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Capítulo 3

—Buenas tardes, alfa —Zayn hizo una reverencia siendo seguido de forma torpe por el omega castaño.

—Pasen, estaba esperándolos —murmuró a cambio antes de sentarse sobre unos cojines en el suelo y señalar otro delante— ¿Zayn te importaría dejarme a solas con el omega? 

—Yo... Harry, no sé si sea una buena idea... —quiso negarse, pero la dura mirada contraria lo obligó a detenerse— como tú digas, alfa, con permiso. 

Louis sintió sus rodillas temblar tanto que tuvo que dejarse caer sobre el cojín. Su tobillo comenzaba a punzar de nuevo y el lobo en su interior se encontraba hecho una pequeña bolita, demasiado sumiso por la presencia contraria. 

El alfa transmitía un aura de poder y respeto desde lejos aunque una parte de él también buscaba sentirse protegido. No por nada era el alfa de la manada.

—¿Cómo estas, omega? ¿Te atendieron bien los aprendices? 

—Sí —murmuró apenas mientras se alzaba con manos temblorosas el pantalón que vestía para dejar a la vista la venda que recubría su tobillo. 

—Eso es bueno. Creo que tenemos un par de cosas que aclarar, podrías empezar diciéndome tu nombre. 

—Mi nombre es Louis, alfa. 

—¿Solo Louis? —elevó una ceja.

—Solo Louis. 

—¿De que manada vienes, solo Louis

—No tenía manada. 

—Pero en algún momento la debiste de haberla tenido, ¿no es así?

—Sí, pero ya no. 

La habitación había subido un par de grados, haciendo que los cabellos del plumoso flequillo se pegara a su frente. No tenía la fortaleza necesaria para mantenerle la mirada al hombre delante de él, pero estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano en no trastabillar con sus respuestas. De ellas dependía si se quedaba o volvía a las profundidades del bosque. 

—No nos gustan los extranjeros, solo Louis, y por tu cara puedo apostar a que ya lo sabías. Ya estás casi curado, vistes las ropas de mis costureros y consumes los alimentos de mis cosechadores y cazadores, ¿Qué más te hace falta para irte? 

—Yo... no sé que responder a eso, alfa. 

—Haremos una cosa, necesito que me seas totalmente sincero, ¿no presentarás una amenaza para mi manada si permito que te quedes? 

—No, no me considero una amenaza —respondió no tan seguro. 

—¿Has matado? 

—Solo por supervivencia. 

Notó los orificios nasales del alfa ensancharse con velocidad al mismo tiempo en que su propio aroma perturbado llenó el reducido espacio. Intentó con todas sus fuerzas contener sus feromonas, pero no resultó para nada en lo que esperaba. 

—Bien, hagamos de cuenta que permito que te quedes aquí. En primer lugar deberás de aprender un oficio, algo útil para la manada, deberás demostrarme lealtad y respeto y asumir que cualquier problema relacionado contigo sería motivo de expulsión. No confío en ti, pero aquí veneramos a los omegas, son seres indispensables y sagrados, y los dioses nunca me perdonarían el haber dejado uno a la deriva en el bosque. Estás a prueba, solo Louis, no me hagas arrepentirme de mi piedad. Ahora puedes irte, Zayn te ayudará en lo que necesites. 

Y sin más, el alfa se puso de pie y desapareció dentro de lo que parecía ser la cocina de la casa. 

Louis no había tenido oportunidad de apreciar la casa a la que había ingresado, pero ahora que estaba un poco más tranquilo podía notar los muebles adornando el espacio, las inmensas escaleras y las pieles de diferentes animales haciendo de mantas y adornos. Era bonita y olía al alfa, fuerte y picoso de una manera agradable, kiwi y el mismo aroma que afloraba en el bosque luego de una intensa tormenta. 

Se puso de pie entre todo el mar de emociones que estaba sintiendo y regresó sobre sus pasos. Zayn esperaba por él al otro lado de la puerta y por su sonrisita ladeada sabía que estaba al tanto de la decisión que había sido tomada. No le sorprendió que supiera, de todas formas, él mismo le había dicho que era su mano derecha. 

