3 🪐
Cuando estoy lejos de tí soy más feliz que nunca
Seungmin nunca lo admitiría, pero constantemente se encontraba deseando que su hermana nunca pudiera lograr terminar en cinta.
Era un deseo detestable, egoísta y caprichoso que venía desde lo más profundo de su corazón y de su retorcida moral, pero él realmente se había alejado del camino de Dios hace ya un tiempo. Las puertas del cielo no estaban abiertas para él.
Su relación con Somi había sin duda mejorado con los años, el matrimonio pareció reivindicarla y hacerla más empática con él después de que durante el primer año se dio cuenta que Seungmin siempre sería el mejor amigo de su esposo, y que su compañía realmente le agradaba. Era desde luego evidente que Seungmin siempre sería el prototipo de la pareja perfecta para Hyunjin.
Su amigo Felix la odiaba más que nadie en el mundo y se lo había dicho en repetidas ocasiones antes de haberse marchado a Australia con su novio. Él miraba todo desde una perspectiva de alguien de clase media que nunca tuvo que pasar por la desgracia de ser un beta, cuyo novio era un alfa trabajador que tiempo atrás había incluso asistido al colegio con Seungmin gracias a que sus padres tenían presencia en el mercado de las vitaminas en el continente Oceánico.
Para alguien que nunca tuvo que vivir en carne propia la presión de pertenecer a la terrible clase alta de Corea, era fácil distinguir las actitudes tóxicas que existían incluso entre los propios miembros de una familia. Felix fue rápido en detectar que Somi era una persona inteligente y demasiado mala para el bienestar de su hermano, pues a pesar de que ella siempre manifestó ignorancia alrededor de la relación entre Hyunjin y Seungmin, era más que obvio para la pareja de australianos que se trataba todo de una mentira para esconder el inestable comienzo de su matrimonio.
—¿En verdad sigues pensando que ella nunca tuvo nada que ver?—Pregunta Felix al teléfono, miles de kilómetros lejos de ahí.—¿O que simplemente no lo sabía? Seung, a ella siempre le gustó y tú mismo lo recuerdas. Aún antes de que te presentaras, ella tenía bien puesto su ojo en él.
—Somi solo lo había visto durante las vacaciones de verano donde nos conocimos, él me daba tutorías e iba a mi casa para ello. El resto del año ella solía pasarlo en el internado a excepción de días festivos o nuestros cumpleaños, así que realmente no creo que tenga algo confirmado más que la leve sospecha.—Tenía que repetirse aquello a diario para dejar ir y perdonar.—Además de que mis padres nunca le dijeron nada, y el único que llegó a preguntarme algo acerca de eso fue Changbin antes de casarse con Jisung. Desde ahí se fue de la casa y dejó de tener tiempo para mí, no lo culpo.
—Tan bueno, Seungmin. Siempre has sido tan dulce e indulgente, incluso con esa cold hearted bitch que no lo merece. Nadie en esa familia tuya, ni siquiera Hyunjin, merece tenerte en sus vidas. Nunca podré dejar ir por completo a Corea hasta que no estés aquí con nosotros, sabes que tenerte en nuestro departamento no sería un problema. ¡Hay demasiados restaurantes en Sydney! Podrías trabajar o incluso–
—Lix... Lix, gracias en verdad.—Le dijo con una sonrisa sincera.—Pero ¿Acaso se te olvida quién soy? Desde que inicié a trabajar para mi padre en su cadena de hoteles su crueldad bajó un poco. Es decir, sí, es un idiota pero al menos me da para vivir más que bien. Aunque quisiera sabes que nunca podría alcanzar el mismo nivel de ingresos por mi cuenta en Australia, los chefs que logran eso son alfas, no betas como yo. Estoy bien trabajando para los hoteles, hago lo que me gusta y me pagan por hacerlo, así al menos mi padre no se termina de olvidar que tiene un hijo.
—Es increíble que solo haya visto valor en tí de nuevo cuando brillaste por tu cuenta, sin tí sus malditos hoteles serían un fracaso y lo hubiera terminado de llevar a la bancarrota.
