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Cincuenta y ocho: Planificación.

Taehyung llegó al jardín posterior del edificio con el infante en sus brazos; buscaba de un lado para el otro aquella cabellera rizada, la cual no fue difícil de encontrar debido a la nula cantidad de personas presentes. Divisó a JiMin sentado al lado de Jane en una de las bancas de madera, por el centro del gran jardín de tulipanes blancos.

Al llegar con ellos se quedó de pie a su lado y Jane al notar su presencia le lanzó una mirada preocupada y negó con la cabeza, dando a entender que no sabía cómo lidiar con JiMin en ese momento. Taehyung suspiró y le hizo señas para que cambiaran de lugar; Jane asintió y tomó a Marilyn en sus brazos al colocarse de pie.

- Espérame en el estacionamiento. - Le indicó a la chica, quien obedeció alejándose del lugar mientras él tomaba asiento al lado del menor.

Finalmente solos se quedaron en silencio. Taehyung podía escuchar sus pequeños hipidos y eso no era para nada reconfortante; siempre había odiado escucharlo llorar o mejor dicho, siempre ha odiado la idea de que JiMin fuera lastimado y no pudiera evitar llorar para tratar de quitarse el dolor de encima. Por ello, ahora se siente como un idiota porque no se paró un momento a pensar cómo se sentiría JiMin con Jungkook en el mismo espacio que él; porque si no se hubieran encontrado en el hospital era seguro que se verían dentro del auto, y sería el mismo resultado. Un JiMin abrumado por un doloroso reencuentro sin aviso previo.

― Lamento haber traído a Jungkook.

― ¿Ahora lo sientes? ― Ataca con la voz rasposa debido a las lágrimas. ― ¿No crees que ya es un poco tarde para eso?

― Escucha, el plan original era llevarlo directo a la estación y luego volvería por ustedes. No creí que revisarían tan rápido a Seiji, por eso me confíe y pensé que no habría problema con escoltarlo como la superintendente me pidió.

JiMin descubre su rostro pero tiene la mirada fija en el suelo, evitando por completo su mirada, lo cual no es una buena señal cuando se trata de JiMin; nadie quiere ni debería molestarlo, porque JiMin tiene mecha corta. Taehyung suspira y se coloca de pie para extenderle la mano, cosa que llamó la atención de JiMin y enfocó su mirada en la mano.

― Vamos, nos están esperando.

JiMin arqueó una ceja finalmente subiendo la mirada a sus ojos marrones.

― ¿Crees que voy a subirme a tu camioneta con él presente? N-no lo quiero cerca mío y mucho menos cerca de mi hijo... no permitiré que arruine su vida c-como la mía.

― No defiendo ninguna de sus acciones pero debes tener en cuenta que también es su hijo, y a mi parecer, tiene tanto derecho de verlo como tú.

Taehyung se cruza de brazos y lo mira tan inexpresivo como siempre, para él simplemente estaba dando su opinión y no había mucho más que decir, pero no creyó que molestaría tanto al otro con su punto de vista.

JiMin se coloca de pie con los puños cerrados a los costados, sintiendo la ira ardiendo en su pecho. Aunque trata de mantener a raya sus emociones es difícil porque las palabras de Taehyung lo vuelven loco, ¿Como alguien que lo ha visto sufrir tanto tiempo por su esposo pueda ser capaz de decir algo como eso? ¿No recuerda todo lo que Jungkook les hizo sufrir a él y a su hijo? Incluso cuando el infante aún no nacía los colocó en peligro.

― ¿Cómo puedes decir algo como eso? ¿Que mierda sucede contigo? ¿Qué te dijo Jungkook para que de repente te pusieras de su lado?

― Hey. ― Alza las manos en son de paz. ― No estoy de su lado.

― Taehyung, no quiero pelear contigo, ¿Pero acaso crees que dejaré a mi hijo cerca de una persona como él? No confío en Jungkook, no después de todo lo que pasó. Tú más que nadie debería entenderme; has estado conmigo desde el momento en que todo comenzó; has visto toda la mierda por la que he pasado por culpa del padre de mi hijo.

Decir que se estaba sintiendo traicionado era poco.

JiMin realmente no podía creer que estaba discutiendo algo tan obvio como eso con Taehyung, quien hasta hace unos momentos parecía ser una persona razonable, pero que ahora prefiere defender al hombre que tanto daño le causó.

― No puedo mentirte... Jungkook pasó tiempo con Seiji cuando te fuiste; lo tuvo en sus brazos, y siendo sincero, no parecía una amenaza.