Entraron en una de las casas vecinas, pero no pudieron dar más que un par de pasos cuando un omega rubio y apestando a celos los interceptó en la entrada.

—¿Qué hace él aquí, alfa? 

—Ya hablamos de esto anoche, omega, Harry le permitió quedarse y no tiene otro lugar a donde ir hasta que le entreguen una de las cabañas. Tenemos que ser solidarios y ayudarlo, en algún momento será miembro permanente de la manada y, por lo tanto, familia. 

Niall frunció aún más el ceño, pero no se opuso. Estiró una de sus manos y le pidió en un gesto silencioso que la estrechara. 

—Ven conmigo, te mostraré tu habitación. 

Louis se sentía más fuera de lugar que nunca. Estaba invadiendo una casa que no era la suya, observando a detalle las pinturas regadas por las paredes y los diferentes cuencos de colores que hacían alusión a haber sido creado por manos amorosas. De igual manera, no pretendía que su aroma se impregnara en los muebles y paredes, pero al no contar con sus aceites mucho no podía hacer. 

La habitación que le asignaron quedaba en el segundo piso. Compuesta de un colchón de aspecto mullido, cobijas tejidas gruesas de diferentes colores y un pequeño armario de madera pulida.

—Ven, entra —su atención fue llamada por uno de los dueños— mi nombre es Niall, por cierto. Lamento mi comportamiento de hace unos momentos y el que tuve cuando llegaste a la manada. No lo tomes personal, pero no me gustan los extranjeros y menos cerca de mi alfa. Lo siento y prometo que cambiaré mi comportamiento, incluso podemos intentar ser amigos, si tú quieres.

Asintió lentamente y cuidando sus movimientos. Le sorprendió cuando se vio asaltado por un abrazo, aquellos que no había recibido en más tiempo del que podría llegar a recordar.

No tardó en devolver el gesto mientras se dejaba envolver en el aroma acaramelado del omega.

Por su mente pasó la charla que había tenido con Ian en sus primeros encuentros. Había muchos omegas hombres, miles, y frente a él tenía un ejemplo palpable del mismo.

—No debes disculparte, entiendo porque actuaste de esa manera —respondió aún recostado sobre su hombro— gracias por brindarme tu casa.

—Serás parte de la manada ahora y por lo tanto parte de mi familia —Niall apretó una última vez sobre su cintura y se apartó con una pequeña sonrisita ladeada— en el closet hay algo de ropa que puede servirte en la noche, aunque no parezca las temperaturas bajan y te congelas. Cuando salga la primera estrella, será hora de la cena. Te dejo para que puedas cambiarte.

Cuando Louis se quedó solo, aprovechó para quitarse la ropa que traía puesta y echarle un vistazo al vendaje. Su tobillo lucía mejor, tal vez en un par de días estaría como nuevo.

No había notado una pequeña puerta a un lado del armario, y aunque se sentía como un intruso, se desplazó lentamente en su dirección. Si bien el tobillo le dolía, intentaba convencerse de que todo iba a mejorar. Incluso su lobo estaba más tranquilo que de costumbre.

Un baño igual de diminuto que el resto de la habitación se hizo presente ante sus ojos e incluso creyó llegar a gemir de gusto cuando la idea de tocar agua caliente después de mucho tiempo se hizo presente en su mente.

Dudando, se decantó por salir de la habitación en busca del bonito omega dueño de casa. Lo encontró sentado en uno de los muebles de la habitación principal con una gruesa manta sobre el regazo y dos agujas conectadas a uno de los laterales.

—Disculpa... —murmuró cohibido.

—Louis, dime —elevó la vista, sin detener en ningún momento el movimiento de sus manos. 

—Yo... vi que en mi habitación hay un baño, ¿estaría bien que tome una ducha? ¡Lamento si es mucho atrevimiento! —empezaba a ponerse nervioso sin siquiera saber el porque. Tal vez temía que lo castigaran como hacían en casa por intentar usar algo que no le pertenecía.

—Oh, cariño, no te preocupes. Claro que puedes usarlo, te llevaré una toalla limpia y uno de mis aceites para luego del baño.

—¿Aquí también tenemos que ocultar nuestro aroma? —claro, era demasiado bueno para ser verdad.

Niall frunció el ceño, pero rápidamente se recompuso. Sus manos volvieron a trabajar mientras pensaba en que responder al niño con aspecto atemorizado. En cierto punto entiende su reaccionar, su lobo se sintió amenazado y era verdad el hecho de que no le agradaban demasiado los extranjeros, menos los que menospreciaban a los omegas hombres como él, pero ese chiquillo no podía pasar las 18 lunas y la vida ya le había dado mucha batalla como para tener que enfrentarse a maltratos de su parte.

—¿A qué te refieres, Lou? —preguntó con la voz más suave que pudo reunir— tranquilo, aquí todos nos respetamos, los aromas son especiales y necesarios. ¿Cómo sabríamos sino si alguien presenta una amenaza? o ¿Cómo nos tranquilizaríamos entre nosotros? Créeme que el aroma de Zee me ha ayudado más de una vez.

Louis sonrió de lado.

—Los aceites son para que tu piel se hidrate y quede brillante —continuó Niall— te ayudará a protegerte del frío y tu aroma resaltará.

—Si tú lo dices...

—Puedes confiar en mí, Louis.

—Gracias. ¿Eres artesano?

—Así es, empecé cuando tenía 14 lunas y nunca paré. Me encanta y me mantiene concentrado. Zayn es cazador, así que estoy muchas noches en vela esperando por su regreso.

—De donde vengo los omegas hombres no podemos trabajar... —quiso que sonara despistado, casi sin importancia, pero por la mueca del contrario no había logrado su cometido.

El nudo que se instaló en la garganta del omega mayor fue difícil de ignorar, pero con un suave movimiento de cabeza lo invitó a continuar. Sin embargo, Louis se mantuvo cabizbajo y con su aroma tenue.

—Puedes ir a la ducha, cariño, enseguida te llevo las cosas.

Louis asintió rápidamente y prácticamente corrió a la habitación. Sabía que Zayn no estaba en casa, pero por las dudas se desvistió dentro del baño y se ducho con rapidez, apenas dejándose disfrutar de la sensación cálida recorrerle el cuerpo. Debajo de toda la tierra y suciedad, su bonita piel dorada se hizo presente y su cabello se sintió mucho más suave.

Efectivamente, Niall le había dejado las cosas sobre la cama y el aspecto del aceite sobre su piel se sintió bien, le hizo recordar a casa. Extrañaba a su madre.

La primera estrella se alzó y con eso el llamado a comer. Recién caía en cuenta de lo hambriento que estaba, por lo que el aroma de carne asada prácticamente le hizo salivar.

Zayn  estaba tranquilamente sentado en una de las sillas, Niall a su lado y un silla del otro vacía. Tomó esa y luego de un pequeño asentimiento, comenzó a comer.

—Louis, debemos buscarte un trabajo, ordenes del alfa —Zayn llamó su atención— ¿en qué eres bueno?

—Yo no lo sé —mi padre decía que en nada...

Tranquilo, encontraremos algo. ¿Qué dices de la cosecha? —inquirió Niall.

—Está bien, cualquier cosa es mejor que nada.

—Bien, mañana te llevaré al campo mayor y veremos cómo va. Si no funciona, siempre podemos buscar otra cosa.

Continuaron comiendo y Louis fingió que su lobo no gimoteaba en el centro de su pecho ante las muestras de afecto de la pareja.

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HOLAAAA les traigo un nuevo capítulo!!! en serio lamento mucho la tardanza, pese a que sabía que iban a ser actualizaciones lentas nunca pensé que TANTO. perdón.

Gracias por seguir a mi lado pese a los años!! crecimos como familia y espero tener su apoyo por mucho tiempo más. Saben que pueden contar conmigo, así que siéntanse en libertad de dejar un mensajito en este apartado en caso de quererlo.

muchas gracias y mucho amor.

nos leemos pronto ♥️

A.

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