Catorce: Luz verde.
― ¿Jeon Jungkook? Soy Kim NamJoon.
Extiende su mano al hombre de sombrero y lentes oscuros sentado al otro lado de la mesa. Jungkook retira sus ojos del menú que aquel resturante le ofrece, sonríe y se levanta para estrechar su mano de manera cortés.
― Un placer tenerlo en persona. ― Jungkook dice.
Kim NamJoon es el jefe de la mafia Kim, la cual es enemiga de los Manoban por cuestiones de territorio, estos últimos tratan desesperadamente de comprarlos para quedarse con su terreno, pero NamJoon se niega rotundamente.
― Tome asiento. ― Le ofrece Jungkook al alto hombre de traje.
NamJoon tiene un aura dominante, la forma en la que camina y mantiene la espalda recta es digna de un hombre con confianza y poder.
Kim toma asiento.― Estamos aquí porque quieres mi ayuda, y créeme que solo he accedido a escucharte por Woong, en vida fue un gran negociante, espero que tú también lo seas.
Jungkook asiente. ― Yo y mi hermano nos encargamos de los Park y sus negocios.
― Vaya, creí que su hijo mayor se haría cargo, Woong siempre dijo que le dejaría todo a su hijo.
― Mi esposo no se encuentra en condiciones para tal cargo. Pero, yendo al grano, necesito tu ayuda con los Manoban, estoy seguro que los conoces bien.
NamJoon aprieta la mandíbula. ― Vaya que los conozco, son mi dolor de cabeza diario.
― Dejame adivinar, ¿Se arman hasta los dientes y esperan a que el otro de un paso en falso para atacar, no es así?
NamJoon alza las cejas. ― Exactamente. ― Entrelaza sus manos sobre la mesa y le dedica una mirada seria. ― Bien, chico listo, ¿En qué necesitas mi ayuda?
― Estoy tratando de acabar con los Manoban porque no solo son una amenaza para ti, también lo son para mí y mi familia. En todo caso, ambos buscamos librarnos de ellos, ¿Verdad? ¿Qué te parece si hacemos un trato?
― ¿Qué clase de trato? ― Captó su atención.
― Tú me ofreces parte de tu mercancía para probar mi falsa lealtad a ellos y yo te doy información sobre los Manoban; localicaciones, armas, tratos y alianzas. Nos beneficiamos mutuamente. ― Propone con seguridad.
NamJoon sonríe de lado, complacido con las palabras del hombre. ― Realmente eres un chico listo, me gusta como piensas.
― ¿Entonces qué dices?
― Trato hecho, Jeon Jungkook.
Se sonríen cómplices, Jungkook está avanzando en su plan a pasos seguros, está logrando mucho en poco tiempo, ya cuenta con apoyo. Pronto acabará con los Manoban.
Todo para mantener a salvo a JiMin y a su hijo.
― ¿Seguro que no estás molesto, mora?
― Solo te extraño.
Jungkook le da un vistazo a su habitación donde solo hay una cama de dos plazas con un folder rojo encima, está en su departamento secreto un día después de la reunión privada en ese restaurante con Kim.
― También te extraño, los extraño a ambos. Mañana estaré en casa y estaremos juntos.
― Está bien, taiyō. ― Suspira una vez más. ― Mandale mis saludos a Gguk, y sean cuidadosos en su misión.
― Gracias. Te veo mañana cariño.
― Hasta mañana.
La llamada se corta y Jungkook deja de escuchar la preciosa voz de su hombre de ojos púrpuras. Se queda un momento en medio de la habitación y el silencio, extraña mucho a su esposo y odia mentirle pero no tiene otra opción. Si JiMin se entera sobre el plan lo obligará a abandonarlo, y él no está dispuesto a ello, tiene un objetivo que alcanzar.
Se acerca a tomar su saco, el sobre rojo en la cama y sus llaves. Ya con la peluca, lentes de contacto y ropa nueva sale del lugar hacia el estacionamiento del edificio donde se sube a su automóvil negro. Una hora después llega al muelle donde el yate de los Manoban lo espera, el olor del mar lo recibe. Camina por el muelle hasta el yate, los guardaespaldas de los Manoban no se encuentran y eso le extraña pero decide subir al yate sin pensarlo mucho.
― ¿Hay alguien aquí? ― Cuestiona en voz alta.
Pero de repente unos brazos toman su brazo derecho y al sentir aquel maldito perfume sabe de quién se trata. Gira su rostro, es Lisa.
― Llegaste rápido, ¿Sabes que te quedan otras siete horas, verdad? ¿O es que acaso has decidido retirarte?
Jungkook sonríe de lado y niega. ― Aún no.
― Perfecto, entonces sigueme HaJoon.
Es guiado hasta el interior del yate, y mientras avanzan puede sentir como el yate es encendido y empieza a ser conducido sobre el mar, eo lo coloca nervioso, pero lo disimula bastante bien. Ya no tengo manera de escapar si algo sale mal, piensa. Dentro de la sala se encuentran Lisa y Nichkun frente a él, ya no está atado como la otra vez pero tiene a dos guardias a su lado para vigirlar cada movimiento suyo.
― ¿Todo lo que nos darás será un folder rojo, Kim?
Manoban arquea una ceja mientras su esposa de labios negros se mantiene seria.
― Es más de lo que creen. Tomense el tiempo de darle un vistazo. ― Sonríe de lado.
Le entrega el folder a uno de los guardias y este se lo pasa a la mujer líder de la mafia, ella cruza sus piernas largas atrayendo la mirada de Jungkook, Lisa abre el folder y alza las cejas mientras ve las imágenes y datos.
― ¿Esto es...?
― Información sobre el almacén de los Kim, ahí guardan su mercancía de armas ilegales, en el muelle de Icheon. Según tengo entendido son sus enemigos, decidí investigarlos con ayuda de una vieja amiga.
Lisa desvía la mirada de sus ojos oscuros y le da otro vistazo a las imágenes tomadas del almacén de un ángulo bajo. Nichkun decide hablar. ― Los Kim siempre guardan muy bien sus almacenes, tratamos de encontrarlos pero es riesgoso. ― Mira a su esposa. ― Debemos comprobar que la información es verdadera. No queremos fraudes, Kim. ― Dice lo último mirando al hombre con seriedad.
Si los Manoban dan un paso en falso los Kim tendrían su oportunidad perfecta para atacar y quedarse con el territorio. Lisa asiente, dejando el folder de lado. ― Si comprobamos que esto es verdadero, estarías dentro HaJoon, mejor reza porque si es un fraude no dudaremos en matarte.
Jungkook se cruza de piernas y se recarga en el respaldar de la silla. ― No haría falta matarme, lo que digo es verdad.
― Ya veremos.
Jungkook se queda en aquel lugar encerrado con un guardia quien vigile que no trate de escapar. Al cabo de dos horas Lisa baja nuevamente a la sala y abre la puerta con una sonrisa en sus labios negros.
― Al parecer no eres un mentiroso, Kim. Logramos encontrar las armas, estaban escondidas pero no fueron tan listos al dejarlo sin seguridad.
Jungkook entonces sabe que está a salvo por ahora, puede respirar tranquilo y su corazón se calma al saber que esa mañana si podría volver a casa.
― Tienes luz verde, Kim.
¿Que piensan hasta ahora?
- Mgg.
(EDITADO: 21/07/2022)
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