Cuarenta y dos: Tiene tu sonrisa.
Toca la puerta un par de veces. ― Jane... ― La llama casi en un susurro.
Es tarde por la noche, no quiere que sus padres la oigan llamar a la puerta de su hermana a esas horas. Espera unos segundos antes de que la puerta sea abierta, siendo recibida por su hermana mayor quien lleva una pijama rosa de dormir y una mascarilla en el rostro.
― ¿Sunhye? ― Arquea una ceja al ver a su hermana menor a esas horas en su habitación. ― ¿Ocurre algo?
Baja la mirada tímidamente y juega con sus dedos. ― Quería hablar contigo.
Jane entrecierra los ojos un momento, piensa que quizás esté ahí para disculparse con ella por el incidente de hace unos días, así que en silencio se hace a un lado y deja que entre a su habitación. La adolescente camina cabizbaja hasta el centro del cuarto donde toma asiento en la cama, Jane se acerca y se coloca a su lado.
― ¿Pasa algo?
― Quería disculparme contigo, por lo que pasó... ― Acomoda sus lentes. ― Jamás debí decirle a nadie lo que vi y escuché. Por mi culpa tú y Gguk están separados.
― Es cierto, no debiste. ― Suspira. ― Pero está bien, sé que no fue tu intención, eres mi hermana y te conozco. ― Le sonríe levemente. ― Además, en algún momento tendrían que descubrirnos, lo bueno no dura para siempre.
― De verdad lo siento, si no hubiera dicho nada ustedes seguirían juntos, sin tener la presión de papá en su relación. Tuve miedo de que te vayas, pero ahora sé que fue algo absurdo.
Jane acaricia sus cabellos en dos trenzas para hacerle saber que no está molesta. ― Tranquila, está bien.
― ¿No hay manera de arreglarlo?
― No realmente... ― Mira sus manos en su regazo. ― La única forma de que pueda verlo es escapando de aquí. ― La mira. ― Tal vez lo haga.
Sunhye abre y cierra la boca sorprendida, asiente acomodando sus lentes sobre el puente de su nariz. ― ¿Estás segura?
― No, pero no veo otra salida, no puedo simplemente alejarme de él, sesupone que las parejas están juntas en las buenas y las malas. ― Su mirada se hace nostálgica.
― Y... ¿Cuándo piensas escapar?
― Mañana, tal vez. ― Pensativa acaricia los tatuajes en su piel. ― No sé nada de él más allá de la llamada telefónica hace dos días, y me preocupa tener este mal presentimiento.
― ¿Como cuando siente que algo está mal?
― Sí. Sé que no me calmaré hasta que lo vea, así que planeo irme lo más pronto posible hacia su casa, antes de que papá quiera enviarme lejos.
― Entonces, ten mucho cuidado. ― Se aferra a su brazo descansado su cabeza en su hombro y Jane sonríe un poco, apresandola en un ligero abrazo.
― Gracias...
A la noche siguiente Jane llevó a cabo su plan, trató de escapar por su balcón hacia el jardín y de ahí correr hasta salir por la puerta trasera. No tenían mucho personal en casa, por lo que no sería difícil irse sin ser vista. Pero si resultó ser más complicado de lo que esperaba, su padre había sellado la salida posterior de la casa con lo que parecía ser cemento. Renegó pero no se detuvo, quiso trepar las paredes que rodeaban los límites del inmenso jardín, pero fue atrapada por los guardias, que la tomaron para llevarla hasta su padre.
Woong no le gritó, no la encerró en su cuarto, contrario a la reacción que esperaba de su padre, él la envío a su habitación para que recoja sus pertenencias en maletas.
"Irás con tu hermano, allá estarás más segura" Ante eso quiso protestar pero su padre la ignoró. Por la mañana estaba subiendo al auto de Taehyung, quien había llegado a recogerla por pedido de Woong. Jane tenía los puños apretados en su regazo, frustrada por ser enviada lejos sin saber nada de su amado.
Horas después cuando llegó a la cabaña en medio del bosque, fue recibida por un precioso lago y árboles enormes al rededor. Al menos la vista era buena, aunque hiciera mucho frío. Su hermano salió apoyándose en su bastón para verla llegar.
― Perdón, no pude negarme ante las órdenes de papá. Era enviarte aquí o a quien sabe dónde, y prefiero que estés conmigo.
― ¿No pudiste convencerlo de que me dejara en casa? ― Pregunta con los brazos cruzados y una mueca en los labios.
Su hermano mayor niega. ― Lo intenté, pero no pude hacer mucho, sabes cómo es.
Jane asiente derrotada. No puede hacer más que resignarse. No sabe dónde está, pero sabe que está muy lejos de casa, la ciudad y la casa de Gguk. Se retira a su habitación designada con la mirada triste y expresión cansada, JiMin la ve irse.
― Woong es muy hijo de puta.
― Siempre ha sido así de duro con la familia... ― Hace una mueca. ― Conmigo fue más permisivo cuando se enteró que quería espacar puesto que me quiere demasiado, pero con Jane está siendo muy cruel. ¿Cuál es la necesidad de hacer esto?
― No quiere que se repita la misma historia. ― Ambos se miran en silencio, JiMin entiende que Taehyung se refería a su historia con Jungkook.
― Supongo.
Taehyung coloca una manta sobre su cuerpo dormido en el sofá y vuelve al dormitorio principal. ― Jane tiene el sueño profundo. ― JiMin asiente ante su comentario. ― Le coloqué la almohada y la cubrí con una manta pero no se despertó. ― Rie un poco.
El peli rojo se extiende en la cama al lado de JiMin quien sostiene en sus brazos a Seiji mientras lo alimenta con el biberón. Sonríe y cierra los ojos, adora pasarse las tardes a su lado, en silencio y completa calma. Han sido las mejores semanas junto a JiMin y Seiji en la cabaña.
― ¿Cuántos días hemos estado aquí?
Responde con los ojos aún cerrados y las manos entrelazadas sobre su estómago. ― Tres semanas aproximadamente.
― Vaya...
Luego de un pequeño silencio decide abrir sus ojos marrones, se apoya en sus codos y alza la mirada hacia el oji púrpura.
― ¿Te sorprende?
― La verdad sí. La idea era estar aquí unos pocos días, pero los días han pasado demasiado rápido. Me gustaría quedarme más tiempo.
― ¿Necesitas más tiempo para pensar sobre tu matrimonio? ― Se sienta sobre la cama, cerca a JiMin, ambos viendo el rostro tranquilo de Seiji mientras toma del biberón.
― Creo que lo que menos hice fue pensar en eso. He preferido disfrutar de la calma de estar aquí, con ustedes. ― Sonríe un poco, apoya su espalda en el hombro de Taehyung quien acaricia sus cabellos. ― Pero sé que debo tomar una decisión pronto.
Taehyung acaricia la mejilla del bebé quien abre sus ojitos bicolores, se centran en el rostro de su papá y no se despegan de sus ojos. La pequeña sonrisa en JiMin se ensancha, ama a su hijo, ha sido difícil adaptarse a ser padre y pasar noches sin dormir apropiadamente, pero realmente ve a su hijo como esa pequeña luz que necesitaba. Seiji lo necesita, y él hace todo lo que puede por él.
Para su hijo él no es ningún inútil enfermo que debe apoyarse en su bastón para caminar correctamente, al contrario, sabe que es su mundo entero, y eso lo hace sentirse pleno.
Aunque no puede negar que hay veces donde ve a Seiji e inmediatamente recuerda a su esposo. Jungkook constantemente ronda sus pensamientos, se pregunta si estará bien, si lo extraña, si habrá pensado en ellos. Duele, no tanto como antes, pero duele.
― Es muy parecido a mí y a Jungkook. ― Piensa en voz alta.
