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Cincuenta y nueve: ¿Mora?

Las puertas principales se abren frente suyo gracias a los dos tipos grandes que resguardan el club en la entrada.

Agradece poder haber entrado sin la necesidad de hacer esa inmensa cola que, puede jurar, dobla la calle por la gran cantidad de personas que ansían entrar al club. Supone que el trato especial que recibió fue gracias a su apariencia, pero no estaba seguro.

Al entrar sus oídos fueron atacados por la música a alto volumen y sus ojos tuvieron que ajustarse rápidamente a las luces de tonalidades rosas y moradas.

Era un ambiente tranquilo a pesar de la alta música y las personas bailaban en la pista de baile, mientras que otros estaban sentados en la barra o las mesas alrededor para beber en grupo.

Al menos sentía que su vestimenta iba acorde con el lugar. Llevaba un pantalón de cuerina y una camisa blanca desabotonada y una chaqueta corta de cuero con algunos accesorios en el cuello. Hace mucho no vestía prendas ceñidas a su cuerpo, por lo que le era extraño usarla después de tanto tiempo.

Este había sido su estilo en su adolescencia, cuando escapaba con Jungkook hacia algún bar de mala muerte en plena madrugada, para luego volver antes del amanecer temiendo ser descubiertos y riendo como dos adolescentes enamorados.

Aún a pesar del tiempo, no se sentía incómodo retomando su antiguo estilo por una noche, porque se sentía tan... seguro. Aquella cualidad siempre fue parte de su personalidad; claro, hasta hace unos meses atrás cuando su autoestima fue en picada.

Toma asiento en la barra y pide una bebida al bartender. Lo único que lo está molestando son los lentes de contacto que fue obligado a usar por seguridad porque claro, nadie conoce su verdadera identidad gracias a que Woong siempre mantuvo a sus hijos lejos de la mirada pública, incluso cuando fue Presidente del país, pero podría ser reconocido por sus ojos púrpuras. Todos saben que aquel color de ojos es indiscutiblemente parte de la familia Park.

― Hola, lindo.

Gira el rostro hacia el hombre a su lado quien lo miraba con interés junto con una suave sonrisa en los labios, y entonces recordó cuál era su misión en aquel lugar. Sin esperar un segundo más rápidamente cambió su postura a una más relajada y saludó con una sonrisa coqueta para empezar con su recorrido por el lugar.

Luego de una corta charla con aquel hombre decidió despedirse y colocarse de pie con su copa llena en mano, puesto que no podía ingerir alcohol debido a su enfermedad y el riesgo de perder su equilibrio, así que la copa era solo para aparentar.

Llega al el otro extremo de la barra para tomar asiento al lado de un hombre quien rápidamente le dirigió una galante mirada, y aunque JiMin se incomodó al comienzo, terminó disfrutando de su atención.

El único hombre en su vida había sido Jungkook, por lo que jamás tuvo la oportunidad o el deseo de ser cortejado por alguien más. Para JiMin solo existía Jungkook y nadie más que él, pero ahora cae en cuenta de que está soltero, y que sentirse deseado por otros hombres realmente lo hace sentirse bien, porque aumenta su ego y autoestima, los cuales fueron pisoteados a raíz de la infidelidad de su esposo.

Al lado suyo encontró una salida de emergencia que era resguardada por hombre de seguridad, y toma nota mental de ello. Con su mirada observa disimuladamente los alrededores, mientras platicaba con el hombre quien sutilmente rozaba su rodilla con la suya y él su mano en su pecho.

Sin embargo, aquello no le gustó nada a Jungkook, quien se encontraba dentro de una furgoneta estratégicamente estacionada entre los árboles, a tan solo unos metros de la entrada del club nocturno.

Jungkook podía observar los movimientos por la cámara integrada en su chaqueta, así como podía oír su conversación para nada inocente gracias al micrófono colocado debajo de su camisa. Chasqueó la lengua desviando la mirada de las pantallas donde se reproducía a tiempo real lo que la cámara escondida captaba.

Seokjin le lanzó una mirada curiosa a Jeon, y luego pasó su mirada al hombre sentado a su lado. Taehyung parecía también estar de mal humor, porque tenía cejas estaban levemente fruncidas y su pierna se movía insistentemente evidenciando impaciencia, o algo más. Entonces Seokjin miró a Hwasa quien solo se encogió de hombros y volvió su atención a las pantallas, no le interesaba su triángulo amoroso, solo la misión.

JiMin por su parte seguía la conversación con normalidad hasta que los murmullos de las personas a su alrededor le llaman la atención. Al comienzo creyó que era ilusión suya pero al ver a las personas susurrarse al oído viendo detrás suyo se alarmó por un momento.

Giró disimuladamente y ahí pudo ver a un hombre acompañado de dos bonitas mujeres a su lado, se veía muy elegante e intimidante. Todos lo veían como si fuera el jefe del lugar, y ahí entendió de quien se trataba.

Hwasa le habló mediante el audífono en su oreja derecha, y JiMin tuvo que apartarse del hombre para volver a su propósito en aquel lugar.

JiMin, ¿Qué está pasando?

― Ya llegó.

Entendido, síguelo y averigua su ubicación.

Se colocó nervioso pero respiró hondo y se controló. No podía dejarse vencer en ese momento por sus emociones, podría marearse y todo se estropearía por culpa suya.

Estiró el cuello disimuladamente para ver por encima de las personas, maldiciendo por dentro su baja estatura. Logra ver al objetivo cruzando hacia una zona privada, que separaba el resto del club con una cinta roja de terciopelo; imaginaba que se trataba de la zona VIP del lugar.

― Ugh, ya llegó... debo volver al trabajo.

Dijo entre dientes el hombre con el que hablaba hace un momento. Sus palabras encendieron la alarma en su cabeza y giró para volver a verlo a los ojos.

― ¿Cómo dices? ¿Trabajas para él?

― Lamentablemente.

Se levantó de la barra y al instante sujetó su cabeza, se sentía algo mareado, probablemente por las tantas copas que tenía acumuladas cuando JiMin llegó a su lado. El de ojos púrpuras sonrió con malicia al notarlo y con una idea en mente se le acercó sonriéndole coqueto.

― ¿No quieres pasar el rato antes de que vayas con tu jefe?

El hombre no se negó, y con galantería lo tomó de la cintura para guiarlo entre las personas hasta la zona privada donde vió el objetivo de la noche entrar.

JiMin pensó en lo idiota que debía ser el hombre para confiar en un completo desconocido y dejarlo pasar literalmente en frente de su jefe, quien ni se percató de su presencia, parecía más ocupado besando a una de sus acompañantes.

JiMin fue guiado hacia un pasadizo; a pesar de la baja iluminación logró distinguir tres puertas a cada lado y una al fondo con un cartel de "salida" con letras brillantes encima.

Se escuchaban sonidos indecorosos por todo el lugar, provenientes de las demás habitaciones. Alzó la mirada y se sintió aliviado cuando verificó que no hubieran cámaras en el lugar.

Su atención se desvió al hombre que abrió la puerta a su izquierda y lo invitó a pasar mientras aflojaba su corbata. JiMin no dudó y aceptó la invitación.

Ya dentro el hombre no pierde tiempo y lo toma por el costado de los brazos para plantarle un beso en los labios. JiMin no se lo esperaba y dio un respingo por la impresión, pero le siguió el juego para no levantar sospechas mientras buscaba entre sus ropas una jeringa que tenía muy bien escondida. Cuando la encontró en su bolsillo rápidamente la sacó para incrustarla en el brazo del hombre, quien se alejó por el repentino pinchazo en su piel, pero antes de decir nada había caído inconsciente sobre el suelo.

JiMin suspiró de alivio y agradeció mentalmente a Hwasa por haberle dado aquella jeringa por precaución.

Se detuvo viéndolo desde arriba, tratando de recuperar el aliento luego del beso tan intenso. Tocó sus labios pensativo, él jamás había besado a un hombre que no fuera Jungkook.

Maldijo cuando un sentimiento de remordimiento decidió atacar sus pensamientos, y se recriminó por ello, ¡Que absurdo!

JiMin, ¿Qué fue eso?

― Tranquila, tengo un plan.

Entonces, decidió no seguir perdiendo tiempo, la sustancia que le inyectó al hombre no duraría más de 30 minutos, así que debía apurarse. Salió de la habitación y miró hacia ambos lados para asegurarse de que no hubiera nadie y volvió a entrar.

― Jungkook y Taehyung pueden entrar por la puerta trasera; no hay guardias ahí pero debe abrirse por dentro, así que me quedaré aquí para ayudarlos a entrar.

Me agrada tu idea. 

Hwasa sabía que no se había equivocado al traer a JiMin a la misión. Giró sobre su silla para darle las indicaciones necesarias al dúo y pronto ya estaban en la parte posterior del local. Jungkook tocó la puerta indicada y JiMin los recibió, indicandoles que no hicieran ruido y lo siguieran hasta la habitación.

Cerró la puerta cuando estuvieron los tres dentro. Taehyung tomó asiento en la cama y empezó a verificar que hubiera traído las armas correctas, así como las municiones.

Por otro lado, JiMin trataba de mover el cuerpo del hombre inconsciente hacia la puerta para apoyar ahí su cuerpo, pero pesaba mucho. Jungkook lo notó y sin dudarlo se acercó para ayudarle; aunque JiMin se sintió reacio a aceptar su ayuda al final cedió y lograron colocar al hombre en la puerta.

Escuchen los tres, estamos teniendo problemas con la conexión de las cámaras, así que tendrán que esperar a que resolvamos esto.

― Podemos hacerlo sin necesidad de que nos estén vigilando. ― Responde Taehyung.

― Necesitamos la evidencia en video. Les avisaré cuando todo esté en orden, no tardaremos mucho.

Es lo único que dice Hwasa para dar por terminada la conversación. Taehyung chasquea la lengua con molestia, ¡Estaban perdiendo el tiempo!

Jungkook se colocó de pie frente al hombre inconsciente, metió las manos en sus bolsillos y miró a JiMin a su lado, quien tenía la respiración algo acelerada. Jungkook sabía que había sido una noche agitada para él.

― ¿Estás bien?

JiMin dio un respingo nuevamente, y alzó su mirada del hombre inconsciente a Jungkook, percatandose de lo cerca que estaban, tanto que sus hombros se rozaban. Decidió dar un paso al lado para poner distancia entre ambos y asentir evitando su mirada. Decir que se sentía incómodo era poco, pero por alguna razón no podía alejarse por completo.

― Lo besaste. ― Dice Jungkook luego de un tiempo en silencio.

JiMin arquea una ceja y se atreve a mirarlo. ― Tenía que distraerlo.

― Cierto. ― Asiente.

Recuerda haber sentido un intenso dolor en el pecho cuando vio aquel beso a través de la pantalla. Fue como si atravesaran su corazón con una daga, incluso sintió su estómago retorcerse por el malestar.

Jamás había imaginado ver a su esposo ser besado por otro hombre, y a pesar de saber que era por la misión, sabía que en un futuro no muy lejano JiMin lo olvidaría, y posiblemente formaría una relación con alguien más.

Alguien que podrá besarlo y abrazarlo, que lo tratará mucho mejor de lo que él pudo haberlo tratado, y que también se convertirá en parte de la vida de su hijo... Caer en cuenta de todo eso, solo lo hundió más en su miseria.

― Umm... Te ves bien. ― JiMin frunció el ceño y él se colocó nervioso. ― Q-quiero decir, siempre te ves bien, pero hace mucho no te veía con ese estilo... te sienta bien.

JiMin suelta una pequeña risa, pero carraspea casi al instante para disimular.

― Gracias, supongo.

Quizás la iluminación del lugar era muy baja, y las únicas fuentes de luz eran unas linternas de lava púrpuras, pero podía ver perfectamente el rostro de Jungkook. Antes lo había notado, pero no habían estado tan cerca como ahora. Tenía ojeras muy notorias, se veía que había perdido peso así como él, y también tenía aquella mirada bastante melancólica.

No pudo evitar sentirse mal, al parecer ambos habían sufrido a su manera, pero él no podía hacer nada para ayudarlo... ni tampoco quería, ¿Verdad?

― Tu... ¿Estás bien?

Taehyung alza la mirada hacia la pareja frente suyo, todo este tiempo los ha estado escuchando con curiosidad, es la primera vez que los escucha hablar tranquilamente luego de aquella noche.

― Lo estaré. ― Se encoge de hombros para no darle mucha importancia. ― ¿Cómo está Seiji? Taehyung me dijo que lo habían llevado al hospital.

― Sí, tuvo fiebre... ― Balancea un poco la cabeza. ― No le sentó nada bien pasar la noche en la estación. Pero ya está bien, nada de que preocuparse. ― Aplana los labios, gira para ver a Taehyung y luego suspira al recordar cierto tema pendiente. ― ¿Puedo preguntarte algo?

― Claro.

― Tú... ¿Quieres pasar tiempo con Seiji? Es decir, como padre e hijo.

No puede mentir, esa pregunta lo tomó desprevenido. Lo miró y encontró que JiMin ya tenía sus ojitos púrpuras puestos en él, buscando por sinceridad en sus ojos grises. Jungkook asintió suavemente pero con seguridad.

― Ya veo... ― Baja la mirada. ― Siendo sincero, no confío en que seas un buen padre para Seiji... De hecho, estaba pensando en mantenerlo alejado de ti, bueno, que ambos estemos lejos de ti... ― Jungkook agacha la cabeza derrotado, sabía que algo así pasaría, por ello había preferido no hacerse ilusiones. ― Pero... ― Volvió a mirarlo, expectante a lo que fuera a decir. ― Supongo que podría considerarlo.

― ¿Enserio?

Parecía que su mirada melancólica había sido reemplazada por una mirada esperanzada, y eso fue un golpe duro al corazón de JiMin.

― Sí, es enserio.

Bajó la cabeza sin saber qué más decir o hacer ante su extrañamente bonita sonrisa y mirada dulce.

― Gracias, mora.

JiMin abrió en grande los ojos por la impresión al escuchar aquel apodo tan íntimo salir de sus labios. Tuvo sentimientos contrariados dentro suyo; quiso golpearlo, quiso insultarle y también quiso abrazarlo hasta el cansancio. Sin embargo, prefirió guardar silencio, susurrar un tímido "No es nada" y luego alejarse para tomar asiento al lado de Taehyung, quien le regaló una media sonrisa en señal de apoyo.

― ¡Bien! Ya logramos solucionar el problema, pueden empezar chicos.

Ambos se prepararon y tomaron sus armas listos para salir de la habitación y empezar el verdadero show.

Antes de salir, Jungkook le regaló una pequeña sonrisa a JiMin, y él sin saber cómo reaccionar solo se despidió agitando su mano y les deseó suerte. Cuando ellos salieron él corrió hacia  la puerta de atrás antes de escuchar los disparos. Logró llegar a salvo a la furgoneta, con el corazón acelerado por la carrera y la maraña de sentimientos encontrados por aquella estúpida sonrisa.

― El objetivo fue eliminado, conseguimos información valiosa y tenemos todo grabado en las cámaras. Buen trabajo. ― Felicitó la superintendente, tenía una sonrisa satisfecha en los labios.

La misión había sido un éxito, y lo más importante es que habían conseguido información necesaria para dar su último golpe contra Manoban y su socio, Kim Namjoon. Estaban muy cerca de conseguir lo prometido.

― Si, bueno, no hay mucho para celebrar. ― Jungkook se cruzó de brazos e frunció los labios en un gesto preocupado.

― Él estará bien, se recuperará pronto.

― Tiene una maldita bala en el brazo. ― Le recuerda. ― Está herido.

― La bala salió, no está en su cuerpo.

Jungkook mueve su mirada hacia la camilla de Taehyung, estaba inconsciente y tenía el hombro vendado puesto que ahí es donde la bala había impactado. No era una herida grave, pero debía permanecer en el hospital y descansar para que la herida sane.

Recuerda cuando salieron del club  nocturno dejando atrás varios cadáveres, incluyendo a su objetivo de la noche. Corrieron escapando de la escena con cuatro tipos armados pisandoles los talones, hasta que llegaron a la furgoneta y los perdieron de vista. Fue ahí cuando Taehyung sintió su camisa mojada y se dio cuenta de la mancha de sangre creciente en su hombro. JiMin trataba de hacer presión en la herida mientras Hwasa aceleraba para llegar lo más pronto posible al hospital.

― Hey. ― Hwasa lo llama devolviéndolo al presente. ― Ambos hicieron un gran trabajo, Taehyung se esforzó mucho y ahora descansará. Gguk tomará su posición para el golpe final y todo estará bien. ― Trata de hacerle entender.

Jungkook asiente y la mujer se aleja para hablar con el comisario.

― ¿Él estará bien, verdad?

JiMin llega a su lado para tomar la mano de Taehyung y acariciarla con cariño. Jungkook sonríe al verlo y suaviza su expresión.

― Sí, estará bien.

― ¿Quienes pudieron haber sido? No sabía que tuviera tantos enemigos.

Lisa arrugó la nariz porque su tacón fino pisó un poco de la sangre derramada en todo el suelo. Decidió alejarse de los cuerpos esparcidos por el suelo y se acercó a Namjoon, quien había lanzado una pregunta al aire.

― No me interesa que Doojin esté muerto ni quien lo mató; era un cerdo asqueroso y solo hacíamos tratos con él por sus contactos. ― Observa el lugar con una ceja alzada. ― Además, solo estamos aquí para recoger el dinero que nos debía de su caja fuerte.

― ¿Pero no crees que podría ser un tipo de advertencia? No deberíamos dejar pasar esto tan fácilmente. ― Se cruza de brazos. ― No se robaron nada. Es claro que su objetivo era matarlo, y deberíamos saber el porqué. Era nuestro socio, deberíamos sentirnos amenazados.

Afiló su mirada hacia el cuerpo del hombre tendido sobre un sillón rojo de terciopelo. Por la posición en la que murió y la daga directo en su corazón, supone quien podría haber sido el responsable.

― Creo que encontré al responsable.

Deja el asco de lado y se acerca al cuerpo inerte para quitar la daga incrustada en su pecho. La observa y sonríe de lado. Solo hay una persona en el bajo mundo que utiliza armas blancas para matar a sus objetivos.

― Cambié de parecer, si me interesa el asesino de este idiota. ― Namjoon la miró esperando una explicación pero en cambio recibió órdenes. ― Debes hacerte contactos en los mandos de la ciudad. ― Lo señaló con la daga.

― ¿Realmente crees que podrás tener la inmunidad que Woong tenía?

― No busco eso. ― Niega con diversión. ― Las frutas podridas en los cargos altos son muchas, podríamos atinar con una y hacer un par de tratos.

― Como quieras. ― Se encoge de hombros y dan por finalizado el tema.

Uno de los escoltas de Manoban se acerca y le entrega una maleta llena de dinero. Lalisa sonríe y recibe con gusto su dinero, al parecer sus hombres habían hecho un buen trabajo abriendo la caja fuerte del fallecido Doojin.

― Me quedaré a revisar las cámaras de seguridad.

― Como quieras, pasa mañana por la mansión para darte tu parte.

Lisa salió del club para dirigirse a su automóvil y volver a la ciudad, devuelta a su mansión. En el trayecto tenía un pensamiento muy claro en mente: No dejaría que Jungkook la intimide.


Hola-hola, ¿Qué tal? espero estén bien y les haya gustado el capítulo <3

¿Opiniones? ¿Quejas? ¿Insultos? ¡Los leo!

- Mgg.

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