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𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐄

Siente sus piernas entumecerse de tanto pedalear, pero finalmente ve en la pantalla de su celular que ha llegado a su destino, diez minutos desde que salió de su casa. Detiene la bicicleta, guarda su teléfono y se toma un momento para respirar profundamente y calmar el ritmo acelerado de su corazón.

Cuando se siente más tranquilo decide subir la mirada, abre grande sus ojos cuando se encuentra con la estación de trenes de Seúl a tan solo metros frente suyo. ¿No debería dirigirse al aeropuerto? Quizás se equivocó de dirección así que algo nervioso revisa en su teléfono, pero todo indica que llegó a su destino. Extrañado no entiende qué pasa.

Recibe una llamada entrante, es SooJin. Atiende rápidamente.

¡Jungkook! ¿Ya llegaste? ― Pregunta ella al otro lado de la línea.

― Ya llegué, ya estoy frente a... frente a la estación. ― Dice extrañado aún por encontrarse ahí, espera que SooJin le cuestione el porqué está ahí y no en el aeropuerto pero recibe lo contrario.

¡Bien! Ya estás aquí, voy a salir a buscarte, espérame en la entrada. ― Y simplemente cuelga.

Jungkook baja de su bicicleta dejándole ahí tirada, realmente ahora no le importa mucho su bicicleta y lo que pueda pasar con ella; solo quiere ver a JiMin. Llega trotando hasta la entrada y justo cuando llega SooJin se acerca a él con una sonrisa en el rostro.

― Jungkook, qué bueno que ya estés aquí, vamos, sígueme. ― Ella empieza a trotar hacia el interior haciendo un gesto con su mano para que la siga, Jungkook no duda en seguirla. ― Su tren ya está por irse, debemos apurarnos. ― Señala.

― ¿Qué tren es? ― Pregunta a su lado, ambos apurando el paso, cruzando entre las personas y sus equipajes.

SooJin parece hacer memoria y finalmente le contesta. ― Es el número 12. ― Se detiene un momento, obligando a que Jungkook se detenga con ella. 

― ¿Soo? ― Pregunta extrañado al verla detenerse de la nada.

Ella mira el lugar, luego mira su celular en mano y suspira, decidida. ― Adelántate, llamaré a mi tía y trataré de hacerte más tiempo antes de que JiMin suba al tren. ― Empieza a marcar el número de la mujer.

Jungkook asiente y recoge las mangas de su chaqueta. ― ¿Estás segura? ― Pregunta solo para confirmar.

― ¡Claro! Voy tras de ti. ― Le sonríe para darle seguridad.

Jungkook empieza a alejarse, pero gira unos metros adelante solo para verla por última vez, al parecer la señora Park le respondió pues habla por teléfono. Empieza a correr entre las personas a una nueva velocidad, para llegar más rápido, y al cabo de unos segundos una voz llenó la estación de trenes alertándolo.

El tren número 12 partirá en 15 minutos.

Sus pies se aceleraron, ya no importaba si parecía un desquiciado por correr en medio de una estación de trenes, debía llegar con JiMin lo más pronto posible si realmente quería decirle todo lo que sentía.

Tren 9, 10...

Y finalmente, detuvo poco a poco sus pasos cuando divisó a la persona que tanto buscaba tomando su maleta del suelo y despidiéndose de su madre quien hablaba por teléfono. Reanudó sus pasos mientras sin poder evitarlo y grita su nombre.

― ¡JiMin!

Las personas voltearon a verlo con expresiones confundidas y hasta molestas por su grito, pero poco le importa lo que los demás piensen de él, solamente quiere que JiMin voltee a verlo, que aún no se vaya. Lo logra, JiMin voltea al reconocer esa voz llamándolo y cuando sus miradas chocan, parece que todo pasa en cámara lenta.

Se detiene frente suyo, a tan solo un metro de distancia, con su pecho subiendo y bajando en busca de aire, luego de todo lo que corrió hasta llegar ahí tenía las mejillas rojas y sudor en su frente, además su cabello azul estaba despeinado. Sin embargo; en sus ojos había un sentimiento puro y explosivo que JiMin no puso como interpretar.

― Jungkook... ― Tiene los ojos bien abiertos, realmente sorprendido de verlo justo cuando se rindió de esperarlo, pero ahora aparece frente suyo con una creciente sonrisa en su rostro.

Toma una bocanada de aire para finalmente recuperar el aliento, pasa saliva y da un paso al frente. ― JiMin... ― Cada palabra es un paso frente al otro. ―  Sé que quizás no quieres verme en este momento, pero realmente tenía algo importante que decirte... antes de que te vayas.

Finalmente llega frente suyo, ya no son separados por un metro de distancia, ahora son sólo centímetros, JiMin baja su maleta al suelo y le da una rápida mirada a su madre, quien parece muy perdida con los acontecimientos. Gira al frente y se encuentra a Jeon tan solo a centímetros. No sabe qué decir, la boca se le seca al ver sus ojos cristalizados.

Trata de parpadear para alejar las lágrimas pero parece inútil y se rinde con un suspiro. ― JiMin, perdóname por todas las idioteces que dije esta tarde, y por no haberte apoyado como debería de hacerlo... El egoísta soy yo por no quererte tener lejos, a pesar de que es tu sueño seguir con tu carrera como bailarín.

Toma sus manos con cuidado, JiMin mira a las personas a su alrededor nervioso, luego de que llegara corriendo y gritando su nombre parece que las personas están muy pendientes de lo que pasa entre los dos. Empieza a escuchar murmullos, burlas y comentarios poco amables insinuando su orientación sexual, pero parece que Jungkook no escucha nada de eso, o es que lo ignora, como si no le importara en lo más mínimo... 

¿Acaso a Jungkook ya no le importa lo que piensen de él? piensa.

― Perdón por todo lo que te dije cuando me contaste sobre el accidente, perdón por ignorarte y hacerte sentir mal cuando el idiota era yo, siempre fui yo... y sé que no fue culpa de nadie el accidente, ni mi pérdida de memoria, pero el pensar en lo solo que pudiste haberte sentido luego de que te tratara como un extraño, y salir con SooJin frente tuyo... solo me hace sentir como el peor idiota de todos.

― Jungkook, no es tu culpa... ― Limpia una lágrima rebelde que resbala por la mejilla contraria. ― No digas eso. ― No se rompe el contacto visual.

Jungkook no fue el culpable, quizás solo fue el destino.

― Perdóname por seguir siendo egoísta...

― ¿Jungkook?

― Porque aún estando aquí frente tuyo, tengo tantas ganas de tenerte cerca mío.― Toma sus manos con más firmeza y las lleva a su pecho, el pulso de JiMin incrementa por la cercanía. ― Ya sea que tu te quedes o yo irme contigo, aunque signifique ser un estorbo en tu viaje, pero quiero estar contigo.

― ¿D-de qué hablas? ¿Porqué dices eso?

― ¡Jungkook!

Un grito rompe su burbuja.

JiMin reconoce la voz de su prima a lo lejos, se hace a un lado para ver detrás de Jungkook, y lo que ve lo deja nervioso en su sitio. El peli azul también gira detrás suyo soltando las manos de JiMin en el proceso, y pasa saliva cuando reconoce la silueta de sus padres acercándose a ellos y a SooJin toda nerviosa llegando corriendo a su lado, empieza a tomar aire.

Apoya sus manos en sus rodillas, recuperando el aliento. ― L-llegaron tus papás. ― Mira a Jungkook. ― No sé cómo, yo estaba viniendo ya para acá y los vi, tuve que correr para ganarles. ― Dice jadeante, le regala una mirada preocupada y un vistazo a los señores que vienen detrás. 

"Ven aquí SooJin" escucha decir a la señora Park, ella va al lado de su tía a pasos lentos, realmente parece cansada por la carrera. Por otro lado, Jungkook no despega la mirada de sus padres quienes se acercan cada vez más a ellos. 

Su madre viene por delante con una mirada asesina y su padre detrás con una expresión más que molesta. Las personas se hacen a un lado de su camino, como si ellos fueran intocables. Jungkook pasa saliva y gira sobre su sitio acercándose al chico.

No le importa en lo más mínimo la presencia de sus padres. No ahora.

― Jungkook, tus papás estarán aquí en cualquier momento. Será mejor que te vayas a-antes de que te vean conmigo. ― Explica nervioso, vuelve a tomar su maleta y se da media vuelta con la intención de subir al tren pero una mano lo detiene. ―Jungkook, por favor...

― No te vayas aún. ― Le pide suplicante, JiMin gira mitad de su cuerpo hacia él y luego ve a sus padres acercándose cada vez más.

― Jungkook, ahí están tus padres, ¿P-porqué no les tienes miedo? No entiendo, ellos pueden lastimarte o hasta peor si te ven conmigo. ― Sus ojitos vuelven a llenarse de lágrimas. ― Antes te hubieras separado de mí y-

― Sí, me hubiera alejado, hubiera corrido con mis padres y lo habría negado todo solo para que ellos estén contentos, ¿Pero sabes qué, JiMin? ― Lo jala con cuidado hacia él. ― No soy el Jungkook que tu conociste, por lo tanto, jamás te daré la espalda solo por culpa de mis padres; ellos ya no son importantes en mi vida.

La determinación en sus ojos lo sorprende y siente su nariz y ojos picar, sus mejillas se calientan y la primera lágrima cae por el costado de su rostro. Sus palabras son sinceras, y llenas de la verdad que él no quería aceptar del todo. El Jungkook frente suyo no es el Jungkook que estuvo con él en el carro el día del accidente.

― El Jungkook que conociste murió... pero puedo demostrarte de que yo valgo la pena, que podemos ser aún mejores de lo que éramos juntos.

― ¿Q-quieres estar conmigo? ― Abre grande sus ojos y sus mejillas se pintan de un tono rojizo.

¡Jungkook! ¡Ven aquí! 

Sus padres están a solo pasos suyo, pero Jungkook ni se inmuta. JiMin los mira y luego a Jungkook, pasan muchas cosas por su cabeza en ese momento que siente que se desmayará.

― ¿Jungkook? ― Busca una respuesta en sus ojos.

Me gustas, JiMin.

Y todas las cosas que pasaban por su cabeza parecen detenerse al mismo tiempo, siente algo en su pecho y lágrimas en sus ojos; la primera vez que escuchó esas palabras de su boca fue hace años atrás, pero esa misma sensación de calidez, ese mismo estallido de emociones que escuchó como fuegos artificiales, el latir rápido de su corazón... todo lo volvió a vivir pero aún más intenso que la primera vez.

Suelta su maleta y esta cae de lado, con sus brazos lo rodea con cuidado y descansa su mejilla contra su pecho. Jungkook lo abraza con cariño y deposita un beso en su cabellera negra.

― Perdón por todo... Porque ahora me doy cuenta de que me gustas, JiMin, y no te quiero lejos, pero sé que debes irte, y lo acepto, te apoyo, enserio, perdóname por todo, yo-

JiMin se separa y toma sus mejillas para que deje de hablar y solo lo mire a los ojos. Sonríe tristemente. ― Te perdono... Te perdono, Jungkook.

Sonríen para ambos, en su burbuja que crearon a pesar de las miradas y la presencia de los padres de Jungkook, quienes terminan haciendo notar su desagradable presencia. Unos brazos los separan, son los brazos de la señora Jeon quien jaló a Jungkook hacia atrás para alejarlos.

― ¡Te dije que te alejaras! ― Le grita su madre a Jungkook.

La señora Park se acerca y toma a JiMin con cuidado, lo coloca detrás suyo; quizás no entiende ni la mitad de lo que está pasando, pero sabe que esas personas lucen peligrosas y ella debe proteger a su hijo y sobrina.

― ¡Suéltame! ― Jungkook escapa su muñeca del agarre de su madre, ella lo mira indignada.

― ¿Te atreves a desobedecer a tu pobre madre? ― Trata de manipular pobremente a su hijo.

Pero ella no sabe que sus juegos de palabras y chantaje ya no funcionan con su hijo.

― ¿Ahora te haces la víctima? ― Jungkook respira furioso. ― ¡No tienes ningún derecho a llamarte mi madre luego de todo lo que has causado!

La mujer mira a todos lados cuando los murmullos se hacen jadeos sorprendidos, los susurros se hacen más fuertes y la vergüenza se instala en su cuerpo al igual que la desesperación. El qué dirán se apodera de su cabeza.

― No sabes la vergüenza que me haces pasar Jungkook, ¡Vamos a casa ahora mismo! ― Ella le ordena, una pisada con su tacón contra el cemento acompaña sus palabras.

― Vergüenza debería darte todo lo que has hecho, y la manera en la que has dañado a JiMin. ― Lo mira, y su madre hace lo mismo; JiMin se esconde detrás de su madre por la mirada furiosa de la mujer. ― ¿Y sabes qué? ― Su madre vuelve a mirarlo.

― ¿Qué? ― Pregunta con la mano temblando, con ganas de abofetearlo. 

Ella jamás se sintió tan expuesta y avergonzada, nunca pensó que su hijo se daría cuenta de sus manipulaciones baratas.

― Que ya no me importa lo que tú creas de él, o lo que creas de mí. El Jungkook que manipulabas, que te gustaba controlar, ya está muerto. Yo sé muy bien lo mala madre y persona que eres, JiMin me ayudó a abrir los ojos. ― Mira a su padre. ― Y lo mismo va para ti, padre.

El hombre da un paso al frente y pretende alzarle la mano pero el jadeo sorprendido de las personas que se formaron en un círculo alrededor suyo, lo detiene. Se detiene al lado de su esposa.

― Ustedes ya no son mis padres, quizás nunca lo fueron. ― Su voz suena apagada. ― Yo no quiero ser como ustedes, yo no quiero pensar en el qué dirán, no me importa lo que piensen de mí porque es mí vida, de nadie más.

Puede ver a sus padres contenerse de todo lo que le quieren decir, seguramente insultos y demás. Jungkook ignora esto, gira su pecho hacia el lado y le sonríe a JiMin cuando conectan miradas. Él sale, tan solo un poco, del escondite detrás de su madre.

― Pueden odiarme y todo lo que quieran, pueden decir que soy una vergüenza para la familia, pueden decir que les doy asco, pero no me interesa. ― Esa misma sonrisa, esos mismos ojitos marrones los dirige a sus padres. ― Me gusta JiMin, como antes del accidente, pero esta vez ya no los pondré a ustedes sobre él.

Su madre ahoga un jadeo y lleva su mano a su pecho, luciendo asqueada y profundamente indignada. Su padre por otro lado aprieta los puños y ante la mirada de los demás mira con furia hacia la familia Park, pero Jungkook se coloca frente a ellos.

― Tú no eres mi hijo... ― Susurra con profunda rabia su padre, muy cerca de su rostro, con la intención de intimidarlo.

Jungkook no deja decaer su sonrisa, sintiéndose liberado de por fin haberlo dicho frente a sus padres. Tiene la plena satisfacción de lograr enfurecer a sus padres con su confesión.

― No me interesa en lo absoluto.

Jamás creyó hablarle así a sus padres, pero esos últimos meses se acumuló mucha tensión entre ellos, y un cúmulo de palabras que con tantas ganas quería decirles, todo este tiempo calló; pero al fin pudo dejarlas salir de su sistema.

― Vámonos. ― El hombre al ver que no logra nada en su hijo, se da media vuelta y toma del brazo a su esposa quien entre quejas le lanza miradas e insultos por lo bajo a su hijo a la familia Park.

Su sonrisa desaparece cuando finalmente los ve alejarse y perderse entre las personas, el círculo de espectadores que se formó al rededor suyo empezó a dispersarse y todo volvió a la normalidad en tan solo minutos.

Elren número 12 está por partir. Repito, el tren número 12 está por partir.

Jungkook toma un profundo respiro y gira hacia JiMin, quien sale por completo detrás de su madre y se encuentran pasos más adelante. Jungkook toma sus manos y vuelve a sonreír, JiMin también le devuelve la sonrisa pero flaquea cuando siente las manos de Jungkook temblar y a este bajar la cabeza y soltar un suspiro, como si hubiera aguantado la respiración por mucho rato.

― ¿Estás bien? ― Toma su mejilla y levanta su cabeza, él asiente y vuelve a suspirar. ― Tómate tu tiempo.

SooJin se acerca a ellos robándose su atención. ― Jungkook, eso fue muy valiente... ― Ella le regala palmaditas en el hombro en señal de apoyo. Mira a su primo. ― Cuéntale sobre el cambio de planes, tu tren ya está por irse. ― Y se retira cuando su tía la llama.

Jungkook lo mira sin entender. ― ¿Cambio de planes?

― Bueno... Traté de decírtelo antes, pero hubieron interrupciones. ― Ríe nervioso, mira a Jungkook. ― Me dieron la alternativa de quedarme en Corea hasta que me sienta listo para ir a América, tengo un cupo asegurado ahí... La verdad no me sentía listo de irme de casa y dejar todo los que conozco acá, a mi mamá, a SooJin... y a ti.

― ¿Entonces te quedarás?

― Sí, en Busan, ahí tienen una sede que administra mi anterior entrenador de baile. Me quedaré ahí todo el verano, en casa de una amiga cercana a mi madre.

Jungkook no dice nada más, solo atrae su pequeño cuerpo al suyo más grande para abrazarlo, JiMin se sonroja violentamente y con una tímida sonrisa corresponde al abrazo. 

― Tienes todo mi apoyo. ― Dice una vez que se separan. ― Y una vez que estés listo para irte a América, yo mismo te llevaré al aeropuerto, y si es posible te dejaré en la puerta de esa academia.

JiMin asiente feliz, y Jungkook se toma un momento para capturarlo en su memoria. Su piel blanca, reluciente, sus ojitos marrones con un brillo especial, incluso esas pequeñas bolsas bajo sus ojos le dan un toque único. 

Él está seguro de que dará todo para tener un futuro a su lado.

Último aviso, el tren número 12 a Busan está por partir... Último aviso, el tren 12 a Busan está por partir...

Esa voz que resuena en la estación los obliga a separarse, las personas empiezan a moverse más rápido a su al rededor para subir al tren, JiMin sabe que también debe irse antes de que el tren parta. SooJin vuelve a acercarse y le entrega su maleta, gira hacia ella y le sonríe, de paso también a su mamá, quien veía todo sin interferir, sabe que no es momento de pedir explicaciones, quizás luego.

― Supongo que te veré al final del verano, si es que decido volver. Ahora mismo no lo sé. ― Se alza de hombros, Jungkook niega con una sonrisa y mete sus manos en sus bolsillos.

― Quizás te vea allá.

JiMin frunce el ceño. ― ¿A qué te refieres?

― Mis abuelos viven en Busan, y luego de todo lo que mis padres me dijeron, y lo que yo les dije, quizás me sienta bien pasar el verano con ellos... ― Hace un ruidito como si estuviera analizando lo que dijo.

JiMin ríe y sus ojitos le brillan. ― ¿Estás jugando?

― Claro que no, realmente lo estoy considerando. ― Se alza de hombros, JiMin lame sus labios y baja la cabeza con una sonrisa.

― Pues bien.  ― Alza la cabeza. ― Entonces nos veremos ahí. ― Le extiende su mano para que Jungkook la estreche y él con una sonrisa juguetona la toma. ― Para lo que sea, escríbeme o llámame.

Jungkook asiente, y en un rápido movimiento lo atrae para sí, sus rostros quedan cerca, tanto que sus narices se acarician, y con una sonrisa coqueta Jungkook rompe la distancia entre ambos, robándole el aliento a JiMin, pero no duda en corresponder al suave tacto de sus labios. No dura más de cinco segundos.

JiMin sonríe feliz y avergonzado, es la primera vez desde que se conocen que se besan en público, sin miedo al qué dirán de ellos, de su orientación sexual, de su vida privada y de su felicidad.

― ¡JiMin, debes subir! ― Le avisa SooJin preocupada porque el tren ya estaba por partir.

JiMin gira hacia ella y asiente. Carraspea y mira una última vez a Jungkook. ― Te veo luego.

― Llámame cuando llegues. ― Le pide Jungkook con una voz suave, aún con un ligero hormigueo en sus labios por el beso con JiMin.

JiMin sonríe y asiente, finalmente se da la vuelta para caminar hasta su madre y despedirse por última vez. Jungkook ve que conversan un poco, se abrazan y lo mismo con SooJin; JiMin sube a las pequeñas escaleras del tren y desde ahí agita su mano para despedirse, su sonrisa es de felicidad al igual que las pequeñas lágrimas que se acumulan en sus ojitos marrones.

Jungkook lo mira entrar al tren por completo y seguramente luego tomar su asiento, todo al lado de SooJin quien abraza uno de sus brazos para darle el soporte que necesita de una amiga. El tren finalmente parte y ellos quedan en silencio hasta que lo ven a lo lejos desaparecer.

Escuchan a la señora Park carraspear y ambos voltean a verla. ― Ustedes tienen mucho que explicar.

Ambos ríen nerviosos, Jungkook se sonroja al saber que la madre de JiMin estuvo presente viendo todo el espectáculo que dieron por culpa de sus padres. Seguramente debe estar confundida, y hasta algo fastidiada.

Jungkook pasa saliva. ― Disculpe, señora Park, por todo el alboroto...

Ella suspira. ― Vamos a casa, tengo galletas y café, ahí hablaremos con más calma. ― La mujer empieza a caminar, SooJin la toma del brazo con su mano libre, al otro lado manteniendo su agarre en Jungkook, los tres empiezan a caminar hasta salir de la estación casi vacía.

Por otro lado, JiMin recargaba su cabeza en la ventana del tren, la nieve caía por fuera y el vidrio de la ventana estaba frío; pero a él le gustaba la vista y la sensación del frío. La sonrisa en su rostro permanece, más leve pero aún se mantiene en sus labios, todo parece un sueño.

Saca su teléfono junto a sus audífonos y coloca aquella canción que habla de un amor que se quiso pero no se pudo, y se perdió en un planeta lejano y frío.

Aquella melodía que describía su relación con Jungkook después del accidente, aquella canción que bailó bajo la lluvia antes de explicarle toda la verdad a Jungkook, aquella que bailaron en la playa, aquella que ahora escucha dándole la bienvenida a su nuevo futuro... uno donde no estará solo, pues su familia y Jungkook lo acompañarán, donde al fin venció sus inseguridades y tormentos.

En Saturno viven los hijos que nunca tuvimos. En Plutón aún se oyen gritos de amor.

Busca en su galería aquella foto que se tomaron apenas hace unos días, una donde ambos se veían felices al lado del otro.

Y en la luna gritan a solas tu voz y mi voz, pidiendo perdón... cosa que nunca pudimos hacer peor.

Apaga la pantalla de su celular y vuelve a fiar su vista por fuera de la ventana, los rayos del atardecer chocan con su rostro. Quita aquella canción y coloca otra más alegre en reemplazo.

Era hora de dejar el pasado atrás, y simplemente avanzar.

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