•Es un trato, Satoru gojo•
Sonreiste tomando de una sola vez tu vaso de vodka mientras todos gritaban a tu alrededor. De alguna manera habías logrado convencer a Shoko y Satoru (quien no puso mucha resistencia) a salir a un bar de la ciudad por tu cumpleaños al día siguiente, por lo que ahora se encontraban haciendo una tercera ronda de tragos con algunas personas que se habían acercado a ustedes en el lugar.
- bien, este es mi límite- murmuró Satoru bebiendo el tercer y ultimo shot - ya recuerdo porque no me gusta beber-
Shoko soltó una carcajada ante sus palabras, era muy extraño ver a su amigo beber algún de alcohol, pero nunca podría negarse ante la opinión de la cumpleañera.
Cumpleañera que ahora se encontraba alentando a dos chicos desconocidos en una batalla de por quien se bajaba primero un vaso de cerveza.
-¡Si! ¡Eso es! Siempre confíe en ti- gritaste eufórica cuando el chico por el que había apostado ganó la competencia.
- parece estar pasándolo bien- murmuró Shoko a su amigo mientras te observaban- me gusta verla feliz-
Satoru solo asintió, el verte tan alegre y disfrutando de tu cumpleaños lo había hecho muy feliz a él también.
Shoko no tardó en abandonarlo para entablar conversación con un chico que parecía tener segundas intenciones con ella. Por lo que Satoru decidió salir a tomar aire al balcón del bar ya que dentro había demasiado olor a alcohol y cigarrillos.
-¿Fuiste abandonado? - tu voz lo descolocó por un segundo - te vi venir solo, pensé que querías compañia-
Estabas bellísima, traías un vestido color negro corto y sencillo, ajustado a tu figura con una fina cartera de brillos negra, pero tú mejor accesorio era tu brillante sonrisa.
- vine con dos hermosas mujeres pero ambas me dejaron solito ¿Puedes creer?- pregunto divertido mientras la joven se acercaba al balcón y cerraba los ojos disfrutando la brisa. Hacía calor en el bar y allí estaba más fresco el clima.
- no creo que tengas problemas en conseguir otra para su reemplazo- bromeo la chica con una sonrisa traviesa mirándolo a los ojos siguiendo su juego.
- es verdad - se acercó el peli blanco a la joven, reduciendo la distancia lentamente. Acorralandola contra el balcón inconscientemente - pero no hay mujer que pueda llenar semejante lugar-
Entendiste la indirecta al instante. Sabías que algo pasaba entre ustedes y realmente Satoru siempre te pareció muy guapo por lo que no lo pensaste dos veces.
- deberías tener cuidado- ahora solo unos centímetros los separaban entre si, Satoru había apoyado sus manos a cada lado de tu cuerpo, dejándote sin escapatoria - podrías quemarte si juegas con fuego-
- No te preocupes, según dicen soy el más fuerte - sonrió de lado, valiéndose de su título.
-entonces quemate- respondiste en un susurro
Satoru lo tomo como una aprobación. Fue en ese instante en el que cortó la poca distancia que quedaba entre ambos y te beso con necesidad.
Porque eso sentía. Hambre de ti. ¿Cuántas veces fantaseo con este momento?
Sus manos fueron de la barandilla del balcón a tu cintura, mientras agarrabas el cuello de su camisa para tirarlo hacia ti. El beso era salvaje. La temperatura había subido de 1 a 100 en pocos segundos.
Es como si ambos se hubieran olvidado de todo por una noche, como si solo fueran tu y el y no los hechiceros de grado especial de la escuela de Tokio.
Sus labios encajaban a la perfección, sentiste su cuerpo amoldarse al tuyo y pronto no quedo espacio entre ambos. Tu respiración comenzaba a hacerse superficial, su mano subió sutilmente por el borde de tu vestido acunando tu trasero.
Sentiste su pelvis presionar la tuya...
- ¡Dios! ¡Este bar es increíble!- el grito de Shoko corto el momento, haciendo que ambos de congelarán. El climax que ambos estaban sintiendo se enfrió de un momento a otro. - no puedo creer que estén aquí afuera perdiéndose la diversion-
Satoru se separó de ti a una velocidad increíble, incluso activo su infinito para poder alejarse sin tentaciones.
Por suerte Shoko venía tan ebria que no había notado nada extraño en sus dos amigos.
- creeme, nos divertíamos bastante - fue el comentario de Satoru que te hizo sonreír cómplice mientras le dabas un golpe amistoso en el brazo, soltando una pequeña risa - ¿Que no estabas con el humano de pelo rubio?-
- oh está vomitando en el baño- se decepciono la castaña encendiendo un cigarro, aprovechando el aire fresco
- no me sorprende, ¿Otra ronda de tequilas?- preguntaste animada como si nada hubiera sucedido entre ambos- Satoru será el conductor designado de hoy-
- no puedo negarme ante las peticiones de la cumpleañera- sonrió de lado a su amiga siguiendo su juego - pero espero una recompensa luego de esto-
- es un trato, Satoru gojo- le diste la mano para afirmarlo con una sonrisa traviesa.
Lo que sucedía en ese balcón es algo que solo quedaría entre los dos.
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