Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⚝ Capítulo 04


Enano peleón
✥——————✥—————✥

— Tu dormitorio está lleno de libros raros. —Comentó Jimin como dato mientras miraba a Jungkook con burla—. Me lo dijo Jaden.

Jaden era un chismoso. Pensó Jungkook en silencio. A parte de ser uno de los chicos de prácticas más adelantados de su curso, solía compartir dormitorio con Jungkook cuando los familiares venían a visitar a los demás estudiantes.

Era un chico risueño, amable y algo curioso. Eso molestaba a Jungkook, pues pasaba todo el rato buscando entre sus cosas para saber que escondía el mayor, cosa de principiantes.

— Jaden es un chico que necesita de atención y no sabe cómo hacer para lograrla. —Suspiró—. No son libros, son cómics y mangas.

— Jaden es buen chico.

— No lo es. —Gruñó—. Tal vez tú lo digas porque sois iguales. Ambos chismosos, inaguantables y entrometidos.

— Bueno, relájate. —Bufó—. Sólo es un crío de diecinueve, olvídate de él y ya. Es curioso y trata de buscarte algo que deje de hacerte perfecto. Quizás esté enamorado de ti.

La mirada de horror que le dirigió Jungkook a Jimin se vio interrumpida por la carcajada del mayor y unas cuantas palmadas en la espalda del más alto.

— Bromeaba. —Habló de manera rápida al ver como esa mirada se tornaba oscura—. Tranquilo, bestia, no me comas.

— Cállate. —Ordenó serio y con el ceño fruncido—. Será mejor que vayamos cada uno a su dormitorio, mañana llegan las cámaras y debemos hacer la prueba.

Jimin mordió sus labios haciendo una mueca y asintió, notaba que Jungkook no quería hablar más hoy, suficiente lo que hicieron minutos atrás.

— Sí, será mejor. —Añadió poco después—. Ve preparando la maleta, Jeon, o me veré obligado a irme solo a Saturno.

Jungkook negó con la cabeza dándole la espalda para ir a buscar la sala de su dormitorio.

— Y tú también. —Masculló—. No te olvides de Chimmy, ya sabes, ese peluche amarillo al cual abrazas todas las noches como niño pequeño para poder conciliar el sueño.

— ¿Cómo demonios sabes de la existencia de Chimmy? —El de pelo negro sólo se encogió de hombros mientras caminaba sin voltearse, poniendo de los nervios al rubio—. ¡Hey, Jeon, te estoy hablando!

— Y yo estoy pasando de ti. —Declaró, llegando a la sala y adentrándose en ella para buscar su dormitorio.

— ¡Ya veremos mañana, imbécil!

Estaba furioso. ¿Cómo es que Jungkook sabía sobre su peluche y el cómo dormía? Al día siguiente le reprendería tanto que le pediría perdón de rodillas y sollozando porque le dejase en paz...

— Parker. —Una voz le hizo sobresaltarse, mirando a los lados hasta encontrarse con Shad, asistente de Feith—. ¿Qué haces aún por los pasillos? Es tarde y recién terminan la entrevista. Ve a descansar, mañana será un día largo.

— Sí, gracias Shad, estoy muy bien, ¿tú? —Preguntó con sorna—. Ya me voy, estaba hablando con Jungkook.

— Pues a menos que Jungkook se haya convertido en pared, no le veo por ningún lado.

— Que ya me voy dije. —Bufó—. Aquí todos están amargados.

Shad colocó bien la carpeta que llevaba en sus manos y suspiró.

— Y tú eres el primero. —Le empujó suavemente—. Ve, vamos.

El rubio volvió a bufar y caminar cual niño regañado hacia su dormitorio, con pocas ganas y con pasos lentos hasta abrir la puerta y adentrarse.

— Buen día para ti también, Chimmy. —Saludó al peluche que relucía sobre su cama—. ¿Cómo la pasaste? ¿Mucho aburrimiento, uhm?

Tomó un brick de leche y lo abrió para beberlo mientras se encaminaba hacia su cama.

— Mi día ha sido pesado, pero mañana lo será más. —Confesó con voz cansada. Dejó el brick sobre la mesita al lado de su cama y se acercó al baño—. Iré a tomarme una ducha, cualquier cosa grita y vendré en tu ayuda.

Chimmy era la única compañía que permitía a Jimin ser como realmente era. Un peluche en forma de perro amarillo, en honor a su perro de la infancia llamado Chimmy también. Lo mantenía con él como un recuerdo y era obvio que iría con él a Saturno y vuelta. Le hablaba cuando sus días no eran los mejores del todo, esperando por una respuesta que no llegaba nunca y desahogándose en el proceso.

Puede que nunca mostrase ese lado que le mostraba al peluche a ningún ser humano. Jamás.

Suspiró, llegando a la cama y acurrucándose junto al nombrado, abrazándolo con fuerza y contándole sus miedos como cada noche, esperando porque éste le escuchase y le aconsejase en silencio.

Pocos minutos después, cayó plenamente dormido mientras su mente no dejaba de trabajar y enfrentar a sus miedos.

Lo que no sabía, es que la noche de insomnio le tocaría a su compañero, porque al otro lado de la base, Jungkook permanecía echado sobre la cama, mordiendo sus labios y mirando al techo pensativo.

Si se suponía que ambos se habían dado una tregua... ¿había sido malo de su parte haberle hablado de esa manera al rubio?

Esperaba que no. Sus pensamientos le estaban matando, así que se levantó tan rápido como se recostó y se acercó a la puerta, negando rápidamente y volviendo a su sitio.

— No, no, es mejor que todo siga así. —Murmuró para sí mismo, mirando el hueco que había dejado en su cama—. Tal vez me deba comprar yo también un peluche para no dormir solo.

Rió con gracia y peinó sus cabellos antes de volver a intentarlo, abriendo la puerta y saliendo de ella, dejándola encajada para comenzar a buscar el pasillo O-95.

Llegó en apenas segundos y buscó con la mirada el dormitorio de Jimin, encontrándolo de manera rápida y acelerando sus pasos antes de volver a arrepentirse de lo que haría.

Se situó frente a la puerta y levantó su puño dispuesto a tocarla, pero no pudo. Cerró sus ojos y respiró hondo; sólo era disculparse y volver, tarea fácil. Pero no tanto para su orgullo.

Quiso retirarse de nuevo y su cuerpo no lo permitió permaneciendo quieto cual estatua.

— Ahg, maldita sea. —Susurró—. Está bien, hagamos esto sencillo.

Volvió a respirar hondo y llamó con decisión.

Nadie contestó, ni tampoco se oyeron pasos.

Lo intentó de nuevo, y otra vez no recibió nada. Resignado, bufó en voz baja y aclaró su garganta antes de hablar.

— Oye, enano peleón. —Murmuró—. Yo... yo sólo quería disculparme ante la mala contestación que te di antes. Sé que eres mayor que yo y debo tener respeto hacia ti, pero el cansancio y las pocas ganas que tenía de seguir existiendo me ganaron. Lo siento, no quise hablarte mal. Espero que... que puedas pensarlo y perdonarme. Es una estupidez, lo sé, aunque aquí estoy frente a tu puerta porque mis pensamientos no me dejan en paz. —Empujó la lengua contra su mejilla—. Bien, espero que hayas escuchado mis disculpas, acabo de mandar mi orgullo a la mierda por esto. No era nada más. Ten buena noche y descansa. Nos vemos mañana, hasta luego.

Mordió su labio inferior e hizo una mueca con él antes de retirarse despacio y sin hacer ruido, volviendo a pasos lentos y cautelosos hacia su dormitorio.

Una vez llegó, pudo respirar tranquilo y lanzarse a la cama, cerrando sus ojos en el proceso.

¿Había hecho bien o mañana sería la burla de toda la institución?

No quería pensar más. Apagó su mente y se dejó llevar por Morfeo, cayendo profundamente dormido en pocos minutos y sin repercusiones, soñando con estrellas y naves espaciales, como siempre hacía desde que tenía uso de razón.

Un sueño que en dos días se haría realidad.

Si nada pasaba.

«...Sin embargo, en cuanto supodel peligro que yo corría, él no dudó en lanzarse hacia ella.»

   • . * ˗ ˏˋ S A T U R N O ˎˊ˗ * . •

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro