¿Quién eres?

Sentias un fuerte dolor de cabeza, poco a poco abriste tus cansados ojos, tu vicio se aclaraba al compás de esto.

El lugar estaba oscuro, no sólo eso, su horrible olor se colo por tus fosas nasales haciéndote reaccionar con asco, arrugado tu nariz y dirigiendo tu mano hacia allí para taparla.

Escuchaste el sonido de unas cadenas, te sobresaltaste un poco. Sentiste el frío acero de las cadenas en tus manos y pies, y también lo incomodo y apretadas que estaban.

-¿Que... Es esto?-susurraste para ti mismo, pero el susurro hizo en eco en la vacía habitación.

Poco a poco el sentimiento de miedo y el pánico se acumularon en ti, obligandote a tu mismo a posisionarte en posición fetal.

Tus ojos se llenaban de lágrimas, y los sozollos se atoraban en tu garganta, temblabas, no sólo del frío que hacía, sino también del terror por la situación en la que estabas.

Entonces, el sonido de una puerta abriéndose te hizo mirar hacia la dirección de donde provino.

De repente la luz se encendió; un chico de tez pálida, ojos carmín, cabello castaño hasta su cuello, delgado y de alta estatura, estaba en frente tuya.

-Saludos.-dijo esbozando una sonrisa de mejilla a mejilla. Se acerco a ti con cautela, aun con aquella amigable expresión en su rostro, se inclino para estar a la par de ti.-No te preocupes, no te he hecho nada, aún.

-¿Q-quien...?

-¿Que, quien soy?-interrumpió el castaño.-¿No me recuerdas?-decía irónico.

-No. No es eso.-menciononaste con tu voz atorada y frágil.-¿Quien soy? Y ¿donde estoy?-decías confuso.

El castaño al oír aquello frunció el ceño, al igual que tú, confundido. El mayor solo suspiro y se limitó a sonreír, pero parecía forzada esta vez.

-Soy Chara, y estas en mi cabaña.-respondió.-Al parecer no recuerdas quien eres, por lo tanto, te llamare _____.

-¿Me llamarás _______?-cuestionarse sumiso.

-Si.-Chara acaricio tu cabello.-¡Llevemonos bien!

Aquello que dijo el mayor te estremeció, ¿tal vez sentiste un deja vu?, pero por alguna razón, Sentias que ya él te había dicho aquello, pero no recordabas donde y cuando. Además de que, podías ver la hipocresía en aquella cara tan amigable.

Claro, obviamente no podías confiar en el obvio responsable de que estés amarrado en una habitación vacía, donde el única alma ahí eres tú.

-Ok.-musitaste a pesar de todo.

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GREETINGS

espero que haya sido de tu agrado, y que sea de tu agrado esta serie.

Esto es yaoi, así que serás el macho (aun si eres mujer xd)

Ustedes juzguen la historia mientras avanza.

Un gusto.