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21. Lobos del Ártico.

Seis días habían pasado desde la última reunión con la manada de los Lobos de Fuego y ellos, como cada año, le hicieron honor al nombre. Todas las casas encendieron sus chimeneas y se mantuvieron así lo que duró la tormenta.

Durante aquellos días, el fuego fue un refugio ante la implacable naturaleza desatada afuera. Y sin embargo, fueron días maravillosos para algunos lobofoguinos, excepto para Jeon JungKook, para él fue angustiante y depresivo. Estuvo solo y su lobo lloriqueó y aulló triste por estar lejos de su omega y apenas se hubo cumplido los tres días y el sol salió, el alfa corrió (o más bien tuvo que salir por una de las ventanas por los metros de nieve que habían caído y acumulado como una cama nubosa y lisa) al encuentro de este quien lo recibió con una sonrisa dulce y le ofreció un té al verlo agitado por todo el esfuerzo de quitar la nieve del camino.

Ahora JungKook se encontraba en la casa del alfa Líder, siendo preparado para su ceremonia de unión con Park JiMin, quien estaba siendo alistado por segunda vez con el beta Jung.

Aún así, el alfa plateado quería que todo saliera bien, hasta había preparado un pequeño banquete con animales que el mismo cazó para compartir con sus más cercanos y lo gracioso de todo es que más y más lobofoguinos se fueron sumando, así que afuera, y a pesar del frío, se había armado toda una fiesta, con unas cuantas fogatas por aquí y por allá, hidromiel, carne, diversos platillos, fruta, algunos dulces y vino para celebrar a la pareja que se unía. Obviamente, no todos participarían de ella, pues algunos recelosos consideraban que no debería celebrarse que un omega se casara dos veces mientras que otros tantos, especialmente aquellos que por desgracia habían visto como sufrió el omega plateado durante un año con el alfa Joo, opinaban que merecía totalmente una segunda oportunidad.

TaeHyung ya se encontraba peinando la preciosa cabellera de plata y muy bien cuidada de su mejor amigo, quien parloteaba por las ansias y los nervios.

--¿Supo lo del señor alfa guerrero y el señor beta Jung? --comentó el plateado, mientras su pelo era cepillado por las gráciles manos de su hyung.

--Claro que sí. Me sorprendí bastante, la tormenta ayudó mucho para que ellos se unieran más --acotó el omega, entrelazando mechones de pelo.

--No hicieron nada por ocultarlo. Me alegré mucho cuando los ví de la mano, ¿sabe? Se nota que ambos se quieren mucho. --Comentó contento.

--Ayer el alfa Kim vino hasta aquí para pedirme consejos, pues, ya sabes, una relación entre un beta y un alfa es compleja sexualmente hablando. --Y claro que lo sabían, no era la primera vez que veían casos así, en la manada de los Lobos del Valle era bastante común e incluso esas parejas tenían permitido adoptar.

--¿Les dio del óleo? Creo que tengo una botella. Se las haré llegar.

--Eso estaría bien. Dijo que aún no pasaba nada entre ellos, pero quería estar preparado cuando ocurriera.

--El señor alfa guerrero debe estar sufriendo, ya sabe, él tiene mucha experiencia al respecto, siempre estaba con algún omega y ahora está en abstinencia...

--Al parecer sí... --concordó el omega, mas comenzo a sentir el aroma del alfa bastante amargo. --JungKookie, ¿ocurre algo?

--¡¿Y si lo hago mal?! --exclamó girándose hacia su amigo.

--¿Qué cosa?

--Ya sabe, ¿y si no sé... complacerlo?. --Preguntó a su hyung comiéndose la uña del dedo pulgar hasta las cutículas y agitando su pierna en un ademán que al omega lo tenía al borde de la histeria.

--Kookie, no digas sandeces. --Contestó, girándolo para terminar su trabajo.

--Tengo miedo, hyung, mire, mis manos tiemblan. Tengo miedo de no saber qué hacer, hasta la voz me tiembla. --Y era cierto. JungKook irradiaba nerviosismo.

--No digas bobadas, lo harás bien. Recuerda todo lo que hemos aprendido. --Tomo la trenza y la ató, para continuar hábilmente con la otra.

--Pero él ya tiene experiencia. --Insistió el alfa.

