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Cincuenta y tres: Hospital.

Toc, toc, toc.

Aleja su mirada de los papeles entre sus manos, y la dirige a la puerta. No tiene intenciones de abrirla, así que no dice nada; sin embargo, su tranquilidad vuelve a ser interrumpida, ya que la puerta es tocada nuevamente con insistencia.

― ¡J-jefa, soy Kim!

Reconoce la voz de uno de sus oficiales y suspira. Guarda los papeles en su escritorio y retira sus lentes para colgarlos en el bolsillo de su camisa negra.

― ¡Adelante!

Exclama lo suficientemente fuerte para ser escuchada del otro lado. Cruza sus manos sobre su escritorio. La puerta se abre revelando a un chico joven de lentes negros y mirada nerviosa.

― Disculpe que la interrumpa tan temprano. ― La mujer revisa su reloj que marca las siete en punto de la mañana. ― Tengo algo que puede interesarle.

― ¿Qué ocurre? Tengo mucho papeleo ahora mismo, Beomgyu.

― Tenemos una llamada del hospital general Kangbuk.

― ¿Es muy urgente?

― B-bueno, lo suficiente para que el director general del hospital nos llame. ― Ella lo mira en silencio, interesada en lo que podría decir. ― El sospechoso despertó en la madrugada.

Frunce el ceño mientras se levanta de su asiento.

― ¿Por qué no fui notificada antes?

El chico se coloca nervioso.

― A-al parecer hubo una confusión y apenas ahora nos actualizan su caso.

― Tranquilo, no es culpa tuya.

Dice de manera amable, pero su estoica expresión no ayuda mucho.

― ¿Qué más te dijeron?

― Aún no pueden identificar quién es, porque que el hombre no quiere dar información.

Saca el teléfono de su bolsillo y le enseña la pantalla.

La mujer chasquea la lengua, ordenando sus papeles para meterlos en el cajón de su escritorio. Desde que aquel hombre llegó, luego de ser encontrado apenas con pulso a las orillas de un río, fue un completo secreto su identidad. Lo único que se podía identificar de él y lo que llamó su atención fue el tatuaje en su nuca, algo común entre las mafias.

Tenían la esperanza de que, cuando despertara puedan averiguar de quién se trataba, pero ahora que está consciente no parece querer dar información.

― Una vez más trataron de buscar su información, pero no encuentren nada sobre él en los registros... Como si él no existiera. A-además, parece tener una actitud hostil con el personal del hospital. 

Asiente hacia sus palabras.

― Avisa al director del hospital que estaremos ahí lo más pronto posible, y llama al comisario Kim.

― E-enseguida jefa.

Ella sonríe un poco ante el nerviosismo del joven oficial.

― Beom, te conozco desde que eras un niño. No me llames jefa, solo dime Hwasa.

Él asiente apenado.

― Ahora retírate.

El chico sale de su despacho.

Suspira y toma asiento sobre su escritorio. Si tenía suerte, aquel hombre podía ser la pieza clave para continuar con su investigación, aquella que ha estado estancada desde hace meses. Esto debido a que conseguir pistas y evidencias no ha sido nada fácil, en especial los últimos dos meses.

Siente que está muy cerca, solo necesita un pequeño empujón, el cual podría estar postrado en una cama en el hospital Kangbuk.

Pasan los minutos y puede escuchar su puerta ser abierta nuevamente.

― Mi hermano me contó todo.

Afirma el hombre de cabello castaño, camisa blanca y corbata negra. 

― Perfecto.

Acomoda su saco y sale del despacho con el comisario detrás suyo, ambos de camino hacia sus vehículos aparcados frente a la estación. 

― Tú conduces.

Hwasa le tendió las llaves a su compañero y ambos subieron a la patrulla.

― Como usted mande, querida superintendente.

Canta la última palabra y suelta una pequeña risa, ganándose un suave golpe en el hombro. 

― No es necesario que me llames así, Seokjin. Lo sabes.

Rueda los ojos, no es nada nuevo que su amigo le recuerde cada tres segundos sobre su relativamente nuevo cargo. Suele decir lo afortunado que se siente por tener a su amiga de jefa.

Kim arranca el auto y emprenden marcha hacia el hospital.

― Vamos, no seas amargada. Si fuera superintendente me gustaría que todos me llamen como tal.

― Tú eres mi amigo, no es necesario. Además, eres un maldito egocéntrico, por supuesto que te gustaría que te recuerden que eres jefe de todo el mundo.

― Exactamente.

Sonríe imaginándose a sí mismo como superintendente, siendo el superior de todos en la estación. 

― ¿A quién no le gusta el poder?

Hwasa estaba a punto de decir algo más, pero es interrumpida por el sonido de su teléfono. Lo toma y contesta al ver que se trataba del director del hospital, colocando la llamada en altavoz para que ambos pudieran escuchar.

― Superintendente Ahn.

― Lo escucho, director. 

― Ante todo mis disculpas por no haberla contactado antes, tuvimos problemas atendiendo al sospechoso.

Hwasa parece escuchar al director exclamar un "¡Sédenlo!" al otro lado de la línea.

― Tenemos noticias, logré hablar con él. ― Vuelve a la llamada.

Ambos amigos se miran un momento.

― ¿Qué le dijo?

― Quiere hacer un trato con ustedes. Brindará información y dejará de atacarnos si a cambio le hacemos un favor, pero les explicará a detalle cuando estén aquí.

Bosteza tratando de quitarse el sueño de encima. La luz de la mañana entra por la ventana, gracias a que las cortinas se encuentran abiertas en su totalidad. Vuelve a bostezar cuando se encuentra al borde de la cama.

― ¿Cómo te sientes?

Alza su púrpura mirada hacia la puerta de la habitación y sonríe un poco acomodando su cabello rizado.

No se sorprende ante la grave voz de su amigo. Sinceramente se ha acostumbrado a tenerlo cerca todo el tiempo, por lo que cuando aparece de la nada misma a su lado, no lo toma desprevenido ni le molesta.

― Hola Tae.

El hombre asiente como saludo.

― Veo que se levantó.

Sonríe ante la imagen de su hijo tomando del biberón en brazos de su amigo.

― Estuvo llorando, pero no quise levantarte.

― Gracias.

Se acerca a ellos y deja un beso en la mejilla del bebé, quien sonríe feliz de tenerlo cerca. 

― ¿Qué hora es?

No podía tomar su teléfono y saberlo, puesto que lo había desechado el día anterior.

― Casi las cinco de la tarde.

― Mierda, dormí demasiado.

Dice apenado, tomando en brazos a su hijo.

― No te sientas apenado, me alegra que puedas dormir.

― Sí... dormí bastante bien, no puedo mentir. Lo mejor es que no desperté a mitad de la noche.

Acaricia el cabello de su hijo, quien lo mira con sus ojitos bicolor bien abiertos. 

Luego de aquella noche donde descubrió la infidelidad de su esposo, JiMin se mantuvo en casa de sus padres siendo atendido él y su hijo. Al comienzo, dormía todo el día y apenas se levantaba de la cama, puesto que no tenía ganas ni ánimos para nada. Sin embargo, como si alguien hubiera apagado un interruptor dentro suyo, con los días aquel sueño y cansancio emocional que lo obligaba a estar en cama todo el día, pasó a ser una pesadilla.

Dejó de dormir, y si lo hacía sufría de pesadillas a mitad de la noche, sobre aquella maldita cabaña incendiándose.

Asimismo, ya no se sentía en paz en aquella mansión puesto que todos lo trataban con lástima como si fuera a morir en cualquier momento, y eso lo cansaba en demasía. Claro que ama a su familia y agradece sus cuidados, pero aquellos días se sentía sumamente sofocado por la sobreprotección.

Todo aquello fue notado por Taehyung, quien decidió hablar con sus padres y llevarlo nuevamente a la cabaña, donde se encuentran desde ayer por la mañana. 

― ¿Sabes? Tal vez debí haber conservado mi teléfono, así podría configurar una alarma y despertar más temprano.

Cuando decidió volver a la cabaña pensó que sería buena idea dejar su teléfono en casa de sus padres. No quería recibir mensajes ni llamadas de absolutamente nadie. 

― Es lo de menos, debes recuperar tu ciclo de sueño.

Sube y baja los hombros restándole interés.

JiMin se adentra a la habitación, toma asiento en la cama y coloca a Seiji en su regazo. Taehyung los mira recargado en el marco de la puerta y con los brazos cruzados a la altura de su estómago. El oji púrpura lo mira a los ojos, sintiendo aquella extraña sensación cada que se genera un contacto visual entre ellos.

Desde aquella noche Taehyung parece haber adquirido la extraña costumbre de verlo en silencio, como si estuviera a punto de confesar algo, pero no lo hace solo lo observa con esa mirada tan... extraña que genera una especie de tensión entre ambos. No sabe cómo describirla ni la entiende, pero tampoco se atreve a preguntar por temor a la respuesta.

JiMin no es consciente del fuerte sentimiento de culpa que se adueña de la mirada de Kim cada que se ven a los ojos, así como también desconoce que Taehyung está cada vez más cerca de contarle la verdad.

Él quiere tomarlo por los hombros, mirarlo directamente a los ojos y confesarle que él sabía sobre Lisa, que sabía el plan de Jungkook, que lo sabía todo... pero no quiso involucrarse y se quedó callado creyendo que lo protegería, pero falló.

JiMin carraspea suavemente, porque la mirada de Taehyung sobre él ya lo esta poniendo nervioso. Kim sale de sus pensamientos ante el gesto y sonríe un poco, rompiendo el incómodo silencio.

― Jane está preparando la cena, creo que iré a echarle una mano y prepararé un biberón para Seiji. Te veo abajo, no tardes mucho.

JiMin alza las cejas y niega rápidamente con la cabeza, dejando a Seiji en la cama.

― N-no, está bien yo lo hago.

Se acerca a la puerta repentinamente y se miran de cerca. Se acercó mucho sin querer y ahora era incómodo.

― Me vestiré y bajaré enseguida.

Rasca su cuello nervioso porque la mirada indescifrable de Taehyung se transforma en una más suave y cálida, como cuando miras a la persona que te gusta. 

Recuerda la confesión de Taehyung hacia él.

― Sí, sí, está bien.

Desvía el rostro viendo hacia el corredor, dando un paso atrás para disimular el sonrojo en su rostro.

― Te esperamos abajo.

Un estruendo detiene a Taehyung en su sitio y se acelera el corazón de JiMin. Inmediatamente Seiji empieza a llorar, reclamando la protección de su padre ante el susto. La cabaña era pequeña y de madera por lo que cualquier sonido fuerte se escuchaba a la perfección. Ambos adultos se miran sin entender, hasta que el grito de Jane los hace reaccionar.

― Mierda. Toma a Seiji y baja lo antes posible.

Ordena el mayor. JiMin asiente y vuelve a la habitación mientras Taehyung corre escaleras abajo para saber qué pasaba con Jane.

Taehyung llega a la planta baja y al girar encuentra a Jane en el suelo de rodillas, mientras a su alrededor están esparcidos los fragmentos de lo que solía ser una jarra de vidrio. Se acerca a ella pisando los pequeños pedazos con sus zapatos, sin hacerle ningún daño.

Se coloca a su altura y la toma por los hombros, pero ella no reacciona, solo mira la pantalla del celular en sus manos.

― ¡Jane!

La mueve por los hombros pero ella no levanta la mirada, solo cierra los ojos y cubre su boca.

― ¡¿Qué pasó?!

JiMin se acerca con Seiji en brazos, pero Taehyung lo detiene con la mirada.

― No te acerques, hay vidrios rotos por todas partes.

Taehyung vuelve su atención a la chica. 

― ¡Jane!

Ella finalmente alza su mirada hacia sus ojos. 

― Está bien, respira.

Acaricia su espalda y le quita el celular de las manos, dejándolo a un lado en el suelo. 

― Jane, ¿Qué pasa? ― Insiste con más calma.

― E-ellos... me llamaron. 

Pasa saliva y mira directo a los ojos púrpuras de su hermano.

La muchacha sujeta con fuerza el brazo libre de su hermano, temiendo por las palabras del hombre frente suyo.

― Llegó con hemorragia interna, traumatismo cerebral y el cuerpo cubierto de hematomas, sobre todo en la parte del abdomen y las piernas. Tiene cuatro costillas rotas, tres dedos cortados en la mano derecha y también riesgo de perder su ojo bueno. Lo lamento.

Jane rompe en llanto y se apresura a refugiarse en los brazos de Taehyung, quien acaricia su espalda en silencio. JiMin intercambia miradas con él, también acercándose a consolar a su hermana mientras el doctor seguía explicando las condiciones del hombre, pero parecía que Jane solo escuchaba sus propios sollozos.

― Realmente llegó muy grave, tuvimos que reanimarlo en algún punto de las primeras cirugías. Aún no sale de peligro, por lo que debemos tener cuidado con él. 

JiMin deja un beso en la cabellera de su hermana y la mira con lástima. Se acerca al doctor y se atreve a preguntar. 

― ¿Usted cree que se pondrá bien o...?

Asiente luego de pensarlo un momento.

― Está llevando bastante bien el tratamiento, es fuerte.

JiMin asiente haciendo una mueca, mostrándose indeciso. 

― Bien, eso es todo. Ya lo revisé hace un momento así que volveré luego.

― Gracias.

Suspira, se acerca a Taehyung y su hermana, quien no para de llorar contra su pecho buscando consuelo desesperadamente. Sin percatarse de su presencia, dos oficiales se acercan a ellos. JiMin al verlos cambia totalmente la expresión de su rostro y ambas personas pueden notar su completo fastidio y desagrado.

― ¿Qué quieren?

Los mira con completo fastidio. Realmente no le agrada tener a estos oficiales vigilándolos como si fueran su presa.

Cuando llegaron al hospital a toda prisa, fueron detenidos por ellos antes de tan siquiera acercarse al doctor para pedirle información. Dijeron que eran oficiales y que debían hablar con ellos antes de que pasaran a ver al hospitalizado; sin embargo, nadie lo tomó bien. Tenían a un miembro de su familia en un estado delicado, no podían perder el tiempo con los oficiales.

JiMin jamás había interactuado con ningún tipo de miembro de la policía en su vida, pero asumía que debía mostrarles respeto para no terminar arrestado, tomando en cuenta que su padre ya no tenía ningún tipo de poder sobre ellos. Por esto, trató de ser lo más respetuoso y paciente que podía, pero los oficiales no querían ceder, cosa que no le sentó nada bien a JiMin, quien está acostumbrado a que sus órdenes sean escuchadas y obedecidas. 

Taehyung tuvo que interferir para llegar a un acuerdo antes de que JiMin saque las llaves de sus bolsillos y los apuñale en la garganta frente a todo el personal del hospital. Gracias a esto los policías accedieron a conversar con ellos luego de que hablaran con el doctor y averiguen el estado del hombre hospitalizado. Claramente, antes de que pasen a visitarlo.

― ¿Ya podemos conversar? 

JiMin asiente torciendo la boca. 

― Sí, podemos.

― Perfecto. Me presento, soy la superintendente Ahn Hyejin.

Señala al oficial a su lado. 

― Mi compañero es el comisario Kim Seokjin.

― Un gusto. ― Saluda Taehyung.

JiMin entrecierra los ojos. 

― No entiendo qué hacen aquí sinceramente.

La mujer ni se inmuta ante su actitud irrespetuosa, pero el comisario a su lado frunce las cejas. 

― Escuchaste que es la superintendente, ¿No puedes mostrar un poco más de respeto?

Hyejin lo mira enfadada, y Seokjin desvía la mirada callándose por completo.

― Como estaba a punto de explicar. 

Retoma la palabra. 

― Estamos en medio de una investigación, y creemos que el hombre dentro de esa habitación puede ayudarnos a continuar con el caso. Ustedes son sus familiares, ¿No es así? Entonces ustedes también serán de ayuda, y de hecho, desde ahora estarán bajo mi vigilancia y la del comisario a mi lado.

JiMin no puede disimular su sorpresa y nerviosismo, apretando más contra su pecho a su bebé que duerme plácidamente, ignorando todo lo que pasa a su alrededor. Park intercambia miradas con Taehyung, quien parece pensar lo mismo que él.

No deberían estar ahí, mucho menos al lado de policías tomando en cuenta el historial de su familia entera. Que quisieran investigarlos y tenerlos vigilados era realmente malo, y JiMin sabe lo peligroso que es tomando en cuenta que ya no tienen ningún tipo de inmunidad en la policía.

Ya no son nada.

Aclara su garganta.

― Entiendo.

No se va a dejar intimidar ante la seria mirada que le dedica la mujer, ni su estúpida investigación que puede arriesgar la poca paz que le queda a él y a su preciada familia. 

― Si vamos a estar involucrados en su investigación, ¿Podemos saber de qué se trata? O mejor aún, ¿Qué quieren de nosotros?

Hyejin lo escudriña con la mirada, tiene una pose y actitud a la defensiva a pesar de tener a su bebé en brazos. Sinceramente no puede culpar al hombre, así que solo mantiene la calma y responde.

― Miren, tenemos un trato con el hombre. Nosotros dejamos que él se ponga en contacto con ustedes, y a cambio nos dará información sobre lo que sabe. Por lo tanto, aún no sabemos si realmente ayudará en nuestra investigación... O qué medidas tomaremos.

Taehyung decide hablar, viendo que JiMin permanecía callado analizando sus palabras. 

― Si da información para su investigación, ¿Que harán con nosotros?

― Arrestarlos, claramente. 

Seokjin toma la palabra, pero esta vez Hyejin no lo interrumpe. 

― Se convertirían en sospechosos e involucrados, y no podemos permitir que escapen.

― Pero aún nada está dicho. Primero el hombre ahí dentro debe hablar.

― Tiene nombre.

Jane habla por primera vez, y aleja su rostro del pecho de Taehyung. 

― ¿Cómo dices?

Hyejin la mira con curiosidad.

― El "hombre ahí dentro" tiene nombre. Se llama Gguk.

Su hermano se acerca a ella para tomar su mano con cuidado, viendo sus ojos inyectados en dolor y las lágrimas secas en sus mejillas.

― Así que, por favor llámenlo por su nombre. 

JiMin suaviza su mirada ante el dolor que percibe en la rota voz de su hermana menor, sintiéndose un inútil por no poder hacer nada más que consolarla. Sabe que esto está siendo muy duro para Jane, y no deberían estar hablando frente a ella sobre su pareja, el cual estuvo desaparecido durante semanas para finalmente ser encontrado en un estado tan grave como en el que el doctor describió.

― Está bien, lo haremos.

Incluso Kim parece suavizar su voz y calmar su actitud cuando ve el frágil estado de la chica.

Jane asiente y susurra un suave "Gracias" hacia los oficiales, para refugiarse en los brazos de su hermano, mientras ahora era Taehyung quien sostenía a Seiji en sus brazos.

― Ahora que estamos más calmados, creo que es hora de cumplir parte del trato. Debemos hablar con Gguk pero él está muy agresivo, y no quiere que nadie se le acerque. Quizás ver a uno de ustedes lo tranquilice, y podamos hablar con calma.

Rápidamente JiMin toma a Jane de los hombros para alejarla un poco, y mira a la superintendente. 

― Ella debería ir, es su prometida.

― Pensé que él era miembro de su familia.

― Quizás no de sangre, pero lo es. 

Asegura Jane, y la oficial asiente.

― Perfecto, entonces tú me acompañarás.

Le dice a la joven, quien asiente cohibida.

― Estoy siendo flexible con ustedes, solo espero que no intenten nada que me dañe a mí o a mi compañero.

Mira al comisario.

― Tu estarás a cargo mientras hablo con Gguk.

― Espera.

JiMin le detiene antes de que entren a la habitación del hombre. 

― Quisiera contactar con mi familia, al menos decirles dónde estaremos para que no se preocupen por nosotros.

Hwasa los mira en silencio, pero termina suspirando. 

― Está bien. Tienen derecho a una llamada, pero con supervisión del comisario Kim.

Dicho esto, se retira junto a Jane.

― ¿Usarán su llamada?

Pregunta Seokjin una vez se aleja su jefa. JiMin asiente firme.

― La usaremos. 

― Bien. Tienen cinco minutos, y toda la conversación estará grabada.

Del bolsillo de su pantalón saca su teléfono móvil y se lo tiende. 

― Cuando termine su llamada y la superintendente salga, los llevaremos a la estación. ― Avisa cruzándose de brazos.

JiMin arquea una ceja ante su actitud, desagradándole el tipo por completo. Pero sin darle más importancia, gira para ver mejor a Taehyung.

― Debemos llamar a mis padres.

― ¿Te sabes el número?

Pregunta acomodando al bebé contra su pecho, quien sigue dormitando.

― De memoria.

Taehyung observa al menor marcar el número de su padre. Lleva el aparato a su oído escuchando uno, tres y siete pitidos pero nadie responde al otro lado de la línea. Cuelga y vuelve a intentar nuevamente sin éxito alguno, por lo que empieza a impacientarse. Marca las veces puede pero nadie responde en casa de sus padres. Su rostro se pintó de preocupación, lo cual Kim notó inmediatamente.

― No contestan...

― Deben estar ocupados.

Trata de calmarlo, pero es inútil.

― Tengo que ir a verificar que están bien. 

Seokjin frunce el ceño al escucharlo y se coloca al lado del oji púrpura.

― No puedes salir, lo sabes.

― Usted no entiende, mi familia siempre atiende mis llamadas.

― Debes esperar a que la superintendente salga, y hablarás con ella.

Es lo único que dice, antes de que divise a tres oficiales más ingresar al edificio. Hace una seña para que se acerquen y empieza a darles las indicaciones correspondientes. Mientras JiMin chasquea la lengua y a regañadientes toma asiento en el pasillo del hospital, con Taehyung a su lado tratando de calmarlo diciéndole que "Ya pronto devolverán la llamada" y "Ellos deben estar bien, no hay porqué preocuparse", pero nada de eso aliviaba el corazón de JiMin.

No pudo aguantar más de 15 minutos y se levantó de la nada del asiento, dejando a un confundido Taehyung en su sitio, con Seiji en los brazos. Se acercó al oficial completamente serio.

― Tengo que ver a mi familia. No tardaré.

JiMin da media vuelta con intenciones de salir del edificio, pero su brazo es sujetado por Kim, quien lo mira con el ceño fruncido. Taehyung se pone de pie ante su gesto, frunciendo el ceño.

― Te dije que debes esperar a la superintendente.

― Y yo dije que iré a ver a mi familia.

Frunce el ceño ante el agarre en su brazo que lo impide alejarse de él.

― No tienes que sujetarlo así.

Taehyung sale a defensa del más bajo.

― ¿Qué está pasando? 

Hwasa se acerca a la escena con Jane a su lado. Seokjin suelta al de cabellos rizados y se cruza de brazos. JiMin se coloca al lado de Taehyung regalándole una mirada de muerte hacia el comisario. Realmente no le agrada nada, por lo que cuando tenga la oportunidad, lo golpeará.

― No deberían discutir en un hospital.

Hyejin mira con molestia al comisario, quien evita su mirada, como si fuera un niño siendo regañado. 

― ¿Cuál es el problema?

― No puedo contactarme con mi familia, tengo que asegurarme de que están bien.

Había desesperación en sus palabras, aunque no estaba seguro de porqué. Solo sentía que algo jalaba su corazón para que corriera lejos de aquel hospital hasta la mansión de sus padres. Tenía que hacerlo, o de lo contrario moriría de la preocupación. 

― Descuida, JiMin.

Hwasa lo llama por su nombre, lo que sorprende al mencionado ya que jamás se lo dio. Posiblemente su nombre se le fue dado por Gguk o Jane en aquella habitación. 

― Los llevaremos.

Seokjin mira a Hwasa como si esta se hubiera vuelto loca, pero ella lo ignora.

― Conversamos y llegamos a un acuerdo.

Jane se coloca al lado de su hermano y lo toma de la mano. 

― Hablaremos de esto en el camino, y al llegar a casa charlaremos con mamá y papá sobre Gguk y las condiciones del acuerdo.

Suspira viendo de cerca las ojeras de su hermano. 

― Sé que no estás en condiciones para todo esto, lo siento. Pero cuando lleguemos a casa podrás descansar con Seiji. ― Susurra para que solo él la escuche.

― No te preocupes tanto por mí... Tú tampoco estás en tu mejor momento, y aquí estás, tan calmada.

Le da un suave apretón a su mano y le regala una suave sonrisa, siendo correspondida por su hermana.

― Entonces, ¿Nos vamos? 

Hyejin mueve las llaves en su mano.

JiMin y Taehyung intercambiaron miradas, ambos pensando en aquel "Llegamos a un acuerdo", más no dijeron nada para evitar cualquier tipo de conflicto. El más bajo se limitó a asentir siendo seguido por el ex-soldado, e inmediatamente todos entraron a la patrulla de los oficiales rumbo a la mansión de los Park, siendo seguidos por dos patrullas más como medio de seguridad.


¡Hola! Lamento el restraso, ¿Cómo han estado?

Extrañé leer sus comentarios a decir verdad <3

El capítulo me quedó algo largito, espero les haya gustado, ¡Comentenme qué tal les va pareciendo la historia hasta ahora!

¿Opiniones? ¿Dudas? Los leo <3

- Mgg.

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