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9. Decepcionado


Cinco días pasaron en los que TaeHyung solo se mantuvo encerrado en casa. Estuvo dos días sin lograr caminar correctamente y los otros tres repuso fuerzas y se hidrató.

En esos cinco días fue SeokJin, su esposo, quien lo atendió y cuidó, sin embargo esa mañana había despertado solo. Ya se había acostumbrado a desperar entre los brazos del alfa o con él besando su coronilla.

Pero en fin, se desperezó ya totalmente renovado y se levantó de la cama. Se dio un largo baño y lavó su boca, se trenzó el cabello y luego desayunó algo de fruta y avena.

Revisó la alacena pues quiso preparar algo de comida para su esposo y de paso agradecerle por sus cuidados.

Sonrío, recordando lo lindo que había sido el alfa con él. Como lo bañó, mimó y acarició hasta cerciorarse de que estuviera cómodo y recuperando fuerzas. Tocó sus mejillas sonrosadas entre sus manos y rió feliz por su fortuna.

Luego de eso preparó un delicioso estofado de venado. Picó algo de fruta y la endulzó con miel y horneó un poco de pan.

Ordenó el lugar y alistó la mesa. Y esperó a su esposo. Esperó y esperó hasta que se dio cuenta que el sol se estaba ocultando, la comida se había enfriado y su esposo nunca apareció.

Tal vez estuvo ocupado, después de todo estuvo cuidándolo por cinco días. Quizás no tuvo tiempo ni de comer por todo el trabajo acumulado, así que decidió que cuando su esposo llegara, calentaría la comida.

Ya entrada la noche y cuando el omega estaba peinando su largo cabello rubio para ir a la cama, el alfa entró por la puerta.

--Oh, esposo, al fin llega. --TaeHyung corrió a encontrarlo con una tímida sonrisa y el alfa solo lo miró sin expresión alguna. El omega parpadeó confundido. --De-debe tener mucha hambre. Le preparé estofado, lo calentaré ahora mis-

--No es necesario. --habló SeokJin, quitándose el calzado. --Ya comí, no tengo hambre.

--¿Ya comió?

--Sí, en casa de mi suegra. --contestó sin más y se quitó su camisa de lino, quedando a torso descubierto.

--Yo...yo no tengo madre, alfa. --TaeHyung se sintió algo dolido.

--Oh, lo siento. Ella es la madre de WooJin.

--Supongo que estuvo muy ocupado.

--Sí, algo. La verdad es que no hay mucho trabajo. Me daré un baño. --avisó, dejando a su esposo ahí parado.

El estómago de TaeHyung rugió y es que claro, esperó todo el día al alfa para que comieran juntos, mientras él... qué idiota. Se sintió tan estúpido.

Tomó un abrigo de pieles y salió de la cabaña por algo de aire. Agradeció el viento frío del otoño que lo ayudó a desvanecer las lágrimas que querían escapar de sus ojos sin permiso.

¿Qué esperaba? Tenía un trato con él alfa. TaeHyung sabía que lo que menos había en su relación era amor, pero el muy tonto se había ilusionado. Es que esos cinco días fueron soñados. El alfa fue muy bueno con él, lo besó, lo acarició y lo llenó de halagos y palabras dulces durante todos esos días que estuvieron juntos. De haberlo sabido antes, habría disfrutado más de él si la ilusión iba a durar tan poco. Negó con la cabeza. Debía enfocarse. Su alfa no era su amado. Su alfa era su Líder, su esposo de palabra, nada más.

Botó todo el aire que sus pulmones habían acumulado y se enfocó. Se encargaría de su trabajo y de salvar a todos los cachorros que pudiera.

No supo cuánto tiempo estuvo afuera, pero cuando sintió que sus dedos se estaban entumeciendo de frío, volvió a entrar a la casa.

--¿Dónde estaba? --preguntó el alfa al ver entrar por la puerta a su esposo. TaeHyung lo veía secando su cabello azabache. El desgraciado era tan guapo. Su larga cabellera negra caía lisa por su espalda y algunos mechones adornaban su precioso rostro.

--Salí a tomar aire. --respondió cortante, pero el bruto no lo notó.

--Bien. ¿Irá a dormir ahora? --preguntó, tratando de entablar una conversación con él. Ya se sentía mejor después de su baño.

--No. Debo comer algo, no sabía que usted ya había comido y lo estuve esperando todo el día, pero no se preocupe. No volverá a ocurrir. --Le sonrió fríamente y el alfa se sintió extraño al saber todo eso.

--La próxima vez le avisaré si-

--No. No lo haga, no será necesario. Esto no volverá a pasar. Solo cocinaré para mí, tal vez para JungKookie. Él ama mi comida, ¿sabe? Tanto como usted ama la de su suegra. Con permiso. --Lo rodeo, se dirigió a la cocina y calentó el cazo con estofado.

SeokJin se sintió como un idiota. Esa mañana se suponía que hablaría con NamJoon y volvería a casa para seguir cuidando de su omega, pero se encontró con otro aldeano y luego otro y después su ex suegra lo invitó a comer y así el día se le fue pasando.

Se le había olvidado que alguien lo esperaba en casa, eso nunca ocurría con WooJin ya que no sabía cocinar y comían siempre donde su suegra y ver en los ojos del rubio la decepción y tristeza que tenían le provocó una sensación extraña en el estómago.

Un exquisito aroma comenzó a distribuirse en las habitaciones de la cabaña.

El alfa se acercó a la cocina y vio al omega servir una porción de ese platillo en un cuenco y justo cuando iba a pedirle que le sirviera una a él vio con horror como el rubio tiraba el resto de la sopa a la comida que se le daría a los cerdos en la mañana.

--¡¿Por qué hizo eso?!

--¿Qué cosa?

--Tirar la comida así.

--Oh. Es que ya saqué una porción para mí y de todas maneras para mañana ya va estar agria. --resolvió, encogiéndose de hombros.

--Pero yo quería comer...

--Pero usted me dijo que no tenía hambre, que ya había comido. Que su suegra lo había alimentado. --reclamó con molestia. --Mejor vaya a dormir. Tal vez mañana tenga tanto trabajo como hoy.

TaeHyung tomó su plato, fue a la mesa y llenó su estómago de él. Como lo supuso, ese estofado estaba riquísimo. Él alfa se lo perdía.

SeokJin no supo qué decirle, sabía que estaba dolido.

Al día siguiente era TaeHyung quien se despertaba primero. Se desperezó, se aseó y preparó un poco de fruta, avena y algo de leche de cabra para desayunar sin hacer mucho ruido.

Limpió el lugar, se abrigó y salió de la casa que compartía con su esposo sin darle aviso y tal como había hecho el alfa el día antes.

Llegó hasta la cabaña que era del alfa segundo al mando, Kim NamJoon y golpeó la puerta.

Era temprano, recién amanecía, así que esperó unos momentos hasta que el dueño de casa abrió la puerta.

--¡Mi Luna!. Buenos días, ¿Qué lo trae por aquí? --NamJoon lo recibía, semi desnudo, solo vestido con una ropa interior ligera.

El omega carraspeó incómodo. --Buenos días. Solo busco a JungKookie. --dijo evitando mirar el cuerpo tonificado y cubierto de tatuajes del moreno.

--Oh, está durmiendo. Lo iré a despertar. Deme un segundo. --el moreno ingresó a su casa y fue a buscar al alfa.

Tres minutos más tarde Jeon JungKook aparecía en la puerta con un ojo abierto y el otro cerrado y rascándose una nalga.

--Hyung... --saludó con voz ronca, más dormido que despierto. --¿Qué lo trae por aquí tan temprano? --JungKook se rascó la cabeza y se apoyo en el umbral de la puerta.

--¿Cómo que qué me trae por aquí? ¡Tenemos mucho trabajo por hacer? --TaeHyung lo retó.

--Bien, solo... Me asearé y luego...

TaeHyung lo vio perderse dentro de la casa, así que se sentó en un tronco a esperar mientras terminaba se amanecer. El gorgeo de las aves y la calidez del sol de otoño le hicieron sonreír de gusto.

Minutos más tarde, Jeon salió a su encuentro, aún medio dormido y con el estómago rugiendo.

--Bien, tenemos mucho trabajo y tengo entendido que mi padre te hizo llegar algunos implementamos importantes para nuestra labor.

--Sí. Un montón de medicinas y hierbas. También algunos ungüentos y tés. Un par de bitácoras y algunos apuntes. Será suficiente, pero... tengo hambre. Traje un par de apuntes.

--Perfecto. Vamos a mi casa, te daré un buen desayuno y trazamos un plan.

Ambos caminaron tranquilamente a la casa del Líder Kim. El día estaría soleado y ya se podía ver el pueblo con claridad.

TaeHyung abrió la puerta y se sacudió los pies.

--¿Dónde estaba? Creí que le- ¿Jeon?

SeokJin estaba algo nervioso. Había despertado esa mañana con toda la intención de disculparse solo para descubrir que estaba solo.

--Fui a buscar a JungKookie porque tenemos mucho trabajo por hacer. Ya perdimos seis días. --TaeHyung comenzó a moverse a través de la habitación y se dirigió a la cocina.

--Buenos días señor Alfa Líder Kim. --Saludó cortés el menor, antes de seguir a su superior hasta la cocina.

--Estos días estuve averiguando un par de cosas. --dijo JungKook, abriendo un libro. Se sentó a la mesa que tenían los Kim en la cocina.

--¿Qué cosas fueron esas? --preguntó TaeHyung distraído, mientras ponía a hervir agua y preparaba unos huevos y algo de fruta.

--Actualmente hay cinco omegas varones gestando... bueno, cuatro, uno tuvo un aborto involuntario hace dos días. --dijo con pesar haciendo una mueca. -- Hay ocho omegas de sexo femenino gestando, una de ellas dará a luz esta semana.

--Bien. Me preocupa el bajo número de omegas varones y sus pérdidas.

--Sí, a mi también. Y hay cuatro mujeres betas gestando. Una dará a a luz en un mes. El recuento de los omegas varones es bajo y además, son muy pocos los que llegan a término.

--Nos enfocaremos en ellos hoy. --dirigió TaeHyung, dejando unos huevos revueltos en la mesa.

El dueño de casa los miraba desde un rincón, totalmente ignorado.

--Por otro lado. --continuó el alfa plateado. --En toda la tribu solo hay veintiséis lactantes de hasta dos años.

--Preocupante... --pensó TaeHyung en voz alta. --¿Cuántos de ellos son de omegas varones?

--Siete.

--Vaya... Ese número es realmente bajo. Tanto las posibilidades de llevar un embarazo a término, como la sobrevivencia de los niños de omegas varones es demasiado baja.

--Sí. Muchos de ellos se quitan la vida por la tristeza. Hay un par de alfas viudos muy jóvenes entre el pueblo.

--Nos enfocaremos en los omegas, entonces. ¿Ya trazaste algún plan?

--Sí, claro. Podríamos hacer una ruta y-

--Disculpen, pero... ¿Me podrían informar qué es lo que planean hacer en mi manada? --interrumpió SeokJin con el ceño fruncido.

--Oh, Espo- Alfa Líder. Lo siento, estábamos tratando de averiguar datos sobre los habitantes que son de nuestra especialidad.

--Creí que solo cuidaban niños.

--Señor alfa Líder, nos ofende. No somos solo "niñeros". Hyung, ¿Recuerda cuántos partos ha asistido desde que comenzó a formarse en esto?

--Unos... ¿Cincuenta? Algunos de ellos fui yo quien ayudó a traerlos al mundo, en otros solo fui asistente.

--Yo participé de veintiséis partos. ¿Recuerda los gemelos Joo? Casí colapso cuando el menor de ellos no respiraba. --dijo Jeon, poniendo una mano en su pecho.

--Y por eso mismo, su padre omega le puso tu nombre. Ese mocoso es un revoltoso.

Ambos soltaron una carcajada y un gruñido débil liberó el pecho de SeokJin. Demasiada camaradería había entre ellos.

--Líder Kim. ¿Desayunará junto a nosotros o irá con su suegra? --preguntó con malicia el omega.

--¿Suegra? --JungKook lo miró confundido.

--Sí. La madre de su difunto esposo. --informó con una voz melosa fingida.

--Pero en ese caso sería ex suegra.

--Oh, tienes razón, es solo que cuesta acostumbrarse.

--Tomaré desayuno aquí. --determinó SeokJin, sentándose a la mesa.

--Entonces, ahí le dejé huevos para que se los prepare. También hay fruta. Como no dijo nada, solo preparé para mi JungKookie y para mi.

«¿Mi JungKookie?»

--Señor Alfa Líder Kim. Si quiere yo le preparo, cocino muy bien, ¿no es así, hyung?

--No es necesario, yo también puedo hacerlo. Después de todo, fui yo quien cuidó de mi esposo por cinco días...

--Uuh, eso no es nada, yo lo cuidé por años y- ¿qué? --TaeHyung le había dado un codazo.

--Enfoquémonos en trabajar, Kookie.

--Sí, jefecito. Bueno, entonces, lo que deberíamos hacer primero es...

Y los amigos comenzaron a hablar sobre fertilidad, partos y puerperio, cosas de las que el alfa no entendía ni mierda, mientras revolvía sus huevos fritos.

SeokJin se sentó a la mesa justo al momento que la pareja de amigos se ponía en pie.

--Lamento tener que dejarlo, alfa Líder. --"Alfa Líder" ¿Donde quedó el "esposo mío" de hace unos días? Ni siquiera sabía por qué estaba tan molesto, pero SeokJin lo estaba. --Debemos trabajar. Almorzaremos fuera.

--Sí. Hay un omega que cocina muy rico. El señor alfa guerrero me llevó allí hace dos días.

TaeHyung le regaló a su amigo una de esas sonrisas que podían enamorar a cualquier alfa.

--Ya suéltelo.

--¿Qué cosa?

--¿Cree que soy idiota? Algo pasó entre el señor alfa lider y usted. Hyung. Cuéntelo. --inquirió el plateado con ganas de chismear.

--¿Por qué tienes que conocerme tanto?

--Porque somos casi como hermanos. Solo suéltelo. Desahóguese. Ahí dentro se podía cortar la tensión con una cuchilla. Sentí escalofríos. --dijo, haciendo una expresión de sentir frío.

--Bien, bien. --TaeHyung suspiró derrotado. --Ayer yo... le preparé un estofado de venado. Lo esperé a comer, pero no llegó hasta la noche. Creí que había estado muy ocupado, pero cuando llegó en la noche, dijo que en realidad no había estado tan ocupado y que había comido... En la casa de su suegra.

--¿Y por qué ese alfa sigue vivo? Al menos dígame que le hizo algo.

--Solo decidí que ya no me importaría. Sabía que esto sería difícil, pero... me ilusioné, ¿sabes?

--Lo sé. Ya se me hacía extraño que anduviera vagando por el pueblo y que no estuviera junto a usted.

--Estuvimos cinco maravillosos días juntos. Fue muy dulce conmigo y de repente ayer, se convirtió en el mismo idiota que antes. --confesó con tristeza.

--Lo siento mucho, hyung.

--Y ya sabes que soy orgulloso. No voy a permitir que me humillen. Jamás lo hizo nadie en el Valle, no lo harán aquí ahora.

--Lo apoyo. Y si quiere echarle veneno a su comida o ponerle trampas en el camino, lo ayudaré. Ya sabe que siempre seré su amigo.

TaeHyung lo miró con cariño y no dudó en darle un abrazo apretado, pues lo necesitaba.

El problema era que su esposo lo miraba a lo lejos con un malestar en el estómago, mientras la rabia y los celos se apoderaban de él.

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