Capítulo OO2.
Tiempo al tiempo
⚝
Aalgunos metros de las habitaciones compartidas, Jungkook dejó de caminar, pensativo y con una mueca en sus labios. Cambió de dirección y terminó por dirigirse hacia el garaje, en busca de la nave que lo llevaría a cumplir sus sueños.
Entrando a la sala, sorprendió a uno de los chicos de práctica observando el aparato justo en el centro, cual obra de arte en museo.
— Es intimidante. —Habló caminando a pasos lentos hacia él. El estudiante se sobresaltó y soltó una risa avergonzada.
— Sí, sí que lo es.
— Aun no puedo entender como fui el elegido para montar en eso y salir del planeta. —Suspiró—. Jungkook es un chico realmente afortunado de tener el dinero suficiente como para comprar un cohete espacial. —Rió secamente—. Parece un capítulo de una mala serie.
— No digas eso, él se ha esforzado tanto como nosotros para llegar aquí.
Jimin se acercó a la nave y acarició su envoltura metálica, mirándola con asombro.
— A base de billetes y sobres bajo la mesa. —Murmuró—. No me gusta comparar ni creer que soy mejor que nadie, pero no creo que Jungkook tenga el mismo nivel intelectual sobre astronomía que yo.
— Pienso que cada uno es diferente en esa área. —Se encogió de hombros, tendiendo su mano hacia el mayor—. Mi nombre es Yaeil.
— Lo sé. —Señaló la placa—. Lo pone ahí; Yaeil Choi. ¿Por qué me suena tu apellido?
— Oh. —Sonrió tímido—. Mi familia son los dueños del hospital central Gung. Mi abuelo, tíos y padre son bastante reconocidos... la familia de médicos Choi.
— La oveja negra de la familia. —Rió observándole.
— Podrían llamarme así. No lo hacen porque, al contrario que cualquier libro juvenil, ellos apoyan mis decisiones.
Jimin asintió con gracia y limpió sus manos de la ligera capa de polvo que le había manchado la piel al tocar la nave espacial.
— Iré a los dormitorios, puedes consultarme cualquier cosa que desees, Choi, estaré por aquí.
— Espere. —El menor tomó su brazo parándolo antes de que voltease, mirándole con ojos curiosos—. He oído que... que se lleva mal con el agente Jeon, ¿por qué lo hace?
Park suspiró.
— En primer lugar, no le gusta que le digan Jeon, Es Young, no acepta que sus orígenes sean coreanos. —Rodó los ojos—. Y en segundo, no lo sé. Quiero decir, nunca nos llevamos bien del todo... desde el principio. Fue vernos y tener una especie de odio o rencor hacia el otro instantáneo. —Abultó sus labios—. Igual que cuando dejas solos a un gato y un perro en una habitación vacía, ellos pueden o llevarse muy bien o pelear. A nosotros nos gusta más la segunda opción: discutir por cualquier cosa, no hay razón. O tal vez sí... a mí me molesta que haya conseguido sus títulos a través del dinero y que ahora sea encargado de la misión más especial del último siglo sin saber nada sobre el universo y a él... a él le molesta que sea tan joven y tan inteligente. Supongo que esto es una venganza para él; demostrar que no sirvo cuando muera en el intento en la dichosa misión y él cumplir al dejarme ir en la nave.
— Uhum. —Asintió en un sonido con sus labios—. Tiempo al tiempo, Park.
— Sinceramente... —Comenzó—. El tiempo no es que me importe demasiado. Solo es una definición mal entendida de los números y el espacio.
— De acuerdo. —Rió—. Iré en su búsqueda cuando necesite saber sobre números y espacio mal entendido.
Jimin rodó los ojos negando y comenzando a salir del garaje.
— ¡Te compraré un reloj, Yaúl! —Gritó saliendo, sin llegar a escuchar las últimas palabras del joven.
— ¡Es Yaeil!
Por otro lado, Jungkook había terminado de recoger y preparar todo, suspirando una vez el último casco había sido colocado. Se había entretenido con los chicos de práctica en una de las máquinas de gravedad, dándole algunos consejos sobre ella y ayudándoles a mantenerse firmes.
Entonces, recordó a Jimin y lo que había hecho hace algunos minutos y gruñó frustrado.
— Eres un estúpido, Jungkook Young. —Murmuró para sí mismo, caminando hacia la sala de medicamentos y medicina.
Mordió sus labios buscando alguna pomada que quitara la inflamación y alguna pastilla que actuase como relajante muscular o para cualquier dolor. Una vez las tuvo a la vista, tomó una de cada una y se acercó a los dormitorios en busca del menor, sin encontrarlo.
— ¿Uhm? —Habló de nuevo a sí mismo.
Escuchó voces acercándose y miró hacia la puerta, observando a Jimin entrar despreocupado.
— Pensaba que los de O-31 eran de la segunda planta de dormitorios. —Murmuró, acercándose a su supuesta habitación para abrirla—. ¿Qué se te perdió?
Jungkook suspiró.
— No se me perdió nada, estoy en S-33 por una buena razón. —Murmuró, tendiendo los materiales que llevaba consigo—. He buscado esto en la sala de medicina; la pomada es antiinflamatoria y la pastilla es un relajante muscular que actúa ante el dolor también. —Le miró—. Por si el golpe te duele o te sientes mareado. Lamento haberme pasado de ese modo, suelo ser revoltoso, pero no tanto.
Park le miró con el ceño fruncido y una de sus cejas alzada, sin creerse la buena voluntad del rubio.
— Nah, llévatelos, de seguro la pomada está caducada y me provocará una infección en la piel y la pastilla me drogará.
— Jimin, lo digo en serio, quise disculparme trayéndote esto para tu pronta recuperación. —Suspiró, sin apartar la mirada del otro—. Quiero que mi compañero de aventuras esté listo y al 100% para surcar los cielos junto a mí.
— No te pongas cursi, qué asco. —Fingió una mueca de desagrado—. Me lo quedo, pero si mañana aparezco muerto le dejaré a Yaúl una nota para que sepa que fuiste tú.
Tomó tanto la pomada como la pastilla y se adentró, casi cerrando la puerta en las narices a Jungkook.
— No sé quién es ese chico, pero lo acepto. —Tragó saliva—. Uhm, espero que mañana no aparezcas adolorido o con algún golpe a la vista.
— Si eso sucede le diré a Feith lo que hiciste.
— Eres malvado.
— Sí, todos saben sobre mi falsa apariencia.
Y antes de que Jungkook pudiera decir algo más, la puerta finalmente se cerró frente a su persona. Suspiró y volteó para volver a su dormitorio. Llegó a su planta y buscó con rapidez las llaves de su dormitorio para entrar antes de que alguien más le parase por el camino.
Sirius's Company era una empresa enorme. Con sede en Estados Unidos pero varias localizaciones y emprendimientos en India, Corea del Sur, Francia, Holanda y México.
Había sido una total revolución hace treinta años, cuando se proclamó y se dio a conocer las diferentes estaciones espaciales dentro y fuera de la Tierra que esta empresa mantenía.
Por obvias razones, la más importante era la estadounidense y ésta albergaba más de diez hectáreas de urbanización para práctica, internamiento y estudios tanto informáticos como científicos.
Pero nunca, nunca, habían llevado a tal nivel.
Se limitaban a enviar pequeños satélites artificiales a orbitar la Tierra, instrumentos de estudio geográfico a Marte y ondas a los demás planetas del Sistema Solar, sin cortar las numerosas realizaciones e intentos por enviar sondas de sonido y movimiento más allá de la Vía Láctea.
La cabeza de sus fundadores realmente era impresionante.
Y el principal fundador fue el señor Feith, padre de Numn. Dejó toda su herencia y conocimiento a su único hijo y éste lograría en su nombre el mayor logro para la humanidad en milenios; humanos en Saturno.
En los últimos años se había escuchado mucho movimiento espacial; los rusos pisando Marte por primera vez, una nave totalmente erosionada por el Sol al intentar llegar a Mercurio, la Luna siendo un espécimen turístico para cualquier astronauta y el descubrimiento de un nuevo anillo en Saturno.
Era impresionante lo que había avanzado la ciencia y la astronomía en tan sólo unas décadas.
Y eso se comprobaría en la siguiente expedición. Además, se recompensarían a los astronautas, los cuales debían llegar sanos y salvos, en, aproximadamente, setecientos cincuenta años.
Por otra parte, la criogenización cada vez se notaba más real. Desde el museo de famosos en Canadá criogenizados para despertar en un futuro, hasta utilizar las cámaras para viajar a planetas lejanos y permanecer en la misma edad con la que comenzaron la misión.
Tal vez, esa era la parte más difícil para Jungkook. El pensar en su cuerpo siendo criogenizado, despertar y volver a congelarse para llegar vivo y con una aceptable edad.
Suspiró tendido en su cama hacia el rumbo de sus pensamientos.
Temía por eso. Temía romper su cámara a mitad de la expedición y tener que despertar a Jimin para que le ayudase, que éste se riera en su cara y le dejase desamparado.
O por el contrario, que se rompiese la de Jimin y no supiera de qué manera ayudarle, porque, por mucho odio y rencor que le tuviese acumulado, no iba a dejarle morir de esa manera ni tampoco desearle la muerte.
Tragó saliva pensando en las pesadillas que le atacarían esa noche, abrazando con más fuerza el peluche entre sus brazos.
— Hablaré con Numn sobre eso, Kookie. —Murmuró—. No puedo dejar que algo nos pase y no tenga solución, debemos volver a nuestro hogar siendo héroes.
Miró el reloj, marcando las ocho de la media noche y mordió sus labios entumecido.
Le sería demasiado difícil conllevar el tiempo si había tanta diferencia horaria.
«...Cinco minutos en los que me mirase por última vez y le dijera lo que nunca le dije; que lo amaba.»
...
── Sirius's Company por fuera.
── Habitación Jimin.
── Habitación Jungkook.
── Nave espacial.
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