Taehyung observó a JiMin colocarse de pie con el rostro completamente serio, hasta se atrevería a decir intimidante, para enfrentarlo cara a cara. Muy pocas veces había visto a JiMin realmente enfadado, y esta era una de esas pocas veces; pasó saliva al darse cuenta de lo que dijo y el porqué de la actitud de JiMin.

― Olvídalo, vámonos o llegaremos tarde; sé que odias ser impuntual.

Trató de cambiar de tema, pero no sería tan fácil con JiMin. Las cosas nunca son sencillas o simples de entender cuando se trata de JiMin.

 ― ¿Dejaste que cargara a mi hijo? 

Cada palabra es pronunciada como si estuviera conteniendo algo dentro suyo, probablemente su ira. 

― No puedo creerlo.

Taehyung resopla sintiéndose abrumado; no quiere perder el control de sus emociones pero no está siendo una conversación fácil de llevar. JiMin está en una posición bastante similar, aunque él ya está por ceder a la ira que brota con fuerza dentro suyo.

― Escucha, no pensé que fuera una mala idea, ¿Qué podría haber hecho?

― Mierda, no lo entiendes. ― Pasa sus manos por su rostro con frustración. ― Jungkook no puede llegar y mágicamente querer ser padre cuando nos trató a ambos como basura por tanto tiempo... Me dolió aceptarlo pero Jungkook jamás me demostró querer a nuestro hijo, no que yo lo recuerde; así que no puede venir aquí y ser el padre del año cuando no lo es. No se lo permito.

― ¿No crees que estás exagerando un poco las cosas?

Suelta una carcajada sin gracia. ― ¿Exagerar? ¿Es enserio? ― Empezó a enumerar con los dedos. ― Me engañó mientras esperaba a nuestro hijo; no estuvo presente en  su nacimiento; jamás pasó tiempo con Seiji cuando vivíamos bajo el mismo techo...

Daba un paso al frente cada que nombraba una razón, mientras por inercia Taehyung retrocedía un paso a su ritmo.

― Tú has sido mejor padre para Seiji que él.

Taehyung niega con la cabeza. ― JiMin, yo no soy el padre de Seiji. ― El susodicho detiene sus pasos abruptamente, viendo sus ojos marrones, expectante a lo que fuera a decirle. ― Tal vez ese ha sido mi error, me involucré demasiado con un hijo que no es mío.

Por alguna razón aquellas palabras resonaron dentro suyo; al instante sintió unas fuertes ganas de llorar acumularse en su pecho al caer en cuenta de la realidad. Podía ver en Taehyung que su declaración era honesta, y eso dolió demasiado. Pero no lo iba a aceptar en voz alta, por ello retrocedió, se calmó con respiraciones pausadas y asintió con la cabeza viendo al suelo.

― Tienes razón. ― Acepta derrotado; toda furia dentro suyo se desvaneció y fue reemplazada por un sentimiento de vacío. ― Olvidemoslo, solo salgamos de aquí.

Taehyung rompe su inexpresividad para darle paso a una expresión de asombro en su rostro; JiMin no era de las personas que simplemente te daban la razón, y mucho menos estando tan enfadados. Jamás había visto a JiMin rendirse tan fácilmente en una discusión, tomando en cuenta que él cree tener siempre la razón, y la única excepción a esa regla fue Jungkook.

― Bien. ― Es lo único que dice antes de seguirlo hacia el estacionamiento.

A pesar de que la discusión había sido cerrada, sentía que había dejado algo inconcluso atrás; cuando tuviera la oportunidad de hablar con JiMin lo haría, pero por ahora hay asuntos más importantes que atender.

― Ahora que todos tienen los rastreadores, vuelvo a explicarles las reglas. ― Se inclina en su escritorio apoyando las manos detrás suyo. - Tenemos sus ubicaciones en tiempo real, por lo que sabemos dónde están cada momento; también sabremos si llegan a cruzar el límite impuesto en nuestra primera negociación, el cual es un radio de dos kilómetros lejos de nosotros.

Jungkook observa el aparato recientemente colocado en su tobillo; es muy similar al que usan los prisioneros en libertad condicional, solo que este luce mucho más discreto. Se agacha para ocultarlo por debajo del final de su pantalón de mezclilla. Jamás pensó que usaría pantalones como los que lleva puestos debido a que su gusto en ropa siempre fue muy elegante, pero ahora usar ese tipo de ropa lo hace sentir incómodo, posiblemente porque ya no encaja con su interior.

Jungkook antes era un hombre de la alta sociedad, demandado y pulcro, dejando de lado su trabajo como sicario, pero ahora no es más que un mal chiste con problemas de alcoholismo y drogadicción.

― ¿Qué pasa si cruzamos el límite? ― Pregunta a la mujer.

