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4. Preparativos

TaeHyung inmediatamente dirigió su mirada a un alfa que gruñó con furia y para su desgracia era su futuro esposo quien le devolvió la mirada con cólera.

--Entonces está decidido. --dijo una voz interrumpiendo su rara interacción con el alfa. --En dos días más se hará la ceremonia. El señor Jung le explicará lo que procede. Y no se preocupe por el alfa líder, el fue criado para esto, acatará las órdenes del concejo, es por el bien de la manada y porque queremos la bendición de nuestra sabia Madre Luna. --Explicó con calma el anciano alfa Woo. TaeHyung volvió a dirigir su mirada al alfa y su piel se erizó del miedo al ver furia en los ojos de este, pero sabía que esa decisión era la correcta, lo sentía en su corazón así que simplemente asentía.

--TaeHyung, estás siendo insensato. Debes volver a tu manada, a casa. --susurró su padre para que solo él escuchara.

--¿Y luego qué? --le susurró de vuelta.

--¿Cómo que qué? --insistió el mayor.

--Sí, padre. ¿Qué pasará conmigo después? ¿Volveré a cuidar niños que perfectamente podrían cuidar otros de los tantos aprendices? Aquí me necesitan. Mueren demasiados cachorros aquí. Mi lobo está triste y siento que es lo correcto. --respondió en un murmullo, pero con determinación.

--Eres igual a él. --sentenció el hombre frente a él --Tu padre omega estaría orgulloso de ti y... yo también lo estoy. --suspiró antes de proseguir. --Te doy mi bendición. Traeré a algunas de las sacerdotisas para que te preparen para tu boda y lo haremos al estilo de los del Valle, es lo único que voy a pedir. --dijo, hablando a su hijo y a algunos de los sabios del pueblo, quienes asintieron en acuerdo.

--Gracias padre.

--Bien. Ahora debo volver a la manada y prepararme para tu boda. --le dio un abrazo apretado a su hijo y beso su coronilla. --creí que este día no llegaría jamás. Espero que él sea un buen esposo para ti.

--Mientras no use su voz en mí, todo estará bien. Hago esto por los cachorros de todas maneras. --aseguró.

--Bueno. Vendremos a celebrar tu boda, traeremos lo que vestirás y haremos nuestros rituales. Cuídate, por favor hijo.

--Siempre lo hago, es solo que los problemas me persiguen. --dijo entre risitas.

--¡SeokJin!

--No ahora, NamJoon...

--Solo quiero saber cómo estás, hombre. --habló NamJoon, tratando de no alejarse mucho, pues su deber era cuidar de la futura Luna de la manada.

--¿Cómo crees que estoy? Se murió mi esposo hace casi dos días y en dos días más debo casarme otra vez. Maldita sea. --espetó pateando una piedra.

--Trata de verle el lado amable, el omega es precioso...

--¿Y crees que eso me importa? No me importó antes, no me importa ahora. Ese estúpido de WooJin ¿Por qué tenía ser tan imprudente y soberbio? Murió de la peor forma que un guerrero puede morir. --SeokJin ya harto de todo soltó todo en una forma de desahogo, sabiendo que en toda la manada le confiaría su vida al moreno.

--Estaba de remate por ti. Solo quería un cachorro y no te lo pudo dar. --trató de razonar el alfa guerrero.

--Eso no justifica lo que hizo y yo jamás le pedí un cachorro. Creí que al fin podría ser libre, tuve la oportunidad y ese jodido omega de repente sí quiso casarse conmigo. --Y no lo comprendía. Era la oportunidad para que volviera a la paz de su manada. Pero eligió lo contrario, omega idiota.

--Es tu culpa por ser hermoso.

--Cállate, imbécil.

--Pero si es verdad. --afirmó NamJoon con una sonrisa.

--Deja de joderte alfas, te está trastornando la cabeza. --soltó el líder ya un poco más calmado. Su amigo tenía ese efecto de aligerar las cosas.

--El que me gusta es beta y lo sabes.

--Y también sé que a él no le van los alfas, además tiene novia.

--Auch. Eso piensa ahora, pero ya verás que pronto caerá bajo mis encantos, además esa niñita se moja por ti, como lo hace medio pueblo. --aseguró.

--Cuando dejes de pensar con tu polla tal vez el chico te haga caso.

--Tú deberías pensar más con ella. Ni te imaginas lo que es desestresarse mientras follas un agujero húmedo y apretado mientras pronuncian tu nombre. No tiene precio. --respondió mordiendo su labio.

--Al parecer en dos días más lo sabré...

--Tal vez este chico sí te guste. --palmeó el hombro de su superior y movió repetidamente sus cejas.

--No lo creo, es igual a WooJin y el resto de los omegas de la manada. Lo he visto observándome como si fuera un trozo carne.

--¿Y eso es malo? Tal vez es curiosidad.

--Para mí lo es. No quiero casarme otra vez con un encimoso. Aish, Nam, estoy jodido. Me gusta ser el líder de la manada, ¿Sabes? Pero esto, el no tener la libertad de elegir ni siquiera a mi propio omega, es una mierda. --SeokJin volvió a sentir amargura por su situación.

--Vas a tener que asimilarlo pronto, porque solo alcanzarás a estar viudo dos días más.

--Mierda. --SeokJin miraba frustrado al cielo, casi enojado con su propia deidad por su mala fortuna, pero era demasiado temeroso como para quejarse en voz alta. --Pronto será la ceremonia funeraria. Me daré un baño y me presentaré en la despedida de WooJin.

--Nos vemos ahí entonces, amigo. --se despidió el moreno, dejando a su líder solo con sus propios pensamientos.

El alfa guerrero caminó de vuelta al tumulto de gente en la plaza principal para encontrarse con el omega rubio quien era abrazado por su padre por última vez antes de partir.

--Futura Luna. Debemos irnos, pronto será la ceremonia de despedida funeraria y usted no podrá participar de ella.

--Oh, entiendo. Sería como una falta de respeto, ¿no?

--Así es, sobre todo considerando que nuestra antigua Luna fue asesinada por un omega civil y con un bebé encima. Yo ni ganas tendría de partir al más allá con ese registro en mi haber. Qué vergüenza. --NamJoon parecía horrorizado con esa idea.

El omega se ruborizó sin saber por qué. Carraspeó un poco y asintió, dándole a entender al alfa que ya podía escoltarlo de vuelta a la casa del beta Jung.

Caminaron en silencio hasta que JungKook los alcanzó.

--Me dijeron que tampoco podía participar de la ceremonia funeraria.

--JungKookie, pensé que te habías ido con mi padre.

--¿Y quién va a cuidar de usted, hyung? --preguntó, obviando la presencia del alfa grandote a su lado.

--Ese es mi trabajo.

--Me refiero a otra cosa. Aquí casi nadie le habla a mi hyung. El es muy sociable y se siente rechazado. No lo voy a abandonar hasta asegurarme de que esté en buenas manos.

--¿Así que por eso no me diste una oportunidad? ¿Te gusta nuestra futura Luna? --cuestionó el moreno alzando una ceja.

TaeHyung y JungKook se dieron una mirada profunda antes de estallar en carcajadas.

--Hyung es como un hermano para mí. --respondió JungKook rápidamente. --Jamás lo he visto con otros ojos, aunque una vez le pedí permiso para cortejarlo, estaba desesperado por tener un omega y no alcanzó a rechazarme cuando ya ambos estábamos estallando de la risa.

--No es que no lo vea como buen prospecto. --Agregó TaeHyung. --Estoy seguro de que Kookie será un excelente alfa y esposo, pero nos conocemos lo suficiente como para saber que no seríamos la mejor pareja.

--Ya veo. --el moreno dijo pensativo.

--¿Así que usted le ofreció "algo" a JungKook? --preguntó el omega con curiosidad.

--Sí, algo sin importancia, solo una noche, pero se negó rotundamente.

--Por supuesto que lo hizo. --TaeHyung sonrió. --JungKook es dulce... hasta que se enoja y créame que cuando se enoja pierde su dulzura y se convierte en un lobo feroz. Usted debería entrenarlo.

--¿Entrenarme, hyung? --JungKook miró con extrañeza a su hyung.

--Sí, Kookie. Está en tus venas ser un guerrero. Deberías intentarlo. He visto como lo miras, tal vez por eso se confundió. Pero yo noto la admiración. Tal vez incluso una imagen paterna. Tu lobo se siente cómodo con él. --apreció el omega rubio.

