Veintiocho: Fruto prohibido.
― ¿Sabes, Kim? ― Toma sin cuidado la botella entera de vino de la cubeta con hielo. ― Eres de mis mejores hombres...
Jungkook arquea una ceja, la mujer aún con su sonrisa ladeada en el rostro decide tomar directamente de la boca de la botella de vino, tomando asiento en su lujosa cama. Deduce que tan solo esa pieza costaría cientos de dólares, no solo por su gran tamaño, ya que también está hecha de madera de calidad.
― Leal, de confianza, capaz... ― Empieza a nombrar sus cualidades.
Jungkook estaba realizando un trabajo, tenían un infiltrado de una mafia enemiga en su territorio vendiendo armas ilegales, y Jungkook se encargaba de hacerlo hablar, hasta que tuvo que acudir al llamado de su jefa. Según ella tenían "asuntos pendientes" de los que hablar.
La mujer cruza sus piernas mientras limpia la comisura de sus labios por el vino. Lo mira. ― Confío en ti, HaJoon.
No deberías.
Acomoda sus lentes. ― ¿A qué se debe todo esto? ― Pregunta con sus manos detrás de la espalda.
Sospecha que hay otra intención en sus palabras, no cree que diga todo aquello solo para halagarlo.
Lisa deja la botella vacía de vino a un lado, ignora su pregunta. ― Sírveme un poco de whisky, anda. ― Señala con el mentón la botella de licor detrás de Jungkook, en una mesita de metal con un vaso de vidrio.
Jungkook no hace ni una mueca, se da la vuelta y obedece sus órdenes, después de todo tiene algo más entre manos. Disimuladamente se da la vuelta para ver sobre su hombro, Lisa está recostada en la cama con los ojos cerrados.
― No tengo a quién más contarle lo que ahora siento... Todos en los que confiaba murieron, como mis padres y mi esposo. ― Sigue hablando, viendo el techo, luciendo nostálgica.
Jungkook asegurándose de que está distraída para tomar la bolsita en el bolsillo de su saco marrón para verterla en el vaso de whisky y guardarla pronto.
Veneno.
NamJoon le ayudó a conseguir dicha sustancia rara de encontrar, y completamente ilegal, por supuesto. Este tipo de veneno puede llegar a matarte en tan solo minutos. Guarda el sobre de vuelta a su bolsillo. Su plan es simple, Lisa beberá del veneno, tendrá minutos para que el veneno haga efecto en ella, y en estos minutos tendrá tiempo de escapar silenciosamente sin que nadie se lo impida. Había pensando en un tiro limpio en la cabeza, pero sería muy ruidoso, prefiere algo más cauteloso que le de tiempo de escapar.
No tenía planeado matarla tan pronto, quería quitarle un poco más de dinero y terminar ciertos negocios, pero ya no puede más con su propia cabeza. El aroma de Lisa lo sigue a todas partes, y sabe que está dejando de lado a su esposo.
Quiere terminar con esto de una vez por todas, y dejar de escuchar las voces en su cabeza.
― Lo extraño... ― Suspira. ― Extraño a mi esposo. ― Mira la espalda de Jungkook. ― Mi imperio empieza a caer, pero aún a pesar de todo sigo buscando vengarme de Woong.
― ¿Woong? ― Pregunta aún dándole la espalda.
― Park Woong.
― ¿Park Woong, el ex-presidente? ― Se hace el desatendido. ― Hasta donde sé está muerto. ― Gira con dos vasos de whisky en sus manos, uno para él, otro para Lisa.
― Ese malnacido sigue vivo, yo lo sé. Fingió su muerte para controlar a todos desde las sombras, a través de los miembros de su familia.
Jungkook se acerca un poco hacia ella, pero aún no le entrega su vaso con el veneno. Primero quiere escuchar lo que tiene que decir.
― Fingió su muerte porque es un cobarde, siempre lo fue. ― Ríe suavemente. ― No sé si es el alcohol, o soy yo, pero creo que debes saber lo que realmente busco, HaJoon. Si serás mi mano derecha, debes saber mis planes. ― Asiente a sus propias palabras.
Jungkook pasa saliva y asiente igualmente. ― No le diré a nadie.
― Bien. ― Lisa se coloca de pie, quedando frente suyo, cerca el uno del otro. ― Woong mató a mis padres.
¿Woong mató a los Manoban?
― Tengo información de cada miembro de su familia, excepto de los Jeon, no se sabe el rostro de uno de ellos, pero si del hermano mayor. ― Sonríe de lado. ― No dejaré que se recuperen, me he esforzado mucho para infundirles miedo al robar sus negocios, socios, y así quitarles el puesto que creía tener en la cima de todos.
Lisa quiere venganza, aunque ella también se hunda en el proceso. Después de todo, Lisa y Woong son más parecidos de lo que creen.
― Mis investigadores dicen que el ayudante principal de Woong es el esposo de su hijo más preciado, Jeon Jungkook. ― Jungkook quisiera reír de burla en ese momento, porque Lisa no sabe que frente suyo está aquel que tanto busca, pero no logra encontrar.
― ¿Quieres venganza?
― Así es... ― Se acerca al gran ventanal de su cuarto, que da hacia un hermoso balcón y una bonita vista hacia el jardín trasero. ― Tengo mucho planeado, pero por ahora, debo recuperar mis negocios.
― ¿Tienes algún objetivo en específico? ― Necesita extraer toda la información que pueda, aprovechando esta ola de confesiones hacia su persona.
Ella lo mira sobre su hombro. ― JiMin, el hijo mayor de Woong es mi objetivo principal, sería un gran dolor para los Park y el propio Woong, que ama a su hijo como a nadie...
En ese momento el corazón de Jungkook se detiene apenas unos segundos. JiMin es el objetivo de Lisa, ella sabe que si algo le pasa a JiMin afectaría en demasía a los Park, y más que a nadie, a Woong. Los debilitaría, y es precisamente lo que ella busca, arrebatarle a Woong todo lo que ama para que sienta lo que ella sintió cuando sus padres fueron asesinados.
― Pero primero debo encontrar su nuevo escondite. ― Ríe. ― Al parecer no le gustó el pequeño regalo que le dejé.
Jungkook no debe esforzarse mucho para entender esas palabras. Era claro que Lisa fue la responsable al ataque de su antiguo hogar, aquel ataque que los obligó a mudarse por seguridad.
― Pero a pesar de todo lo que te dije, ahora mismo tengo otra cosa en mente. ― Gira su cuerpo, con una sonrisa ladina a labios sellados y una mirada felina dirigida a su persona.
Jungkook se quedó quieto con los vasos en sus manos, a la expectativa de lo que Lisa podría hacer o decir.
Llorar se había vuelto su triste rutina en la ausencia de su esposo, se dedica a desahogarse con la soledad de su habitación, mientras empaca sus cosas para llevarlas al hospital cuando dé a luz. En ese momento, tiene un malestar en su pecho, y un mal presentimiento, como si algo terrible fuera a pasar. Algo que no entiende, ni quiere entender. Le duele el corazón, le duele de amor, y lo odia porque se siente débil.
― Maldita sea... ― Empieza a sentir su cuerpo pesado, y un dolor en la cabeza. Sabe que es por pasarse la mañana entre llanto y llanto, además el embarazo lo tiene sumamente sensible, por lo que los tratos fríos de su esposo y su ausencia lo lastiman más de lo debido.
¿Todo es culpa de Jungkook? ¿Todo es culpa suya por no haberlo dejado ser libre?
Repentinamente JiMin siente un tirón en su bajo vientre, abre los ojos y frunce el ceño, se queda quieto por un momento, aguardando sentirlo otra vez... Pasan cinco minutos, y ahí está otra vez ese dolor, solo que ahora lo siente más fuerte que el anterior. Coloca una mano en su barriguita sobre la tela de su camiseta, sus latidos empiezan a acelerarse y sabe lo que está pasando.
Lo único que puede hacer ahora es llamar al hombre que siempre está para cuidarlo. Toma el celular que descansaba en su mesita de noche y busca con desespero su contacto, mientras un tirón en su vientre bajo termina de colocarlo nervioso.
― Taehyung... Taehyung... Contesta por favor. ― Podría jalarse el cabello, pero trata de mantener la calma, inhalando y exhalando a consciencia.
Kim contesta al tercer pitido, se apresura al hablar. ― ¿Qué pasa? En un momento subo con tu café-
― Taehyung necesito que vuelvas, de inmediato. ― Lo interrumpe.
El tono de voz que usa JiMin preocupa a Taehyung. ― Voy en camino, ¿Pero qué ocurre?
Un nuevo tirón, jadea. Empieza a sentir calor en todo su cuerpo y un malestar general. ― Creo que ya es hora...
Taehyung entiende perfectamente sus palabras, después de todo hoy era el día. Debe llevarlo al hospital, y llamar Jungkook lo más rápido posible para avisarle la noticia. JiMin necesitará a su esposo más que a nunca.
Reproduciendo: Play With Fire - Sam Tinnesz
― ¿Sabes qué tengo en mente, HaJoon?
Insane, inside the danger gets me high
Se acerca peligrosamente hacia él. Jungkook mantiene la postura, pero realmente no sabe cómo interpretar sus palabras o sus acciones.
Can't help myself, got secrets I can't tell
Tan concentrado en la mujer y su aroma cítrico invadiendo sus sentidos, que olvida la existencia del vaso con veneno en su mano. Olvida su plan.
Lisa toma los vasos en sus manos y los coloca en la mesa del lado, sin romper el contacto visual. ― Deberíamos romper la tensión entre nosotros, de una maldita vez. ― Coloca ambas manos en su pecho, acariciando con cuidado.
Jungkook toma sus muñecas, alejándolas de su pecho. ― Lisa...
― No te hagas el tonto, sé como me miras, y sabes bien cómo te miro yo a ti. ― Sonríe cerca de su rostro. ― Me siento tan rota ahora mismo, necesito sentirte cerca, Kim...
I've always liked to play with fire...
Jungkook da un paso hacia atrás, negando con la cabeza, su poca cordura depende de ese momento. Si cae en las palabras de Lisa, es posible que no vuelva a salir de ese maldito agujero, ese que el mismo ha ido cavando estos últimos meses.
I've always liked to play with fire
― Te daré todo, te ofrezco todo... ¿Joyas? ¿Dinero? ¿Poder? Podrías ser tu propio maldito jefe, dejar de recibir órdenes de los demás.
I ride the edge, my speed goes in the red
Jungkook la mira atentamente... ¿Ser su propio jefe? ¿Dejar de seguir las órdenes de Woong? El padre de JiMin siempre ha decidido por él, y Jungkook siempre se tragó sus disgustos...
I love to watch the castles burn
― Tú eres más que capaz, incluso más que mi difunto esposo. Juntos tendríamos un gran imperio, HaJoon... Tú no estás hecho para recibir órdenes, si no para darlas. ― Jungkook relaja su agarre en sus muñecas, y ella aprovecha para pasar sus brazos por su cuello, atrayéndolo cerca.
Su aroma cítrico invadía todo de él.
I've always liked to play with fire...
Jungkook trata de negarse. ― Yo... yo amo a alguien más, no puedo.
Lisa ensancha su sonrisa, ese hecho no detendrá sus intenciones, ni sus planes. ― ¿Crees que eso me importa? ― Ríe cerca de sus labios. Jungkook no hace nada para apartarla. ― Si amaras a esa persona, no estarías aquí ahora, y no me dejarías tocarte como ahora te estoy tocando... ― Acaricia los cabellos en su nuca, sin saber lo falsos que son, es solo una peluca. ― Dudo que realmente ames a esa persona, Kim.
Watching as the flames get higher
Sus intentos son completamente débiles, ni siquiera se resiste a la tentación de la mujer. Está por morder la manzana prohibida, y no muestra preocupación alguna por ello.
I've always liked to play with...
― Puedo ofrecerte todo lo que quieras, lo que tanto buscas, te lo puedo dar HaJoon. ― Mientras más habla, más arrastra a Jungkook con ella. ― Puedo brindarte la satisfacción que tanto buscas fuera de esa persona que tanto dices amar.
― ¿Satisfacción?
Ella asiente, acercando sus rostros. Jungkook no dice nada, no se atreve a abrir la boca, ni mueve sus manos para alejarla de su cuerpo, sabiendo lo cerca que sus rostros estaban el uno del otro. Se estaba dejando llevar por completo. Su poca cordura se estaba perdiendo, la locura lo empezaba a consumir.
I've always liked to play with fire
Poder y dinero. ¿Tal vez eso llenaría el vacío en su corazón? ¿La insatisfacción que no lo deja dormir por las noches podría parar?
― HaJoon... ― Susurra sobre sus labios.
I've always liked to play with fire!
Jungkook no hace nada, se deja llevar, coloca sus manos en la estrecha cintura de la mujer y la atrae aún más cerca suyo. Sus labios se rozan, sus respiraciones se mezclan, sus cuerpos vibran, y como era previsto, sellaron toda la tensión que los invadía, en un apasionado beso. Un beso carente de cariño, pero lleno de lujuria.
I've always liked to play with fire
Jungkook mordió el fruto prohibido.
Las uñas de la mujer arañan su nuca, Jungkook ejerce presión en su cintura, disfrutan del tacto y del momento. Lisa los da la vuelta y camina con Jungkook aún en el beso, hasta que los tobillos del hombre tocan el comienzo de la cama, y ambos caen sobre esta. Rompen el beso, pero no se toman el tiempo de verse a los ojos, porque vuelven a juntarse y a tocarse por todas partes.
Las ropas empezaron a faltar y sus cuerpos a sudar, los jadeos y gemidos no se hicieron esperar. Jungkook en medio de todo esto, no atendió su teléfono que sonaba sin parar en el bolsillo de su pantalón, lanzado a alguna parte de la habitación.
― Apágalo. ― Ordena ella, cuando el molesto sonido de una nueva llamada entrante suena.
Jungkook obedece sin más, quitándose de encima suyo, caminando hasta su pantalón, tomando su celular y apagándolo. Sin importarle que más de veinte llamadas perdidas venían de Taehyung. Simplemente, no le importó ni recordó que hoy era el día que su hijo nacería.
Volvió a la cama, volvió a besar a aquella mujer, volvió a terminar lo que empezó. Jungkook cayó en la locura, las voces en su cabeza sonaban gustosas, su poca cordura se terminó de perder, porque traicionó al amor de su vida.
Está jugando con fuego y disfrutando de la adrenalina.
― ¡Taehyung!
― Tranquilo, tranquilo, estoy aquí. ― Le da una rápida mirada a JiMin y vuelve la mirada en el camino, aprieta el agarre de sus manos para darle seguridad. ― Ya estamos cerca, lo estás haciendo bien.
― Mierda, mierda, mierda. ― Se aferra al cinturón de seguridad que rodea su cuerpo, cerrando fuertemente los ojos, sintiendo una nueva contracción. Mira con dificultad al peli rojo. ― ¿Lla-llamaste a Jungkook? ― En esos momentos los nervios invaden sus sentidos, pero a pesar de eso piensa en su esposo.
Taehyung carraspea, gira el volante y acelera. ― Llamé a tus padres, están en camino, no te preocupes.
JiMin frunce el ceño. ― Bien, p-pero te pregunté por Jungkook... ― Jadea. ― Taehyung, r-responde maldita sea, ¿Lo llamaste?
Taehyung asiente y tensa la mandíbula, aún con los ojos fijos en el camino. ― Lo llamé todo lo que pude, y no contesta el maldito teléfono. No sé qué mierda esté haciendo, pero ignora mis llamadas.
― Dame tu teléfono. ― Exige, soltando la mano de Taehyung.
― ¿Qué?
― ¡Que me des tu teléfono! El mío lo dejé en casa. ― Su respiración es agitada. Taehyung pasa saliva y saca su celular de su bolsillo para dárselo. ― Espero no le haya pasado nada malo.
Taehyung no dice nada, prefiere no decir nada. JiMin busca el nombre de su esposo en los contactos de Taehyung. Presiona su nombre y coloca el aparato en su oído, pero no llega a escuchar ni un solo pitido. Tiene el celular apagado. Siente una nueva contracción y el teléfono cae de sus manos a sus pies, ahora con ambas manos en su barriga. De repente, el auto se detiene y al alzar la mirada se encuentra con su destino, el hospital.
― Ya llegamos, vamos.
Taehyung sale del auto y corre para llegar al otro lado, abrir la puerta del copiloto y tomar a JiMin en sus brazos, sudando y jadeando de dolor.
― Tranquilo, estoy aquí.
Taehyung corrió con JiMin en sus brazos, como si no pesara nada. Llega a la entrada del hospital, pidiendo rápida atención. Unas enfermeras traen una camilla, y en el momento que toman a JiMin de sus brazos y se lo llevan. Taehyung siente una increíble ansiedad recorrer todo su cuerpo, como si no pudiera soportar tener a JiMin lejos en manos de personas desconocidas.
Y en ese momento se pregunta... ¿Dónde está Jungkook? ¿Qué está haciendo?
(EDITADO: 22/07/2022)
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