― Si cruzan el límite serán inmediatamente rastreados y capturados, a menos que sea necesario ignorar el límite para alguna misión, pero ese es otro asunto.

Hwasa da unas indicaciones más antes de llevarse a Jungkook a una de las salas de interrogatorios, siendo seguida por el comisario Kim. Los demás quedan fuera de la sala, esperando a que terminen con Jungkook para poder pasar a la etapa de planificación, tal cual la superintendente había mencionado.

JiMin dejó a Seiji a cargo de Jane mientras salía hacia el estacionamiento de la estación para llamar a su padre y verificar que estuviera bien. Woong debe permanecer tranquilo y no sufrir emociones fuertes por la condición de su corazón; porque aunque aún no lo hayan llevado a un médico JiMin sabe que algo está mal con el corazón de su padre, sobre todo porque despierta por las noches luego de sufrir una pesadilla, sudando frío y con dolores en el pecho. Debe ser muy cuidadoso con el estado de su padre.

Vuelve a la jefatura al terminar su llamada y verificar el estado de su padre; toma asiento al lado de Jane y toma a Seiji en brazos, mientras Marilyn duerme plácidamente en brazos de Taehyung. Esperan en silencio hasta que Hwasa vuelve para indicarles que pasen a la sala de interrogatorios.

― ¿Quienes estarán involucrados en la planeación?

Taehyung pregunta hacia JiMin y Jane, pero es Hwasa la que termina respondiendo.

― Ustedes no escogen, lo hago yo. ― Taehyung frunce el ceño. ― El equipo estará formado por Jungkook, Taehyung y Gguk, cuando sea dado de alta. Oh, y me hubiera gustado trabajar con tu padre JiMin, pero debido a su estado tú entrarás a cuenta de él. Ya saben quienes conforman el equipo, espero que no tengan dudas.

― Ninguna.

― Perfecto. ― Se hace a un lado para que los mencionados puedan ingresar a la habitación. ― Pasen, tenemos mucho de qué hablar.

 Taehyung se coloca de pie no sin antes pasar a Marilyn a los brazos de su tía, con cuidado de no despertarlo. JiMin se quedó con Seiji en brazos y avanzó hacia la sala sin esperar a Taehyung, y sin importarle la mirada filosa de Hwasa por entrar con su hijo. Él necesitaba a Seiji en sus brazos, era su manera de sentirse protegido de la presencia de Jungkook, y de la incomodidad palpable entre él y Taehyung.

Seiji es su escudo, por ello lo mantiene muy cerca de su pecho.

 Lo invitan a tomar asiento y él decide colocarse entre Hwasa y Seokjin, evitando a toda costa tanto a Taehyung como a Jungkook. Se sentía más cómodo al lado de los oficiales que de su esposo y su amigo más cercano, ¿Qué tan extraño era eso? ¿Por qué se sentía de esa manera? No quería estar ahí, quería huir como el cobarde en el que se había convertido, pero mantuvo la compostura para sobrellevar de la mejor manera la reunión.

― ¿Dices que conoces dónde trabaja?

― Él es dueño de una cadena de clubes ubicados en las partes más peligrosas de Corea. No conozco todos, pero conozco el que visita con mayor frecuencia. Manoban me platicó sobre eso cuando lo convertimos en socio.

Jungkook desvía su mirada hacia JiMin por un segundo al pronunciar el nombre de aquella mujer, preocupado por su reacción; y para la mala suerte de JiMin sus miradas se encontraron por un segundo, provocando que flaqueara en su perfecta postura y rostro serio.

― Podríamos infiltrarnos y acorralarlo. ― Propone Taehyung. ― Lo amenazamos hasta que nos suelte información sobre Manoban, y escapamos. Tengo entendido que Jungkook tiene experiencia con este tipo de planes.

― Así es, en más de un trabajo he tenido que hacer cosas bastante similares.

― Se escucha prometedor... ¿No es así? ― Gira su rostro hacia el menor sentado a su lado.

El menor alzó la mirada y disimuló una mueca de incomodidad cuando se da cuenta que tiene la mirada de todos los presentes encima suyo. Se sintió intimidado y apretó al bebé suavemente contra su pecho, aunque por fuera lucía completamente tranquilo. Sin embargo, Hwasa ha podido notar como sus manos sujetan firmemente la manta que cubre a su bebé y la tensión en su mandíbula, dejándole saber a través de esos detalles que JiMin estaba completamente tenso y hasta podría decir nervioso; imagina que se debe a la presencia de su esposo aunque desconozca el trasfondo de su relación.

Hwasa sería comprensiva con él pero ella no había invitado a JiMin a formar parte de la planeación para que se quedara callado y sentado como un adorno en la habitación. Ella sabe que él tiene buenos conocimientos y experiencia; después de todo JiMin es hijo de Park Woong, y hasta donde tiene entendido fue el hombre más poderoso del bajo mundo. Claro, hasta que Manoban apareció en el juego.

Algo bueno podría sacar de él, ya que su padre no puede estar presente.

JiMin carraspea antes de tomar la palabra y acomoda a Seiji entre sus brazos, recostándolo en su antebrazo derecho para hablar con Hwasa más cómodamente. Antes de hablar agradeció mentalmente por prestar atención a la conversación y no haberse perdido en sus pensamientos.

― Me parece una buena idea. ― Asiente a sus propias palabras, seguro de lo que dice a continuación. ― Pero creo que deberíamos hacer una visita de reconocimiento antes del ataque, para saber sus entradas y maneras de escapar. Mi padre siempre usó esa estrategia y evitaba sorpresas al momento del ataque.

Jungkook asiente. ― Es buena idea. ― Vuelven a conectar miradas, pero tan pronto como lo hacen esta conexión se desvanece.

― Podrían usar cámaras y micrófonos en sus ropas cuando sea hora de la misión, así los oficiales podrán estar al tanto de lo que pasa.

Hwasa sonríe cruzando sus brazos, gratamente sorprendida por las aportaciones del hijo de Woong. Por otro lado, Jungkook pensaba en todo el potencial que JiMin tenía. Estaba seguro en que su esposo hubiera sido el mejor líder en su familia e incluso hubiera superado a su padre, de no ser por la enfermedad que le arrebató el gran futuro que le esperaba en el bajo mundo.

― Bien, debemos hacer esto lo más pronto posible. La misión de reconocimiento y el ataque deben hacerse esta misma noche. Mientras más pronto empecemos mejor. No se preocupen por los micrófonos y las cámaras, lo tendré todo listo para el anochecer. ― Alza la ceja hacia los presentes. ― ¿Están de acuerdo?

― Me parece bien. ― Taehyung se encoge de hombros.

― Perfecto.

― No creo que sea buena idea.

Hwasa alza una ceja hacia las palabras de su segundo al mando. Seokjin tiene las manos cruzadas en una postura cerrada, y su rostro tiene una expresión de total irritación. Seokjin siempre ha sido un hombre serio y poco agradable, por lo que su actitud no sorprendió a la superintendente.

― Explícate.

― Es muy arriesgado y complicado, además, ¿Realmente podemos confiar en que harán un buen trabajo? ― Ante sus palabras los señalados se vieron entre ellos algo incómodos.

― No arriesgaré a mis hombres a una misión de la cual no tienen ningún tipo de experiencia.

Seokjin suspira y murmura bajito. ― Si yo estuviera a cargo haría las cosas diferentes. ― Reclamó entre dientes, lo cual tanto JiMin como Hwasa escucharon perfectamente. El menor no pudo ocultar lanzarle una mirada de total desconfianza al hombre a su lado; desde que lo conoció jamás le agradó, ¿Qué le pasaba? ¿No podía ser amigable ni con su propia amiga y jefa?

― Volviendo al tema, es muy claro que Taehyung y Jungkook estarán de infiltrados y conseguirán la información, ¿Pero quién hará la visita de reconocimiento? ― Cuestiona la mujer.

― Gguk sería una buena opción, pero aún no lo dan de alta... Supongo que tendremos que postergar la misión hasta mañana por la noche. - Propone el peli rojo.

Hwasa frunce el ceño y niega con la cabeza. ― No será necesario, estoy segura que JiMin hará un gran trabajo.

― ¿Yo? ― JiMin abre en grande los ojos hacia la mujer.

Tanto Taehyung como Jungkook intercambian miradas, dándole entender al otro que ambos pensaban lo mismo; JiMin no puede ser expuesto a un lugar tan deplorable como aquel club. Ninguno de los dos disimuló su descontento ante las palabras de la superintendente.

― No creo que sea buena idea exponerlo de esa manera.

― No estoy pidiendo su opinión, estoy dando una orden. ― Defiende la superintendente, afilando su mirada hacia Taehyung quien le devuelve el gesto. ― Tendré todo listo para la noche, así que estaremos puntuales en la cabaña para alistarlos.

Hwasa no espera a que contesten y se coloca de pie para salir de la habitación, dando por terminada la reunión. El comisario les pide que se retiren para cerrar la sala de interrogatorios y ellos obedecen recogiendo sus cosas para subirse a la camioneta de Taehyung y volver a casa para descansar antes de la misión.

Se viene lo picante, porque jm y jk tendrán un pequeño encuentro, ¡Los leo la siguiente semana!

- Mgg.

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