Capítulo 9
Consigo sobrevivir a trabajos, evitar que Fred me hable sobre la vez que le toqué el culo y visiones hasta mediados de noviembre, cuando llega el primer partido de la temporada de Quidditch que siempre es un Gryffindor-Slytherin. Obviamente voy con Gryffindor ya que si no los gemelos me matarían y Ron me acusaría de traición. Y por mucho que me gustaría justificar mi apoyo a la casa de las serpientes si lo hiciera, no encuentro ninguna, ni si quiera Mia Sonset juega en el equipo y ella sí que sería un buen motivo para animarlos. Con los Ravenclaws no tienden a meterse, pero siempre hay una excepción que confirma la regla. Alguna vez he sido yo, pero normalmente Luna es el blanco de todos, sin importar la casa que sean. Hoy ha decidido llevar un sombrero con un león, mostrando su apoyo a Gryffindor y yo evito sentarme cerca ya que, cada vez que ruge el león, me susto. Quiero mucho a mi amiga, pero valoro más mi vida, sobre todo si estoy a decenas de metros del suelo.
Me siento con Claire, Olivia, Sam y Hermione, que parece que no está nada emocionada por este partido, a diferencia de como están los gemelos, que en el desayuno no habían dejado de gritar que iban a machacar a los de Slytherin. Pronto salen los jugadores de ambos equipos, anunciados por Jordan que es el único que consigue dar emoción a los partidos, eso tengo que admitirlo, por mucho que me cueste hacerlo.
— ¡Empieza el partido! — Grita con todas sus fuerzas mientras que la quaffle es lanzada por Madame Hooch. — ¡Angelina tiene la quaffle y se dirige a toda pastilla hacia el guardián de Slytherin! ¡Buen tiro Angelina! ¡Slytherin tiene la quaffle!
Pese a que Jordan no deja de gritar con todas sus fuerzas, los Slytherins levantan sus voces hasta que la canción que cantan es perfectamente distinguible.
— Weasley no atrapa las pelotas y por el aro se le cuelan todas. Por eso los de Slytherin debemos cantar: a Weasley vamos a coronar.
Y con solo mirar a Ron sé que están consiguiendo lo que querían, mermar la confianza de Ron en sí mismo. Empiezo a morderme las uñas hasta que Olivia me da un golpe y paro de inmediato, pero no ayuda ver como Ron no es capaz de parar ninguna de las pelotas, aunque a cambio las cazadoras de Gryffindor son capaces de mantener el marcador igualado.
Dejo de atender por unos segundos al partido ya que me estaba poniendo terriblemente nerviosa, y es lo justo para volver a ver en las nubes una serpiente y que Harry atrape la snitch. Todo Gryffindor empieza a gritar de alegría y, junto con Hermione, salgo corriendo para felicitar a nuestros amigos. Me da tiempo a abrazar a George cuando oigo la voz de Malfoy, dirigiéndose de forma poco amable a los Weasley y a Harry:
— ¡Queríamos escribir un par de versos más! Pero no se nos ocurría nada que rimara con gorda y fea... Queríamos cantarle también a su madre, ¿sabes? —Trato de sujetar a George con todas mis fuerzas, pero él empieza a avanzar sin que le pueda sujetar bien. — Tampoco pudimos incluir "pobre perdedor" para referirnos a su padre, claro... Pero a ti te caen muy bien los Weasley, ¿verdad, Potter? Hasta pasas las vacaciones en su casa, ¿no es cierto? No entiendo cómo soportas el hedor, aunque supongo que cuando te has criado con muggles, hasta ese tugurio de los Weasley debe oler bien... A lo mejor todavía te acuerdas de cómo apestaba la casa de tu madre, Potter, y la pocilga de los Weasley te lo recuerda...
Entonces todo sucede muy rápido, Angelina consigue agarrar a Fred, pero Harry avanza hasta donde estaba Malfoy y George se escapa de mi agarre.
