𝐐𝐔𝐈𝐍𝐂𝐄
Se ve al espejo por última vez y verifica si su cabello se ve arreglado, asiente cuando lo confirma. Camina hasta la silla de su habitación y toma la chaqueta de cuero negra que ahí estaba colagada, se la coloca y sale de su habitación. Baja las escaleras con un objetivo en mente: Salir de casa. En el camino, a mitad de la sala principal, se encuentra con sus padres y no puede evitar colocar su rostro serio.
Ellos notan su presencia. Su padre retira el periódico de su vista y su mamá deja la tasa de café en la mesita de centro.
― Saldré.
― ¿A dónde? ― Pregunta su madre.
― A casa de mi novia. ― Miente.
Sus padres se miran entre ellos, como si se pusieran de acuerdo a través de la mirada, y es su padre quien finalmente termina asintiendo con la cabeza, otorgándole el permiso.
― Vuelve temprano. ― Dice su mamá y vuelva a tomar su tasa de café. Su padre vuelve a leer el periódico entre sus manos y Jungkook solo asiente para salir de casa.
Su relación no ha vuelto a ser lo que era. Y no es que antes fueran muy cercanos, pero al menos, compartían más palabras en la cena o el almuerzo. Lamentablemente, Jungkook ya no confía en sus padres como antes, no después de lo que le hicieron, y ellos parecen muy conscientes de eso.
Toma una bocanada de aire antes de levantar su mano y tocar la puerta de madera con sus nudillos. Arregla su chaqueta con nerviosismo cuando escucha pasos del otro lado y un "Yo voy" de SooJin, pues reconoció su voz.
Casi al instante la puerta es abierta revelando a su ex-novia quien lo mira con una ligera sonrisa.
― Hola Jungkook, JiMin ya está por bajar. ¿Quieres pasar? ― Apunta el interior de la casa.
Jungkook niega amablemente. ― No, no, aquí lo espero.
SooJin asiente y se apoya en el marco de la puerta. Ella sabe de la salida que ambos tendrán esa tarde, Jungkook se encargó de contárselo aunque JiMin no sepa sobre esto. De todas formas y según su punto de vista, SooJin siempre será de ayuda.
― Lo veía algo indeciso desde la mañana, pero al final veo que no canceló su salida.
― ¿Indeciso? ― Pregunta preocupado.
― Sí, pero descuida, es difícil para él, ¿no? ― Baja la mirada. ― No me imagino lo que habrá sentido todo este tiempo, yo sin saberlo... cada que nos besábamos frente a él...
Jungkook coloca una mano en su hombro interrumpiendo indirectamente sus palabras. Le dedica una ligera sonrisa.
― Hablemos esto después, ¿sí?
SooJin asiente y suspira. Arregla su cabello tratando de disipar sus pensamientos. ― Espero la pasen bien, cuídalo mucho y vuelvan temprano.
― De eso no lo dudes.
― Jungkook...
Detrás de SooJin aparece JiMin, ella se sorprende y sonríe hacia su primo. ― Bueno, yo me retiro. ― Se aleja dejándolos a ambos solos en la entrada de la casa.
JiMin pasa saliva quedando frente a Jungkook. Jeon lo mira directamente a los ojos y sonríe tiernamente, pero sin poder evitarlo su mirada baja hasta sus ropas. Luce diferente, más arreglado de lo común, y hasta parece usar algún tipo de loción de vainilla. Sin duda alguna no es el JiMin que hasta ese entonces se ha mostrado frente a él.
Le gusta poder ver una nueva versión, más viva y colorida del JiMin que hasta ese momento conoció.
― Hola Jungkook. ― Alza la mirada por un momento y arregla su cabello.
― Hola JiMin. ― Esconde sus manos en su chaqueta y se encoje de hombros. ― ¿Estás listo?
JiMin le da un rápido vistazo a sus cabellos azules despeinados por el viento del clima frío. Pasa saliva por segunda vez en cinco minutos cuando ve lo arreglado que está.
Y solo saldremos él y yo, como hace mucho...
― Sí, vamos.
― No pensé que realmente lo harías...
JiMin escucha las olas chocar suavemente contra la arena, el sol ilumina su rostro y sus ojos miran el horizonte tan hermoso y extenso frente a sus ojos. No hay nadie más, solo ellos.
― ¿A qué te refieres? Dijiste que nuestra primera cita fue en esta playa. ― Jungkook cuestiona preocupado por desilusionar a JiMin.
― Sí, lo dije. ― Asiente, gira su rostro para verlo a los ojos.
― Pensé que sería buena idea empezar de cero en un lugar tan importante para tí como este. ― Extiende sus brazos ligeramente hacia el frente señalando la vista frente a ellos.
― No pensé que me traerías aquí, sinceramente. ― Sonríe tristemente bajando la cabeza.
― ¿Entonces no te gusta?
Alza la cabeza y niega rápidamente con una sonrisa nerviosa. ― No, no me malinterpretes... No me molesta, solo fue inesperado.
Completamente inesperado.
― Quizás no fue buena idea, ¿Vamos a otro lugar?
Dice pero JiMin no lo escucha, su mirada se pierde en el borde de la playa frente suyo y puede jurar verlos a ambos años atrás corriendo a la orilla de las olas, sonriendo con las ropas mojadas y el atardecer detrás suyo.
― ¿JiMin? ― Jungkook coloca una mano en su hombro obligando a JiMin a salir de sus recuerdos. ― Vamos a otro lugar...
Él niega, aún con la mirada en el mismo punto. ― No... aquí estará bien. ― Alza la comisura derecha de sus labios en una diminuta sonrisa. ― Vamos a sentarnos.
Él es el primero en dar un paso al frente y tomar asiento con las brazos apoyados detrás suyo, siente la arena cálida bajo sus manos y suspira. Jungkook lo sigue quedando sentado con las piernas cruzadas al lado suyo. Ambos encarando el atardecer en un intimidante silencio por varios minutos hasta que Jungkook decidió romperlo.
― JiMin.
― ¿Sí? ― No lo mira.
― No te lo dije antes, pero te ves bien. ― JiMin gira su rostro para verlo, se queda sin palabras cuando sus miradas chocan. Jungkook presencia el momento en el que sus mejillas se colorea y le regala una sonrisa. ― Te ves más animado, nunca pensé verte así.
― Gracias. ― Carraspea evitando su mirada, no puede perderse en esos lindos y oscuros ojos redondos.
Jungkook ríe suavemente al ver su reacción. ― ¿Cómo has estado estos días?
JiMin le devuelve la mirada unos segundos y pasa saliva. ― He estado mejor, pero en verdad debería preguntarte eso a ti.
― ¿A mí? ― Con una sonrisa arquea una ceja.
Abraza sus piernas. ― Rompiste con SooJin hace pocos días, te conté sobre nuestro accidente y lo que tus padres hicieron... Y aún así luces tranquilo. ― Suba la mirada. En su rostro se refleja la confusión y la preocupación.
La sonrisa de Jungkook flaquea. ― Yo estoy... bien. ― Suena más a una pregunta que a una afirmación. JiMin lo nota.
― Te conozco lo suficiente para saber que me estás mintiendo, Jungkook.
Suspira bajando la mirada. ― ¿Qué puedo decir? ― Pasa su mano pro su rostro y cabellos azules. ― No sé cómo me siento.
JiMin analiza su rostro y expresiones. Ese ligero ceño fruncido, sus ojeras y la tensión en su postura... pareciera que algo dentro suyo estuviera picando por salir a manifestarse, y ni él mismo se da cuenta.
― Ya he visto esto antes...
JiMin dejando los nervios o la vergüenza de lado se inclina ligeramente hacia Jungkook, él lo mira con los ojos bien abiertos cuando una de sus manos se coloca en su hombro.
― Estás reprimiendo lo que sientes... Al parecer no has dejado de hacerlo. ― Sonríe tristemente hablando en un susurro.
― ¿Reprimiendo?
― Esto ya pasó antes, cuando tenías conflictos contigo mismo, te cuestionabas si estaba bien estar conmigo en secreto, te dolía tanto como a mí estar ocultos de tus padres y de todos... pero no lo demostrabas, solo reprimías lo que sentías. ― Retira su mano pero mantiene el contacto visual. ― Supongo que querías obligarte a estar bien...
Jungkook pasa saliva.
― No lo hagas... Está bien llorar, Jungkook.
Esa frase parece hacer eco dentro suyo...
Está bien llorar.
Su noviazgo con SooJin no fue largo como esperaba, pero desarrolló un gran cariño por ella, tanto que aceptó ser su amigo para tenerla cerca, siendo una persona de confianza. A pesar de decir que está bien con eso... realmente no lo está.
Nunca esperó que su noviazgo terminara de esa manera en el momento, quizás, menos indicado para él. Pero lo aceptó, lo aceptó por que no tenía otra opción. Y calló lo que sentía porque no creyó correctos sus sentimientos, creyó que podría ignorarlos.
Y sus padres...
No logra entender cómo es que pudieron hacer lo que hicieron. ¿Acaso no piensan en su felicidad? ¿Porqué quieren controlar cada aspecto de su vida? No lo logra entender, y quizás no lo haga. No quiere vivir bajo las reglas de personas anticuadas que quieren hacer todo a su manera, sin darle a él la oportunidad de experimentar...
Le duele aceptar la realidad de sus padres, y el hecho de que su relación padres e hijo se ha deteriorado... aunque tampoco tiene muchos motivos para mejorar su relación, es más, los quiere lejos de su vida, pero por ahora debe tragarse esos sentimientos porque sus padres lo intimidan.
No debería ser así.
Y JiMin... JiMin realmente lo confundió, el enterarse de su historia explicó muchas dudas, sus sueños extraños, su amnesia... pero dejó un vacío del "qué fue" en su corazón que quiere llenar.
Todo eso está acabando con él, pero Jungkook no lo acepta.
― Todos tenemos derecho a sentirnos mal, no siempre vamos a sentirnos bien y no podemos obligarnos a serlo.
Jungkook se queda enganchado en su mirada por un par de segundos antes de negar con una sonrisa, pero JiMin alza las cejas y señala su rostro.
― Estás llorando.
Su sonrisa se borra y automáticamente su mano se dirige a su mejilla para corroborar sus palabras. Sus dedos tocan su mejilla húmeda y no puede evitar reír por lo bajo.
― Sí... ― En vez de parar las lágrimas, simplemente las deja caer, aceptando el dolor. Cubre su rostro y JiMin por acto de reflejo se acerca más a él para acariciar su espalda ayudándolo a desahogarse. Por varios minutos siguen en la misma posición hasta que Jungkook descubre su rostro y limpia su lágrimas con la manga de su chaqueta, JiMin le regala una sonrisa comprensiva.
― ¿Estás mejor?
Jungkook asiente y no dice nada, las palabras no salen de su boca.
― Está bien, lo entiendo. ― Palmea su espalda y vuelve a su asiento. De su bolsillo saca un poco de papel higiénico para que Jungkook limpie su rostro. ― Ten.
― Gracias... ― Lo recibe tímido. ― Quizás sí necesitaba llorar un poco.
JiMin asiente. Dentro de poco empiezan una suave conversación, la escuela y los exámenes próximos. Ambos empiezan a charlar como si fueran amigos de toda la vida, tanto que ninguno se da cuenta de que el sol se escondió por completo y la Luna se refleja en el agua.
― Mira, ya es de noche... ― JiMin inhala el aire frío de la noche y sonríe hacia el mar. Jungkook sonríe, sus ojos trazan su perfil.
Piensa lo extraordinario que es charlar con alguien a quien no conoces de nada, como si se conocieran de muchos años... lo irónico es que no es mentira, es solo que él no lo recuerda.
Mete su mano a su chaqueta y saca su teléfono celular, busca entre sus aplicaciones hasta que encuentra lo que busca y luego lanza su teléfono a un lado. Para sorpresa de JiMin este se pone de pie con una sonrisa en el rostro.
― ¿Qué hac-
Vuelves en cada sueño que tengo...
Una canción empieza a reproducirse desde el celular de Jungkook sobre la arena. Y es la misma canción que él bailó aquella tarde bajo la lluvia.
― ¿Sabes? Tardé unos días pero finalmente encontré la canción que te vi bailar ese día. ― Le extiende su mano. ― ¿Quieres bailar?
JiMin procesa esas palabras, abre la boca pero nada sale de sus gruesos labios. Sus mejillas se tiñen de rosa y aplana sus labios con nervios.
― Vamos, será divertido. ― Jungkook lo alienta. Su sonrisa opaca los rastros de lágrimas en sus mejillas.
― ¿Quieres bailar conmigo? ― Cree que es una broma.
― Claro que quiero.
Maldice cuando los latidos de su corazón se aceleran por su bonita sonrisa dedicada solo a él. Por un momento se refleja su lindo Jungkook años atrás extendiéndole la mano para tomarlo de la cintura y plantar un beso en su mejilla.
En ese mismo lugar, bajo esas mismas estrellas.
Sin esperar mucho y dejando el miedo de lo inesperado de lado toma su mano, Jungkook lo ayuda a colocarse de pie y sus pechos se rozan sin querer, quedando tan cerca que no parece un accidente, y la diferencia de tamaño entre ambos se hace notar. JiMin no puede evitar sonrojarse aún más.
― Te sigo. ― Jungkook no quita esa encantadora sonrisa de sus labios y JiMin maldice por quinta vez en su cabeza.
No te ilusiones Park, se repite constantemente en su cabeza, pero parece ignorarse a sí mismo estando tan cerca de Jungkook.
JiMin da un primer paso algo torpe, gran bailarín pero nervioso ante la mirada curiosa del más alto. Jungkook ríe suavemente cuando JiMin afirma el agarre de sus manos, las coloca a la altura de su cabeza y con su mano libre dirige la de Jungkook a su cintura. En esa posición, quedan cerca, escuchando los latidos del otro.
― ¿Cómo se llama este baile?
― Esto es un vals. ― Responde en voz baja. ― Sigue mis pasos.
Hacia la izquierda, hacia la derecha, un pequeño giro y de vuelta a la posición inicial, ese era el plan. Jungkook seguía con cuidado cada lento movimiento, y JiMin lo guiaba con confianza, él no era un mal bailarín.
Tienes la misma culpa que tengo...
Recuerda las veces que se quedaban hasta tarde ensayando en su habitación, JiMin praticaba y Jungkook se ofrecía a ser su pareja.
Bailan bajo el manto de estrellas como si aún fueran amantes, con cada paso coordinado. Jungkook se sorprende al seguir cada movimiento como si ya lo hubiera hecho antes.
Yo no quería amarte...
Jungkook y JiMin suben sus miradas al mismo tiempo.
Tú me enseñaste a odiarte...
Jungkook sonríe.
Todos los besos que me imaginé...
JiMin siente sus ojos picar.
Vuelven al lugar donde los vi crecer.
Jungkook detiene sus movimientos si pensarlo dos veces toma su rostro entre sus manos, limpia sus escasas lágrimas con sus pulgares, siendo suave.
― No llores, JiMin. Por favor. ― Se siente culpable. ― Sabía que era mala idea traerte aquí. ― Se regaña a si mismo.
Y en la Luna gritan a solas tú y mi voz, pidiendo perdón...
― Está bien Jungkook.
Cosa que nunca pudimos hacer peor.
Jungkook lo mira directamente luciendo preocupado, JiMin no aleja su mirada aunque tenga la necesidad de hacerlo. Él no suelta sus mejillas, parece perdido en su mirada. Algo lo atrae, algo que no entiende pero está dentro suyo y lo abruma.
De repente sus ojos recorren su rostro, el rastro de lágrimas en sus mejillas rojizas, su nariz pequeña y sonrojada, y sus ojitos tristes. Jungkook sabe que no fue buena idea traerlo aquí, quizás fue insensible de su parte, definitivamente una mala idea. Pero por más que quiete alejarse y pedirle perdón... se siente correcto estar tan cerca suyo, un sentimiento familiar pero al mismo tiempo lejano.
¿En qué momento su cuerpo empezó a inclinarse lentamente hacia el contrario? No lo sabía, pero no quería detenerse... no quería pero...
― Acabó la canción. ― JiMin se aleja con cuidado y carraspea desviando la mirada. ― Perdón por llorar, solo... me emocionó la canción. Tiene un significado especial para mí, es todo. ― Se abraza a sí mismo.
De la nada, una noche agradable se volvió amarga.
Jungkook no quita su mirada de él y JiMin no sabe como reaccionar ante esto, solo piensa en su cabeza una manera de arreglar las cosas, sin saber lo que Jungkook está descubriendo al verlo de otra forma.
― Llévame a casa, Jungkook.
Él asiente. ― Vamos.
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