La noticia sobre el exitoso parto de la omega Kim Nuri se había expandido por toda la manada. Incluso el alfa Seo, prometido de la omega puerpera, hablaba aún maravillado de las hazañas de la pareja de amigos foráneos, incluso exagerando la historia, mencionando que el "alfa albino" prácticamente había rescatado de las garras de la muerte a su amada.

TaeHyung estaba contento, poco a poco el pueblo comenzaba a confiar en ellos, sin palabras vanas, si no que con hechos. No obstante, el más feliz de todos era JungKook.

Al alfa le importaba un rábano la opinión de la gente, pero por alguna razón su futuro esposo había decidido, a partir del día de famoso parto, permitir el cortejo. Ahora le abría la puerta, recibía sus regalos y caminaban del brazo por la plaza. Se veían sublimes, dos lobos del Ártico, con su cabellera plateada, paseando a través de la nieve. Los lobofoguinos los admiraban al pasar.

JiMin solo escuchaba y sonreía con timidez a su futuro esposo, mientras el alfa parloteaba sobre absolutamente todo.

Muchos omegas se sorprendían al notar que al alfa ni siquiera parecía importarle que el omega no fuera virgen y encontraban romántica la manera como lo trataba. Hasta suspiraban por la recién formada pareja.

TaeHyung los miraba de lejos con una sonrisa en su rostro a través de su ventana. Esa mañana estaba soleada, a pesar de ser pleno invierno, así que se había levantado temprano y había lavado las sábanas. Y es que ya era común ensuciarlas. Digamos que era culpa de su alfa y él y de sus acaloradas noches.

SeokJin llegaría pronto, había viajado junto a una pequeña delegación a la manada de los Lobos del Valle el día anterior y habían quedado a cargo de TaeHyung y NamJoon.

Se sentía ansioso, casi no pegó un ojo en toda la noche y la cama le pareció inmensa y demasiado fría al no sentir a su esposo cerca. Sonrió y suspiró enamorado, porque lo estaba. Estaba enamorado del Líder de la manada y de como era imponente y autoritario al dirigir al pueblo y tan amoroso, cálido y apasionado a puertas cerradas.

Pocas horas después y cuando TaeHyung se encontraba doblando la ropa de su cama, una voz anunció la llegada de la comitiva.

--¡Ha llegado nuestro Líder y sus Lobos de Fuego!

TaeHyung dejó todo lo que estaba haciendo y corrió, porque si hubiese podido volar, lo habría hecho. Avanzó hasta donde se comenzaba a reunir el pueblo. Ahí se reencontró por primera vez con el omega WooYong desde la discusión que tuvieron. Los ancianos habían decidido liberarlo con la condición de que no armara otro alboroto ni provocara más rumores infundados sobre la integridad del Líder de la manada. Este, lógicamente accedió, pero parecía retraído y hasta avergonzado. Seguía viviendo con su madre, sin embargo no parecía feliz incluso se veía enfermo.

SeokJin vio a lo lejos una cabellera rubia trenzada y sonrió.

--Miëlli ne!! --Exclamó el alfa y TaeHyung inició la carrera lo más rápido que sus pies lo llevaron hasta llegar donde su esposo quien, descendió de su caballo y esperó a su esposo con los brazos abiertos.

Al recibirlo, el azabache le dio unas cuantas vueltas en el aire y luego lo detuvo para admirar su belleza.

--Lo extrañé tanto, dulzura mía... --susurró el alfa casi con angustia al recordar la pesada noche anterior.

--Y yo a usted, esposo mío. --expresó el omega antes de besarlo.

El beso iba a ser corto, pero el alfa se lo impidió, devorando su boca a vista y paciencia del pueblo, apretando su cintura y marcandolo con su aroma innecesariamente, pues aún olía a él.

Lo soltó a regañadientes, dejando unos cuantos besos en los labios mojados de su omega y luego tomó su mano para ingresar a la plaza principal.

En una mano llevaba las riendas de su caballo y en la otra quien llevaba prácticamente las riendas de su vida. Ese omega, de cabellera rubia que olía a jazmines y que sabía a fruta madura.

--¿Cómo está mi padre, mi tía? --preguntó pronto.

--Todos están bien. Le han enviado un montón de regalos y un par de cartas. --respondió el alfa con una sonrisa. --Y yo le entregué la suya.

--Quiero verlos. Los extraño mucho.

--Pronto. Cuando llegue la primavera. Se acerca una tormenta de nieve, aún estamos en invierno.

--Entonces, el intercambio fue todo un éxito. --Resumió el anciano Woo.

--Así es. Incluso, nos dieron más de lo que necesitábamos y aceptaron gustosos toda la cantidad de carne y pescado que les llevamos. Dijeron que las condiciones eran perfectas, pues el frío conservaba mejor todo.

--Bien. ¡Beta Jung! --exclamó el Líder.

--¿Sí, señor?

--Usted y el segundo al mando, Kim NamJoon estarán a cargo de racionar y entregar las porciones de comida a cada familia. Les recomiendo trabajar juntos estos días de tormenta para optimizar el tiempo. --determinó con autoridad y también buscando ayudar a su amigo con su eterno enamorado.

--Sí, señor. Como usted ordene. --Acató el beta.

--Sé que juntos harán un excelente trabajo como ha ocurrido años anteriores.

Ambos asentían ruborizados, aunque ambos ignoraban la timidez del otro.

--Perfecto.

--Señor Líder, antes de volver a nuestros hogares, tengo una inquietud.

--¿Qué ocurre, señora Lee?

--Nos hemos enterado que un alfa asistió el parto de una de las omegas y estamos muy consternados. Eso sería una total aberración. --acusó la mujer.

--¿Cuando dice "nos" a quienes se refiere? --interrumpió el omega rubio, quien estaba al lado de su alfa.

--Al pueblo en general. --respondió secamente la mujer.

TaeHyung alzó la mirada y la mayoría parecía contrariado.

--¿Podría explicarnos cuál sería el problema? --inquirió TaeHyung.

--¿Le parece poco que un alfa vea la intimidad de una omega?

--¡Apenas y la ví! Estaba más preocupado de ayudar a traer un cachorro al mundo y de mi omega que estaba ahí presente que de mirarla. Además su alfa, el señor Seo, también estaba en la habitación.

--¡¿OTRO ALFA?! Madre Luna, ¡eso no es correcto!

--¿Según quién? ¿Usted? Señora Lee, entiendo que podría molestarle que los alfan ejerzan este tipo de prácticas, pero incluso mis maestros eran todos alfas. Aquellos que llevaban más de cincuenta años de experiencia en el cuerpo, ellos fueron mis mentores. --dijo tranquilamente el rubio.

--Esas prácticas son obsenas y de depravación. --insistió la mujer.

--Le aseguro que nada fue obseno en la forma en que el señor Jeon cuidó de mi prometida. --intervino el alfa Seo, poniéndose en pie. --Él la trató dignamente y con respeto. Incluso ayudó a nuestro cachorro a respirar. Ví con asombro como aspiró su nariz y sonrió con el primer llanto de mi hijo. No es secreto para nadie en este pueblo cuánto tiempo intenté ser padre con ella y aunque los años fueron pasando, nunca gestó y nos separamos, pero nuestra Sabia Madre nos dio una segunda oportunidad y ahora somos padres de un pequeño y fuerte varón.
«Ni usted, ni ninguna otra partera nos quiso ayudar y él y nuestra Luna no dudaron en hacerlo. Les estaré eternamente agradecido.

--Muchas gracias por valorar nuestro trabajo señor Seo. Les deseo a usted y a su futura esposa mucha felicidad y amor. --dijo TaeHyung, ignorando el enfado de la odiosa mujer.

--¡Y yo lo haría mil veces! Hyung, en serio, yo no dudaré en ayudar a cualquier gestante que me pida ayuda. Es lo que juré a nuestra sagrada Luna y lo cumpliré hasta el día en que Ella decida llevarme. --escupió casi JungKook a la mujer.

--¡Yo! A mi me gustaría que me ayudara, creo que estoy encinta. --soltó un omega.

--A mi también, este sería mi tercer cachorro. --quiso otro.

--Ayuden a mi omega, por favor... --habló un alfa.

--¡Orden! ¡Orden! --Exclamó el Líder, ya bastante cansado. --Está bien. Señora Lee, a partir de hoy, usted solo se limitará a la salud de las mujeres omegas y beta. Mi esposo y el alfa Jeon JungKook, se encargarán de los omegas varones. Si hay alguna omega que prefiera ser atendida por ellos, está en su libertad de elegirlos y si los gestantes quieren a sus compañeros con ellos en el parto, podrán hacerlo si quieren.

--Su esposo le está nublando el juicio, esto es una aberración...

--¡Aberración son sus manos asquerosas y llenas de mugre y que con ellas revise a los omegas recién deflorados!

--¡Mocoso insolente! --bramó la mujer.

--¡Vieja amargada! --replicó el más joven.

--¡Orden! ¡Orden! --repitió el Líder.

--Ella comenzó, señor alfa Líder Kim. Insinuó que usted se dejaba manipular por mi hyung. --señaló, apuntándola con el dedo.

--Y si así fuera, ¡¿QUÉ?! Les voy a advertir una cosa y esto va para todos. --Exclamó ya harto con la situación el Líder. --Mi omega tuvo la oportunidad de regresar a su manada, tuvo la opción de tomar otro esposo y ser elegido como Luna en ella, pero eligió quedarse por ustedes, ni siquiera por mi.
«Vio necesidad y me lo hizo saber al primer momento. Ahora miren, tenemos muchos omegas ya preñados y otros tanto que no han sufrido abortos. Además los cachorros que han nacido se mantienen fuertes y sanos gracias a los conocimientos que nuestra sabia Madre Luna le otorgó a él y al alfa Jeon.

--¡Es solo suerte! Son un par de irresponsables que juegan a ser sanadores.

--Señora Lee, ¡Basta! También me enteré por mi propio suegro que muchas veces ellos voluntariamente vinieron a prestar apoyo y fueron echados de aquí cuando querían ofrecernos ayuda.

--Eso... eso es porque aquí ya hay parteras, no necesitamos ayuda y-

--¡Pues eso lo determino yo, bürske! --exclamó con su voz el Líder. TaeHyung tembló a su lado y tomó la mano de su esposo para calmarlo, SeokJin la apretó con suavidad y parpadeó. --Si vuelve a faltarme así el respeto, señora Lee, olvidaré que ayudó en el parto de mi madre cuando vi la luz por primera vez. --amenazó y la mujer se estremeció del miedo. --Y si están inseguros de mi liderazgo, bien pueden elegir a otro Líder, aunque saben perfectamente que el único apto además de mi persona es Kim NamJoon y a él-

--Me importa una mierda, soy un alfa libre. --agregó el aludido, sobando la espalda del beta Jung, quien también percibió la voz de mando del Líder y se vio afectado.

--¿Ya lo ven? Él sabe lo que conlleva liderar pues ha estado a mi lado durante años. Tal vez en otra vida lo fue y prefiere desligarse y lo entiendo, ¿saben? Agota que personas adultas y supuestamente maduras actúen como cachorros.

Un silencio le acompañó.

--¡El Líder ha hablado! --anunció el anciano Woo, luego de un instante. --El pueblo acatará.

--Bien. Ahora, vuelvan a sus casas. ¡Señor Jeon, señor Park! Acérquense un momento. --Anunció el señor Han y la multitud comenzó a dispersarse.

Aún tembloroso por la voz de mando del Líder, Park se acercó del brazo de su prometido quien no parecía afectado para nada, al contrario estaba contento de que hubieran puesto a la infame mujer en su lugar.

--La próxima semana será su ceremonia. Será sencilla y solo tomará unos minutos. Luego de eso pueden volver a sus quehaceres. --informó el alfa Han.

--¿Puedo hacer una pequeña celebración luego? --preguntó el plateado.

--¿Para qué? --Han rodó sus ojos.

--Señor Han, sé que no soy de su agrado, pero tampoco abuse, usted tampoco es del mío. Este es mi primer omega y será el último y el único. ¡Quiero celebrarlo!

--Puedes hacerlo, cachorro. Pueden tomarse un par de días luego de la ceremonia. --intervino el Líder, sabiendo perfectamente que su esposo no le perdonaría si pasaba por alto la ceremonia de su mejor amigo y colega.

--Gracias, señor alfa Líder Kim. Usted sí que entiende. --alabó al Líder. --Él sí entiende. --le dijo al señor Han quien le gruñó molesto.

--Debe saber, señor Park, que esta vez no habra revisión. Ya no es virgen, por ende no tiene sentido. --informó el anciano Woo ya con ganas de irse a la cama.

--Pero yo le haré nuestros rituales de todas formas. Tal como JungKookie lo hizo conmigo. Ya verá. --TaeHyung dijo con una sonrisa dulce.

--¿Duele? La... La señora Lee... --el omega se estremeció al recordar como esa mujer revivió el trauma después de la terrible noche que el alfa Joo le hizo pasar. No respondió sus dudas, ignoró el dolor en su muñeca, no revisó la marca y se burló por haber sido desgarrado.

Lloró luego de eso, porque además su alfa lo abandonó de inmediato sin prestarle atención alguna, volviendo recién en horas de la madrugada y echándolo del nido que había hecho pocas horas antes. Esa noche durmió en el suelo, adolorido y triste.

--Nadie le hará daño, mi bonito. Ni mi hyung, ni la señora Lee, ni mucho menos yo. --aseguró Jeon apretando la mano del omega ante el aroma amargo que había liberado.

--Nuestros rituales son inocuos. Son solo de purificación. Solo serán mimos y agradecimiento a nuestra Madre. Créame, se sentirá muy bien. --agregó TaeHyung y el omega asintió no muy convencido.

--Bien. Mañana la Luna de nuestra manada verificará si hay algún rastro de embarazo en usted y si lo hay, la ceremonia se cancelará.

--No estoy encinta. El alfa Joo hace muchas Lunas que desistió de tocarme.

--Aún así, debemos seguir con el protocolo. Por lo demás, ustedes comenzarán a vivir juntos y su alfa debe tener todo listo.

--Lo tengo. Absolutamente todo, mi hyung me ayudó. Es una cabaña muy bonita y está muy cerca del río. Solo necesito un juego de sábanas extra y algunas toallas, pero he comenzado a recibir regalos de la comunidad y los tengo guardados para que juntos los organicemos. Incluso el señor Seo me regaló una cuna de madera, él mismo la hizo con sus propias manos y su omega, la señorita Kim, confeccionó las mantas y-

--¡Está bien, esta bien! Entonces no hay nada de qué preocuparse. En seis días realizaremos la ceremonia y ustedes serán uno solo. Creo que ya saben lo que tienen que hacer. Ahora, con su permiso, pronto comenzará la tormenta y lo mejor es que estemos resguardados. Serán tres largos días de encierro.

TaeHyung automáticamente miró a su esposo y se ruborizó. Ya hasta habían conversado de lo que ocurriría esos días y por eso había lavado las sábanas esa mañana, harían un desastre, un bonito y sucio desastre.