Llegaron a la casa de Jung HoSeok quien ya lo estaba esperando en la puerta.

--Buenas tardes, beta Jung. --saludó el omega con una leve inclinación.

--Hola, buenas tardes. Buenas tarde, NamJoon-ah. --saludó sonriente el beta.

--Ho-hola, Hobi. N-no te había visto hoy. --NamJoon sonreía dejando ver un precioso par de hoyuelos y un leve tono rosado en sus mejillas.

--Me quedé para preparar el almuerzo, por si acaso nuestra futura Luna se quedaba. --comentó Jung.

--Se quedará. En dos días más será su boda con SeokJin. --informó. El moreno dio una mirada al omega quien en ese momento jugueteaba con su larga trenza.

«Así que ése es el nombre del líder» --pensó el omega.

--Perfecto. El almuerzo ya está listo. Si quieres puedes quedarte. --ofreció amablemente el beta.

--¿Puedo? ¿En serio? --preguntó el moreno ilusionado.

--Claro que sí. Oh, iré a apagar la caldera, pónganse cómodos. --el beta corría hacia el interior del lugar.

--Así que le gusta el beta Jung. --afirmó TaeHyung sin dejar de jugar con la punta de su trenza.

--¡¿Qué?! C-claro que no. Yo...

--Hyung siempre ha sido bueno para analizar a las personas. Si el dice que le gusta, es porque le gusta. --comentó JungKook antes de entrar a la cabaña de Jung.

NamJoon prefirió mantener silencio el resto del día.

Al día siguiente un mensajero llegó hasta la cabaña del líder de la manada.

--Buenos días, Han. Es bastante temprano. --saludó el alfa con un ojo abierto y el otro cerrado y es que últimamente no dormía muy bien.

--Lo sé, líder, pero tengo noticias de los Lobos del Valle. --informó el beta y SeokJin tragó saliva con dificultad. Ya le quedaba casi día y medio de viudez. Suspiró resignado.

--Procede.

--Ellos llegarán mañana al mediodía. Ya que justamente mañana es Luna Llena y ellos tienen sus costumbres, esperan que mañana justo a la medianoche se realice la ceremonia de unión.

--Sí, creo que eso ya estaba conversado. --se cruzó de brazos con el ceño fruncido.

--Sí, bueno. Vendrán unas quinientas personas de la manada de los Lobos del Valle y unas cuantas más personas de los pueblos aledaños. --informó el hombre un poco nervioso. No podía percibir las feromonas, pero el alfa parecía molesto.

--¿Quinientas? ¿Tantas?

--Sí, señor. Por lo que pude apreciar por mí mismo, el joven omega es muy querido. Vendrán a despedirlo con sus costumbres. Quieren que los pueblos aledaños sepan que usted se casará con un excelente omega. --avisó el beta Han.

«Sí, claro. Solo es un niñito mimado». --Pensó el alfa, mas no lo dijo.

--Bien, entonces debemos preparar comida y bebidas para unas dos mil personas. --dijo y no pudo evitar rodar sus ojos.

--Ellos dicen que también traerán comida y bebida para unas ochocientas personas, después de todo es el hijo del líder de los del Valle, no están escatimando en gastos. Parecen muy entusiasmados. Lucía como todo un carnaval por allá. --el beta no pudo evitar esbozar una timida sonrisa.

--Entiendo, Han. Muchas gracias por la información. --se despidió con una leve inclinación.

--Sí, señor. De nada, señor. --se inclinó el hombre y se retiró.

SeokJin cerró la puerta y miró a su alrededor. La casa que por años habitó junto a su ex esposo estaba aún más desastroza que cuando vivían juntos. Y es que el difunto omega no era muy dado a los quehaceres del hogar. Él prefería entrenar que estar en casa y al alfa no le molestaba, hasta que se dio cuenta que el omega lo hacía para vigilarlo. Estaba totalmente obsesionado con él. Mentiría si dijera que no sintió alivio cuando le informaron sobre su muerte. Ni siquiera pensó en el supuesto cachorro, él solo buscaba su libertad.

--Debo ordenar esta mierda. Es un puto desastre. --dijo para sí mismo.

