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Sesenta y cuatro: Aishiteru.

¡Bienvenidos al penúltimo capítulo de esta maravillosa historia!

Prepárense mentalmente para la siguiente parte, ¡la cual es la despedida definitiva!

Si llegate hasta este punto de la historia, de corazón muchas gracias por todo tu apoyo <3

Besos, MGG.

― No los dejen ir.

Taehyung y Jungkook se pusieron a la defensiva para poder proteger a JiMin, pero no pudieron hacer mucho cuando cinco hombres se abalanzaron encima suyo. Pronto estaban siendo sujetados por los hombres de Lisa, de rodillas en el suelo y con las manos detrás de la espalda.

JiMin trataba de librarse de su agarre a toda costa, y casi estaba por zafarse, pero un fuerte golpe en el estómago lo inmoviliza en su sitio, y se retuerce por el dolor. Lisa lo había pateado directo en el abdomen con su zapato de tacón.

Inmediatamente, Jungkook y Taehyung reaccionaron enfurecidos, Taehyung no demoró en gritarle que parara mientras Jungkook veía fijamente a la mujer a los ojos, con una mirada asesina.

― ¿Qué pasa? Se ven muy afligidos, ¿No esperaban verme, verdad? ― Lisa se colocó a la altura de JiMin y con su dedo índice alzó su rostro, el cual tenía una mueca de dolor. ― Pero yo sí tenía muchas ganas de verlos, sobre todo a ti, querido.

Le sonrió con sorna, y JiMin tensó su mandíbula, temblando de rabia. Finalmente tenía a la famosa Lalisa Manoban, la amante de su esposo, la razón de sus peores pesadillas, frente suyo, pero se estaba retorciendo por el dolor de su golpe, y la humillación de quedar a su completa merced.

Con una simple orden podría asesinarlos en ese preciso instante, y nadie ni nada podría salvarlos. Solo pudo pensar en su hijo en ese momento.

― Eres... u-una hija de puta. ― Insultó con odio desde lo más profundo de su ser. ― T-te... mataré con mis... p-propias manos. ― Respiraba dificultosamente por el dolor del golpe.

― Quieres vengarte, pero ¿Sabes? La pasé muy bien con tu esposo, por un largo tiempo; mientras tú lo esperabas en casa él estaba muy agusto conmigo, en mi mansión. ― Ríe al ver como JiMin baja la mirada. ― Así que, aunque me mates, no podrás cambiar el pasado. Lo hecho, hecho está. ― Miró a Jungkook por un momento, él tenía la mirada gacha, avergonzado. Sonrió ante este hecho.

― No estoy aquí por él. ― Luego de un momento volvió a subir el rostro. ― Tú los mataste... m-mataste a mi familia. ― Tragó el nudo en su garganta al decir aquellas palabras.

― Sí. ― Se colocó de pie. ― Por supuesto que fui yo. ― Mantiene esa asquerosa sonrisa en su rostro. ― Pero no me malentiendas, no lo hice por tu esposo... Tu padre y yo teníamos asuntos pendientes, y ahora estamos a mano.

Manoban chasquea sus dedos y una escolta se acerca a ella para colocar un arma en su mano extendida, su sonrisa se ensancha y toma el arma con firmeza. JiMin ni se inmuta ante la evidente amenaza que representaba la mujer en aquel momento, por más miedo que sintiera, jamás lo expresaría en frente suyo.

No le daría esa satisfacción; sin embargo, por dentro moría de miedo por lo que pasaría con su hijo y su familia, si él no llegase a salir de ahí con vida.

― No hemos divertido hasta el momento, y fue un placer conocerte, pero ya es hora de terminar con este circo. Ustedes solo representan un estorbo para mí en este momento. ― Baja el arma apuntando directamente al rostro de JiMin, quien retenía con todas sus fuerzas las ganas de llorar y temblar.

Tan pronto como el arma apuntó hacia JiMin, Jungkook decidió hablar por primera vez desde que Lisa los emboscó. No iba a quedarse con los brazos cruzados mientras acababan con la vida de su esposo, la persona más importante en su mundo, y el padre de su hijo. Jamás podría permitirlo.

― Basta. ― Su voz llama la atención de la mujer. ― No lo hagas... tengamos un trato.