--Una muy horrible, por cierto, una que probablemente solo quiere olvidar. JungKook-ah, mírame. --Ahora el omega era quien lo giraba. --Lo único que tienes que hacer es ser dulce y paciente. Besarlo y acariciarlo. Sanarlo. Ese es tu trabajo. Eres diferente, como ningún otro alfa que yo haya conocido. Lo harás bien. Ya lo estás haciendo, devolviéndole la dignidad que ese bastardo pükna kam ari (maldito hijo de perra), le robó. --TaeHyung volvió a girarlo para terminar su trabajo.

--Ya, pero no me hable en Licante que no entiendo.

--Lo que quiero decir es que no debes compararte con el idiota de Joo ni con nadie, sabrás complacer a tu omega, créeme. --Determinó. --Listo. Te ves muy guapo y varonil.

Un par de preciosas trenzas adornaba la cabeza del alfa. Lucía tal y como TaeHyung lo había descrito. Guapo y varonil. Estaba cubierto con pieles de oso en su torso y sus tatuajes tribales adornaban sus brazos desnudos.

El rostro del plateado se iluminó ante las alabanzas dadas por su hyung, mas una voz carraspeó a sus espaldas.

--Miëlli ne, acércate. --TaeHyung extendió a su esposo su mano y este la alcanzó. --JungKookie no tuvo padres, ¿sabes?. Fue abandonado. Creció en un orfanato y cuando lo conocí, él dormía en las calles siendo apenas un adolescente. Aún así, siempre fue muy trabajador y jamás dejó de sonreír. Es por eso que le pedí a mi padre que le diera una oportunidad pues vi determinación en sus ojos.

--Hyung, no haga esto... ya sabe que soy sensible y... --demasiado tarde, el alfa comenzó a lagrimear.

--No te imaginas lo orgulloso que estoy de ti --continuó el omega, acariciando su rostro con cariño. --Ahora serás todo un alfa jefe de hogar. Ahora tendrás tu propia manada. Debes cuidarla y protegerla con tu vida. Hoy serás alguien nuevo. La madre Luna se llevó a mis hermanos de sangre pero me entregó a ti a cambio. Siempre serás mi hermano, mi amigo y compañero leal y yo siempre seré el tuyo. Cuidaré de tu esposo y tus cachorros. --prometió entre lágrimas el omega. Ambos amigos se abrazaron.

--Lo amo, hyung. Después de mi omega, usted es mi persona favorita.

--Como debe ser. Él siempre debe ser tu prioridad. Yo también te amo, mi hermano y amigo. --el omega unió sus frente y se alejó.

--Esposo mío, dedíquele algunas palabras a JungKookie, por favor. --Los amigos miraron al azabache expectantes.

El alfa carraspeó incómodo. --Felicidades y... bueno, que sean muy felices.

Los amigos se miraron de soslayo y asintieron.

--Gracias, señor alfa Líder. En serio, le agradezco que a pesar de que usted haya celado a su esposo conmigo me dé la oportunidad de estar cerca de él. Sé que a veces quiere arrancarme la cabeza, pero le aseguro que jamás miraría a mi hyung con otros ojos, Yo solo tengo ojos y corazón para mi Jiminnie. Es precioso y dentro de unas horas lo llamaré "mío"

Y pareció que los ojos de Jeon se iluminaron aún más; hasta SeokJin creyó ver cuerpos celestes orbitando en sus brillantes ojos negros al hablar de su omega. No pudo evitarlo, sonrió. El Líder sonrió al ver cuán enamorado estaba del omega plateado e incluso se cuestionó si él también se veía así de estúpido cuando miraba a su TaeHyung. Probablemente sí, pero ya no le importaba.

Escucharon sonar la puerta y SeokJin se giró. --Es hora. Vamos.

--Hyung, entrégueme. A Jiminnie lo entregará el beta Jung. --Le pidió aferrándose a su brazo.

--No tienes ni que pedirlo. Claro que te entregaré yo, cachorro.

--No me diga "cachorro" cuando estoy a horas de perder mi virtud... Oh, por todas las Lunas, ¡Hoy dejaré de ser virgen! Madre Mía, qué emoción, ¡ya vámonos! --Y al fin salieron.

La ceremonia fue sencilla y corta, pero JungKook de todas maneras lloró y besó con devoción los labios gorditos del omega con el cual solo había soñado. Y aunque el beso fue casto y duró solo dos segundos, para ambos fue especial. JiMin por segunda vez escogió mantener su apellido, puesto que era lo único que lo vinculaba a la manada de la cual fue secuestrado cuando apenas era un niño. JungKook no se hizo problemas pues lo entendía perfectamente.

Y así, la fiesta comenzó. Comieron, bebieron, bailaron y cantaron, hasta que el frío se hizo intolerable y todos se entumecieron. Cada quien limpió y guardó su parte y los recién casados se fueron juntos a su nuevo hogar de la mano con unos cuantos regalos a cuestas.

--Mire aquí, bonito. --Señaló el alfa mostrándole por primera vez la casa que había preparado a su esposo. --Mi hyung nos regaló esto. Son sábanas finas. Dos juegos y también toallas de lino. Dijo que las necesitaríamos. --habló el alfa y su voz hasta sonó un poco chillona, pues había llegado el momento y él aún no se sentía preparado.

--Qué bien... yo... iré a alistarme. --dijo el omega sin mirarlo y se dirigió a la habitación.

JungKook estaba nervioso. Muy nervioso. Tan nervioso que no podía controlar su cuerpo. Ni siquiera recordaba la última vez que se sintió así. De hecho, no. Jamás se había sentido así en toda su vida, ni cuando rindió su examen de especialización ante sus maestros de salud reproductiva, muy por el contrario, ahí se sentía confiado de sus capacidades, ahora no.

Estaba aterrado. Su nuevo y flamante esposo era precioso. Derrochaba sensualidad y belleza y el alfa temía no cumplir con sus expectativas.

Y es que este era el segundo matrimonio del hermoso omega plateado, en cambio JungKook ni un buen beso había dado en su vida, no por falta de ganas, más bien fue porque era discriminado por ser foráneo y quien gustaba de él no era del gusto de Jeon.

A él poco le importaba, su único fin en la vida era hacer feliz a quien ahora, gracias a la sagrada Madre Luna, era su esposo.

Lo miró a la distancia, a través de la cortina semi transparente que era lo único que separaba la sala de la habitación principal. Su esposo se estaba despojando de su ropa, pues, era su "noche de bodas" y por ese motivo estaba tan atemorizado. No quería fallarle.

En cambio, su lobo estaba eufórico y animado, ansioso de tomar al omega y hacerle tantos cachorros como pudiera. Tal vez lo mejor era escucharlo, hacerle caso a su lobo y dejarse de niñerías. Sí, eso era lo mejor, aunque no estaba muy convencido de ello.

Dio un profundo suspiro y caminó hasta la habitación removiendo con su mano la cortina.

El omega no alzó la mirada. Sus ojos estaban cerrados con fuerza y trataba de tapar su cuerpo con sus manos aún sentado en la cama, desnudo.

Fue ahí que lo olió, su miedo. El omega estaba atemorizado. JungKook parpadeó confundido. Hasta que segundos después lo entendió. Park JiMin tenía miedo de él.

Su lobo se entristeció, pero comprendió. Ellos poco se conocían, ni siquiera pudo cortejarlo por mucho tiempo, pero tenían tiempo, ¿no? ¿Quién decía que no podía cortejar a su esposo aún después de casados? Pues JungKook le juró a la Madre Luna que cuidaría de su omega hasta el final de sus días y eso haría, claro que sí. Hasta verlo sonreír, hasta hacerlo soñar otra vez y tener esperanza.

Se quitó sus pieles de oso y con ellas cubrió el cuerpo desnudo de su esposo.

--¿Q-qué hace? --preguntó con miedo el omega, al fin atreviéndose a mirarlo, pero también bastante contrariado por la acción.

--P-pues cubrirlo. Hace frío. ¿Tiene hambre? ¿Quiere darse un baño? Si gusta puede darse un baño mientras yo preparo un té.

--P-pero yo creí que...

--Nadie nos apresura, bonito. Mañana nadie vendrá a revisar si usted y yo consumamos el matrimonio y si viene alguien solo será mi hyung, él comprenderá. Entonces no hay nadie que nos obligue.

--Lo siento... Tal vez yo le desagrade un poco por mi pasado y-

--¡¿Qué usted me desagrada?! ¡Es todo lo contrario! Pero no voy a obligarlo, además tenemos tiempo, mucho tiempo por delante. Mejor vamos a comer algo. Aún tengo hambre, el alfa guerrero Kim se comió el último muslo de cerdo, aish. Hice un té temprano, de jengibre y miel, lo calentaré... --Divagó aún nervioso caminando hacia la sala.

--¡Espere!

Park JiMin se puso en pie y al hacerlo el abrigo cayó a sus pies, dio un par de pasos tomó la mano del alfa y este se giró para encontrarse con él.

«Precioso. Soñado. Sublime...» pensó el alfa, sin poder evitar mirarlo. Su larga cabellera plateada cayendo en cascadas hasta por sus redondeados muslos. «Perfecto».

--¿No va a... montarme? --preguntó dudoso y ruborizado. Tenía miedo, sí, pero extrañamente también se sentía rechazado.

--No si usted tiene miedo. Sé que será bueno para mí, pero también quiero que sea bueno para usted. --explicó acariciando su mejilla con apenas las yemas de sus dedos. --Tal vez usted tenga expectativas y yo quiero cumplirlas todas, aunque no tengo experiencia en esto, usted es mi primer omega, eso ya lo sabe. Podríamos practicar, yo una vez leí un libro, era muy bueno, el maestro Baek me lo prestó, lo perdí y tuve que pagar una multa, fue todo un lío, el bibliotecario se molestó conmigo, me dio un sermón muy largo sobre la responsabilidad y aún recuerd-

El omega lo interrumpió con un beso. Fue corto, solo un choque de labios que se sintió como caminar entre nubes para Jeon JungKook. Parpadeó aún no creyendo lo que había ocurrido y sus feromonas se dispararon como cuando era un puberto.

Park se tapó la boca con ambas manos y retrocedió un par de pasos por la vergüenza. Su respiración era agitada, como si hubiese pasado un gran susto.

--Us-usted no se callaba y me estaba poniendo nervio-

De repente, fue el alfa quien se acercó a JiMin, acortando la distancia y posando sus labios sobre los del omega. Esta vez Jeon se mantuvo un par de segundos ahí, hasta que se alejó con un pequeño chasquido de sus bocas.

--Ay, mi corazón... Mi corazón... --susurró el alfa posando una mano en su pecho, tratando de apaciguar un poco su atolondrado latido.

El omega rió tímidamente hasta que sus ojos se hicieron medias lunas. --¡Oh, Luna! ¡Estoy sin ropa...! --exclamó de repente, avergonzado de su cuerpo desnudo. Quiso ocultarse, escapando del lugar y esconderse en el baño, pero el alfa lo retuvo, tomándole de la cintura.

--Usted es hermoso --le confesó el alfa y sonrió. Se acercó una vez más a la boca del omega y volvió a besarlo. Sin embargo, fue diferente. Ambos lo percibieron, como fuego en sus vientres y llamas que se extendieron por todo su cuerpo, especialmente cuando el alfa lamió la aterciopelada lengua de su esposo.

Porque JungKook si que lo besó. Lo besó hasta que sus labios se adormecieron y hasta que se sintieron satisfechos. Lo besó hasta sentir que curaba cada herida en el corazón de su esposo. Lo besó con ternura y devoción. Incluso continuo besándolo estando el omega desnudo, abrazado a su cuerpo en la gran cama.

Y a la mañana siguiente, mientras lo mimaba, el semblante del omega cambió. Ya no habían rastros de ningún temor, no. Ahora había determinación y se permitió sentir. Ese alfa tenía experiencia en amar y en entregar amor sin esperar absolutamente nada a cambio. Tenía experiencia en respetar y esperar y eso era mucho más de lo que podría pedirle a la Sagrada Luna.

Park JiMin sintió lo que era placer por primera vez en las manos de su tan "inexperto" esposo, quien lo llevó a las estrellas y lo hizo casi tocar con la punta de sus dedos las nubes y ver, aún con sus ojos cerrados, las constelaciones. Jeon amó con devoción cada rincón de su cuerpo hasta hacerlo temblar y delirar. Hasta soltar un par de incoherencias y hasta desmayarse del placer.

Y dos días después (ya que no pudo al día siguiente pues al llegar al lugar escuchó ruidos extraños), la Luna de la manada, Kim Taehyung, le hizo todos los rituales que le prometió, haciéndole llorar de emoción cuando le explicó lo sagrado que era su cuerpo y que su esposo había jurado cuidar de él. Que no importaba su pasado, que ahora todo comenzaba otra vez y que podía permitirse sentir amado.

Park JiMin nunca más volvió a llorar de tristeza. Desde ese día y hasta el final de ellos vivió pleno y feliz junto a su esposo.