Comenzó por la habitación principal, ya que la compartiría con el omega rubio. Se sentía molesto, no quería pensar demasiado en él, porque sentía como la colera y rabia subía hasta su cabeza, así que se enfocó en simplemente limpiar y ordenar habitación por habitación, hasta que el aroma al omega que por tantos años había sido su esposo casi desapareció por completo. Ya no olía a romero.

Y eso era otra cosa que le molestaba y le incomodaba. Los omegas de su pueblo olían distinto a los de otros pueblos.

Los omegas lobofoguinos olían a especias y condimentos. Laurel, comino, romero, orégano, incluso a apio. El aroma más suave era a canela y solo dos omegas olían así y fueron rápidamente tomados por esposos apenas cumplieron la edad permitida.

Pero el que sería su nuevo esposo olía a flores, flores frescas y dulces, como a primavera, esperanza y alegría y a su lobo le atraía bastante, por lo menos mucho más que el aroma de Kwon WooJin.

¿Cómo sería este omega? ¿Sería bueno? ¿Mejor que WooJin? Lo dudaba. Kwon WooJin fue un excelente guerrero, salvó muchas vidas y lo acompañó en muchas batallas. Era fiero y despiadado con sus víctimas. En cambio este omega era gentil y dulce. Delicado y suave. Todo lo opuesto. Era hermoso, eso era cierto, mucho más que la mayoría de los omegas que había conocido. Pero la belleza para el alfa no era suficiente.

No se dio cuenta cuando había llegado la hora del almuerzo hasta que tocaron su puerta. Al menos ahora su casa lucía más... habitable.

Se frotó la cara con frustración y abrió la puerta.

--SeokJin... yo...

--No otra vez. Ya escuché todo lo que me tenías que decir.

--Por favor. Eres el líder, puedes negarte.

--¿Y tomarte a ti? ¿Por qué haría eso?

--Estuvimos juntos...

--Una vez y afortunadamente ni lo recuerdo, ya que estaba en celo.

--Pude haber quedado encinta.

--Pero no lo hiciste, gracias a la Luna.

--Ahora ningún alfa querrá tomarme.

-- Entiende que yo no te pedí que te metieras a mi cama mientras pasaba mi celo y convenientemente mientras tu propio hermano estaba en una misión.

--Yo lo sé, p-pero creí...

--Creíste muy mal. ¿Te das cuenta que te metiste a mi cama aún yo siendo el esposo de tu hermano? ¿Por qué te tomaría en serio, WooYong?

--Yo te amo, SeokJin, incluso mucho antes de que mi hermano te viera. --respondió el omega con ojos cristalinos. Nunca se imaginó ni en sus peores pesadillas que su hermano le haría algo así. Nunca se pensó que al confesarle su amor por el alfa su hermano lo traicionaría.

--Pues yo no. No lo amé a él, mucho menos a ti. Ahora vete. No me des más problemas. Por tu culpa ahora tengo que poner escoltas cada vez que tengo un celo. --dijo enojado. Los omegas solo le daban problemas.

--No te cases con él, no te hará feliz.

--Mucho menos tú. Traicionaste a tu propio hermano a consciencia, no eres de fiar. Adiós. --cerró la puerta en su cara y bufó molesto.

«Malditos omegas»

Al fin había llegado el gran día y TaeHyung quería morir de los nervios. ¿Si estaba entusiasmado? En absoluto. Pero iba a cumplir. Ya el día anterior y luego de que la ceremonia fúnebre terminó, había ayudado a un lactante que por una extraña razón le habían dado a comer fruta. Tenía un mes de vida. ¿Qué en ese pueblo no amaban a los cachorros o qué? Estuvo cerca de darle un zape a su padre omega, pero se contuvo solo porque sabía que en el pueblo había mucha ignorancia.

Se había levantado temprano, pronto llegaría su familia y seres queridos y eso lo ponía de buen humor, aunque algo melancólico.

Decidió vestir ropas ligeras y dejar su pelo suelto. Ya más tarde lo vestirían y peinarían para la ocasión.

Camino a través del pueblo y sus pies lo llevaron hasta una cabaña y a lo lejos pudo ver al que sería su esposo quien, de repente y de la nada, era besado apasionadamente por un omega azabache.

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