🍪❤️🩹☕️
Harry llega a casa y el primero en salir por él es su hermano.
—Hola, cariño, ¿cómo estás?
—Bien, ya estás en casa, ¿cómo te fue en el turno, salvaste muchas vidas? —pregunta emocionado.
—Fue tranquilo, gracias por preguntar. Y recuerda que esto es un trabajo de equipo, gracias a la luna todo estuvo bien.
—Bien.
—¿Y las chicas?
—Zoe fue temprano para abrir el café, nos dejó desayuno, pero de nuevo está muy feo, intenté hacer algo, pero no hay servicio en la estufa. —habla con pena, odiaba ser portador de las malas noticias.
—No te preocupes, yo me encargo, ¿sí? ¿Y Eli? —pregunta y Harry nota el nerviosismo de su pequeño hermano—. ¿Tim?
—Ella se marchó después de Zoe, un chico la pasó a buscarla en una moto.
Harry bufa y niega decepcionado. —No puede ser…
—Intenté detenerla, ella se burló de mí y me empujó.
—¿Te hizo daño? —pregunta intentando inspeccionarlo. El pequeño alfa se levanta un poco el pantalón y le muestra su rodilla lastimada. Sus ojos se llenan de agua y hace un puchero.
—Lo siento Harry, soy un mal alfa, todos tienen razón…
—No, no digas eso, no te preocupes.
—Yo sé que no soy un buen alfa, perdóname porque no puedo ayudarte, yo lo intento, pero no puedo…
—Basta, deja de decir esas cosas. —Harry lo toma en sus brazos y lo mece, Timy era algo pequeño, delicado y siempre en búsqueda de afecto.
Justo el olor amargo a menta llega a ellos, la puerta de casa se abre, la gran figura de su padre aparece. Por el aroma, Harry sabe que ese encuentro no marchará nada bien.
—¿Otra vez estás llorando, omeguita? —espeta con enojo al ver al pequeño alfa en brazos de Harry, el sonido de la puerta cerrarse hace que Timy se acurruque más.
—No le hables así. —Harry se pone de pie y pasa al alfa detrás de él.
—Tú no me ordenas que hacer, deja de hacer más inútil a ese remedo de alfa…
—Basta, deja de tratarlo así. —El aroma del omega se dispersa, su mandíbula duele de la presión que ejerce, se siente sumamente enojado. Intenta salir, pero Daren lo toma del brazo con fuerza.
—Eres un omega, mi hijo, no puedes decir que puedo o no hacer.
—No te diré que hacer, pero déjame sugerirte que tomes un baño y te pido dejes a Timy en paz. —Su voz es fría.
El alfa alza la mano y le propina una bofetada, su mejilla se torna roja. Todo queda en silencio. Con un dolor punzante, Harry levanta el rostro para encontrarse con el de su padre, ya no es capaz de llorar. Le observa con seriedad buscando en su mirada a quien un día fue su padre, pero ese hombre ya no está más.
Daren parece sorprendido de su propia reacción, traga fuerte y baja la mano con ojos cristalizados. —Yo…
Timy sale de atrás casi temblando, el ojiverde nota sus pijamas mojadas a causa del miedo y empuja al alfa. —No toques a Harry, si quieres pégame a mí, pero no a él nunca más. —dice entre gritos, su actitud sorprende a su padre.
Daren observa al omega. —Deberías largarte de aquí de una vez por todas. —Su semblante de inmediato se vuelve duro, escupe al piso—. Haces que todo se vuelva complicado, por tu culpa él es así. —habla bajo y se retira otra vez.
Timy se queda frente a Harry intentando protegerlo, empieza a llorar y temblar, observa sus pantalones y se avergüenza. Su hermano intenta acercarse y eso provoca que salga corriendo a su habitación.
—Diablos… —Harry camina en búsqueda de su pequeño hermano. Esta no es la primera vez que su padre lo echa de casa, lo hace cada que puede, por lo menos cuando era más joven tenía un techo, en un par de ocasiones tuvo que dormir dentro de aquella vieja casa de árbol donde en un tiempo muy atrás fue feliz.
Si él seguía en ese lugar era por sus hermanos, sabiendo un poco de las leyes, era imposible que el sistema otorgara el completo cuidado de Zoe, Eli y Tim al ser un omega sin pareja.
Podrían suceder cosas como el que le impidan verlos o incluso podría ser llevado a la cárcel por rapto, todo el sistema era siempre a favor de los alfas fuera cual fuera la circunstancia.
En un par de ocasiones intentó y estuvo una semana viviendo en un albergue, tuvo tanto miedo de que su padre cumpliera con aquella promesa de llevárselos lejos y no podría con eso. Ellos eran todo lo que tenía.
Harry llega frente a la habitación de su hermano y escucha la regadera correr. Deja caer su rostro en la puerta para tragarse el llanto.
Su omega se siente débil y sensible, hay un llamado doloroso y lastimero que proviene de su pecho, su instinto busca a su alfa. Lo llama, necesita estar junto a él y verificar que se encuentra bien.
Louis…
Tenía mucha pena llamar y saber cómo se encontraba, el salir de la clínica fue un poco doloroso, sin embargo, necesitaba llegar a casa y verificar que sus hermanos estuvieran bien.
Se apresura a llamar a Eli, suena apagado, así que busca el número de Zoe y de inmediato responde.
—No te enfades, ¿sí? Necesito algunas cosas en la escuela y haré mi tarea en tiempo libre, te deje el desayuno preparado, siento no estar en casa.
—Zoe…
—Ya sé, no te gusta, pero lo necesitamos Harry. La mañana va tranquila, prometo cumplir con mis obligaciones y deberes, hermano, perdóname.
—Cielo, yo sé que sí, perdóname tú, lo siento yo…
—Detente, no sigas, no lo hagas Harry. Haces mucho por nosotros sabes que estamos en deuda contigo de por vida, ¿no?
—No digas eso, sabes que los amo.
—Y nosotros a ti, eres todo para nosotros mejor que mamá y papá.
Harry suspira. —¿Sabes de Eli? No me responde.
—Si, se marchó con uno de nuestros compañeros, te juro que he intentado hablar con ella que piense un poco, pero es como una mula testaruda.
—Debes tenerle paciencia, no es culpa de nadie, ella está enojada con la vida.
—Pues será mejor que pronto se le pase el berrinche que tiene, mira yo entiendo, de verdad que sí, pero ella está tomando actitudes que no son lógicas, tenemos todo lo necesario, Harry y ella solo piensa en tonterías, es grosera contigo, se niega a ir a terapia, solo quiere estar de fiesta.
—Prometo estar más pendiente, no te preocupes.
—Mmmnh debo dejarte ricitos, tengo clientes, te veo por la tarde. —termina y cuelga, Harry camina a su habitación y se empieza a despojar de su uniforme. Un leve rastro del aroma a café del alfa está en sus prendas.
Tiene un poco e impresión el cómo su omega se emociona y preocupa por ese lindo alfa, además el que le diga que su aroma le gustaba fue simplemente demasiado para él. Con tanto en la vida nunca tuvo la oportunidad de sentir así de lindo, de sentirse apreciado o admirado de esta forma.
Después de poner su ropa a lavar va con Timy de nuevo y lo encuentra con el cabello mojado, se acerca para abrazarlo y ambos van a la cocina. Hacen algo de jugo aunque Harry no es capaz de ingerir algo a causa de la preocupación por Eli.
Al fin puede contactarla y lo que ella hace es pedirle que la deje en paz y que llegará por la tarde. Harry intenta decirle algo, más, pero ella corta.
Gracias a lo ansioso que se encontraba va en búsqueda de aquel bote con café que Niall le obsequió intentando encontrar un poco de calma; sin embargo, no lo logra.
Por primera vez siente extraño el sabor, deja la taza en la encimera.
Refriega su rostro. Necesita algo de café, él únicamente deseaba sentir el café puro, el natural. El que es natural y el proceso de elaboración es realizado con delicadeza, así como aquel viejo café que cerró hace mucho. Harry estaba a punto de comprender que aquel recipiente en sus manos ya no sería su preferido, pues su omega había reclamado su marca personal.
Aquel café que huele a cielo recién molido, como casa. Así como Louis.
—¿Qué te pasa? —La voz de Timy lo trae de vuelta—. ¿Te preocupa alguno de tus pacientes?
El omega niega —Perdona, si algo así.
—¿Qué le sucede? —pregunta con interés y Harry sonríe al ver sus grandes ojos miel.
—Bueno… es algo complicado. —termina por responder sintiéndose avergonzado por el rubor en sus mejillas.
—No te preocupes, Harry, tú eres un gran enfermero, pronto lo ayudarás a sanar.
—Eres muy amable, cielo. Eso espero. —Se acerca para darle un pequeño beso en la frente.
—¿Es un anciano?
—No. —Harry intenta no sonreír.
—Entonces ese alfa…
Harry frunce el ceño e interrumpe. —Espera… ¿cómo sabes que es un alfa?
Timy se pone algo rojo, con timidez toma la mano de su hermano y lo guía a su habitación, le pide que espere mientras él busca algo que tiene bien guardado. De su armario toma un sudadero. Harry se sorprende al no reconocer la prenda y al percibir las notas de un suave aroma a mandarinas.
Harry no sabe qué decir, así que espera a que su hermano hable.
Timy suspira. —Me lo obsequio un compañero, su olor es lindo, me relaja mucho. Nadie sabe sobre esto, pero con él me siento seguro, su olor es muy cítrico, aun así, cuando su aroma está en mí su olor se siente diferente, algo así como tú.
Harry parpadea y se da cuenta a lo que se refiere su hermano. Timy habla de cuando un alfa marca con cierto afecto especial a su pareja. Es algo posesivo, para darle protección y calma.
El omega carraspea un poco. —Eso fue lindo de su parte.
—Lo fue, Joseph es muy bueno, es una alfa. Él me defiende y cuando lloraba me consolaba, me regaló un poco de chocolate que su padre me mandó. En una ocasión tuvo problemas por mi causa, le tumbó un diente a un compañero. Citaron a sus padres, ambos son alfas y ellos nos ayudaron.
Harry se siente mal y un poco asustado. —¿Timy porque no dijiste nada? Cariño debes confiar en mi yo estoy para ayudarte.
—Yo lo sé, pero no quería preocuparte, ya haces mucho por mí y las chicas y desde que Josy está junto a mí nadie me molesta. Sus padres son muy buenos, ellos me traen cada día al salir cuando tú no estas. Mi corazón dice que puedo confiar en ellos. No siento miedo. Además, podrías conocerlos, me lo han pedido para saber si estás de acuerdo. Pidieron hablar con papá, pero les dije que tú eras como mamá y papá juntos.
Harry se queda sin palabras por algunos momentos y suspira sin saber qué decir. Timy toma la palabra al notarlo tan preocupado. —Ellos son muy lindos Harry.
—No me cabe duda cielo, pero tenemos que comprender que puede ser que tenga un poco de miedo y desconfianza. No me perdonaría si te sucede algo. Me agrada que tengas un amigo. Conversaré con ellos, pero la próxima vez habla conmigo antes, ¿está bien? Vive tus etapas, empieza con una amistad.
—Bien, tengo claro y presente todas nuestras charlas. Ellos hablaron con la rectora y los profesores han cambiado mucho. —sonríe tímido.
Harry siente ganas de llorar. —Lamento no estar, Timy.
—No, no te sientas mal, tú siempre estas. No quería ser una carga de nuevo, eso es todo. —Se acurruca y lo abraza.
—No cariño, jamás serás una carga, nunca. Para mí eres como un regalito, una bendición muy linda. —El pequeño alfa deja escapar sus lágrimas.
Timy busca su fuente de aroma y se acurruca. —Papá, odia esto, pero te amo Harry, eres la mejor mami que pude tener en esta vida.
Harry deja escapar sus lágrimas de igual manera, besa la cabeza de Timy y lo marca con su aroma. Segundos después siente como la respiración del alfa es lenta y se queda profundamente dormido. Toma la prenda que Timy le mostró y la deja junto a él y sale de la habitación.
No sabe que pensar ni decir con respecto a lo que Timy dijo. Se siente un poco mal, quisiera dar más de que hace, pero no puede. Además, no puede dejar de pensar en Louis. Su instinto se inquieta al pensar en él.
—Diablos… —Harry suspira y siente a su omega gimotear. Toma el celular y envía un mensaje a Niall.
Un par de minutos después recibe la respuesta de su mensaje. “Hola, Niall. Perdona que te moleste, ¿sabes algo de Louis?”
“Pregúntale tú mismo” —responde con un emoticón sonriente y envía el número del alfa.
Harry deja caer su cabeza hacia atrás y piensa unos momentos antes de hacerlo. ¿será profesional? ¿Y si se mete en problemas?
Decide no pensar tanto, guarda el número y redacta y borra palabras hasta encontrar las necesarias.
“Hola, Louis, te saluda Harry, no pretendo molestar, espero sigas mejor”
No pasa mucho tiempo y recibe una respuesta. “Harry, hola, estoy mejor gracias, que lindo de tu parte tomarte el tiempo para saber de mí, estaba por preguntarle a Jules por ti, ¿estás bien?, ¿necesitas algo? Yo puedo ir por ti”
Harry sonríe. “Me alegro por ti, estoy bien, gracias, ¿ya estás en casa?”
“Dentro de un par de horas lo estaré, ¿seguro estás bien? ¿Ya estás en casa? Hace rato sentí algo extraño. No dudes en llamar si necesitas algo”.
“Perfecto, aquí todo bien gracias. Te dejo descansar, que te mejores”. —suspira deseando no causar molestias.
Ambos se despiden y Louis permanece con una enorme sonrisa en su habitación. Su hermana entra y le saluda. —¿Qué sucede? Tienes cara de idiota.
—Come mierda. —intenta ocultar su sonrisa.
—Oye, ayer te salvé la vida, no lo olvides, tonto.
—Lo sé, gracias por eso. —Jules se acerca, frunce el ceño y se queda viendo a su hermano.
—¿Qué?
—Hules como Harry.
Louis carraspea. —Si supongo que algo de su aroma se quedó impregnado.
La alfa achica los ojos. —¡Por la luna! —exclama.
—No molestes Jules.
—Oye, entiendo lo que sucede, la verdad lo comprendo. Harry es un omega muy lindo, he escuchado a algunos doctores decir que han intentado invitarlo a salir, pero él siempre lo niega, Harry es muy profesional, no habla de otras cosas que no sea por trabajo, anteriormente despedimos a un doctor que intentó forzarlo a corresponderle…
Louis se incorpora incómodo, molesto. —¿Qué dices? ¿Quién fue el imbécil hijo de puta?
Jules sonríe con picardía, pero su rostro detiene una expresión de asombro, es difícil ver a Louis en este estado. —Cálmate, no seas tonto, no puedes estar enojándote, ya no tienes dieciocho años.
—Jules…
—Tranquilo, nuestro interés es tener a los pacientes a salvo, a nuestros médicos y enfermeros tranquilos y cómodos. Lo despedimos y me encargué que no fuera admitido en ningún hospital, ese maldito acosó a otros de mis empleados, pero Harry fue el único con valor de encararlo.
—Diablos… no puedes permitir que otra cosa como esas vuelva a suceder, menos a Harry.
—Tranquilo, ahora tengo más comunicación con doctores y enfermeros para saber cómo se sienten.
Louis frota su rostro, siente a su alfa extraño dentro de él. Su mandíbula se tensa y solamente quiere salir e ir a donde sea que este Harry. La tan sola idea que la esté pasando mal lo pone de mal humor.
Jules se pone de pie, da algunas palabras más de aliento para su hermano y sale de la habitación con la promesa de que regresara pronto.
…
A la siguiente mañana Harry se dirigía hacia el hospital, a pesar de tener puesto un abrigo, sentía frío. Diciembre estaba más cerca de lo que parecía.
Tiembla sintiéndose débil. Su nariz estaba muy roja e intentaba soplar algo de aire en sus manos para sentir algo de calor.
De pronto sobre sus hombros sintió un peso, y al voltear nota un saco y ese aroma… café.
Sonríe inconsciente porque su omega deseaba percibir ese olor. Eleva la vista y el rostro de Louis aparece frente a él.
—Hola… —El alfa saluda—. Hace frío.
—Louis, no debes molestarte, yo no… —Harry intenta quitarse el abrigo del ojiazul.
—Espera, déjalo. Tienes la nariz roja y tiemblas. —Le observa preocupado.
—Gracias, pero ¿qué haces aquí? ¿Te sientes mal? —lleva las manos al rostro del alfa y lo inspecciona.
Louis pestañea lento, el toque de Harry se siente cálido. —Ya estoy mucho mejor, no fue nada.
—Tuviste un fuerte ataque, eso no es nada. —habla preocupado, lo toma del brazo y lo hace entrar.
Harry respira sintiendo el aroma típico de hospital, le gusta, de cierto modo lo hace sentir tranquilo. El omega observa las instalaciones y por cómo luce todo parece que ha sido un turno tranquilo.
Aún falta algo de tiempo para que su hora laboral inicie, mentiría al no aceptar que llegó temprano solo para saber del alfa. Se sintió algo nervioso en querer mandar otro mensaje por la mañana para saber cómo amaneció.
—Está algo frío aquí adentro. —Harry comenta.
—Me gusta el frío.
—A mí también me gusta, pero yo no tuve un fuerte ataque —dice y lo hace entrar donde la calefacción está ambientada para los omegas—, puedes tener una recaída, quédate junto a mí, aquí es más cálido. —Harry se despoja de su gorro e intenta quitar el abrigo de Louis para devolverlo.
—Consérvalo, te luce bien. —suspira, pues su alfa ruge dentro de él. La idea de tener su protector aroma sobre su omega lo hace sentir tranquilo.
—Yo no… eso no. —balbucea nervioso.
—Insisto, me sentiré mal si enfermas, por favor.
—Bien. —Harry se sonroja al notar al alfa observarlo con una gran sonrisa.
—Y también traje esto como agradecimiento. —tiende una pequeña caja. Harry niega.
—Me sentiré como un idiota, no estás obligado de aceptarlo. ¿Te incomoda?
Harry achica los ojos, siente la necesidad de calmar las dudas del alfa —¿Le das obsequios a todos tus enfermeros?
—No… —Louis sonríe—. Considérate especial.
—No debiste. No es necesario, es mi trabajo y lo hago con mucho cariño.
—Lo sé, pero solamente quiero agradecer.
—Está bien, supongo que gracias. Yo…
—¿Tú…? —Louis da un paso al sentir el nerviosismo del omega.
Harry suspira al sentir el aroma a café cerca de él, habla tímido. —Yo también tengo algo para ti, supuse te vería hoy. —informa y tiende un pequeño recipiente—. Son galletas ayer las preparé con mi hermano y no sé solo quería compartirlas y… esto es tonto…
Pareciera que de Louis emanara una luz extremadamente brillante. —Eso es muy lindo de tu parte, Harry, gracias. —sus ojos parecen tener chispas que hacen sentir calidez en su corazón.
Ambos se sonríen y Harry nota en el reloj de la pared que faltan algunos pocos minutos para iniciar su turno. Así que se apresura a ir a su casillero y guarda sus cosas. —Ya debo empezar.
—No te preocupes yo te espero, además olvidé decirte que vengo con receta para que me inyectes un complejo vitamínico.
Luego de recibir los reportes de los enfermeros del turno anterior. Harry lleva a Louis a una de las habitaciones. Hace todo el procedimiento y el alfa ruega para que el tiempo pase lento. No desea separarse del omega.
—Gracias por todo.
—No hay de qué, lo hago con gusto. —sonríe mostrando unos lindos hoyuelos en sus mejillas.
—Eres un gran enfermero, Harry, el mejor que he tenido. Gracias por acompañarme ayer.
Un leve sonrojo cubre las mejillas del omega. —Es un gusto.
—Espero no darte esos gustos tan seguidos.
—Igual yo, en realidad espero mejores —sonríe tomando una paleta para obsequiársela—, hoy estuviste genial.
Louis tuerce los ojos con una enorme sonrisa en su rostro. —Tengo al mejor de todos, ¿qué más puedes esperar?
Harry estaba por decir algo, pero el sonido del celular del alfa interrumpe demostrando el nombre de Zayn en la pantalla.
Responde y es para informar sobre algunas cuestiones que se habían complicado del trabajo, Zayn suponía que Louis estaría en responso, pero se equivocó.
—Espera iré de inmediato, esos malditos hijos de puta… creen que porque enfermé pueden aprovecharse de nosotros. —La voz de Louis se hizo tensa y su olor se volvió un poco amargo. Harry observó atento, carraspeó preocupado al notar el leve temblor en su mano desocupada.
Louis voltea a verlo y este le sonríe, su rostro se relaja notablemente Harry se acerca señalando una silla, necesita calmarlo teme que tenga una recaída. Su instinto de omega se activa dejando salir su aroma necesita tranquilizar a su alfa.
Louis queda en silencio, pestañea lento y pesado, siente cómo las notas del olor a galleta lo rodean, puede percibir cada ingrediente, el aroma a vainilla, el chocolate y la canela. Solamente es capaz de sonreír en grande.
La voz de Zayn suena a través del alta voz. Harry lo observa con preocupación, después de que Louis corte la llamada. —¿Te encuentras bien? —pregunta.
—Mejor que nunca, gracias. —Louis sonríe con ternura, puede escuchar al omega de Harry gimotear en su pecho, es más siente cómo su lobo se acerca al omega olfateando su cuello, está completamente seguro que ambos mueven la cola repleta de felicidad.
—Me alegro.
—Vendré a verte más tarde, ¿tienes horario para comer? —inquiere—. Creo que podríamos almorzar algo de sopa, hace frío.
Un leve sonrojo vuelve a cubrir el rostro de Harry. —No creo que eso pueda ser posible, la doctora Jules…
—Está de acuerdo, no te preocupes. O bien podría llevarte al final del turno a comer, sería esperar mucho tiempo para mí, pero lo soportaré. —vuelve a sonreír.
Harry parpadea —No puedo, tengo que llegar a casa con los chicos.
—¿Tus hermanos?
Harry deja escapar una sonrisa. —Exacto, mis hermanos. Tengo tres, son menores y se podría decir que yo estoy a cargo.
—Bien, ¿y si voy a tu casa y llevo algo de comer para todos?
Harry carraspea incómodo, su aroma se vuelve algo extraño, Louis frunce el ceño viendo la reacción de su omega, del cómo juega con sus dedos y se muerde el labio inferior con nerviosismo.
—Creo que será mucho tiempo para esperar, así que vendré hoy en el almuerzo y en la cena, ¿te parece bien?
—Louis…
—Estaré ansioso. Dentro del abrigo tengo un pequeño obsequio, espero te guste, mantente abrigado, Harry, te veré al rato. —sonríe dejando parado al omega.
Harry introduce la mano en el bolso del abrigo, saca una bufanda. Sonríe feliz, le encanta ese color. La rodea en su cuello y siente el potente aroma de Louis.
El día del omega transcurrió tranquilo, atendió a los pacientes, los auxilio cuando fue necesario y acompañó a una pobre omega que llevó a su cachorro con altas fiebres.
Todos parecían amar a Harry, su dulce aroma les daba tranquilidad, pero Harry no se daba cuenta de que su ser era tan atrayente.
Esperaba con ansia la hora de la comida. Justo antes llega un paciente en camilla, un alfa que se accidentó intentando andar en moto. El omega pasaba por la sala cuando uno de los doctores de turno lo llama con otras enfermeras, una omega y la otra alfa.
Harry y la omega dan un paso atrás al percibir el fuerte aroma a celo del alfa. El doctor les dice que deben apresurarse porque tiene algunas fracturas y un fuerte golpe en la cabeza. Aun así, el alfa no está inconsciente.
El doctor pide a Harry tomar su presión mientras los demás cortan la ropa para ver mejor las heridas.
El alfa fija su vista sobre Harry y emite un leve rugido, aun en esa situación toma con fuerza la mano del omega y lo acerca para olfatearlo. Los compañeros de Harry se asustan y el médico intenta acercarse, pero el alfa toma del cuello a Harry arrancando con brusquedad la bufanda.
—Señor, por favor, cálmese.
—Omega… quiero, quiero tenerte entre mis piernas.
Harry forcejea e intenta zafarse, llora cuando el alfa entierra su rostro en cuello e intenta besarlo. —Alto, basta. —intenta golpearlo.
Los demás omegas se asustan buscando ayuda en el doctor, el aroma del alfa es espeso y gruñe. Harry siente que los dedos del alfa quedan marcados en su cuello. —Basta, deténgase, por favor. —sus lágrimas se derraman, el miedo lo invade, pues le es difícil respirar gracias al denso aroma del alfa. De pronto un fuerte gruñido se escucha detrás de ellos.
El alfa ejerce más fuerza Harry chilla, escucha un quejido y el alfa lo suelta y lo único que es capas de sentir es cómo los brazos de Louis lo rodean, el alfa lo resguarda en su cuello y Harry pone sus manos sobre su pecho sujetando fuerte sus prendas de vestir, siente asco el olor del otro alfa está sobre él.
Louis susurra algo y posa una de sus manos en la cabeza de Harry para resguardarlo y la otra en su espalda baja.
Da una mala mirada a todos y el alfa en la camilla intenta pararse, tiene la nariz ensangrentada gracias al golpe que Louis le propinó.
—Ya cariño, respira. —Louis susurra. Harry hipa tembloroso—. Ven salgamos de aquí.
Lo ayuda a caminar, pero Harry no se despega de su cuello, se encuentra con su hermana quien los guía a una habitación, ella luce sumamente preocupada. Intenta acercarse, sin embargo, Louis niega.
Ella entonces llama al omega, necesita revisarlo. Pero Harry no se despega. Louis deja salir su aroma para intentar calmarlo. Louis puede odiar muchas cosas en su vida, pero el ver a Harry sufrir está en el primer lugar de su lista.
—Harry… —llama, se sientan en una camilla y el omega se queda apegado a su costado.
—Él… él… —vuelve a llorar.
—Ya, cariño, no llores, necesito ver si estás bien, ayúdame con eso. —pide intentando sacarlo de su cuello.
—Él quiso morderme, Louis. —Harry al fin habla y lleva su mano a un lado de su cuello. Hay un par de rasguños—. Él iba a morderme. Me salvaste. —llora desconsolado.
Louis le da una fuerte mirada a su hermana, ella sabe a qué se refiere, así que sale para controlar la situación y los deja solos. Cuando Jules sale, Harry suspira, aún está tembloroso. Se incorpora con ayuda del alfa. De inmediato Louis saca un pañuelo y limpia su rostro.
—Ya pasó, respira. —Harry obedece y toma fuertes bocanadas de aire—. Tranquilo, todo está bien, estás a salvo, ¿necesitas algo? —Louis acaricia su rostro, temía ser invasivo, pero Harry parecía más tranquilo y dócil bajo su toque.
El omega no dice nada, solamente busca su calor dejándose caer en su pecho. Es imposible para el dejar de llorar, hace tanto que no lo hacía que parecía que tenía muchas cosas acumuladas y ahora están saliendo como cuando un río se desborda.
Louis lo sostiene fuerte, dejándolo ser, lo consuela hasta que se tranquiliza y en el momento justo busca su rostro y le sonríe.
—Lo siento… —Harry intenta separarse. El alfa niega y eleva su mano limpiando las lágrimas que siguen corriendo.
—Déjame revisarte. —El alfa pide, el ojiverde ladea la cabeza con vergüenza y ve la piel enrojecida y dañada. Louis se da la vuelta y toma un botiquín que hay en cada habitación con vendajes y el líquido especial para lavar heridas. Pide permiso a Harry y le ayuda a limpiar y vendar.
Harry sigue hipando. —Ya está, lo haremos con cuidado.
—Gracias, yo lo lamento tanto…
—No fue nada, ¿todo bien? —pregunta y extiende su mano para revisar si hay alguna otra herida.
—Yo no hice nada, lo juro, él solo me tomó y…
—Harry, tranquilo, nadie te está culpando de nada, ese alfa estaba en celo. Si salió en ese estado fue muy imprudente de su parte y haremos algo para que no se repita.
—Gracias, solo me asusté, aún siento ganas de vomitar. —Louis le tiende una botella con agua y abre la rosca.
—Aguarda… —Louis asoma la cabeza en la puerta y Harry no puede escuchar lo que habla gracias al dolor de cabeza a causa de tanto llanto.
—Toma esto. —El alfa le da un par de pastillas—. Vendrán a dejar algo de ropa para que cambies esa y se irá directo a la basura.
—Gracias, lamento, causar tanta molestia. ¿Todos los demás están bien?
—Sí, no te preocupes, todos están bien.
—De acuerdo, eso es un alivio.
Segundos después la puerta es tocada y Louis es quien recibe la mudada de ropa. La da a Harry y este se dirige al espacio que es especial para poder cambiarse.
El omega sale y deja caer la ropa en el cesto de basura. Hace mala cara y se pone pálido.
—¿Qué te sucede? —Louis llega a su lado.
—Aún siento su olor, lo odio. —Harry traga fuerte.
Louis suspira y lleva sus manos sobre los hombros del omega. —Puedo marcarte con mi olor, eso solo si tú quieres.
Harry se pone completamente rojo, asiente, tímido. —Me gusta tu aroma.
—Bien, ven aquí. —pide, Harry da un paso adelante permitiendo que Louis se acerque dejando salir su aroma mientras él frota su rostro sobre el rostro del omega.
Sonríe cuando lo escucha suspirar y ronronear. Lo escucha dar una pequeña disculpa, entonces se percata que Harry pestañea pesado, sus ojos empiezan a cerrarse.
—Tengo sueño, Louis.
—¿Quieres recostarte un poco? —pregunta señalando cama. Harry asiente. Louis lo ayuda a acomodarse, se acerca y quita los rizos en su rostro.
—Si gustas puedo llamar a uno de los omegas para que te acompañen.
—No, ¿puedes quedarte, por favor? —Harry balbucea y toma una de las manos del alfa cerca de él y se queda completamente dormido. Con cuidado el alfa toma uno de los pequeños sofás que están en la habitación que sirven para que los visitantes descansen. Se acomoda frente a Harry y con la mano desocupada se atreve a peinar su cabello para dejar su rostro libre.
Suspira preocupado al ver las ojeras en su rostro. Sus labios están algo secos, así que promete para sí mismo venir cada día a acompañarlo a comer. Jules le informó que es extraño verlo descansar, ella le habla y manda a ingerir algo, pero Harry siempre dice que no tiene hambre o que ya ha comido.
—Yo voy a cuidar de ti. Te lo prometo, cariño.
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