La sonrisa en los labios de Lalisa se desvaneció. ― ¿Un trato? ― Niega con la cabeza suavemente. ― No todo se arregla con tratos insignificantes, tú no tienes nada que yo quiera, Jeon.

― Me quedaré contigo.

― ¿Qué dices? ― Alza una ceja con burla.

― Me quedaré contigo, todo el tiempo que quieras, seré tu juguete toda mi vida hasta que te aburras de mi presencia... pero déjalo ir.

Manoban no pudo contener la risa por más tiempo, una carcajada limpia salió de sus labios. Jungkook se encogió en su sitio, ya no lucía tan amenazante como antes, él genuinamente tenía miedo, estaba desesperado, dijo lo primero que se le ocurrió para intentar salvar a JiMin, pero no había servido de nada, al parecer.

― Patético, como siempre.

Recobró la postura, y el arma nuevamente apuntó hacia JiMin, quien luchaba con todas sus fuerzas para no quebrarse en llanto al pensar en su situación actual, en su hijo, su padre, su hermana... ¿Qué pasará con ellos si él muere? ¿Quién los cuidará?

― No quiero perder más tiempo con cosas infantiles. ― Quitó el seguro al arma.

Un disparo se escuchó en todo el bosque, y todo quedó en silencio por un largo momento. Lalisa gira su cuerpo rápidamente, una bala había rozado el brazo con el que sostenía el arma y la había herido, estaba sangrando.

Toma su brazo herido y hace presión sobre la herida mientras busca al responsable, pero no vio a nadie aparte de su escolta detrás suyo. Otro disparo se escuchó y aquel hombre cayó al suelo, salpicando su propio rostro con su sangre.

¿Qué...?

¡Cubranse!

Namjoon rápidamente sacó su arma, apuntando hacia el bosque pero sin tener en claro dónde disparar, hasta que una bala cayó en su pierna, haciéndolo retroceder hasta caer en el suelo. Mientras, Lisa fue rápidamente resguardada por otro de sus hombres.

Jungkook no perdió tiempo y aprovechó la distracción para librarse del agarre de aquel hombre que lo tenía apresado, empezando una lucha. Taehyung le siguió el ritmo, empezando a pelear también.

JiMin se quedó en el suelo, ya no era retenido por una de las escoltas de Lalisa, era libre pero no podía moverse, estaba temblando. Se había llevado el susto de su vida, por un momento sintió su vida pasar frente a sus ojos, y el rostro de su hijo fue lo único que llenó su mente.

Las lágrimas se acumularon en sus ojos, alzó la mirada y a pocos metros vio a su padre correr hacia él, tomándolo del brazo para levantarlo, mientras Gguk les cubría la espalda.

― Papá... ― Lo miraba como si frente suyo estuviera un fantasma, no podía creer que su padre estaba ahí.

― ¡Agáchate! ― Lo dijo antes de disparar hacia la cabeza de un hombre que se acerba corriendo con intenciones de atacarlos.

JiMin fue salpicado por la sangre, y se aferró a su padre sin entender qué estaba pasando a su alrededor, se sentía atudido y perdido entre el tiroteo.

Su padre los colocó detrás de un árbol cercano y un par de arbustos mientras su arma seguía disparando. JiMin se deslizó desde el tronco hasta el suelo, tratando de asimilar todo lo que pasó en menos de diez segundos.

Llevó una mano a su pecho al sentir su respiración más acelerada de lo normal, y alzó la mirada para encontrarse la silueta de una mujer escondida detrás del árbol vecino. La reconoció enseguida entre el caos que era su cabeza en ese momento.

Todo empezó a pasar en cámara lenta, y sin pensarlo dos veces la ira reemplazó su incertidumbre. Pronto se encontró a sí mismo colocándose de pie, sin importar las balas saliendo disparadas hacia diferentes direcciones.

― ¡Hijo, espera! ¡JiMin! ― Hizo caso omiso a los llamados de su padre. Estaba por correr oara sujetarlo del brazo pero una bala cayó peligrosamente cerca suyo y debía seguir con su trabajo.

Con determinación, y aprovechando la distracción de la mujer, la tomó por los hombros y la derribó sobre el suelo, logrando que el arma en su mano cayera por algún lugar del suelo, entre la tierra.