El pasillo estaba bastante oscuro, pero se podía distinguir una silueta al fondo, salvaguardando una puerta. Con la varita en alto, el señor Weasley estaba protegiendo lo que fuera que hubiera tras la puerta, sin darse cuenta de la serpiente que lentamente se estaba acercando a él. Hasta que fue demasiado tarde y lo inevitable ocurrió. La sangre empezó a caer al suelo mientras que el señor Weasley se quedaba apoyado en la pared, empezando a perder el conocimiento.
Cuando vuelvo en mí no me da tiempo a pensar en nada de la visión ya que solo oigo gritos por todos lados y veo a Claire a mi lado. Cuando me incorporo puedo ver como Fred sigue revolviéndose y a Malfoy en el suelo, pero lo peor es ver la mancha rosa que aparece de la nada.
— Agredir a dos compañeros, que vergüenza de alumnos. — Empieza a decir, y yo necesito saltar en defensa de mis amigos.
— Uno, yo solo me he caído, profesora Umbridge.
— No importa, querida, seguirán teniendo el castigo que se merecen. — Mencionó con una sonrisa, y agito su varita para quitarles las escobas a los gemelos y a Harry. — Quedan expulsados del Quidditch de por vida.
— ¡No es justo! — chilla Sam, y yo me uno a ella.
— ¡Fred no ha hecho nada profesora! — Angelina se acerca rápidamente a Umbridge, pero ella la ignora, llevándose las escobas con ella según sale del campo. — ¡Malfoy es quien ha provocado esto!
El nombrado pronto ha desaparecido del campo de quidditch, supongo que cuando ha estado contento con el resultado de lo que ha hecho. Angelina se marcha enfadada hacia los vestuarios, aunque no tengo muy claro cual de todos los motivos es por el que está enfadada.
Veo a los gemelos, Harry y Ron irse hacia los vestuarios también y, junto a las trillizas y Jordan, nos quedamos esperando a que salgan de las duchas. Algo que se hace eterno ya que hasta las tres chicas del equipo salen antes, con un pelo perfectamente limpio y seco, así que me canso de esperar y entro. Ron y Harry están terminando de coger sus cosas, y cuando me ven sonríen inocentemente.
— Fred y George Weasley, no sé si vuestra intención es ahogaros o que, pero salid ya de las malditas duchas, estamos a noviembre y hace mucho frío fuera, llevamos media hora esperando por vosotros.
— Id tirando, yo me quedo un rato más. — Menciona Fred e inmediatamente sale George de su ducha, solo con una toalla.
— Si no quieres ver nada no mires, así de sencillo.
— Tu desnudez me importa lo mismo que Umbridge. — Le contesto y él se ríe, así que empieza a cambiarse delante de mí, a lo que yo le ignoro y me vuelvo hacia la ducha de Fred.
— ¡Pero qué salgas ya!
— Te he dicho que me voy a quedar un rato.
— No, sal.
— Si salgo voy a ir a por Malfoy para que me suspendan con motivo.
— Bien, iré contigo.
— Oye, Abby, yo me voy, si consigues que salga os esperamos en el Gran Comedor, la cena va a empezar pronto.
Asiento a George, que se va y en cuanto oigo la puerta del vestuario, cojo la varita y le cambio la temperatura del agua a Fred, lo que le hace gritar. No me da tiempo a reaccionar cuando Fred abre la cortina de la ducha y tira de mí para meterme dentro, haciendo que me moje con agua congelada y cierre los ojos de la impresión.
— ¡Cabrón, llevo la ropa! — chillo y trato de salir corriendo, pero no me deja.
— Ahora la secas con magia, calienta el agua por dios, me voy a congelar.
Consigo sacar la varita de mis pantalones vaqueros y la agito para empezar a sentir el calor de nuevo. Me guardo la varita y me froto los ojos para poder ver algo, y las vistas no me desagradan. El quidditch fortalece los músculos y es algo que se nota en los gemelos, y más siendo bateadores.
— ¿Te gustan las vistas, Stone?
— Lo que me gustaría es salir de aquí, Weasley, tengo hambre.
— Oh, venga ya, estoy desnudo delante de ti y no te inmutas. — Se queja mientras que cierra la ducha y yo aprovecho para escaparme de ahí. Quizá no tenía que haberle tocado el culo cuando estaba borracha.
— George también acaba de estar desnudo delante de mí. — Me encojo de hombros y aprovecho para quitarme la chaqueta, la bufanda y mi jersey, que sin duda alguna están bastante perjudicados por el agua. — Además te recuerdo que vivo con tres chicas cuya mayor vergüenza ha sido sacar un supera las expectativas.
— A George no le tocaste el culo. — Empiezo a ignorarle, pero sé que no voy a poder evitar ponerme roja hasta el cuello, así que me distraigo tratando de secar mi ropa. —Abbigail no me ignores, por las barbas de Merlín.
— ¿Cómo las que os crecieron a George y a ti el año pasado cuando intentasteis engañar a Dumbledore? — Me giro riéndome para encontrarme con que por lo menos ya se ha puesto los pantalones. Unos pantalones secos, no como los míos. — ¿Por qué has tenido que meterme a la ducha? Estoy totalmente mojada.
— Ah, ¿sí? ¿Estás mojada? — Veo como levanta las cejas y le doy un golpe.
— Eres un guarro, Weasley.
— Un guarro que al que te encanta tocarle el culo.
— Lo he hecho una vez, borracha y después de haberme liado con mi ex.
— ¿Smith estaba allí? — Su sonrisa desaparece rápidamente y se pone serio.
— No empieces con tus estúpidos celos, fue mi novia y quería pasar tiempo con ella porque se iba a ir en unos meses de Hogwarts y no la volvería a ver.
— No dejas a tus amigos por una novia.
— Mira quien fue a hablar, él que me ignoró un mes por una rubia. Y al mes siguiente una morena, luego otra rubia, una pelirroja y así durante todo sexto.
— Porque estabas con Smith.
— ¡A los amigos no se les abandona!
Me giro preparada para ignorarle y aprovecho para quitarme los vaqueros, los cuales no podré secar si sigo con ellos puestos. Al menos ya tengo el jersey seco, así que aprovecho para ponérmelo y no tener frío. Normalmente no tengo problemas en utilizar hechizos para secar la ropa, pero cuando el lugar desprende tanta humedad me resulta complicado. No me molesto en ver si Fred se está vistiendo o no, ahora mismo estoy molesta con él y no precisamente porque me haya mojado.
— Lo siento. —Murmura, después de echarme por encima su cazadora de quidditch, la cual es calentita y me está bastante grande. —Hice exactamente lo mismo que tu hiciste, somos malos amigos.
— Muy bien, lo has pillado.
— ¿Estás admitiendo que fuiste mala amiga?
— Claro, lo fui contigo y con George, pero especialmente más con él. — Sonrío de oreja a oreja, y el me quita la cazadora, logrando que vuelva a tener frío. — ¡Oye, devuélvemela!
— ¿Ya quieres mi cazadora, Stone? Si que quieres avanzar rápido conmigo. —Vuelve a levantar las cejas y aprovechando que se despista, le quito la cazadora de nuevo.
— Deja de ligar conmigo, Weasley, no te va a funcionar.
— Llevas una cazadora con mi apellido, creo que ha funcionado.
Le saco la lengua, pero me pongo mejor la cazadora. Es mucho mejor que el abrigo muggle que compré en las últimas rebajas, un evento totalmente horrible en el que ganaba quien dejara la tienda más desordenada. Toco mis vaqueros de nuevo y veo que ya están secos, así que me los pongo y, muy a mi pesar, me quito la cazadora de Fred para ponerme mi chaqueta.
— ¿Por qué te la quitas?
— Tengo mi abrigo ahí, además tu no tienes chaqueta. — Le digo, pero cuando me fijo veo que lleva puesto un abrigo que también parece mil veces más calentito que el mío.
— Ya no tienes abrigo. — Antes de que pueda hacer nada, me quita el abrigo y lo tira al contenedor que hay en el vestuario, haciendo que desaparezca de inmediato. — Coge la cazadora, vas a tener frío.
— ¡Fred, me costó mucho conseguirla!
— Solo es para que vaya a la lavandería, no la he tirado. Ahora olerá a limpio y no a mojado, de nada.
— Sí, pero tengo que ir con tu cazadora hasta que me la devuelvan los elfos.
— ¿Acaso tienes algún problema?
— El mundo mágico y el muggle funcionan igual en esto, si llevo una cazadora con tu nombre van a pensar que estamos saliendo y tengo que mantener mi reputación intacta, ¡no me pueden ver con ningún chico!
— ¿Habría algún problema con eso? — Pregunta mientras que da un paso al frente y me agarra por la cintura. — Las castañas de ojos verdes también me gustan.
Empiezo a ponerme nerviosa por la cercanía de Fred. No sentía eso desde que salía con Gemma el curso pasado e incluía temblor de rodillas y frases mal conectadas. Así que, para ahorrarme la vergüenza, le aparto suavemente y le doy un golpe en el brazo. Él se ríe, pero se vuelve a pegar a mí, y yo me alejo para salir de los vestuarios. Solo espero que se hayan ido ya a cenar y no sigan esperando fuera.
Fred me alcanza pronto y decide que es buena idea poner su brazo sobre mis hombros, pero no me quejo ya que me da calorcito, así que llegamos al castillo pareciendo una pareja, lo cual llama la atención de todo el Gran Comedor en cuanto cruzamos la puerta. Quizá no me sentía incómoda cuando estaban los gemelos desnudos en el vestuario, pero sin duda la mirada de todo Hogwarts sí que me la da, así que quito el brazo de Fred de mis hombros y me voy a mi mesa.
— No sabía que ya salíais. — Menciona Sam en cuanto me siento.
— No lo hacemos. —Le contesto y voy sirviéndome la cena, tratando de evitar el tema.
— Te ha dejado su cazadora de quidditch, creo que ahí hay algo. — Menciona Olivia y yo quiero matarla. Aunque la peor es Claire, con una sonrisa que no me gusta nada.
— Creo que sé que vas a decir, y la respuesta es no. Ni ahora ni nunca, así que no lo preguntes.
Ella empieza a reír, pero lo hace, aunque en cuanto terminamos de cenar y llegamos a la habitación no puede evitar abrir la boca.
— ¿Qué tal se hace en la ducha?
— No hemos hecho nada, Claire, solo somos amigos. Desde hace siete años concretamente. Él no siente nada por nadie y yo soy feliz recordando cómo me lie con mi ex hace un mes, no hay más.
— Olvida a esa chica — grita Sam desde el baño, con el cepillo de dientes en la boca. Al menos creo que ha dicho eso.
— Le das demasiada importancia al futuro y no vives el presente, Abby.
En cuanto Claire menciona el futuro caigo. La visión del señor Weasley. Las nubes no me estaban mintiendo hace un mes, y ahora me lo han mostrado de nuevo y luego he visto como le atacaban. Salgo corriendo hacia mi cama para buscar las libretas que justo hoy no había decidido llevar encima y entonces me doy cuenta de que no sé donde clasificarla. ¿Acaso he visto cómo el señor Weasley moría?
— ¿Te has desmayado en el campo de Quidditch por una visión? — pregunta Claire, y yo asiento, sin saber que más decir. — ¿Quieres contarla?
— Me la contaron las nubes la noche que salimos de fiesta. — Empiezo a contar lentamente, no me puedo creer que haya fallado de esa manera. — Pensaba que era el wiski de fuego, no una visión. En el partido de hoy la serpiente ha vuelto a aparecer y luego me he desmayado.
— Si te has desmayado es que queda tiempo, ¿no? Al menos es lo que he entendido en tu cuaderno y por lo que has dicho. —Sam ha terminado de lavarse los dientes y se sienta junto a Claire, aprovechando que hay hueco en la cama ya que Olivia está en la suya.
— Debe de quedar al menos un año, pero tengo que avisar al señor Weasley de lo que le va a pasar.
— Bueno, vas a pasar las Navidades con ellos, ¿no? Aprovecha entonces. — Sugiere Olivia y lo veo como una buena idea, todavía queda tiempo y es una tontería mandarles una carta preocupándoles así.
— Sí, haré eso. Pero no sé dónde clasificarla.
Me muerdo el labio, mirando ambas libretas sin saber qué hacer, hasta que Claire me da la roja y se va al baño. Olivia y Sam se levantan rápidamente para empezar a hablar en una voz muy baja:
— Su cumpleaños es la semana que viene, ¿puedes conseguirnos una tarta?
— Claro, ¿por quién me tomas?
— Por la chica que niega que está pillada por su mejor amigo. — Contesta Sam y Olivia se ríe.
— No estoy pillada por Fred.
— Todavía no te has quitado su chaqueta. — Me doy cuenta de que lo que dice Olivia es verdad, y me empiezo a poner roja.
— En mi defensa diré que es porque es calentita.
Las saco la lengua y me dispongo a apuntar la visión sobre el señor Weasley. Sigo sin haberme quitado la chaqueta de Fred, y Claire vuelve a hacerlo notar cuando sale del baño, así que me la quito y la dejo en la silla antes de que me vuelvan a decir algo. Y cuando estoy a punto de ponerme el pijama ya que ya me había duchado esa mañana, me doy cuenta de que Claire sabía donde colocar la visión al haberme lanzado una libreta en concreto y dejar la otra sobre la mesilla.
— Claire, ¿por qué la roja? — Veo como se levanta de la cama y me mira fijamente, como si ella supiera algo que yo no.
— En tu visión, la de Fred. Hay ocho pelirrojos por lo que has descrito.
Paso rápidamente las páginas para encontrar lo que dice, y entonces agradezco haberle enseñado a alguien mis peores visiones. Ahora estaría volviéndome loca si no lo hubiera hecho.
Rápidamente pasa la semana y ya me había encargado de avisar a los elfos sobre la tarta de cumpleaños, que tendría que recoger el mismo día del cumpleaños de Claire, el sábado. Ahora lo único que teníamos que hacer era convencerla de ir al Lago Negro, pero no necesitamos nada más que una sugerencia, estaba siendo un día soleado en noviembre así que no dudó en aceptar. Tenían que estar todos con Claire y luego llegar yo con la tarta para que todo saliera estupendamente, pero con lo que no contaba era que Dobby estuviera en las cocinas, hablando de lo maravilloso que era Harry Potter a todos los elfos. Al final le dije que Harry le querría mucho si le decía de algún lugar donde pudiéramos escondernos para practicar magia y él se marchó feliz para encontrarlo. Vi de lejos a la elfina del ya fallecido Barty Crouch, bebiendo cerveza de mantequilla sin parar y bastante borracha. Cuando la vi en los mundiales el año pasado tenía mucho mejor aspecto, sin duda alguna.
Los elfos amablemente me dan la tarta que les pedí la semana anterior y agregaron una cesta con multitud de cosas ideales para un picnic, además de bebidas calientes. Agradeciendo poder hacer levitar varios objetos a la vez, conseguí llevar todo hasta el lago negro. Claire estaba de espaldas, así que no me había visto llegar por lo que colocamos el pastel detrás suyo y empezamos a cantar de una manera bastante horrible.
— Vais a hacer que llueva a este paso. —Dice riendo, pero sopla feliz las velas de cumpleaños.
— ¿Has pedido un deseo? — Pregunta Jordan y ella asiente. — ¿Nos lo cuentas?
— Imbécil. — Murmuro, pero me oye y decide que es buena idea lanzarme hierba.
— Mira quien fue a hablar. — Contesta él, y le devuelvo la hierba, solo que cae en su trozo de pastel que Claire le estaba dando.
— ¡Serás cabrona! —Trata de levantarse, pero Sam, que está también a su lado, le sujeta.
— Me apuesto lo que quieras a que lo que ha pedido Claire es que os llevéis bien, aunque sea por un día.
— Ha empezado ella.
— Que maduro por tu parte, Jordan, echando la culpa a los demás. — Pero con una mirada de Claire sé que tengo que estar tranquila, al menos por un rato. — Ya me callo.
— Ni callada estás guapa así que no te molestes.
— Esta no te la paso, Jordan.
Me levanto y cuando voy a ir a estrellar el pastel contra su cara, aparece Dobby delante de nosotros, haciendo que me choque bruscamente con él.
— Tratad de pensar en los recuerdos más felices que tengáis, tal y como lo están haciendo los que ya han logrado su patronus.
La voz de Harry retumba por toda la sala de nuevo y me aprovecho para observar como todos tienen ya sus patronus corriendo o volando. Veo un caballo, un cisne y una raza de perro que no sé cuál es, pero parece que le encanta la nutria de Hermione. También veo una hiena y un coyote por la sala, y a los gemelos totalmente orgullosos de sus patronus, no como yo del mío que me infunde demasiado respeto. Todo son risas, hasta que la pared empieza a temblar. Todos los patronus desaparecen de golpe y miramos a la pared.
— Harry Potter, ella está ahí.
— ¿Umbridge? — Dobby asintió y todos empezamos a movernos deprisa. — ¡Salid corriendo, que no os cojan, evitad los grupos!
La sala de los menesteres nos da las puertas que necesitamos para salir corriendo y todos las aprovechamos. Corro detrás de los gemelos, y oigo los pasos de Olivia, Claire, Sam y Jordan detrás. Nos separamos rápidamente, Claire se va con Jordan, Olivia con Sam y George y yo me quedo con Fred. Nosotros tenemos una excusa ante Umbridge que debería colar, a pesar de que hemos hablado sobre que eso se va a terminar. Fred tira de mí hasta que quedamos muy cerca, él tapándome de la vista de todos y con la cabeza inclinada hacia mí.
— ¿Una última actuación para Umbridge?
— ¡Se lo he contado a Harry Potter, Abbigail Stone! —Dobby chilla con todas sus fuerzas y luego se vuelve a desaparecer.
— ¿Qué ha sido eso? —Pregunta Olivia, supongo que leyendo la mente de todos.
— Dobby ha encontrado un sitio para que nos reunamos. Por lo del otro día. — Olvido que estaba a punto de patear el culo a Jordan y me doy la vuelta, yendo hacia mis cosas. O donde deberían estar. — ¿Habéis cogido mi mochila?
— Sobre eso... —empieza Sam, y no me gusta cómo suena.
— Puede ser que... —continúa Olivia, y los gemelos empiezan a prestar atención.
— Decidiéramos no cogerla. —Termina Claire, y yo chillo y salgo corriendo. — ¿¡A dónde vas!?
— ¡Vuelvo en un momento!
No tengo tiempo para explicarles lo importante que es apuntar esto. Es buena idea montar un grupo ilegal para aprender a defenderse sabiendo como nos van a pillar. Quizá de esta manera consigamos salir indemnes. Quiero salir corriendo hacia mi habitación, pero tengo tantas escaleras que subir que sé que me voy a caer si lo hago. Me muero de ganas de volver a la fiesta improvisada de Claire, pero sé que si no lo apunto ya voy a olvidar algo, así que entro en la habitación y cierro de un portazo. Encuentro la mochila encima de mi cama, así que me lanzo encima y, cuanto la tengo en mis manos, empiezo a escribir lo más rápido que puedo.
Sé que mis amigas quieren que disfrute de un día sin mis cuadernos, pero no puedo evitar querer llevarlos encima. Nerviosa, cojo un trozo de pergamino que guardo en uno de mis bolsillos y un bolígrafo. Por lo menos así podré apuntar algo. Y cuando estoy a punto de salir, veo la cazadora de Fred, puesta perfectamente encima de la silla. No la he estado usando en los últimos días ya que el castillo se mantiene bastante caliente, así que va siendo hora de que se la lleve a su dueño. Que está esperando en la puerta de mi sala común.
— ¿Una visión? —pregunta nada más verme, y yo asiento. — ¿Esa es mi cazadora?
— La he cogido para devolvértela, es el primer rato que te veo tranquilamente en toda la semana. — Intento dársela, pero él me la devuelve.
— Dámela luego, está empezando a hacer frío.
— Como quieras. —Digo, mientras que me la pongo.
— ¿De qué iba la visión?
— Os la cuento ahora, aunque ya sabes que Jordan se tiene que ir.
— Le conoces desde hace años, empieza a confiar en él.
— Nunca, he oído muchos de los secretos que va contando a todo el mundo. Es de todo menos discreto.
— George y yo tampoco somos discretos.
— Pero sabéis guardar un secreto.
— Lee también, Abby.
— ¿Pretendes que me lo crea?
— Hay un secreto que le he contado únicamente a Lee y a George.
— ¿Has confiado en él antes que en mí? —Finjo hacerme la dolida, aunque, en el fondo, me duele de verdad. —Menuda traición por tu parte, Weasley.
— Hay cosas que tu mejor amiga no puede saber.
Rio aliviada sabiendo que no ha cambiado nada entre nosotros desde la semana pasada. Parte de que no nos hayamos visto tranquilamente es porque me he pasado todo el día pegada a mis compañeras de habitación, algo de lo que no me siento orgullosa. Pero soy así y no hay nada que pueda hacer para evitarlo, tiendo a huir de las cosas que no sé resolver. Volvemos hacia el lago para ver que todos siguen riendo y pasándolo bien, así que no dudamos en unirnos, aunque antes pido perdón a Claire y acepto que Jordan puede ser de confianza. Así que cuento la visión, sin interrupciones hasta que Sam dice lo obvio.
— Lo evitaremos, como todo lo malo que has visto, podremos hacerlo, juntos. — Y pone su mano en el centro, para que todos nos unamos. Claire y Olivia lo hacen en seguida, luego los gemelos y Jordan. — Solo faltas tú, Abby, ¿qué dices?
No puedo evitar pensar en todas esas muertes que he visto. Empiezo a obsesionarme con la idea de la muerte y no puedo parar de pensar en ello, incluso cuando creo que no lo estoy haciendo. Como ahora.
— ¿Qué dices, Abby?
Jordan me sorprende, utilizando mi nombre por primera vez desde que nos conocemos. Supongo que nunca se lo he puesto fácil ni he tratado de darle una oportunidad, como a las chicas que tengo al lado. Siempre me lamentaré de mis acciones, así que me prometo a mí misma mejorar. Mejorar por mi grupo de seis personas favoritas de todo Hogwarts. Así que pongo mi mano encima y parece que todo está bien.
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Siento mucho no haber subido nada la semana pasada, tuve mi último examen de tercero y estaba tan nerviosa por todo que lo último que recordaba era que tenía que subir capítulo y luego esta semana, de golpe, he ido de vacaciones a la playa. Cómo salió de golpe no pude preparar capítulo ni nada :(
Espero que os guste este nuevo capítulo y nos vemos el viernes :)
Ogaira
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