Taehyung asiente. ― Pero más que nada a ti. Tiene tu nariz. ― Toca delicadamente la nariz del bebé, esté ríe un poco. ― Definitivamente tiene tu sonrisa. ― Alza las comisuras de su boca, encantado por la ternura del bebé.
JiMin gira un poco el rostro, quedando cerca, muy cerca de Taehyung, sintiendo su respiración contra su mejilla. Pasa saliva, algo nervioso por la cercanía, pero no es incómodo, al contrario. Tantos días conviviendo junto a los meses de amistad y apoyo mutuo han hecho que confíen uno en el otro, sintiéndose cómodos con la cercanía mutua.
― Tiene la mirada de Jungkook.
Rie un poco, causándole cosquillas a JiMin, quien no se atreve a alejarse. ― Estoy seguro que será como tú. Tiene tu mirada, tu ternura y tu sonrisa. Suele arrugar la nariz cuando algo no le gusta, como tú siempre haces. Será igual de lindo que tú.
En ese momento JiMin sabe que sus nervios se deben a algo más que la cercanía. Fue la manera en la que se expresó, tan cálido, y tan enamorado. Hay veces donde olvida que Taehyung siente algo más que amistad por él.
― ¿Lo crees? ― Sonríe divertido.
― Definitivamente.
Se miran directamente a los ojos, hay un choque entre ambas miradas con intenciones inciertas. Taehyung siente sus mejillas calentarse y su corazón irás rápido cuando cae en cuenta de lo cerca que están el uno el otro, en una posición tan íntima.
Como si fueran una familia.
Se recrimina por dentro, sintiéndose patético al emocionarse por la cercanía de JiMin, pero no puede evitarlo, está enamorado de él desde hace mucho. Tan cerca sus rostros y tan íntimo el momento. Jamás deseó acercarse tanto a una persona como ahora, besar sus labios y sentir ese embrollo de mariposas en su estómago producto de la emoción y los nervios.
¿Estaría muy mal dejarse llevar por su corazón en ese momento? JiMin no se aleja, y él tampoco se atreve. Es como si una burbuja los hubiera encerrado dentro, y al más mínimo centímetro lejos esta reventaría y volverían a la realidad.
¿Sería muy malo aceptar el contacto? La atmósfera cambió completamente. Taehyung inclina su rostro hacia JiMin, quien entrecierra los ojos por inercia, sin saber realmente qué esperar. Se acercan cada vez más, a punto de juntar sus labios en lo que significaría el fin de su amistad, posiblemente.
Pero el tono de llamada del celular de JiMin revienta su burbuja de un tirón.
Alguien llamaba a JiMin y su celular vibraba en la esquina de la cama. Ambos se alejan y rompen el contacto visual que mantuvieron minutos atrás. Taehyung desvía la mirada y se hace a un lado visiblemente incómodo, mientras JiMin se estira para tomar el aparato y lee los números desconocidos en la pantalla. No lo duda y contesta la llamada para poder alejarse un poco del momento que tuvo con Taehyung.
No debe repetirse, se dijo en su mente.
― ¿Quien habla?
― JiMin.
Abre los ojos en grande y gira hacia Taehyung, quien le devuelve la mirada extrañado por su expresión. Como si estuviera hablando con un fantasma.
― Dame un minuto. ― Le dice al otro lado de la línea.
Coloca el celular en su pecho para evitar que que escuche nada de la otra línea. Mira avergonzado al mayor.
― ¿Podrías cargar un momento a Seiji? Debo contestar.
Estaba huyendo.
Taehyung asiente en silencio y toma al bebé en brazos, aún brindadole el biberón para alimentarlo. JiMin se levanta lo más rápido que puede y sale de la casa. Toma una profunda respiración, sabe que se arrepentirá luego de eso pero vuelve a colocar el teléfono en su oreja y pretende que no va a entrar en una crisis.
― Volví. ― Se abraza a sí mismo por el frío.
― ¿Podemos hablar?
― Te escucho, Jungkook.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro