Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prólogo.

Fría. Vacía. Sin color.

Así se sentía la Tierra luego de volver a pisarla tras 798 años en el espacio.

Mis rodillas pegaron en el suelo vencidas y mis codos le acompañaron refugiando mi rostro. Las primeras lágrimas no dudaron en caer por mis mejillas, mi traje espacial se llenaba de tierra pero no me importaba. El peluche que sujetaba y apretaba contra mi pecho estaba seguro ahí.

Estaba sano y salvo, pisando suelo terrestre y finalizando una de las mejores expediciones que el ser humano ha podido hacer en el último milenio.

Pero volvía solo.

Había comenzado esta aventura acompañado.

Y aunque mi cuerpo aparentaba el de un joven cerca de los cuarenta, mi alma estaba rota y vieja, acompañando a mi corazón y habiendo vivido demasiado.

Ahora todo sería diferente. Ahora él no estaba a mi lado.

Por inercia o, tal vez, destino, mi mirada se dirigió al brillante cielo lleno de estrellas y una lágrima más cayó por mi mejilla.

Había comenzado a creer en esto del destino cuando le conocí. En un principio como algo jodido y fastidioso, pero luego como lo mejor que me hubiese pasado. Porque él me enseñó a creer en ello y lo llevamos a la práctica.

El universo entero se movió por nosotros. El destino cambió de ruta.

Y nosotros, siendo sus marionetas.

Las estrellas seguían parpadeando, los planetas girando en órbita alrededor del Sol, los cometas surcando el cielo estelar y los asteroides observándonos en silencio.

En cambio, no había rastro de ti.

Debíamos acabar esto juntos. Llegar a Saturno, comunicarnos con la Tierra y volver. Estar sanos y salvos.

¿Qué nos pasó?

¿Por qué fue que tuvimos que enamorarnos y uno de nosotros arriesgar la vida por el otro?

Soy un cobarde. Por mucho que insististe, nunca tendría que haberte dejado saltar. No teníamos opción.

¿Recuerdas la vez que hablábamos de nuestras películas favoritas y te hablé sobre Titanic? Una película de hace casi setenta años por ese entonces y que me había enamorado por completo. Te dialogaba sobre el debate del hueco en la tabla de Rose y el sacrificio de Jack. Nunca llegué a pensar que pasaría por algo parecido. Lo único diferente aquí fue... que realmente no había espacio para dos en la cámara de criogenización.

La mía se había roto hace algunos años, la tuya estaba en perfectas condiciones pero cediste a dejármela y con eso condenarte a ti mismo. ¿Por qué lo hiciste? ¿Tanto me llegaste a amar?

Aún nos quedaban cerca de cuatrocientos años para llegar a la Tierra cuando eso sucedió. ¿Tan cruel debió ser el maldito destino? ¿O la empresa científica que no comprobó la calidad de sus productos?

Ahora no dejo de pensar en eso. En si podré vivir en paz contigo en mis recuerdos; tu sonrisa, tu voz y tu horripilante forma de ser.

Ahora miro las estrellas solo, pensando en que por muy brillantes que me parezcan, ninguna es capaz de erradicar tanta luz como tú lo hacías.

Estoy seguro de que te tendrían envidia si llegasen a verte. A volverte a ver.

¿Qué dirían si pudiesen hablar? Todas te miraban, deslumbraban ante ti pero tú... tú solo eras capaz de mirarme a mí.

Júpiter estaría orgulloso de nosotros y la Luna nos gritaría eufórica.

A mi mente vienen ahora todos esos momentos. Tú sonriendo a la cámara mientras señalas el delfín de Júpiter tras el cristal de la nave. El monte Olimpo en Marte saludándonos y tus "es tu lugar, dios griego". O cuando llegamos a la Luna, descubriendo el amor por el camino y aplastando la bandera estadounidense con las grandes botas espaciales mientras murmuras un "much better" en acento británico porque, aunque siempre adoraste Estados Unidos, nunca te gustó la forma de hablar nativa.

Y como no es tiempo para recordar siglos pasados, técnicamente, sonrío. Sonrío y río a carcajadas en medio de la nada, junto al cohete espacial y sin apartar mi mirada del cielo.

Pareciendo un loco de la cabeza, la gravedad afectándome.

Por esta y por todas las vidas en las que te encuentre, seguiré mirando a las estrellas y susurrándole mis mayores secretos en tu honor, esperando por ti y sonriendo al destino con burla.

Si este era mi camino, ha sido un placer compartirlo contigo.

Hoy y siempre, te amo.

De aquí a Saturno.

Aunque no lleguemos en el intento.

Aunque nos quedemos sin tiempo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro