
eighteen
xviii.
( príncipe mestizo )
Holly Potter era una chica hermosa.
Fue el primer pensamiento que corrió por la mente de Draco en cuanto la vio.
Draco Malfoy sabe que su visión de normalidad en la vida se vio distorsionada desde que decidió buena idea (su yo actual aún no recuerda que diablos pensaba su mini yo para llegar a esa conclusión) juntarse con el idiota de su primo y el también idiota mejor amigo de este durante el primer año que compartieron los tres en Hogwarts.
A Draco le gusta decir que se arrepiente muchísimo de eso.
Aunque en realidad no es así.
No es como si fuera a hacerlo saber.
Tiene una reputación que mantener y esa reputación se tambalea lentamente de un lado a otro porque Harry (estúpido imbécil impulsivo) le ha entrado un complejo de Ícaro y ha decidido que es buen momento para que el sol, en su punto más alto, deshaga sus alas y lo precipite al mar, y los preocupe a ellos de sobremanera porque se ha encerrado en la enfermería junto a un sangrante Blaise Zabini.
Damon tampoco es mucha ayuda para mantener la calma, porque se pasea por el pasillo de izquierda a derecha como un león enjaulado (y a Draco le parece irónica la sola comparación) mascullando en voz baja sobre la vida que está jodidamente en su contra y Snape se puede ir al tártaro.
Tal vez es ahí cuando el instinto de supervivencia de Draco le grita que es hora de separarse de ese par y tratar de llevar una vida lo más normal que pueda (ignorando el hecho de que están en guerra, es hijo de un mortifago conocido, lo consideran un desertor y vive con su tío que es gay) pero bueno, el instinto de supervivencia marca Malfoy-Slytherin no es el mejor últimamente, y es por eso que se queda allí, junto al histérico y reina del drama de Damon.
Y tal vez sea por eso también que no sale huyendo cuando el fantasma-totalmente-no-fantasmal se tambalea frente a ellos, mirándoles con una sorpresa e inocencia tan real y abrumadora que lo primero que el cerebro estupefacto del rubio puede procesar es en lo bonita que ella es.
Luego se reprende por pensar en eso.
Ha pasado demasiado tiempo con Harry, ya no le presta atención a lo que realmente importa.
— ¿Tú la ves? — Damon dice, igual de estático que Draco.
Draco siente la ligera gran necesidad de golpearlo, pero, no quiere quitarle la mirada de encima al espectro frente a ellos. Si se decide por atacar con algún poder desconocido de los fantasmas (ventajas de pasar casi todo su tiempo con Harry durante los últimos 6 años es que aprendió sabiamente a desconfiar de los muertos y los no tan muertos), Draco no va a ser tomado desprevenido ni sacado de juego tan fácil.
Sí, por eso no quiere dejar de mirarla.
Solo por eso.
Todo sea por la supervivencia.
— ¿Me pueden ver? — la alegría que embarga su expresión los sorprende a los dos, mientras las esmeraldas en sus cuencas brillan con ferocidad — ¿Me ven? Oh, Merlín ha escuchado mis suplicas, he estado intentando hacerme corpórea para quien quiera serlo. Esto es excelente. Esto es increíble. Morgana santa y Circe bendita. ¡Pueden verme! ¡Lo logre! ¡Tomen eso, ancestros del más allá!
— ¿Quién diablos eres tú? — e incluso al decirlo ya sabe la respuesta, porque esas facciones delicadas y esas esmeraldas brillantes y esa nariz respingada le recuerdan tanto a Andromeda y a la madre de su amigo que, vaya casualidad del destino, tiene una melliza muerta y que ha estado viendo los últimos meses y que, también de casualidad, posee el mismo cabello azabache alborotado que han heredado de su padre, solo que el de ella no se ve como si fuera un nido de pájaros.
El de ella se ve como si acabara de tener sexo rudo y salvaje.
Draco siente sus mejillas calentarse por el pensamiento y enserio, él debe dejar de prestar atención a Damon. Ya le está pegando sus cosas raras.
— Soy Holly — ella parece nerviosa, rascándose la mejilla derecha con el dedo índice de la mano izquierda, — Uhm, creí que les contó de mi.
— Lo hizo, pero... ¿Qué? — Damon mira a Draco, que se encoge de hombros fingiendo no darle importancia. Pero él le está dando mucha importancia. Amigo, él tiene una crisis aquí ¡Déjalo solo! — ¿Cómo? ¿Por qué?
— ¡No importa! — ella hace un ademán con su mano y mira a su alrededor precavidamente, aunque no había nadie más a parte de ellos en aquel pasillo hacia la enfermería — Tienen que decirme que paso para que mi Harry este allí.
¿El tono posesivo debería ser preocupante? Draco sabe que para Damon lo es, por la manera en frunce las cejas levemente.
— ¿Por qué deberíamos decirte?
— Porque es importante — no debería estar contenta de la falta de colaboración por parte de Damon, pero aún así mantiene la sonrisa agradable, como si nada de lo que dijeran le fuera a arrebatar su felicidad.
¿Felicidad de qué? A Draco le parece que hay algo más que su logro por hacerse corpórea con ellos.
No es que le importe, de todas formas. Solo está siendo precavido. Draco siempre es el precavido de los tres. Hace lo que le es costumbre a hacer. Por muy bonita que sea o amable que parezca, no confía en ésta supuesta Holly.
— ¿Importante para qué?
— Importante para todo.
— Estás siendo evasiva.
— Tú no estás ayudando a que les diga.
— Soy precavido.
— Yo también.
Damon gira sus ojos de él a ella, como si presenciara alguna clase de duelo. Ninguno se ve muy dispuesto a ceder. Draco no sabe que pensará Holly, pero él no va a dejarlo pasar hasta obtener lo que quiere.
Al final, ella se resigna.
— Siempre es lo mismo — Draco levanta la ceja izquierda ante ello, pero Holly no está dispuesta a explicar a que se refiere, porque suspira varias veces y vuelve a rascarse la mejilla derecha, pensativa — Miren, no es bueno que Harry pierda el control de sus emociones. Eso fue lo que hizo. Por eso atacó a Blaise.
— ¿Sabes lo que paso allí? — Damon se interesa de inmediato — Nadie ha querido decirnos porque Harry entró tan trastornado.
— Y cubierto de sangre...
— Draco, no estás ayudando.
— No intentaba hacerlo.
Antes de que se metan en una discusión, la puerta de la enfermería se abre y por ella sale la rubia novia de Harry, secándose las mejillas sonrojadas y probablemente llena de lágrimas con la manga del suéter del uniforme. No parece notar la presencia de más hasta que levanta la cara, y sus ojos se abren con sorpresa y terror al ver a la chica azabache allí de pie.
El silencio es aplastante y el ambiente es incomodo.
Holly vuelve a rascarse la mejilla derecha, balanceándose en sus pies unos segundos y soltando unos pocos balbuceos de "uhm, jum, tks" que parecen sacar a Nyx de su estupefacción.
— ¿Holly?
— ¡Hola!
Esto definitivamente iría para largo.
♤
Holly Potter sabe que esto terminara mal.
Vale, ella no debería estar ahí, en primer lugar. Ella debería estar tranquilita en el otro lado y en espera de algún permiso para averiguar que pasa exactamente con su hermano mellizo; pero, seamos sinceros, Holly es una Potter y tranquila y en espera de noticias no es un término con el que este muy familiarizada.
Entonces, ignorando el gran y probablemente interminable regaño que le darán por desobedecer ordenes directas y específicas, aquí se encuentra, lo más corpórea que puede mantenerse mientras trata que Nyx deje de mirarla de esa manera y al mismo tiempo esquivar los ojos grises, desconfiados, inquisitivos y tan lindos de Draco Malfoy... o del Draco Malfoy de ésta realidad.
Diablos, tal vez debió quedarse.
— No, Hol — murmura entre dientes — Vamos, se optimista. Sonrisa bonita. Cosas felices, piensa en cosas felices.
Gatitos. Tiernos y dulces gatitos, molestando al tío Canuto. Sí, eso funciona. Holly Athena Potter está de vuelta. Suspira hondo y compone la sonrisa que tanto la caracterizó estando viva, los labios juntos pero de oreja a oreja. Draco siempre le dijo que tenía una sonrisa bonita.
Ya para de pensar en eso se volvió a regañar Él no es tu Draco. Él jamás será tu Draco.
Tampoco es como si quisiera que lo fuera. Draco fue quien conjuro la maldición que termino con su vida.
Al pensar en ello, frunce el ceño levemente, sintiendo el sabor amargo de la traición envenenarla poco a poco. Pero al instante sonríe otra vez y trata de mantenerse lo más calmada que puede, lo cual, sin presumir, es uno de los talentos innatos de Holly. Es lo mejor que podía hacer, en su situación. La tía Sam se lo enseño.
Cuando se gira, es fácil darse cuenta que Nyx sabe en que está pensando, pero no quiere darle más carga de la que tiene diciéndole los pensamientos tontos de una adolescente muerta con el corazón roto al tener cosas más importantes de las que preocuparse en ese momento. Harry es una de ellas.
Oh, Harry. A pesar de todo, ella no puede evitar preocuparse por él.
Holly sabe que éste no es su Harry.
Su Harry era el yin de su yang.
Éste Harry es más gris que yin.
Lo cual, ahora que lo piensa, no es tan malo como pueda creer. Al menos este Harry no parece capaz de matar a todos en la comunidad mágica... bueno, que capaz sí es, pero como es más gris que yin tal vez no lo haga. Holly espera que no lo haga. Porque si es así, la muerte de su mini yo de ésta realidad no serviría para nada.
A Holly le va a doler la cabeza como siga pensando en ello.
— ¿Cómo está? — es la pregunta tensa de Damon, y los hombros de Holly tiemblan al oírlo y no puede evitarlo, porque ella no conoce a éste, ella conoce al de su realidad, el que no tenía reparos en ser el diablillo sobre el hombro de Harry y quien le decía que no estaba mal querer hacer sufrir a los demás, que estaba bien hacerlos sufrir.
Lo moralmente correcto siempre estuvo un poco distorsionados para ellos.
Un poco. Holly reprime una risa sarcástica. Un poco es la subestimación del siglo.
— Mejor — Nyx no parece de la edad que aparenta tener, mentalmente tiene la misma edad que Dumbledore o Merlín si siguiera vivo y Holly no puede evitar querer esconderla detrás suyo si así evitaba que Damon siguiera viéndola con tanta desconfianza y frialdad — Eso dijo Madame Promfey. Merlín ¿En qué momento sucedió todo esto?
— El libro — Holly ha espiado, solo un poquito, los sucesos de ésta realidad y los ha comparado con la suya. Nada parece cambiar aparte del hecho de que ella no está aquí, y Harry no ha tenido que hacerlo solo. Al menos, aquí tiene a sus padres, tíos y amigos y todo lo que su Harry y ella no podían tener en la otra realidad.
— ¿Qué libro? — Nyx frunce el ceño, como si hubiera pasado ese detalle por alto.
— El libro del Príncipe Mestizo.
Los ojos gris azulado de Damon brillan con reconocimiento.
— ¿Septumsempra? ¿Lo uso en Blaise?
Draco también parece reconocerlo.
— Ese hechizo lo usaban...
— Mortifagos — terminó Nyx por él, restregándose el párpado del ojo con la mano — Durante la primera guerra. Fue creado por un mortifago estando en Hogwarts. Comenzaron a usarlo aquí. Solo algunos de ellos lo conocen, pero no sabían la manera de remediarlo...
— ¿Cómo salvó la vida de Blaise, entonces? — inquirió Damon, desconcertado — O quién. Harry dijo que no tenía contra hechizo.
De nuevo, la lengua de Holly pica por hablar. Se rasca la mejilla derecha con el dedo, un habito nervioso que siempre ha tenido. Se supone que no podía decir nada. Se supone que tenía que esperar a que ellos mismos lo descubrieran. Pero, aquí el problema, es que su hermano está involucrado directamente en la situación, y a Holly le vale muy poco las reglas del viaje en el espacio tiempo y de los espíritus adivinatorios cuando se trata de Harry.
Va a abrir la boca, soltara la sopa y tratará de ayudarlos todo lo que pueda, pero, antes de llegar a soltar el más mínimo sonido, se ve arrastrada por la luz y al parpadear, los colores se tambalean y el mundo azul está de vuelta.
Y por la mirada de su tía Sam y la sonrisita divertida en la cara perlada de Archie Rosier, Holly sabe que está en muy graves problemas.
Solo espera que resuelvan la situación del príncipe mestizo sin ella lo más rápido que puedan.
Capítulo corto más que nada para continuar con la línea de tiempo del libro, y como verán, en vez de nuestro querido hurón, la víctima de Harry fue nada más y nada menos que el dulce Blaise.
Solo diré que Holly es una bebé hermosa y que escribir los pensamientos de Draco me dio mucha risa, aunque lo siento algo ooc pero en mi defensa ESTO ES CASI TOTALMENTE UN PUTO AU Y SUPONGO QUE PUEDO TOMARME ALGO DE LIBERTAD CON ESO.
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