Ella era más alta que él, y tal vez podría tener más fuerza y vitalidad, pero a JiMin nada de eso lo intimidó para alzarla por los hombros y dar el primer golpe en su mejilla.

Lalisa cayó nuevamente de espaldas al suelo y lo miró con rabia. Lo insultó y escupió al suelo un poco de sangre, mientras JiMin se colocó en posición, dispuesto a esperarla. La pelea había comenzado.

― Acabaré contigo, imbécil.

― Quiero ver que lo intentes. ― La desafió.

Rodaron sobre el suelo, propinandose golpes por donde podían. Era una verdad lucha de poder, porque uno de ellos moriría esa noche, y ninguno estaba dispuesto a perder la vida. Lisa estaba cerca de su plan, sumamente cerca y no lo echaría a perder. JiMin tenía la sed de venganza palpitante en su corazón, bombeando su sangre y mandando adrenalina a cada parte de su cuerpo.

En algún punto dado, la mirada de ambos cayó sobre el arma a centímetros de sus manos. Lisa fue la primera en reaccionar y tomarla, lo cual tomó por sorpresa a JiMin, pero no se rindió. Las vueltas sobre el suelo y el forcejeo continuaron, hasta que, sorpresivamente, el arma se accionó y dio inicio a un sepulcral silencio en el lugar.

Jungkook se quedó estático, y rápidamente buscó de dónde provino el disparo. Observó que Taehyung a pocos metros delante suyo, veía hacia una sola dirección, y no se movía, así que sus ojos también se fijaron en ese punto temiendo lo peor. Encobtró a JiMin sujetando con fuerza la mano de Lisa, la cual tenía un arma ahí. Había disparado al aire.

― ¿Qué pasa? ¿Tienes mala puntería? ― Sonrió de lado porque pudo desviar el arma a tiempo, y no resultó herido. Además, la expresión frustrada en el rostro de Lisa le causaba mucha gracia. ― Más suerte para la próxima.

Empieza un nuevo forcejeo, Lisa queda encima de JiMin y ruedan por el suelo. Jungkook al ver aquello decide intervenir, después de todo había derribado a su rival, pero antes de dar un paso delante, Namjoon se interpone en su camino, y sabe que no será una pelea fácil. Mira de reojo, su equipo esta a ocupado peleando mano a mano con los hombres de Lisa. Todos se habían quedado sin balas.

― No tendrás apoyo Jeon, todos tienen las manos ocupadas, somos solo tú y yo, ¿O pretendes huir? ¿Sigues siendo tan cobarde como antes?

― Te mataré. ― Aprieta sus manos en puños.

― Espero que esta vez si cumplas a tu palabra.

NamJoon propinó un certero golpe en sus costillas, pero Jungkook no se quedó atrás, sonrió y siguió con la pelea. Ya no iba a huir de él. Ya no quería ser un cobarde. Había roto un trato con el hombre meses atrás, lo que ocasionó que tomara a su hermano y lo llevara al borde se la muerte, solo para cobrarle por su falta de palabra. Jungkook tuvo miedo, fue cobarde, pero ya no más.

Playing: Control - Halsey

Metros adelante, JiMin se colocó encima de Lisa y rápidamente sus manos capturaron su garganta, apretándola con fuerza e inmovilidanzola en su lugar.

Tenía el ceño fruncido y los dientes apretados, con gotas de sudor cayendo por su rostro, así como sus ropas llenas de tierra. Una mirada asesina surcaba sus ojos, y sus manos apretaban su cuello con las pocas fuerzas que le quedaban.

Eran depredador y presa.

They send me away to find them a fortune
A chest filled with diamonds and gold

― A-aunque me mates no podrás remediar todo lo q-que ha pasado... Tu familia seguirá muerta. ― Habla con gran dificultad. ― Con mi muerte n-no lograrás cambiar el pasado.

I sat alone, in bed till the morning
I'm crying, "They're coming for me"

― Tienes razón, no podré cambiar nada de lo que ha pasado. Mi familia no volverá a la vida, mi matrimonio seguirá roto y sin manera de repararlo. No podré recuperar al hombre del que me enamoré hace tantos años.

I'm bigger than my body
I'm colder than this home

Lisa arañaba sus brazos, enterrando sus uñas con intenciones de quitar sus manos de su cuello. A este punto el aire era sumamente escaso en sus pulmones, y luchaba por no perder la conciencia.

I'm meaner than my demons
I'm bigger than these bones

― ¿Pero sabes algo? ― Acerca su rostro al suyo. ― No pretendo que tu muerte arregle mi vida... solo quiero tener la satisfacción de hacerte sufrir, de la misma manera en que tú me hiciste sufrir a mí. Solo quiero tener la satisfacción de vengarme, Manoban. Quiero verte morir para asegurarme de que no joderás mi futuro, o el de mi hijo.

Who is in control?

Algo brillante llama su atención, desvía la mirada y sus ojos encuentran, en medio de la oscuridad, el objeto que pondría un punto final a esta lucha. Soltó el cuello de Lisa, sabiendo lo débil que ahora se encontraba, y ella como pudo empezó a tomar aire, sintiendo su garganta arder. Tosió con fuerza y maldijo en medio de susurros viéndolo levantarse y alejarse por un momento.

Estaba muy débil como para levantarse y huir, así que se quedó en su mismo lugar observando apenas a JiMin en medio de la oscuridad. Frunció el ceño, no entendía qué estaba pasando, ¿La estaba dejando libe? ¿Le tuvo piedad? Pero sus pensamientos se cortaron cuando JiMin volvió a su lugar sobre su regazo. Alzó la mirada con apenas fuerzas.

I'm bigger than my body

Sus ojos se abrieron en grande.

I'm colder than this home

Sus pupilas temblaron.

I'm meaner than my demons

Los ojos purpuras de JiMin estaban sedientos de venganza, y sus manos sostenían por sobre su cabeza un objeto brillante y filoso.

I'm bigger than these bones

Manoban sonrió de lado, sabiendo que su destino estaba sellado en ese preciso momento.

― ¿Últimas palabras?

P-pudrete...

JiMin sonrió de lado, elevó aún más el cuchillo, y sin piedad, finalmente incrustó con fuerza la hoja del cuchillo en su pecho, llegando a atravesar su corazón en una sola apuñalada.

¿Quien tiene el control ahora, Manoban?

Who is in control?

Manoban bajó la mirada hacia  objeto filoso incrustado en lo más profundo de su corazón. Subió su temblorosa mirada a los ojos de su contrincante, quien parecía haber ganado la pelea. Tosió sangre y su cuerpo empezó a temblar por el intenso dolor que colapsó sus sentidos.

Había sentido balas en su cuerpo antes... pero nada como este tipo de dolor.

B-bien jugado, Park... ― Sonrió de lado con la sangre deslizándose por las comisuras de su boca, mientras sus ojos expresaban una mirada, aquel tipo de mirada que JiMin había visto reiteradas veces.

Observaba miradas de este tipo en cada socio de su padre, en cada traidor capturado y torturado, en cada persona involucrada con la mafia. No era un secreto que pertenecer al mundo de la mafia era sumamente agotador, y Lisa no sería la excepción a esto. Ella tomó un camino muy peligroso por el deseo de vengar la muerte de sus padres; y ahora, la hoja de metal incrustada en su corazón era la consecuencia de sus propias acciones, guiadas por la sed de venganza.

I'm bigger than my body
I'm colder than this home

Lisa observaba el cielo de la noche en silencio, queriendo hablar pero sin poder hacerlo. JiMin no tuvo piedad, y con un fuerte impulso de adrnalina retiró el filoso cuchillo y volvió a incrustarlo en el mismo lugar, sacándole un alarido de dolor a la mujer, y salpicando su rostro con la sangre de la mujer.

I'm meaner than my demons
I'm bigger than these bones

Una más, dos, tres, cuatro apuñaladas.

JiMin pudo observar el momento preciso en el que la vida abandonó su cuerpo. Sus ojos se cerraron para no volver a abrirse, y una paz inmensa recorrió su cuerpo. Sus manos temblorosas soltaron el cuchillo, y cayó de espaldas al suelo en un intento de alejarse todo lo posible del cuerpo inerte.

Who is in control?

Lalisa Manoban finalmente había muerto.

Su espalda chocó con el tronco de un árbol, fue ahí cuando empezó a recuperar el aliento. Sentía sus ropas húmedas, bajó la mirada para observarlas llenas de sangre, pero no era la suya.

Gooddamn right, you should be scared of me

Llevó una mano temblorosa a su rostro al sentirlo también húmedo, y al tocar sus mejillas se dio cuenta que no se trataba de sudor, sino de salpicaduras de sangre. Repentinamente se sintió mareado, y las lágrimas brotaron de sus ojos. La adrenalina, el miedo, la incertidumbre, todo estaba explotando dentro suyo.

Who is in control...?

No reaccionó sino hasta que la batalla terminó quedando todo en silencio, y logró escuchó a su padre llamarlo. Se colocó de pie apoyándose en el tronco, y por fin sobresalió de entre los arbustos.

― Papá.

Woong giró al escuchar su voz, y sonrió al verlo, pero rápidamente su rostro se pintó de preocupación al verlo lleno de sangre. JiMin miró sus ropas y sonrió cansado mientras negaba con la cabeza. ― No es mía.

Rápidamente se relajó. ― ¿Ganaste?

― Gané.

Ambos sonrieron, JiMin rodeó los arbustos para finalmente acercarse a los demás y a su padre, quien lo envolvió en un cálido abrazo, haciéndolo sentirse protegido. Lo peor ya había pasado.

Por encima del hombro de su padre, vio a Taehyung con un pie sobre la espalda de Namjoon, quien tenía sus brazos y piernas amarradas. Era una gran satisfacción verlo sometido de esa manera.

― No lo mataron...

― Lo entregaré a las autoridades, como una manera de asegurar nuestra libertad. ― Presiona con la suela de su zapato la espalda del hombre, sacándole un quejido. ― Hwasa no aparece, y sin ella no podremos probar nuestra cooperación con la policía.

― Piensas en todo, gracias.

― ¿Dónde está Manoban? ― Preguntó Taehyung.

JiMin señaló sus ropas llenas de sangre. ― Ella ya no será un problema. ― Kim entendió a la perfección. Sintió mucho alivio.

― Es bueno oírlo. ― Esa voz...

Dirige su mirada hacia Jungkook, quien apenas podía mantenerse de pie, tenía sangre por todas partes y JiMin no estaba seguro si era suya o de alguien más. Se veía muy cansado, pero tenía una sonrisa cansada en su rostro, la cual podía relucir la felicidad que sentía en ese momento. JiMin compartía el sentimiento.

Aquí acababa todo.

Jungkook se fue acercando como podía, sosteniendo sus costillas. Poco a poco en silencio. JiMin se separó del brazo que tomaba de su padre y decidió también avanzar para encontrarse ambos en medio del camino. Jungkook extendió sus brazos, y JiMin accedió a la invitación. Se fundieron en un abrazo lleno de sentimientos encontrados, sintiendo los rastros de aquella calidez que su amor les ofreció por tantos años.

Finalmente todo había terminado.

Un disparo cortó el silencio.

Jungkook abre los ojos en grande y se queda estático. Siente su ropa humedecerse, y por sobre el hombro de JiMin encuentra a Seokjin de pie con su arma apuntando hacia ellos, a tan solo un par de metros. Inmediatamente otro disparo se hace presente, y lo siguiente que pueden ver sus ojos grises es a Seokjin recibiendo una bala por detrás de la cabeza, provocando que su cuerpo caiga al suelo, sin vida. Al caer se reveló a Hwasa detrás suyo, bastante mal herida y apenas de pie; ella había sido la autora del segundo disparo.

― Jungkook...

Se separa de JiMin tomándolo por los hombros, y puede observar la gran mancha de sangre que se forma debajo de sus manos, las cuales presionaban su abdomen. La bala la había recibido él, y lo había atravesado por completo. JiMin lo vio a los ojos al momento en que se desplomó sobre el suelo, siendo sujetado por Jungkook.

¡JiMin! ― Escuchó a Woong gritar mientras corría hacia ellos.

Todo pasaba en cámara lenta. Taehyung cayó de rodillas al lado suyo y ayudó a presionar la herida, en un intento de detener el sangrado. Jungkook sentía que la desesperación lo estaba consumiendo pero no era capaz de moverse, sus brazos apresaban a JiMin en un fuerte abrazo.

No te vayas, no te vayas, no te vayas.

Juntó sus frentes mientras el amanecer los alcanzaba. Los primeros rayos del sol alumbraron tan trágica escena. JiMin luchaba por respirar, poco a poco perdiendo las fuerzas en sus extremidades. Taehyung inútilmente trataba de parar el sangrado, mientras que Woong y Hwasa trataban de traer una ambulancia lo más rápido posible, pero parecía una misión imposible.

― ¡JiMin, aguanta! ― Taehyung gritó con desesperación. Jamás creyó sentirse de eda manera, pero al ver a JiMin perder la consciencia poco a poco lo hizo sentirse como un niño asustadizo.

Esto no podía estar pasando.

Sus ojos grises observaron sus ojos púrpuras. No había nada que decir, el silencio lo decía todo. Todo aquello que dejaron atrás, toda su historia, todo lo que pasaron juntos, y la vida que compartieron por diez largos y hermosos años.

Las lágrimas pronto hicieron un desastre el rostro de Jungkook, cayendo sin remedio sobre las mejillas del hombre entre sus brazos. JiMin sollozó un poco mientras sus ojos luchaban por no cerrarse.

― JiMin, por favor...

Un hilo de sangre escapó por la comisura de su boca. ― Lo sé... ― Logró formular. ― Se ve mal, ¿No es así? ― Rie un poco, levantando una de sus manos para rozar la mejilla llena de lágrimas de su esposo.

Jeon sintió su corazón estrujarse al observar la profunda tristeza de sus ojos púrpuras, los cuales se iban apagando cada segundo que pasaba. En sus labios no había una sonrisa, había una mueca de dolor. JiMin estaba sufriendo.

Aún así, tomó fuerzas de algún lado y decidió hablar. Jungkook parpadeó confundido al escucharlo hablar en japonés, ya que tristemente no lograba comprender por completo el idioma. Sin embargo, le brindó toda su atención, y logró entender una palabra muy importante: "gracias". Entonces sonrió con las lágrimas rodando por su rostro. Se sintió realmente conmovido, y al mismo tiempo, desconsolado.

― ¿Ya te había dicho lo mucho que me gusta tu voz cuando hablas en japonés? ― Bromeó.

JiMin soltó una pequeña risa a pesar del dolor. ― Aishiteru, taiyō...

Jungkook sintió un remolino de emociones al escuchar esas palabras salir de sus labios. Había tanta historia detrás de tan simples palabras.

¿JiMin...?

El miedo invadió por completo sus sentidos cuando los ojos púrpuras de su esposo se cerraron lentamente, y la sonrisa en sus labios desapareció.

― N-no, no me hagas esto, por favor, por favor aguanta un poco más. P-prometo que todo estará bien, solo debes aguantar, por favor, no te vayas JiMin, por favor. ― Suplicó con su corazón golpeando fuertemente contra su pecho.

Escuchaba a Taehyung gritarle algo, todos a su alrededor gritaban, pero él simplemente no podía entender nada. Apretó con fuerza el cuerpo de JiMin contra el suyo y sollozó con fuerza, negando con la cabeza. No podía aceptarlo, todo menos eso.

― No me dejes, t-tú no, por favor... ¡Por favor, JiMin, tú no!

Sentía que la vida de su esposo se le escapaba entre los dedos.

¡Por favor...! Por favor... JiMin, por favor... Mora, no me dejes, no dejes a Seiji, por favor. ― Sostuvo su fría mano contra su mejilla.

Luchó tanto por un poco de paz. Luchó por un futuro mejor, realmente lo hizo. Quería que su hijo y su esposo no cargaran con el peso de sus malas decisiones, de su ambición, y de su codicia. Realmente lo intentó, entregó todo de si para otorgarles un poco de paz, y cuando por fin creyó que la pesadilla había terminado, todo se volvió gris en menos de un segundo.

JiMin moría entre sus brazos, y nadie podía hacer nada a respecto.

― Por favor... ― Susurró. ― Te amo, no te vayas.

Los finales felices no existen en el mundo de la mafia.

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