—No lo creo, Lix. Él siempre ha dicho que quienes nos salvaron de ese abismo fueron Somi y Hyunjin. Supongo que contribuí en algo, pero al menos espero haber asegurado una parte de mi herencia que me permita vivir y entonces sí largarme de Corea una vez muera.
—Eso suena a un plan de largo plazo, quiero decir largo como en un millón de años. Hierba mala nunca muere.
—Es lo que hay, Felix.—Suspiró con pesadez pintando su última uña.—Gracias por esucharme, eres un gran amigo después de todo.
—Sabes que te queremos mucho, Minnie. Lamento que no hemos podido regresar, pero en serio me gustaría que conocieras aquí, todo es... tan diferente. No podría volver a pisar allá.
—Te comprendo, créeme. Cuando estuve lejos de aquí fui más feliz que nunca. Lo que daría por ver Italia en verano otra vez.
—I mean... Tú podrías hacerlo. ¿No me dijiste que estás en una relación con ese chico Daniel? El italiano que trabaja allá, tal vez podrías irte tú con él e intentarlo.
—Es Dante, y ni siquiera sé si eso de verdad fue una relación.—Se mofó.—Desde que tuvimos esa cena no volvió a buscarme, y cuándo estuve mandándole mensajes preguntándole qué le ocurría recordé lo más obvio. Mientras Somi me arrastró a la barra de postres el maldito de Hyunjin se quedó a solas con él, no lo sé, fue por menos de cinco minutos pero supongo que–
—¡Demonios Seungmin, date cuenta!—Espetó Felix.—Perdóname que te lo diga de esta manera, pero tú mismo sabes que eso fue lo que sucedió. Hyunjin está ahuyéntandolo como lo ha hecho con cada relación seria que has tenido la intención de iniciar, y tú le sigues dando ese poder porque estás demasiado cómodo siendo un miserable a expensas de ese alfa y tu hermana. ¿No vas a buscar a ese chico? ¿No crees que merece una explicación de lo sucedido? Si tu preocupación es que volvieron a ser unos malditos infieles en los baños y que él lo sepa, piensa en que mientras tú vuelves a perder a otro chico que parece quererte en verdad, Hyunjin está sentado en su oficina siendo visitado por su perfecta esposa trofeo mientras intenta una y otra vez embarazarla para obtener más dinero.
Hubo silencio en la otra línea y después un sollozo. Tal vez habia sido demasiado directo esta vez, pero por más que amara a su amigo, estaba cansado de ver cómo siempre se dejaba pisotear como si no tuviera el derecho de rehacer su vida.
—Creo que tienes razón.—Admitió con el nudo en su garganta.—Pero es que... nunca he podido asimilar que alguien podría fijarse en mí genuinamente ¿Sabes? Sin interés de por medio. La última vez que de verdad quise a alguien tanto, tanto, tanto, sabemos lo que pasó. Después de Minho, Dante es el único que me ha tratado bien y que me ha demostrado su cariño y afecto sin sexo a cambio. N-no quiero perderlo, pero siento que merece a alguien mejor que yo.
—¿Alguien mejor que tú, Minnie? No existe nadie. ¡Tú eres la mejor persona del mundo! Por favor nunca pienses lo contrario. Eres un chico especial y estoy seguro que él estaría encantado de arreglar las cosas contigo ¿Por qué no le das una oportunidad y te deshaces de todo lo malo?
Seungmin lo pensó por un momento. Felix siempre tenía la razón.
—Y todo que acabo de contarte es la razón de por qué él se comportó de esa manera esa noche, y no sé si ese idiota te dijo algo pero en verdad te juro que entre él y yo ya no hay nada. Se acabó desde hace años.—Arregló.—Yo... no sé por qué sentí que te debía la explicación, pero lo hacía y aquí está. Tal vez pienses que soy un maldito loco o algo así por haberme pasado las últimas dos horas hablando sobre mí, pero antes que estar en una relación o lo que sea, te considero un amigo y de verdad necesitaba soltar todo esto.
Dante lo miró a los ojos antes de ofrecerle una leve sonrisa comprensiva, tomando su mano sobre la mesa.
—Cucciolotto bello, tú no debías ninguna explicación. Aunque me agrada que me la hayas dado y que me hayas confiado algo tan íntimo para tí, me imagino que debe ser duro tener al primer amor de tu vida siendo parte de tu familia como cuñado...—Tomó una pausa.—Esa vez él hizo un comentario sobre tí, fue una insinuación así que asumí que era una broma de mal gusto, pero ahora que lo sé se me hace un tipo despreciable. Estar con tu hermana y celarte ¡Eso es infantil! Tiene que madurar. La razón por la que no había estado al pendiente era laboral, amor, nada más. Perdóname por dejarte tan descuidado, no me imagino las ideas que te comieron la cabeza.
—Entonces... ¿Sí seguimos en una, tú sabes, r–relación?
—Desde luego. Incluso puedo pedírtelo de la forma tradicional, hablar con tus padres o algo así. Hágamos esto desde el principio.—Besó sus nudillos.—Mi cachorrito, siempre tan lindo.
—Basta.—Pidió él sonrojado y entre risas, aliviado de que todo estuviera bien otra vez.
—El fin de semana tengo una fiesta en el bufete, es como un cocktail. Estaba pensando que podrías venir conmigo como mi pareja, y si nos aburrimos nos vamos al demonio. ¿Qué dices?
—Suena fantástico. ¿Cuál es la etiqueta?
—Semi-formal.
—Podemos ir de compras después de aquí, ir al cine o hacer algo de todo eso que los estúpidos adolescentes hacen.—Su burló un poco de sus propuestas.
—Eso suena muy bien, Seungmin. Ahora vamos, pagaré la cuenta y podremos marcharnos.
La tarde fue tan placentera como Seungmin imaginó, incluso más de lo que pensó que sería. Se divirtieron escogiendo y modelando ropa, fueron por un helado y compraron boletos para una función de cine que los tuvo llorando de la risa. Al finalizar optaron por regresar a casa y el italiano lo llevó a su hogar, y ya en el auto antes de despedirse el beta se sintió animado.
—¿Quisieras pasar?—Empezó él acariciando la mano sobre su muslo, el alfa pareció demasiado feliz con la invitación, como si la hubiera estado esperando.
Entraron con un pequeño silencio antes de acomodarse en el sillón, Seungmin se sintió de repente fuera del modo para hacer lo que inicialmente había planeado pero de igual manera se sentía comprometido cuando los besos iniciaron en su cuello entrada la película. Sus manos se sintieron sudadas de pronto, y justo cuando estaban a punto de dar el siguiente paso fue detenido.
—No tienes que hacerlo si no te sientes cómodo con esto, cucciolotto.—Le aseguró el extranjero al haber notado su semblante mientras sostenía su mentón y dejaba un cariñoso beso en su mejilla.—Puedo irme si quieres, o puedo hacer lo que tú me pidas. Pídemelo, Seungmin, y te lo concederé.
—Solo quiero mimos.—Susurró él pegado en su pecho.—Y tal vez... podrías quedarte a dormir.
—¿En verdad?
—Solo si me dejas ser tu cuchara pequeña.—Condicionó él con un poco más de confianza para dejarse consentir, una risa retumbó ronca en el pecho donde estaba recargado y solo sintió su cabello ser acariciado, cerró sus ojos disfrutando del masaje en su cabeza e inconscientemente se quedó dormido.
Tal vez esta era la mejor decisión que había tomado en su vida desde hace un largo tiempo.
Hyunjin soltó un pesado suspiro cuando, por milésima vez, se encontró perdido en la conversación de negocios que sostenía su suegro con su hijo y con él. El alfa estaba asintiendo y pretendiendo escuchar, aún cuando su mente no dejaba de pensar en la silla vacía del comedor frente a él que bien sabía a quién le pertenecía. Había estado vacía por un año y medio entero, semana tras semana cada fin.
No sabe por qué esta vez asumió que sería diferente, y se sintió estúpido por haber tenido la esperanza de volver a verlo. Sabía que él evitaba a toda costa convivir con su familia.
—¿Alguien sabe por qué Seungmin se ha demorado tanto? La primera vez en meses que está en el país para poder invitarlo con nosotros y ni siquiera es puntual. No quiero ni imaginar qué hubiera sido de nosotros si lo metíamos a los negocios familiares como alfa.—Dijo Soojun dando un sorbo a su copa de vino.
Hyunjin hasta entonces enfocó su atención. ¿Seungmin estaba invitado?
—Yo tampoco sé por qué tarda tanto, espero que sí venga. Hace tanto tiempo que no veo a mi pequeño.—Comentó con ilusión la madre.
—Eres muy sentimental, Gayoon. Seungmin sabe lo que hace.
—Tal vez, pero... él sigue siendo parte de nuestra familia. Extraño tenerlo visitándome para hablarme de toda esa comida exótica que prueba en otros países.
—Me pregunto que chocolates habrá traído esta vez.—Admitió Changbin.
—¡Yo quiero ver el regalo de tío Mimi!—Expresó emocionada Jaehee, Jisung le señaló que bajara la voz antes de acomodarle la servilleta a su hija.
—Jinnie y yo vimos a Seungmin hace una semana.—Anunció Somi orgullosa, feliz de los rostros de sorpresa en su familia.—¿Cierto, cariño?
—Sí.
—¿Qué? ¿Y cómo fue eso?
—Lo llamé para saber cómo estaba y pedirle un favor ¡Y resultó que ha conocido a alguien! Es un italiano. Alto, guapo, ojos verdes, cabello rizado. ¡Ah! Tienen que conocerlo, habla perfectamente el coreano y...
—¿Y?—Preguntaron todos.
—Y son oficialmente–
Un ding dong se escuchó en la puerta. La ama de llaves se apresuró a la puerta del jardín para verificar de quién se trataba, y para entonces ya todos esperaban su llegada.
—Hablando del rey de Roma.
Seungmin llegó con bolsas de regalo en sus manos, sus ojos se iluminaron al ver a Changbin ahí. Éste se paró de su lugar y extendió sus brazos, y por un momento se permitió olvidar sus modales para correr hacia él.
—¡Hyung!—Llegó hacia él disfrutando del fuerte abrazo que le dio, nada como los brazos de su hermano para hacerlo sentir como un niño pequeño otra vez.
—¡Tío Mimi!—Intentó llamar la atención su sobrina colgándose en sus piernas.
Los presentes estaban encantados y se levantaron a recibirlo y saludarlo, a excepción de dos alfas que observaban todo desde sus asientos con un ceño fruncido, aunque ambos por distintas razones.
—Seungmin, cariño. ¿Quién es este joven de aquí?—Preguntó su madre cuando terminó de abrazarlo, y solo hasta entonces se dio cuenta de lo desconsiderado y poco cortés que había sido dejando a su novio ahí parado, sosteniendo el postre.
—¿¡Es tu novio, tío Mimi!?—Preguntó su sobrina mayor, Chaeyoung. Seungmin enrojeció y soltó una pequeña risita.
—Sí...—Admitió esperando totalmente las reacciones de cada uno de sus familiares. El rostro de sorpresa en su padre fue memorable, casi tanto para fotografiarlo.—Él es Dante Lombardi, está trabajando aquí por unos meses en un bufete de–
—De los Sorretino...—Terminó la oración su papá teniendo aún un molento de realización.
—Sí ¿Lo conocías?
Las sirvientas rápidamente acomodaron un espacio extra a lado de su silla y tomaron asiento.
—¿Estás bromeado, Min?—Preguntó incrédulo Changbin. Seungmin no tenía ni idea de lo qué estaba ocurriendo, y nadie más que los alfas en esa mesa parecían entender a lo qué se referrían. El beta volteó a ver el rostro de su pareja como pidiéndole disculpas.
—Eso... sí, supongo que debí decírtelo antes.—Se lamentó con una leve palmada en la frente.
—¿Decirme qué?
—Eh, no lo sé Seungmin. ¿Qué es nieto de los Sorretino tal vez? Su padre Donato es uno de los abogados con más firmas en el país, incluso siendo extranjero.—Le informó Changbin.
—Perdóname, no vi relevante decírtelo todavía... no vayas a enojarte conmigo.—Se disculpó el alfa cuando una mirada confundida cayó sobre él.
—¡Já!—Se mofó Hyunjin tomando de su whisky desde su lugar.—¿Por qué le mentirías sobre tu apellido a tu novio?—Cuestionó.
Seungmin apretó los puños, la mirada triunfante de Hwang le ponía los pelos de punta. Sabía que estaba tratando de hacer quedar mal a Dante frente a su familia, y eso no lo iba a permitir, ya no más.
—Bueno... de todas maneras me tenía que enterar ¿No? Perdón por la tardanza, por cierto, estuvimos antes en un cocktail de su bufete y el trafico era demonial.
Una segunda ola de sorpresa arrasó a sus familiares, como si lo que estuviera contando fuera una total locura. La cara de Hyunjin era de mil colores, mientras que Jisung, Somi, Gayoon y Changbin quitaron rápidamente su cara de incredulidad y sonrieron complacidos.
—¿Tú llevaste a mi hijo a un evento así?—Preguntó su papá sin dar crédito a lo que escuchaba.
—Así es señor, algunos de mis colégas ya lo conocían de hecho. Seungmin es alguien muy social y en Italia cocinó para nosotros varias veces antes de saber de quién era hijo, es un gusto por fin conocerlos a cada uno de ustedes. Esa vez todos quedamos maravillados por la buena cocina de su hijo, y finalmente el chico es mío.
Hyunjin bufó, su sangre hirviendo en ese preciso instante y su alfa reteniendo gruñidos. El alcohol lo ponía más valiente de lo normal, y lo hacía cometer estupideces.
—¿Tuyo? ¡Ni siquiera puedes marcarlo!—Lo encaró.
Se dio cuenta de lo que había dicho cuando rápidamente dirigió su mirada a Seungmin con disculpa, pero ya era muy tarde, el beta parecía estar necesitando de tomar bocanadas de aire para no romperse ahí mismo.
—Hyunjin, cierra la maldita boca antes de que te la cierre yo a patadas. Deja a mi hermano y a su novio en paz, no permitiré que te expreses mal de ninguno de los dos otra vez.—Advirtió Changbin.
Somi lo miró con ojos culpantes pero aquello no pudo interesarle menos, los ojos que él quería ver ahora estaban evitando su mirada a toda costa.
—Entonces... ¿No te importa que sea un beta? No lo sé, no quieras pasarte de listo con mi hijo muchacho, deberías dejarlo en paz antes de jugar así con él.—Dijo su padre.
—¿Qué tiene que sea un beta? Yo lo quiero y me gusta, eso es lo importante. Nuestra relación es seria y de hecho planeamos irnos a vivir en Estados Unidos, mi próximo lugar de trabajo, antes de regresar aquí. Yo sí puedo imaginarme una vida a lado de Seungmin.
—¿Y tus padres? ¿Qué dirán tus padres? ¡Se los comerán vivos a ambos–!
—Sinceramente señor, y con mucho respeto hacia la cultura y país de ustedes, en el resto del mundo ya ni siquiera se fijan en eso. Son algo... anticuados esos estereotipos. En Estados Unidos hay matrimonios legales incluso entre alfa y alfa, omega y omega, betas y betas. En Italia los derechos de los betas existen y desde hace más de dos décadas viven sin prejuicios.
—¿Entonces planeas hacer una vida con mi Seungmin?—Preguntó su madre con una gran sonrisa.
—Si todo marcha bien entre nosotros, sí. Hemos hecho planes a futuro ¿Verdad, cucciolotto?—Preguntó con una mano en la parte trasera de su cuello que se mantuvo todo el tiempo ahí para masajearle.
—Así es.—Confirmó con un hilo de voz.
—Me halaga que mi hijo te guste tanto para eso, ciertamente es un niño bonito y tiene toda la crianza de un omega. ¿De verdad tu familia no tiene problema alguno? Aquí la línea de sucesión es importante...
—No hemos hablado sobre eso, pero la línea de sucesión puede mantenerse viva adoptando. Aunque eso suena muy... lejano todavía. Mi punto es que todo tiene una solución, y yo no necesito que él sea un omega para mí porque lo quiero por la gran persona que es, no por su condición.
Cuando finalmente Soojun comprobó que el extranjero parecía sincero y educado, inició la conversación entre toda la mesa y fluyó mejor entre los alfas. Estaban realmente complacidos con Dante y con su trabajo sobre todo.
Hyunjin se mantuvo callado durante toda la cena, torturándose a sí mismo cuando veía a Seungmin compartir rápidos besos con ese idiota. Cada que él rodeaba a su Minnie con su brazo, cada que acariciaba su cuello. Él era quien debía estar haciendo todo eso. Se retiró antes a su habitación fingiendo malestar, y por consiguiente Somi lo siguió escaleras arriba.
Cuando la cena finalizó, los padres invitaron a todos sus hijos y sus respectivas parejas a quedarse a dormir. Ellos aceptaron y Seungmin estaba feliz cuando su madre se acercó a despedirse con una gran sonrisa, y sobre todo su padre.
—Nunca has dejado de sorprenderme, Seungmin. Felicidades por tu relación, espero que podamos seguirnos conociéndolo.—Le dijo al final a Dante.—Podríamos hacer buenos negocios.
—Desde luego, mi padre y mi abuelo estarían dispuestos. Pero primero tengo que presentar a Seungmin con mi familia.
—Mi pequeño... has crecido tanto, me alegra tenerte de vuelta, y mucho más me alegra que has encontrado a alguien que te quiere. Te lo mereces.—Aseguró Gayoon plantando un beso en su frente.
Se marcharon hacia la antigua habitación del beta y buscaron algunas camisas que sirvieran como pijamas, él era el único hijo que nunca solía quedarse a dormir, por lo que no tenía tanta ropa guardada a diferencia de los demás. Aún así, se acostaron sobre la cama para dormir.
Pero el plan tomó una ruta diferente, los besos de Dante eran sugerentes para hacer lo que tenía en mente mientras recorría la espalda de Seungmin. El beta no pudo resistirse, sintiéndose tan deseado y protegido a su lado, así que en menos de lo que pensó ya estaba en cuatro sobre su cama, alzando el trasero y mientras los dedos del italiano lo preparaban para recibirle.
El italiano escuchaba complacido los gemidos ahogados por la almohada de su beta, sus pequeños sollozos de placer cuando entró en él. Embistió con fuerza y precisión, rápido como a ambos les gustaba, un poco de sexo rudo no era algo desconocido entre ellos.
La puerta había sido dejada un poco abierta, y fue en ese momento que alguien se asomó. Hyunjin intentaba escabullirse en el cuarto de Seungmin como se lo había hecho saber en la nota que dejó sobre su bolsillo al despedirse antes de retirarse, mas no contó con que el castaño estaba muy despistado para haberse dado cuenta y que el extranjero había tomado el papel en su lugar. Pensó que ese alfa no sería invitado a dormir.
Lo que vio hizo que su garganta se hiciera tan pequeña como una cánica, su pecho doliendo y su ira convirtiéndose rápidamente en lágrimas.
Ahí sobre la cama estaba Seungmin siendo follado duro por un imbécil, sin ser cuidado como él se lo merecía. El pensamiento de que no fuera consensuado lo aterró, listo para salvarlo, pero cuando el menor gimió derretido en placer y pidió con su bonita voz aguda que siguieran tocando su punto, sintió ganas de vomitar.
Su Seungmin estaba entregándose a otro alfa, disfrutándolo incluso y estaba siendo vulgarmente tomado. No, eso no podía ser posible, le asqueaba por completo tan siquiera pensar que alguien tan puro como su pequeño disfrutara de ser cogido de esa forma tan brusca, y por alguien que no era él. Eso era lo que más furioso lo ponía.
Salió de ahí antes de vomitar, bajó a la cocina con lágrimas de frustración cuando se dio cuenta que esta vez sí existía la posibilidad de que alejaran a Seungmin de su lado por completo. Con todos sus problemas de ira abundando en él, golpeó una pared y sus nudillos tronaron ensagrentándose al instante. Quería gritar, hacer un escándalo y golpear a ese maldito italiano con su vida.
—Tsss, eso se ve doloroso.—Mencionó una voz en las escaleras. Su ira volvió en seguida al darse cuenta de que Dante estaba parado en la esquina, con una expresión burlona en su rostro.
Hyunjin reaccionó al instante, su temperamento explotado, se abalanzó sobre él directo a su mandíbula para darle un golpe.
—¡Maldito!—Pero el otro alfa fue más rápido y lo tomó del brazo, haciéndole una llave para someterlo.—¡Suéltame maldito imbécil!
—Guarda silencio antes de que llames la atención de todo mundo, están dormidos.—Espetó.—Mírate, eres un maldito borracho que no puede aceptar que Seungmin dejó de ser tuyo desde el momento en que te casaste con su hermana. Hazle un favor y déjalo hacer su vida si tanto lo quieres.
—¿Q–qué?—Preguntó confundindo.—¿Cómo demonios sabes eso?
—Seungmin me lo contó todo. Sé que ustedes eran algo antes de que aceptaras casarte con Somi, y también sé el idiota en el que te convertiste después de eso. Eres un alfa tan repugnante como todos esos que han hecho de menos a Seungmin, espero que entiendas eso porque lo que tú sientes con él no es ni la más retorcida forma de amor, se llama obsesión.
—¿¡Y tú crees que él va a dejarme por irse contigo!? ¿Crees que puede olvidarme?
—¡Escucha!—Gruñó apretando su agarre sobre Hyunjin.—Si tú te atreves a tocarlo, molestarlo, o siquiera buscarlo otra vez voy a decirle a tu esposa lo que haces.
—Ni siquiera tienes pruebas. Ella no te va a creer jamás, estoy seguro que ella sabe.
—Tengo esta nota que dejaste en su chaleco, eso le dará la confirmación ¿No crees? ¿O creíste que podrías meterte en sus pantalones esta noche, mientras tu esposa duerme?
—Haz lo que quieras, lo que tengas que hacer. Me harías un favor si acabas con ese matrimonio de mierda de una vez.
—Me llevaré lejos de aquí a Seungmin en cuanto pueda, haré que sea mío las veces que sean necesarias hasta que hayas salido de su mente. Terapias, viajes y amor es lo que necesita. Ve admitiendo tu derrota de una vez, Hwang Hyunjin, porque yo no pienso ser un Lee Minho en la vida de Seungmin.—Y dicho aquello lo empujó contra la isla de la cocina.
Dante estaba dispuesto a irse cuando sintió una mano jalar de sus pantalones.
—Dale mimos...—Murmuró con su lengua dormida por el alcohol.
—¿Qué?—Intentó deshacerse del agarre de Hwang tirado en el piso.
—A Seungmin le gusta que lo mimen y lo cuiden después del sexo, y tú fuiste muy rudo.—Gruñó.—¡No vuelvas a tratarlo así!
—Él lo pidió.
—¡Pues hazlo! Dale mimos, dáselos, maldita sea. No puedes dejarlo sin sus mimos, está solo y me necesita.—Sollozó.—Me necesita...
El italiano volteó sus ojos cuando lo vio llorar, se marchó por fin dejándolo solo en su misería.
no sé por qué, pero tengo mucha inspiración para esta fic últimamente, tal vez porque los hago sufrir a hyunjin y seungmin >.<
¿saben que significa cucciolotto? es cachorrito en italiano t_t
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro