6.
Conversación.
Aquí, ocurría una escena bastante rara. O ¿podría considerarse así después de todo?
Después del asesinato a sangre fría de tú amigo, no sabías si es que te habías vuelto loco o si aquello era un sueño, pero, Chara, aquel que ya había hecho “bastante”, estaba enfrente tuya, acostado.
Después de hacer una limpieza y luego de mojarte con agua fría, el joven muchacho cayó exhausto en medio de la habitación.
Tú solo lo observaba. Ya a este punto ni sabias que hacer contigo o que él haría contigo, estabas cansado de todo, querías morir, porque si por tu existencia y por lo que hiciste muchas personas morirán, entonces prefieres mil veces morir.
—Matame.
—Cállate.
—Matame, por favor.—súplicaste.
—Cállate, no haré eso.—se refutó el menor.
Has estado suplicando por tu muerte durante ya casi media hora. Y el castaño ya estaba harto de ello.
—Ya estoy harto de tus tonterías, deja de comportarte como un niño y afronta las consecuencias.—dijo el castaño sentándose. Luego sonrió.—Bueno, supongo que tienes hambre, debo de alimentarte.
Chara salió por un momento, mientras sus palabras te habían dejado pensando.
La adonis que estaba en medio de la habitación se había teñido de la sangre de tu amigo, su color amarillento se mancho con el rojo vino de la sangre.
Pero aún no podías estar paranoico ante esta.
—Toma.
Chara entró con un tazón de sopa en mano.
—¿Eso es...?
—Sopa.—interrumpió.—Tomalo, tiene proteínas.—dijo con un amable rostro.
El mayor te daba de comer, depositando la sopa en tu boca con cuidado.
Parecías un niño. Un niño pequeño que estaba siendo alimentado por un monstruo.
Pero Chara en ese momento, en ese instante, por una extraña razón, te sentiste reconfortable.
—Listo.—puso la cuchara en el tazón.—Buen niño.—beso tu frente.
Aún no sabías el tipo de emociones que Chara tenía hacia ti, pero algo era seguro, con todo ese afecto, deduciste que debió de haber algo en el pasado que él y tú habían tenido, a parte de todo el maltrato que le proporcionaste.
El mayor volvió y se sentí enfrente tuya.
—Bueno, ahora si, hablemos.—aquello te tomo por sorpresa.
—¿Disculpa?—cuestionaste.
—¡Hey! No tengo a nadie a más que a ti en esta casa.
—¿No que me odias?
—Si, lo hago.—sonrió.—Pero, odio más aburrirme. Así que dejame contarte un poco de nosotros.
No querías tenerlo enfrente, de hecho, ya te empezaba a dar cólera la presencia de Chara, lo comenzaste a odiar. Pero querías saber sobre ti, más que cualquier otra cosa, aunque sea una pequeña información.
—Mira, tú siempre me molestabas ya sabemos la parte de esa historia. Pero hay un pequeño fragmento en el cual tú solías comportarte conmigo como una persona normal. Tú y yo teníamos el mismo camino a casa, siempre nos íbamos junto, ¡yo antes era un pedazo de mierda que te temía y por ello apenas te miraba! De hecho, tú empezaste hablandome, si, lo recuerdo, me preguntaste “¿porque no te defiendes de mi?”
—¿Cómo?
—Si, así mismo, y luego al pasar los días me seguias jodiendo la vida y también al momento de irnos juntos me tratabas de una manera totalmente diferente. A pesar de que los profesores te dieran un escarmiento, tú seguias y seguias. Me dieron hasta ganas de matarme.
—¿Porque no lo hiciste?
—Porque estabas tu, una dualidad, mi infierno y mi cielo.—dijo.—Se que suena como una locura, pero tú me odiabas cuando estabas enfrente de todos y me querías cuando no. Eras un hipócrita.
—Ya veo.
—Pero ahora que te tengo enfrente, hay veces que ya ni se que hacer contigo, pero al recordar lo que le hiciste a mi hermano, no puedo evitar volver mi mente en una fábrica de matanza.
Los ojos de Chara te miraron como si fueran los de una bestia salvaje, aquellos eran los ojos de un asesino, de un monstruo.
—¿Quién era tu hermano?
—Asriel. Asriel Dremurr.
Entonces, los recuerdos que tuviste de Asriel Dremurr, cada uno de ellos, llegó a tu cabeza, si, sin titubear, cada uno llegó a tu mente sin más.
—L-lo recuerdo.—dijiste y luego sentiste un gran vacío.—Yo...
Las palabras no salían de tu boca, simplemente se tranco en tu garganta.
—Lo sé, lo lamenta, pero no quiero tu disculpas. No es a mi, es a él.
—Y-y ¿d-donde esta?
—Te dije que intento cometer suicidio, y que esta en rehabilitación. Te dije que eso fue lo que colmo todo.—decía el castaño, escondiendo su amargura al hablar de ello.
—Chara, yo...—ya ni sabias que decir.
—Shh, tranquilo, todo acabará en un par de días, lo peor viene por ahí.—dijo posicionando su dedo en tus labios.
Chara entró su dedo en tu boca, jalando de un diente, y luego acerco su rostro para besarte.
Un beso forzado, amargo, triste, asqueroso. Un beso venenoso. Aquello tenía recuerdos de antaño.
A tu mente llegaron los momentos en los cuales tú y Chara caminaban juntos a casa. Si, lo recordaste también.
Chara se separo de ti.
—Tú me besaste una vez.—mencionó.—No se porque, pero me dejaste anonadado.
—...
No sabias que responder, solo podías observar las facciones del menor mientras tu mente procesaba los pocos recuerdos que obtuvo.
—Pero aquello solo fue un beso de despedida. Estas empezando a recordar, lo puedo ver, y el final se acerca.—dijo. Se levantó para irse.
—Chara...
El castaño te miro con una sonrisa.
—Adiós.
Aquello fue lo último que dijo y luego se marchó.
Podías jurar, que aquella sonrisa no era forzada, sino que era en verdad, de felicidad. A Chara le gustó besarte de cierta forma.
Mientras estabas tu hundido en la oscuridad, podías ver como lo poco del color amarillo de la adonis, brillaba y sobresalía.
—Salvalo.
Escuchaste una tenue voz chillona, te estremesiste.
Esta vez si estabas seguro de que fue la flor.
-_-_-_-_-__-_-_--_----____-__-____-______-___-__-__-
HOLA.
¿Como están?
BUENO.
esta historias es corta asi que el final de acerca en verdad.
Espero que les haya estado gustando. O bueno que lo hayan disfrutado.
Ahora, a sinceridad:
¿Que opinan de esto?
Es que, nunca creí que tendría tantos votos, me refiero a que, no pensé que este fanfic llegaría a algo.
Pero gracias.
Bai bai.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro