algo nervioso y luego miré mis manos, siento que mi madre va a retarme mas que nunca.

- Bueno... en realidad, fuimos a un club.

- ¿Un club de qué? - preguntó sin quitar esa expresión.

- Bueno.. un club donde hay chicas y cosas así... y ella..

- ¿Que haces en esos lugares?¿que no te gustaban? - frunció el ceño.

- Mamá, escuchame.. bueno, Bill está casado y al parecer estaba coqueteando con una chica que estaba por ahí, Sheila se enojó muchisimo. - suspiré. - Hubieras visto su reacción, hasta sentí miedo, jamas habia visto alguien enojarse de esa forma.

- ¡Michael Joe Jackson, eso no se hace! - dijo con su ceño fruncido. - ¿Como se te ocurre llevar a un hombre casado a esos lugares?

- Yo no creí que eso pasaría, de hecho yo estaba tranquilo y...

- ¿Estabas con una de esas chicas? - no contesté.

Mi madre está haciendo que me asuste, pero no debo demostrarlo, soy un hombre mayor.

- Tu padre solía estar con ella casi siempre, ¿te gustaría ser como el?

- Esto es muy distinto, yo soy soltero y el está casado. - le tomé la mano. - Sabes el respeto que te tengo y  les tengo a las mujeres, jamas sería capaz de lastimarlas.. yo solo tengo cosas..

- Hijo, te entiendo.. pero ya no eres un joven, debes asentar cabeza y encontrar a una mujer que valga la pena. - me miró a los ojos. - Verás que cuando te enamores sentiras esa felicidad que tanto has esperado.

Sonreí con algo de nostalgia, me encantaría que lo que dice mi madre se haga realidad. Pero, siendo honesto ya he perdido un poco mis esperanzas, ni siquiera me gusta salir con la chica con la que supuestamente tengo una relación, esto es dificíl para mi. El matrimonio es para siempre, según lo que dijo mi madre.. pero yo soy el claro ejemplo de que eso no es cierto, siempre arruino mis relaciones, no sé como comportarme con las chicas ¿como podría hacerlo? he estado toda mi vida disfrutando mi poca juventud e intentando recuperar mi infancia, no tenia ni siquiera ideas acerca del matrimonio hasta que uno de mis viejos amigos me mencionó que los medios comenzaban a difundir que yo era homosexual.

- Papá, tienes que ver esto. - dijo Blanket parado a mitad del pasillo.

Sus ojos estaban muy abiertos, parecía muy asombrado y es raro que algo asombre a mi pequeño diablillo. Lo seguí hacia los pasillos y paramos justo en frente de la puerta de mi habitación.

- ¿Que hacemos aquí? - le pregunté sonriendo.

- Papá, estuve vigilando la casa y escuché ruidos raros en tu habitacion, no creeras lo que me encontré. - su mano se puso sobre la perilla de la puerta y lentamente la abrió.

Ahora entiendo todo.

- Blanket, ¿has hablado de esto con tus hermanos? - pregunté algo nervioso, no quiero arruinar la sorpresa.

- La verdad no, esperaba a que tu me dieras una explicación. - corrió un mechon de cabello de su rostro. - ¿Por qué hay un perrito en la casa y no lo sabia?

- Hijo, es un regalo para Prince.. te agradezco que no hayas dicho nada, este será mi regalo de navidad para el. - le expliqué y tomé al perrito entrando a mi habitación.

- ¡No es justo, tambien merezco uno! - dijo entrando y cerrando la puerta detrás de el.

- Blanket, aun eres pequeño para hacerte responsable de el. - toqué su hombro. - Debes alimentarlo, darle cariño y protegerlo del frio y de los malos climas ¿alguna vez has cuidado un bebé? - negó. - Es casi lo mismo, tener un cachorro no solo significa que podras jugar con el o estar con el en cada lugar, significa que tienes que aprender a valorarlo y amarlo, porque tambien es un ser humano.

El hizo un puchero y me abrazó.

- Prometeme que no me regalaras un perro por ahora, compraremos una bebé asi puedo prepararme.

Yo comencé a reir al oirlo.

- No puedes comprar a un bebé, hijo - sonreí. - Prometo que cuando cumplas la mayoria de edad tendras tu propio perro, ¿si?

- Confió en ti, papi, ¿como se llama?

- Eso se lo dejaré a Prince, ¿ahora quieres ir a la cocina por un licuado?

- Claro que si. - contestó saltando. - ¿Sheila vino hoy?

- No, hoy no vendrá pero mañana si. - sonreí.

- Bien, a Prince le encantará saber.

- ¿Por qué a Prince? - pregunté confundido.

- No le digas que yo te lo dije. - susurró y se acercó a mi oido. - ¡El está enamorado de ella! - gritó y yo casi me quedo sordo.

- ¡Hijo! - me quejé intentando normalizar mi audición. - ¿como sabes eso?

- El, me lo dijo.. de hecho lo escuché hablar solo y decia que ella le parecía linda.

- Wow, creo que esto me sorprende. - sonreí - ¿Y a ti que te parece?

- Ella es cool, practica tiro con latas de coca cola. - dijo mirandome con sus ojos grandes.

- ¿Y eso te llama la atención? - pregunté llevandolo hacia la cocina.

- Claro que si, es increible, pero ella me dijo que no puedo hacerlo porqué soy pequeño ¿crees que si me pongo zapatos de taco como tia Janet ella me dejará practicar?

- No, Blanket, no. - dije riendo.

Mi hijo, es tan imaginativo, me encanta que sea asi, que vea las cosas con todo el sentido del mundo y que tenga esas ideas locas en su cabeza, el es todo para mi al igual que Prince y Paris, pero siendo el mas pequeño el tiene un lugar especial en mi corazón.

- Papi, ¿tu tienes novia?

Lo miré, jamas me habia hecho este tipo de preguntas y para ser sincero me siento nervioso.

- No, ¿por qué?

- Porqué crei que si, ¿por qué no tienes? - preguntó apoyando su barbilla en la mesa de la cocina.

Yo pelaba bananas para el licuado y lo escuchaba.

- Creo que a las chicas nos les gusto o algo asi.

- Eso es tonto, creo que les gustaría saber que eres un genio jugando ajedrez y que tambien eres muy rapido en las atrapadas.

- ¿Te crees? - el asintió. - Pues, espero que seas oído, hijo.

El solo sonrió y continuó hablando acerca de cosas sin sentido que no entendia, pero aun asi me encantaba oirlo tan emocionado al hablar. Los niños, solo necesitan ser oidos, amados y protegidos por sus padres.. creo que no hay nada mas hermoso que ver a tu hijo crecer y tener confianza en ti, me siento el padre mas feliz del mundo ya que tengo una increible relación con mis niños.

- Buenas noches, señor Jackson. - La voz de Bill me hizo voltear.

Yo me encontraba lavando la licuadora, Blanket se habia ido a dormir hace una media hora y yo estoy realmente cansado.

- Hola, Bill ¿hablaste con Sheila? - le pregunté mientras me secaba las manos.

- No quiere hablar conmigo, me llegue a su casa y su madre me dijo que dormia como un bebé.. no creo que su enojo le dure tanto. - suspiró.

- ¿Tu crees? me parece que si te odiara mucho apartir de ahora. - reí - ¿Quieres un refresco?

- Tal vez, una cerveza. - yo asentí y saqué del refrigerador, una lata. - Gracias. Igual, creo que Sheila estaba mas molesta porque no le dijimos que ibamos a ese tipo de lugar.

- ¡Vamos! no hemos hecho nada malo, ella quiso venir.

- Lo sé, pero creo que debí decirle el significado de pescar desde un principio, ella se lo habia tomado literal. - rió.

- ¿Ella es así?

- ¿Así como? - preguntó mirandome.

- Timida, vergonzosa e incluso enojona.

- Lo es, pero tambien es muchas otras cosas, la chica vale oro. - me dijo tomando de su cerveza.

"La chica vale oro", ella no, pensé.

- ¿Y hoy saldrá a algun lado? - negué.

- No estoy de humor, me siento muy cansado y Feldman no ha dejado de llamar. - suspiré.

- Lo siento, ¿sigue insistiendo con los conciertos?

- Si. - suspiré. - Yo solamente quiero paz, jamas la he tenido... ¿por que simplemente no puedo fugarme y ya? - mordí mi labio.

- En este mundo nadie puede escapar, es como una jaula y por mas que intentemos no podriamos huir a nuestro destino. - tocó mi hombro y dejó la cerveza a un lado. - Solo le pido que piense en usted, deje a sus hijos por un rato, piense en lo que seria mejor para usted.

- ¿Y que si digo que lo mejor para mi, seria escapar?

El me miró por unos minutos, pensativo, tal vez o algo confundido. Yo ni siquiera sabia que estaba diciendo, pero en este momento sentiá una punzada en mi pecho, me sentía atrapado, me sentía con ganas de huir y conseguir un hogar para mi pequeña familia. Ya no quiero seguir en este mundo, donde toda la gente es falsa como las portadas de revista.

- Solo le digo que será dificil. - contestó y se dió la vuelta para marcharse.

¿Dificíl? claro que lo sería, pero no me cabia duda alguna que era lo que mas anhelaba en este mundo.

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Espero que lo disfruten.

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