--Listo. Todo va excelente. Este cachorro podría nacer en cualquier momento ahora, así que escúcheme bien: si sangra, si rompe aguas o si tiene contracciones dolorosas cada pocos minutos y constantes no dude en pedirle a su alfa llamarme o en su defecto a JungKook.

--Muchas gracias, Luna, gracias señor Jeon. --dijo el omega Kang, inclinándose en respeto.

JungKook inmediatamente infló el pecho ante el título de "señor".

--Ya verá que pronto tendrá a su cachorro en sus brazos. --aseguró el alfa platino.

TaeHyung salió de la casa de los Kang seguido por su amigo.

--Ahora solo nos queda visitar a... ¿Está bien?

--Me duele un poco la cabeza.

--Hyung, sé que su esposo lo ama y usted él, pero creó que él debería darle una tregua. Ya sabe a qué me refiero. --comentó el alfa alzando las cejas repetidamente.

--Es todo lo contrario, Kookie, SeokJin ha estado muy ocupado estos días. No hemos tenido intimidad... Lo extraño, mi lobo se siente un poco abandonado. --le contó a su amigo en un puchero.

--Tranquilo, hyung. Su esposo lo quiere, usted lo sabe. Sin embargo he oído rumores sobre un viaje.

--Si, de hecho pronto harán una expedición importante y deberán partir. No quiero que mi alfa lo haga, pero por lo que tengo entendido no pueden evadir esa responsabilidad. Me preocupa pasar un posible embarazo solo. Mi último celo fue sorpresivo y puede que haya quedado encinta. Sé que soy muy joven aún, pero SeokJin desea un cachorro y la verdad es que si es con él, quiero al menos unos cuatro o seis bebés. No me gustan los números impares.

--JiMin entrará en celo en unos días también. Ya estoy emocionado de verlo panzón, hecho un ovillo en su nido, mientras le hago mimos y le tejo a mi cachorro algunas prendas para el frío. --comentó soñador.

--Si vas a tejer, debes tejer para los míos también.

--Lo haré. Ya sabía yo que el taller de tejido era mucho mejor que el de pintura. Valió la pena cada burla que recibí en ese entonces, después todos esos idiotas se congelaban las bolas, mientras yo muy bien y calentito con mis calzones de lana.

TaeHyung se carcajeó de manera sonora. Se escucharon unos pasos y de repente frente a él estaba Park JiMin con el ceño fruncido.

--¡¿Qué es lo gracioso?! --espetó, cruzándose de brazos.

TaeHyung lo miró extrañado. --Kookie aprendió-

--JungKook. Se llama JungKook para usted, nada de "JungKookie", mucho menos "Kookie" --demandó el omega platinado.

--Mi bonito, ¿está bien? --preguntó el alfa, mirándolo extrañado, su esposo actuaba raro, pues el omega le tenía mucho cariño a TaeHyung.

--¿Por qué andan tan juntos siempre? La gente comenta, dicen que ustedes son amantes, ¿lo son?

--¡Claro que no! --exclamó Jeon.

--¡Es como mi hermano! --dijo el rubio casi con asco.

--Entonces quiero que me lleven con ustedes.

--¿A dónde?

--No lo sé, a donde sea que ustedes van todos los días. Yo también quiero ir.

--Hyung, ¿puede venir mi bonito con nosotros?

--Por supuesto, Jeon JungKook. --dijo el rubio, haciendo énfasis en nombrarlo por su nombre y apellido. --Tu celoso esposo puede venir con nosotros todos los días. Será un excelente asistente y-

TaeHyung olfateó el aire.

--JungKook, yo haré la última revisión. Ve con tu esposo y encárgate de hacerme tío.

--¿Qué?

--Tu omega está en celo.

--Bonito, ¿Estás en...? --no alcanzó a terminar la frase cuando Park JiMin explotó en feromonas haciendo sonrojar a su esposo. --Listo. Nos vamos. Adiós hyung, nos vemos como en una semana.

Y prácticamente salió corriendo con el omega en su hombro.

TaeHyung sonrió y sobó su vientre esperanzado. Había cuidado de tantos cachorros que soñaba con el suyo propio. ¿Cómo sería? ¿A quién se parecería más? Solo esperaba que la sabia madre Luna fuera bondadosa con él.


***Mi paga son sus estrellitas y comentarios. De eso vivo.

**Me perderé el tour de Hobito 😢

*Nos vemos el próximo sábado.

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